viernes, 15 de marzo de 2013

LIBROS QUE HE LEIDO: PATRIA (Robert Harris)



EL AUTOR

Robert Dennis Harris (nacido el 7 de marzo de 1957 en Nottingham) es un escritor británico de novelas superventas. Antiguo reportero y periodista de la BBC, está especializado en thrillers históricos destacados por sus logros literarios. Sus libros han sido traducidos a una treintena de idiomas.

Harris pasó su infancia en una pequeña casa alquilada en un bloque del consejo de Nottingham. Su ambición de convertirse en escritor surgió a temprana edad, a partir de visitas a la planta impresora local donde su padre trabajaba. Harris estudió en la escuela superior Belvoir High School, Bottesford, y luego en la escuela King Edward de Melton Mowbray, donde una sala ha sido bautizada con su nombre. Allí escribió obras y editó la revista de la escuela. Estudió literatura inglesa en el Selwyn College de Cambridge, donde fue el presidente de la Cambridge Union y editor del periódico estudiantil Varsity.

Después de salir de Cambridge, Harris trabajó como reportero de la BBC, y trabajó en programas de noticias y asuntos de actualidad tales como Panorama y Newsnight. En 1987, a los treinta años de edad, se convirtió en editor político de The Observer. Más tarde escribió columnas regularmente para The Sunday Times y The Daily Telegraph.

Inició su carrera como escritor con libros de no ficción. Su primer libro apareció en 1982. A Higher Form Of Killing, un estudio sobre la guerra química y biológica, fue escrito con un compañero y amigo periodista de la BBC, Jeremy Paxman. Le siguieron otras obras de no ficción: Gotcha, the Media, the Government and the Falklands Crisis (1983), The Making of Neil Kinnock (1984), Selling Hitler (1986), una investigación del escándalo de los Diarios de Hitler, y Good and Faithful Servant (1990), un estudio de Bernard Ingham, secretario de prensa de Margaret Thatcher.



La primera novela superventas de Harris fue Patria (Fatherland) en 1992, una historia alternativa ambientada en un mundo en el que Alemania había ganado la Segunda Guerra Mundial, que obtuvo un gran éxito de crítica y público, lo que le permitió dedicarse plenamente a ser novelista. Le siguió un acuerdo para hacer una película, como ocurrió con su segunda novela, Enigma en 1995, consiguió su mayor éxito. Está inspirada en hechos acontecidos durante la Segunda Guerra Mundial, en especial en una máquina criptográfica que los alemanes llevaban en sus submarinos. La versión fílmica fue protagonizada por Kate Winslet con guion de Tom Stoppard.

Publicó El hijo de Stalin (Archangel), un nuevo éxito en su carrera. Fue adaptada a una mini serie protagonizada por el actor Daniel Craig.

En 2003 Harris fijó su atención en la Antigua Roma con su aclamada Pompeya (Pompeii), inspirada en la erupción del Vesubio que iba a ser llevada al cine por Roman Polanski, protagonizada por Orlando Bloom y Scarlett Johansson. Un aplazamiento de las fechas previstas para el rodaje causó la renuncia tanto de los actores como del director en septiembre de 2007.

Le siguió, en el año 2006, la primera novela de una trilogía proyectada: Imperium centrada en la vida del gran orador romano Cicerón. Esta novela se cuenta parte de la biografía de Cicerón, centrándose en el caso del gobernador de Sicilia, Cayo Verres, y cómo logra el consulado.

En 2007 dimitió el primer ministro británico, Tony Blair. Harris, un antiguo editor político de Fleet Street, dejó el resto de su trabajo para escribir El poder en la sombra. El título original, The Ghost, el fantasma, se refiere tanto a un «negro» profesional (ghost-writer en inglés), cuyo largo memorándum forma la novela, y a su inmediato predecesor quien, al empezar el relato, acaba de ahogarse en circunstancias truculentas y misteriosas.

