lunes, 28 de enero de 2013

LIBROS QUE HE LEIDO: LOS SONAMBULOS (Paul Grossman)



EL AUTOR

Paul Grossman, periodista y escritor norteamericano, ha trabajado como periodista freelance durante muchos años, y ha publicado artículos en revistas de la talla de Vanity Fair y Details. También desde hace algunos años, Grossman imparte clases de escritura y literatura en el Hunter College de Nueva York. "Los sonámbulos", su primera novela, está siendo traducida a varios idiomas



EL LIBRO

Berlín, noviembre de 1932, Willi Kraus, inspector de la Brigada de Homicidios de la Kripo, la policía criminal de Berlín, debe investigar la aparición de un cadáver flotando en el río Havel. Los huesos de las piernas de la víctima, una joven de 25 años, han sido manipulados de forma salvaje y cruel. Willi había visto todo tipo de cadáveres, mutilados, decapitados, hechos picadillo y convertidos en salchichas, pero éste le dejó perplejo por su crueldad.

Al mismo tiempo, Willi recibe un encargo personal del canciller Paul von Hindenburg, presidente y padre simbólico de Alemania. Debe investigar la desaparición de la princesa Magdelena Eugenia, hija del rey de Bulgaria, ocurrida en el hotel más ilustre de Berlín. Desapareció al salir del hotel en estado de sonambulismo después de haber asistido a una sesión de hipnotismo del mentalista más famoso de Berlín.

Willi acepta el encargo a regañadientes, ya que piensa que esta investigación le va a distraer del caso de asesinato, pero el canciller quiere que se encargue personalmente, ya que es el policía más conocido de Alemania. Se hizo famoso por atrapar al monstruo Devorador de Niños de Berlín. Todo el mundo le reconocía por la calle y le pedía autógrafos, algo contradictorio, ya que Willi era judío y el antisemitismo se extendía como la espuma por toda Alemania.


La Alexanderplatz, centro neuralgico de Berlin durante la Republica de Weimar


El caso de la desaparición dará un giro siniestro y se relacionará con el cadáver hallado en el río. Las horribles piezas del rompecabezas irán encajando, pero el cuadro que dibujarán estará lleno de horror. Willi realizará descubrimientos terribles que le llevarán a relacionarse con los dirigentes nazis y enfrentarse a ellos, en una lucha de David contra Goliat.

IMPRESION PERSONAL

El título "Los sonambulos" hace referencia a la cita inicial de Adolf Hitler que Paul Grossman incluye al comienzo de su novela: “Sigo el camino que dicta la Providencia con el aplomo de un sonámbulo”. Una referencia a la que el autor sabe, desde luego, extraer todo su potencial  narrativo. En primer lugar le sirve para elaborar un hilo fundamental del argumento, sustentado en la figura del gran Gustave, un célebre hipnotizador que entretiene las noches del alegre Berlín de los primeros años treinta con su efectista espéctaculo de ocultismo. Pero el sonambulismo es, también, en un segundo plano, la metáfora perfecta para Grossman a la hora de plasmar la situación del pueblo alemán en los meses previos a la llegada de Hitler al poder, ya que le permite mostrar a un país entero de durmientes que camina a tientas, en pos del líder fanático, mientras en la sombra se cometen los crímenes más irracionales contra el ser humano, y la montaña de cadáveres va creciendo de forma lenta, programática, terrible.

La novela tiene un ritmo frenético, con un personaje principal que cada vez se verá más implicado en el caso, hasta llegar a una encrucijada personal por su condición de judío. Asistiremos también al horror de la ideología nazi, con sus técnicas de conspiración para hacerse con el poder y los experimentos inhumanos que realizaron. También comprobaremos cómo el antisemitismo se fue extendiendo por toda la población en una ciudad que había tocado fondo, “enloquecida por años de guerra, derrotas, revolución, hiperinflación y, finalmente la Gran Depresión”. La investigación llevará al protagonista hasta los bajos fondos de la ciudad, en los que la depravación se extendía con “maníacos sexuales, asesinos en serie, matones con camisas pardas y rojas peleándose por el control de las calle”.


Desfiles de camisas pardas, los tristemente celebres voluntarios de las S.A. nazis


El personaje de central es el gran logro de la novela. Me han sorprendido las peculiaridades del personaje principal, Willi Kraus, el detective judío que se ve inmerso en la investigación de un crimen aparentemente aislado, que irá adquiriendo proporciones desmesuradas y terroríficas. A través de los ojos del protagonista descubriremos poco a poco no sólo los pormenores de la trama principal, el hallazgo de una bella joven muerta, con las piernas deformadas, sino también la transformación profunda de un país como Alemania, de una ciudad chispeante y alocada como Berlín, plagada aún de criaturas fascinantes y noctámbulas; prostitutas bellísimas, como la irresistible Putzi, artistas de la farándula, como Gustave, el hipnotizador, o seres desarraigados, pero poseedores de su propio código de honor, como el joven Kai, un guapo adolescente vagabundo que vive con su pandilla de camaradas en las callejuelas menos recomendables de la capital. Todos ellos irán desfilando por las páginas de la novela, y de una u otra forma colaborarán con Willi Kraus para desenmascarar el lado más siniestro del rutilante porvenir prometido por Hitler a sus compatriotas.

Kraus es un héroe atípico, con debilidades y contradicciones, que intenta cumplir con su labor aunque toma conciencia sobre la marcha del poder y la locura del enemigo a quien se enfrenta. Grossman sabe narrar el proceso de cambio que este personaje sufre en unos pocos meses, cuando su vida rutinaria como ciudadano respetable se va ensombreciendo hasta quedar convertida en un laberinto cada vez más peligroso. Desde las calles llenas de vida, desde los tranvías atestados y los confortables cafés berlineses que le sirven como telón de fondo, Kraus irá percatándose del final del mundo que le rodea, de la presencia invisible de la bestia irracional que acecha desde más rincones cada vez, una sombra que se proyecta sobre el país entero, amenazando con conquistar el mundo.

Es un idealista, que huye de la fama ya que sólo le importa ser detective y defender la ley, ya que sin ley, el débil está indefenso. Arrastra una situación trágica en su familia que se desvelará al comienzo de la novela y tiene que luchar contra todos los prejuicios por ser judío. Asistiremos a su despertar a una realidad que se niega a aceptar en un principio, pero que terminará por afectarle de forma implacable.


Boulevard Unter den Linden, el más lujoso de Berlín


Los principales dirigentes nazis, con Hitler a la cabeza, son protagonistas de una historia que sacará a la luz lo más depravado de la condición humana. También aparecen otros personajes conocidos como Marlene Dietrich, Thomas Mann o Albert Einstein.

El autor realiza una metáfora original y acertadísima al comparar a los personajes en estado de sonambulismo con una Alemania a la que los nazis hipnotizaron, convirtiéndola en un país de sonámbulos

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