EL AUTOR
Luis García Jambrina (Zamora, 1960) es Profesor Titular de Literatura Española en la Universidad de Salamanca. Es Doctor en Filología Hispánica y Máster en Guión de Ficción para Televisión y Cine.
Asimismo, es crítico literario del suplemento ABC Cultural. Entre otros galardones, ha recibido el Premio Fray Luis de León de Ensayo en 1999. Es autor de los libros de relatos Oposiciones a la Morgue y otros ajustes de cuentas (1995) y Muertos S. A. (2005); algunos de sus cuentos han sido traducidos a varias lenguas y figuran en numerosas antologías. El manuscrito de piedra (Alfaguara), obtuvo, en 2009, el Premio Internacional de Novela Histórica Ciudad de Zaragoza a la mejor novela de ese género publicada en español durante el año 2008 por autores de cualquier nacionalidad; asimismo, esta obra fue finalista del Premio de la Crítica de Castilla y León, y está en curso de aparición en diferentes países. Aunque puede leerse de forma aislada e independiente, El manuscrito de nieve es una nueva entrega de las andanzas de Fernando de Rojas. Estas dos novelas han sido elegidas por la Fundación Germán Sánchez Ruipérez para un ambicioso proyecto de investigación sobre el uso del libro digital:
EL LIBRO
Un nuevo caso del pesquisidor Fernando de Rojas en la Salamanca de finales del siglo xv.
El bachiller Fernando de Rojas recibe el encargo de investigar el extraño asesinato de un estudiante de la Universidad de Salamanca. Así comienza una intensa aventura en la que iremos recorriendo los más diversos ambientes de una ciudad donde nada ni nadie es lo que parece, al tiempo que nos adentramos en su conflictiva historia, hasta llegar a descubrir los entresijos de unos crímenes que hunden sus raíces en el pasado y amenazan con desencadenar una guerra.
Retrato de Fernando de Rojas
Estamos ante una intriga detectivesca llena de giros, misterio y sorpresas. Por su compleja y apasionante trama desfilan personajes inolvidables y figuras históricas de todo género y condición, desde un conocido pícaro hasta la reina Isabel la Católica, pasando por la inquebrantable lucía de Medrano, el maquiavélico arzobispo de Santiago, don Alonso de Fonseca, o el futuro santo fran Juan de Sahagún.
IMPRESION PERSONAL
Después de "El manuscrito de piedra" le toca el turno al manuscrito de nieve. Hay continuidad en los personajes, en especial en el protagonista, Fernando de Rojas, que tendrá que investigar esta vez los asesinatos de varios estudiantes. Pero sobre todo hay continuidad en los escenarios, en la presencia de la Salamanca clásica de finales del siglo XV como verdadera protagonista, pues no es sino en su historia donde el bachiller encontrará las razones enterradas de los asesinatos y donde tendrá que profundizar para evitar una nueva guerra entre bandos.
La novela vuelve a estar muy bien construida y muy bien resuelta. Incluso diría que mejor que la anterior, menos fantasiosa. Y el autor vuelve también a jugar con los personajes literarios, incluyendo esta vez a un joven Lázaro de Tormes, que desempeña un papel crucial en toda la historia. Juegan también su papel personajes históricos como la reina Isabel la Católica a quien el autor dibuja con un perfil mucho mas humano del habitual o Luisa (Lucía) de Medrano que tal vez fué la primera mujer profesora de Universidad de Europa. Tanbién Beatriz Galindo, preceptora de la reina o el arzobispo de Santiago, Alonso de Fonseca.
Colegio San Bartolome (Salamanca) residencia estudiantil de Fernando de Rojas
Estamos ante una novela histórica porque su ambientación y conflictos eclosionan en un momento y en una geografía muy determinada de nuestra historia. Un momento perfectamente elegido por Jambrina: el final de nuestra Edad Media, el comienzo de lo que hoy se conoce como el reino de España, el de las primeras noticias del descubrimiento del Nuevo Mundo, el de la lucha por el poder entre la nobleza y la iglesia, el de un multiculturalismo cercenado por el catolicismo intransigente y el de la eclosión definitiva de la cultura española y del español como lengua literaria. En este escenario, y más concretamente en la Salamanca universitaria, y habitada por órdenes religiosas, familias nobles enfrentadas, aristocracia y pueblo llano..., sitúa Jambrina a su héroe pesquisidor, a su detective. Nada más y nada menos que un joven y converso Fernando de Rojas, uno de los autores claves de nuestra literatura y de la literatura universal. Pues bien, Jambrina, partiendo de un conocimiento exhaustivo de la realidad histórica de aquel momento, de su literatura y de la geografía de la Salamanca de entonces, construye una trama narrativa en la que los asesinatos en serie y la investigación detectivesca para su resolución, son la excusa, la anécdota por así decirlo, que le sirven a nuestro autor para atrapar el interés del lector común de nuestros días, y una vez atrapado, no dejarlo escapar.
¿Cómo? No dándole gato por liebre, es decir, no burlándose de él ofreciéndole una narración anémica y pueril, sino dándole una historia perfectamente construida y ambientada, en la que la trama detectivesca no se desenvuelve por los senderos de lo policiaco, sino por los de la novela negra, es decir, sirve para construir toda un retrato de época, un ambiente, una atmósfera..., que a su vez presentan una honda y sólida reflexión sobre asuntos tales como la libertad, el poder, la amistad...
Pero por encima de todo, creo que vale la pena resaltar lo bien escrito que está el libro.
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