El hombre muerto estaba trabajando como «negro» escribiendo la autobiografía de un primer ministro recientemente derribado. Este último es un tal Adam Lang, una versión escasamente disimulada de Blair. La contrapartida en la ficción de Cherie Blair está representada como una siniestra manipuladora de su marido. Tan sorprendentes son las acusaciones implícitas del roman à clef que, de haber implicado a una figura de menos relevancia y a un novelista menos destacado que Harris, las leyes antilibelo del Reino Unido podían haber hecho impublicable la novela. Harris dijo a The Guardian antes de su publicación: «El día en que este libro se publique, un mandato judicial podría cruzar la puerta. Pero lo dudo, conociéndolo.» El thriller adquiere un atractivo añadido por el hecho de que Harris fue anteriormente un entusiasta partidario de Blair y donante de fondos al Nuevo Laborismo.

Harris dijo en una entrevista ante la National Public Radio de los Estados Unidos que los políticos como Lang y Blair, particularmente cuando han desempeñado el cargo tanto tiempo, se apartan de la realidad cotidiana, leen poco y acaban con una perspectiva general bastante limitada. Cuando llega el momento de escribir sus memorias, todos ellos tienden por tanto a necesitar un «negro» que las escriba.

Harris apuntó a una tercera alusión, bastante menos obvia, escondida en el título de la novela, y, más significativamente, a un posible motivo para haber escrito el libro en primer lugar. Blair, dice, fue de hecho un «negro», de hecho, del Presidente Bush cuando dio razones públicamente para invadir Irak: defendió el caso mejor que el propio presidente.

El New York Observer, encabezando su por otro lado hostil crítica The Blair Snitch Project, comentó que la «horrible revelación» del libro era «tan escandalosa que simplemente no podía ser cierta, aunque si lo fuera explicaría ciertamente bastante bien muchas cosas de la reciente historia de Gran Bretaña».

Roman Polanski originalmente pensó en Nicolas Cage y Pierce Brosnan para hacer la versión cinematográfica de The Ghost,  pero finalmente hizo la película con Brosnan como ex primer ministro y Ewan McGregor como el ghost writer.

EL LIBRO

La historia comienza en abril de 1964, en una Alemania nazi bajo la estructura del Tercer Reich. El trama se centra en Xavier March, un detective de la Kriminalpolizei (una subdivisión de las SS) que investiga la muerte de Joseph Buhler, un importante jerarca del régimen nazi en el Havel, en las afueras de Berlín, durante las celebraciones por el 75 cumpleaños del Führer Adolf Hitler. Al ir descubriendo más detalles, March se percata que está atrapado en un escándalo político que involucra a altos funcionarios del NSDAP, quienes están siendo, al parecer, sistemáticamente asesinados. De hecho, tan pronto como el cuerpo es identificado, la Gestapo reclama jurisdicción y ordena a la Kripo cerrar la investigación.

March conoce a Charlie Maguire, una periodista norteamericana que trabaja para el New York Times, que también está decidida a investigar el caso. Ambos viajan a Zúrich para averiguar en un banco privado suizo las cuentas de uno de los oficiales asesinados. En última instancia, los dos descubrirán la horrible verdad detrás de los asesinatos: La Gestapo está eliminando a los restantes funcionarios que planificaron el Holocausto en la Conferencia de Wannsee de 1942. Con este plan, se busca evitar que los crímenes del régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial sean descubiertos, y así salvaguardar una próxima reunión entre Hitler y el presidente estadounidense Joseph P. Kennedy, la cual busca una distensión en la guerra fría germano-americana, y lograr que los Estados Unidos minimicen su apoyo a las guerrillas soviéticas que aun mantienen la resistencia contra Alemania en los Urales, enfrentamiento que daña a la economía germana. Maguire se dirige a una neutral Suiza con las pruebas, esperando poder publicarla en el New York Times. Sin embargo, March es denunciado por su hijo de diez años y posteriormente detenido por la Gestapo.

En los sótanos del cuartel general de la Gestapo, March es gravemente torturado, pero no revela la ubicación de Maguire. El jefe de la Kripo, Arthur Nebe, finge un rescate con la intención de que al seguirle la pista a March, se logre ubicar a Maguire cuando se reúnan en Waldshut-Tiengen, en la frontera germano-suiza. March se da cuenta de lo que está ocurriendo y se dirige a Auschwitz, llevando a sus persecutores en la dirección equivocada.

La Gestapo alcanza a March en un lugar indeterminado del completamente desmantelado campo de exterminio de Auschwitz. Convencido de que Maguire ha cruzado la frontera hacia Suiza, March busca alguna señal de que el campamento fue el lugar en el que se daba muerte a los judíos. Mientras, los agentes de la Gestapo comienzan a rodearlo. Satisfecho tras encontrar algunos ladrillos enmohecidos (no queda claro si son parte de un muro del campo o incluso de un horno crematorio), saca su Luger y se encamina a una batalla que no puede ganar.

LA UCRONIA PLANTEADA EN ESTA NOVELA

A lo largo de la novela, Harris explica gradualmente el desarrollo histórico de la sociedad de ese año 1964 alternativo.

Desarrollo de la Segunda Guerra Mundial

Según la versión de la novela de la historia, los ejércitos alemanes en el Frente Oriental se detienen a las puertas de Moscú a finales de 1941, al igual que en nuestra historia. Derrotados en la batalla, pero no desmoralizados, lanzan una segunda gran ofensiva en el Cáucaso en 1942 cortando el flujo de petróleo y combustible al Ejército Rojo. El primer gran punto de divergencia de la historia es que esta segunda ofensiva, que en la historia real culminó en Stalingrado, tuvo mucho más éxito. Con sus ejércitos inmovilizados, la URSS se rinde en 1943. Nota: Cronológicamente, el primer punto de inflexión con el devenir histórico real, de hecho, se produce en mayo de 1942, cuando Reinhard Heydrich sobrevive al atentado, que en la realidad le costo la vida, en Praga.

El segundo gran punto de divergencia es que en la misma época, la Abwehr (en una forma que nunca se explica) se percata de que los británicos lograron romper el código ENIGMA, lo que explica el naufragio de sus submarinos. Con esto, retiran temporalmente sus submarinos del Océano Atlántico y envían falsos datos de inteligencia para atraer a la flota británica a su destrucción. Mientras, la campaña de los U-Boat alemanes en contra de las líneas de provisiones de Gran Bretaña logran privar a la isla de provisiones alimentarias. Finalmente, ésta se ve forzada a aceptar un humillante armisticio en 1944, Winston Churchill, el rey Jorge VI y otros prominentes oficiales británicos son forzados a exiliarse en Canadá. Por consiguiente, Eduardo VIII es repuesto en el trono para dirigir a un gobierno títere pro-alemán.

Alemania prueba su primera bomba atómica en 1946, y lanza una nueva generación de misiles "V-3" que estallan por encima de la ciudad de Nueva York, demostrando así la capacidad alemana para atacar a la parte continental de los Estados Unidos con misiles de largo alcance. Tras esta demostración de poder, los norteamericanos firman un tratado de paz con Alemania. Esto se traduce en que el III Reich es una de las dos superpotencias del mundo, junto con los Estados Unidos, los cuales derrotan a Japón, lo que refleja la historia real de la guerra.

Expansión del Gran Reich alemán

Las primeras páginas de la novela "Patria" son dos mapas; uno del centro de la ciudad de Berlín y otro que muestra la masiva ampliación del Gran Reich alemán.

Alemania se anexionó todos los territorios perdidos tras el Tratado de Versalles, además de Austria (ahora conocido como el "Ostmark"), Checoslovaquia y Luxemburgo (ahora llamado "Moselland"). Asimismo, han pasado a formar del Reich los territorios conquistados de Polonia, los Países Bálticos, el Cáucaso y toda la Rusia europea, incluida su antigua capital, Moscú. Estos territorios fueron divididos en cinco Reichkommissariats (Comisariados del Reich): "Ostland" (Bielorrusia y los países bálticos), Ucrania, "Muscovy" (de Moscú a los Urales), y el Cáucaso, junto con el "Generalkommissariat Taurida" (sur de Ucrania y Crimea).

Las principales ciudades en expansión del Reich incluyen viejas ciudades alemanas como Hamburgo, Danzig y Berlín, así como también varias de las nuevas urbes anexadas como Moscú, Tiflis, Ufá, San Petersburgo, Cracovia, Rovno, Riga, Melitopol, Gotenburg (Simerfopol) y Theodorichshafen (Sevastopol).


Mapa del III Reich Aleman en 1964, planteado en la novela


Berlín ha sido ampliamente remodelada siguiendo el deseo de Hitler y su arquitecto jefe, Albert Speer, de convertirla en la "capital de capitales".  Para 1964 es la ciudad más grande del mundo, con una población de 10 millones de habitantes.

La ciudad cuenta con gigantescos monumentos portaestandartes de la megalomanía nazi; el Gran Salón, que puede albergar a más de 160.000 personas durante las más altas ceremonias nazis; el enorme Arco del Triunfo (49 veces mayor que el de París) tiene inscritos los nombres de los soldados alemanes muertos en las dos guerras mundiales, y abarca la Gran Avenida, un inmenso bulevar forrado con la artillería soviética capturada y coronada con torres de estatuas de águilas imperiales rematadas con la esvástica. El Reichstag y la Puerta de Brandenburgo son empequeñecidos por los vastos y graníticos edificios civiles que dominan el centro de la ciudad; la Gran Plaza, la estación de trenes de Berlín, en expansión, el descomunal palacio donde reside Hitler, la sede de la Wehrmacht, y el parlamento de una impotente Comunidad Europea.

Sociedad nazi

En la novela, la piedra angular de la ideología nazi sigue siendo la política de culpar a los "subversivos" de los problemas sociales del país. La homosexualidad, el incesto y las relaciones interraciales (sobre todo entre "arios" y eslavos) se han sumado a los judíos y al comunismo, como los nuevos chivos expiatorios para el Gobierno nazi. Con Europa y gran parte Rusia bajo control político y militar alemán, a principios de los años 60, el NSDAP comienza a culpar a los Estados Unidos de causar los problemas de Alemania.

Sin embargo, con la reunión diplomática entre Hitler y Kennedy acercándose, aquella propaganda de desprestigio hacia los Estados Unidos se ve forzada a cambiar por una visión más positiva de ésta. Para 1964, al NSDAP ya no le queda ningún enemigo interno o externo contra quien luchar y en consecuencia, la estructura misma de la sociedad alemana nazificada está empezando a desmoronarse.

A pesar del declive de su ideología y moralidad, Alemania goza de un muy alto nivel de vida, con sus ciudadanos viviendo de la producción de los estados satélites europeos y liberados del trabajo físico por miles de esclavos polacos, checos y ucranianos. Estos prisioneros se encuentran viviendo en condiciones paupérrimas, siendo obligados a desempeñar los trabajos más duros y peligrosos en un régimen que raya la esclavitud. Los judíos europeos supervivientes son tratados de la misma forma en Europa Oriental, a donde fueron deportados. Productos de alta calidad de toda Europa y sus imperios coloniales inundan Alemania, mientras algunas naciones europeas proveen además servicios como la Academia de las SS en la Universidad de Oxford, y diversos centros turísticos alemanes en España, Francia, y Grecia.

La estructura social de la Alemania nazi ha cambiado considerablemente desde la década de 1940. El servicio militar sigue siendo obligatorio, pero los reclutas tienen una opción de servicio. Europa Oriental ha sido colonizada por comunidades alemanas (aunque los movimientos de resistencia de los guerrilleros soviéticos son muy fuertes) y la población alemana se ha disparado como resultado del énfasis nazi en el crecimiento de la natalidad. Algunas ciudades soviéticas como Moscú, Tiflis y Sebastopol (ahora llamada Theodorichshafen) y otras de nueva fundación dependen directamente de Berlín y están habitadas casi exclusivamente por colonos alemanes.

Las SS son la fuerza policial del país, y los campos de concentración se encuentran todavía en funcionamiento para los disidentes políticos, aunque en ocasiones, están sujetos a inspecciones de la Cruz Roja Internacional.

No obstante, de acuerdo con los principales personajes, la sociedad alemana de principios de los años 60 está volviéndose más y más rebelde. Las protestas estudiantiles, en particular contra la guerra en los Urales, la influencia cultural americana y británica (incluyendo el aumento de la popularidad de los Beatles, denunciada en la prensa oficial alemana), y un pacifismo en crecimiento, son todas encontradas dentro de la sociedad alemana. La música jazz sigue siendo popular y Alemania afirma que ha llegado con una versión que está libre de la "influencia negra". Alemania parece estar bajo constante ataque por parte de grupos armados, con funcionarios del gobierno y personalidades civiles asesinados en atentados. La religión es todavía oficialmente desalentada por el estado, y la afiliación a las Juventudes Hitlerianas es obligatoria para todos los niños desde los diez años, como ocurría hasta 1945 en la realidad. Las universidades, al igual que en la época de la República de Weimar, son los centros de la disidencia, y el movimiento Rosa Blanca de Sophie Scholl, una vez más, está activo.

Los nazis continúan con sus políticas para que las mujeres permanezcan en el hogar y críen a sus hijos. Organizaciones nazis como "Kraft durch Freude" todavía existen y cumplen con sus funciones originales. Una extensa red de transporte abarca todo el Reich, incluyendo al gran Autobahnen y al transporte ferroviario, que lleva inmensos trenes

Europa

Los países del oeste y sur de Europa no sufren la ocupación alemana, pero tienen gobiernos tutelados por éstos; algunos abiertamente dictatoriales y otros ligeramente democráticos.

Tras la guerra, el resto de Europa Occidental, con excepción de Suiza, fue aglutinada por Alemania en una "Comunidad Europea", formada a partir de de doce naciones: Noruega, Suecia (que aun a pesar de su política neutral, se entregó a los designios alemanes), Finlandia (que ha absorbido la Carelia rusa), Dinamarca, Reino Unido, Irlanda (en situación idéntica a Suecia), Francia (bajo el mando de Pierre Laval), España (que, como en la historia real, continúo dirigida por Francisco Franco), Portugal , Bélgica, Países Bajos e Italia (no se especifica si aun bajo control de Benito Mussolini).

Otros países de esta Europa son Croacia, Grecia , Rumanía (que se ha anexionado la Besarabia otrora bajo control soviético), una expandida Hungría (que ha absorbido la Transilvania de la vecina Rumanía, así como el estado títere de Eslovaquia y posiblemente, todavía liderada por los fascistas Partido de la Cruz Flechada), Bulgaria (que parece haber adquirido Macedonia y la Tracia griega), Albania, Serbia, Islandia y Turquía.

Un prácticamente impotente Parlamento Europeo tiene su sede en Berlín. En el edificio del Parlamento Europeo, las banderas de los estados miembro son empequeñecidas por una enorme bandera con la esvástica, del doble de tamaño que las otras banderas. Las naciones de la Comunidad Europea en Patria, a pesar de ser nominalmente libre en virtud de sus propios gobiernos y líderes (como el general Franco y el rey Eduardo VIII), son estrechamente vigiladas por Alemania. Las fuerzas militares de las naciones europeas "libres" son apenas suficientes para hacer de policías de su propio territorio y sus colonias. Las naciones europeas se encuentran bajo constante vigilancia por parte de Berlín y están subordinadas a Alemania en nombre de todos.

Suiza no ha sido anexada por el Reich y tampoco es un miembro de la Comunidad Europea. En el momento en que el Reich había vuelto sus ojos a ella, el estancamiento de la guerra fría convirtió a Suiza en un conveniente lugar neutral para los agentes de inteligencia norteamericanos y alemanes para espiar al otro. En consecuencia, Suiza es el último país totalmente libre en Europa.

Como parte del armisticio británico, Alemania repuso a Eduardo VIII en el trono británico, mientras que Isabel II del Reino Unido y Winston Churchill se exiliaron en Canadá. Isabel sigue reclamando el trono, así que el Imperio Británico se ha dividido en dos: Canadá, Australia y Nueva Zelanda reconocen a Isabel II como monarca legítima y Winston Churchill como su primer ministro y son estrechos colaboradores de los Estados Unidos en su oposición a Alemania, mientras que Eduardo VIII gobierna en Gran Bretaña y su parte del imperio colonial (principalmente las colonias de África y Asia) con puño de hierro. Éste es, asimismo, el valedor de los intereses de Hitler en ultramar, poco interesado a su vez en tierras extraeuropeas.

Resto del mundo

La novela también hace muchas referencias al mundo fuera de Europa. Los Estados Unidos están encerrados en una guerra fría con el Gran Reich alemán. Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial en 1946, ambos países han estado corriendo el uno contra con el otro por desarrollar sofisticadas tecnologías militares, nucleares y espaciales, de forma similar a la carrera armamentística, espacial y tecnológica llevada a cabo en la historia real entre norteamericanos y soviéticos.

La URSS sigue existiendo, aunque fuertemente debilitada y reducida. Su actual capital se encuentra en la ciudad de Omsk y todavía mantiene una eterna guerra de guerrillas con Alemania en los montes Urales, gracias a las armas y fondos que le son suministrados por los Estados Unidos. A pesar que la propaganda alemana minimiza la guerra en el este, el número de muertos en el Frente Oriental es grave (una especie de Vietnam nazi); por lo menos 100.000 desde 1960, (según la novela) cuyos cadáveres tienen que ser repatriados a Alemania con nocturnidad.

En la novela, no queda claro si el Holocausto se limitó a la Europa ocupada por los nazis o si se extendió al resto del mundo, en particular a Palestina. En la obra, el Holocausto judío nunca fue revelado, sin embargo, la propaganda del Tercer Reich ha sacado a la luz varias de las atrocidades de Stalin, como la Gran Purga, y la hambruna artificial en Ucrania, el Holodomor (conocido por todos como "Holocausto de Stalin"), lo cual ha debilitado fuertemente a la URSS en el plano internacional.

China es un estado independiente y débil. La referencia al gobierno de ese país es que está gobernada por un gobierno de mano dura (posiblemente comunista) y las relaciones sino-germanas no parecen particularmente fuertes.

Japón fue derrotado por los norteamericanos, luego de que éste país detonara dos bombas atómicas sobre su territorio, por lo que perdió su imperio en Asia. Pese a ello, Japón se recuperó rápidamente de su derrota y Tokio pasó a ser el anfitrión de los Juegos Olímpicos de 1964. Se dice que los Estados Unidos no han participado en los Juegos Olímpicos desde 1936, pero se espera que en 1964 si lo hagan.

África y el resto de Asia siguen estando controlados por los antiguos imperios coloniales europeos. Sudamérica no es referida en la novela, pero se entiende que está en el área de influencia norteamericana.

La novela no hace referencias a la Sociedad de Naciones o a una posible existencia de la ONU. La Cruz Roja Internacional existe también en el mundo de Patria, la cual realiza inspecciones periódicas a los campos de concentración que se encuentran por todo el Reich.

Varias referencias en el libro indican que Alemania vive en una paranoia por una guerra nuclear. Los nuevos edificios alemanes son construidos con un obligatorio refugio antiatómico. A pesar de lo catastrófico número de muertes en el Frente Oriental, la Wehrmacht tiene miedo a utilizar armas nucleares, ya que podría provocar un ataque nuclear norteamericano sobre el Reich. No se explica si Alemania y los Estados Unidos son las únicas potencias nucleares en el mundo de Patria, pero parece ser que sí.

Tecnología

El nivel tecnológico en Patria es igual a la década real de 1960, aunque en algunos aspectos, está más avanzado. El ejército hace uso de aviones a reacción, submarinos nucleares y portaaviones, mientras que la tecnología civil también ha avanzado considerablemente. Aviones supersónicos, televisores,, automóviles modernos, e incluso máquinas fotocopiadoras se utilizan en esta Alemania alternativa.

La novela hace referencia a los programas espaciales de los Estados Unidos y el III Reich, tanto que al parecer, poseen sofisticados instrumentos de tecnología espacial. A juzgar por una referencia hecha por Maguire, tanto los Estados Unidos como el III Reich pusieron en marcha los primeros satélites artificiales en órbita poco después de la guerra, desde White Sands y Peenemünde, respectivamente. La medida de la tecnología espacial y la exploración del espacio en la novela Patria es desconocida.
IMPRESION PERSONAL

Estos libros de ucronías son una buena manera de hacernos ver cómo sería el mundo si, en determinado momento, el azar, una persona, un simple cambio, hubiesen hecho que todo en nuestra vida fuese de otra manera. La parte policíaca no desmerece para nada la parte de la Historia alternativa, ya que el policía protagonista se plantea si realmente es buena la ideología sobre la que giran sus vidas, con lo cual nos adentramos en la población digamos urbana y vemos cómo sería su nueva vida. Con un lenguaje claro, nos va detallando todos estos supuestos, y dándonos una idea muy buena de cómo viviríamos ahora. Incluso podemos sentir el agobio al que se encuentra sometido el policía protagonista, pues empieza a plantearse que no todo lo que reluce en su país es oro, pero debe disimularlo para poder estar cerca de su hijo y que no sea detenido.

Creo que esta clase de Literatura, de la que hay variados ejemplos, es un buen ejercicio para el autor, pues además de inventarse la supuesta historia, debe ir recogiendo todos los datos históricos a su alcance y darles una forma verosímil.

Lo que más llama la atención de la novela es el escenario, la Alemania nazi de 1964. Se trata de una ucronía. La ucronía es un género literario que también podría denominarse novela histórica alternativa y que se caracteriza porque la trama transcurre en un mundo desarrollado a partir de un punto en el pasado en el que algún acontecimiento sucedió de forma diferente a como ocurrió en realidad.

En este caso el autor, Robert Harris, parte de la premisa de que los nazis ganaron la Segunda Guerra Mundial y conquistaron gran parte de Europa durante los años posteriores, gobernando no solo Alemania, sino también Austria, Polonia o Rusia. Este es el escenario en el que se desarrolla esta novela.

Sin embargo, en contra de lo que esperaba, la ucronía es solo el escenario, no tiene tanta importancia como creía y en realidad Patria es una novela negra que tiene como ambientación la Alemania nazi de 1964 pero no tiene tanto peso como me imaginaba.


El protagonista de esta historia es Xavier March, un cuarentón divorciado, padre de un niño de diez años y miembro de la Policía de Berlín. Su vida se reduce únicamente a su trabajo. Pasa más horas en la oficina que en casa. No tiene nada más, a nadie más y se vuelca en su labor de investigador. Es su vocación. Es lo único que tiene.

La historia se desarrolla entre el martes 14 y el lunes 20 de abril de 1964, día en el que Adolf Hitler cumple 75 años. En los días previos toda la ciudad de Berlín se engalana y se prepara para la gran celebración. Pero los preparativos festivos se ven interrumpidos por la aparición de un cadáver en el lago Havel de la ciudad. Se trata de un anciano. En un principio parece un vagabundo, pero las investigaciones revelan que es un alto cargo del Partido Nazi.

Xavier March y su compañero Max Jaeger tendrán que hacerse cargo de la investigación y averiguar cómo y por qué murió y si la muerte fue natural, un suicidio o un asesinato. Conforme pasan los días aparecen nuevos cadáveres. Todos son miembros destacados del Partido Nazi. Todos han ocupado puestos de responsabilidad en distintos Ministerios. Y todos acudieron a la misma reunión durante la Segunda Guerra Mundial.

¿De qué hablaron en la reunión? ¿Qué asuntos trataron? ¿Quién está matando a todos los asistentes y por qué? A lo largo de los años todos los que acudieron a esa reunión han ido muriendo poco a poco en sospechosos accidentes. Ahora solo quedaban cuatro. Tres acaban de morir y el cuarto está desaparecido.

Xavier March, acompañado por Charlie, una joven periodista norteamericana dispuesta a todo con tal de descubrir qué se esconde detrás de todas las muertes y publicar toda la información, emprenderá una carrera contrarreloj en la que tendrá que encontrar la respuesta a todas las preguntas.

Pero no lo tendrá fácil. La Gestapo les sigue muy de cerca. No quiere que investiguen los asesinatos. No quiere que averigüen quién está matando a esos miembros del Partido Nazi ni, mucho menos, por qué. No quiere que salga a la luz el motivo de aquella reunión.

La novela tiene un ritmo muy ágil, trepidante, frenético, que hace que se lea casi sin darte cuenta, las páginas vuelan a la misma velocidad que se suceden las persecuciones, los interrogatorios, los asesinatos, las amenazas, las desapariciones.

Aunque el final es lo que menos me ha gustado, ya que para mi gusto es demasiado abierto, en conjunto la novela ha cumplido las expectativas que me había creado.
Especialmente interesante es la concepción de la sociedad nazi, recordando en muchos momentos a novelas clásicas como “1984″ y “Un mundo de feliz”.

ACTUALMENTE LEYENDO:  LA LOGIA DE CADIZ  (Jorge Fernandez Diaz)

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