martes, 22 de enero de 2013

LIBROS QUE HE LEIDO: EL PODER Y LA GLORIA (Graham Greene)



EL AUTOR

Novelista inglés cuya obra refleja los conflictos espirituales de un mundo en decadencia. Hijo de un director de colegio, Greene nació el 2 de octubre de 1904, en Berkhamsted, (Hertfordshire), y estudió en la universidad de Oxford. Entre 1926 y 1929 trabajó para The Times, y a partir de entonces lo hizo como escritor independiente. En 1935 fue crítico de cine en la revista inglesa The Spectator, que le nombró director literario en 1940. De 1942 a 1943 trabajó para el Ministerio de Asuntos Exteriores británico en África occidental, y tras la II Guerra Mundial viajó por todo el mundo.



Sus primeras novelas fueron Historia de una cobardía (1929), El nombre de la acción (1930) y Rumor al caer la noche (1931), pero la fama le llegó con El tren de Estambul (1932), novela de espionaje que también se publicó bajo el nombre de Orient Express. Greene consideró esta novela y las siguientes, Inglaterra me ha hecho así (1935) y El ministerio del miedo (1943) como "entretenimientos". Una pistola en venta (1936) tiene como argumento central el conflicto humano entre el bien y el mal, y puede considerarse como precursora del tipo de libro que Greene calificaría como "novelas", libros que muestran una honda preocupación por los problemas morales, sociales y religiosos de la época. El mismo Greene se convirtió al catolicismo en 1926. Las "novelas" son: Brighton parque de atracciones (1938), El poder y la gloria (1940), su obra favorita, El revés de la trama (1948) y El fin de la aventura (1951). Otras obras posteriores son El americano impasible (1955), Nuestro hombre en La Habana (1958), Un caso acabado (1961), Los comediantes (1966), El cónsul honorario (1973), El factor humano (1978) y El décimo hombre (1985). Muchas de sus novelas han sido adaptadas al cine. El tercer hombre (1950), otra película de espías dirigida por Carol Reed, fue escrita para su rodaje. Como ensayista escribió La infancia perdida y otros ensayos (1952) y Ensayos completos (1969), este último compuesto en su mayor parte de estudios sobre otros escritores. También escribió libros para niños. Entre sus obras de teatro destacan El cuarto de estar (1953), El establo (1957) y El amante complaciente (1959). Una especie de vida (1971) y su continuación Vías de escape (1980), son sus autobiografías. Las obras de Greene se caracterizan por la intensidad de sus detalles y los lugares exóticos donde transcurren (México, África, Haití, Vietnam), así como el retrato preciso y objetivo de los personajes inmersos en todo tipo de situaciones de tensión social, política o psicológica. El mal es omnipresente, y aunque en sus últimas novelas surge una dimensión de duda y conflicto moral que se añade al terror y al suspense, Monseñor Quijote (1982) novela que enfrenta marxismo y catolicismo, posee un tono más moderado. A partir de 1966 Greene se instaló en la Riviera francesa y se dedicó a viajar. Murió, el 3 de abril de 1991, en Vevey, Suiza

EL LIBRO

Esta es la historia del padre José, un sacerdote atormentado por su conciencia que se debate entre el servicio a su comunidad y los remordimientos por su sentimiento de pecador, pues es padre de una joven. La acción transcurre en él México de los años veinte, cuando el catolicismo fue perseguido, y la suya es la historia de un huida de las autoridades. Hay quienes consideran ésta la novela en la que mejor planteó Greene los debates internos de sus personajes.



BREVE RESEÑA HISTORICA

Greene tomo como escenario un hecho histórico lamentable en la historia de México, en un tiempo en que el gobierno mexicano luchó por suprimir a la Iglesia Católica Romana en varias áreas del país, época conocida como la Guerra Cristera.

La Guerra Cristera (también conocida como Guerra de los Cristeros o Cristiada) en México fue un conflicto armado que se prolongó desde 1926 a 1929 entre el gobierno de Plutarco Elías Calles y milicias de laicos, presbíteros y religiosos católicos que resistían la aplicación de legislación y políticas públicas orientadas a restringir la autonomía de la Iglesia católica.

La Constitución mexicana de 1917 establecía una política que negaba la personería jurídica a las iglesias, subordinaba a éstas a fuertes controles por parte del Estado, prohibía la participación del clero en política, privaba a las iglesias del derecho a poseer bienes raíces, desconocía derechos básicos de los "ministros del culto" e impedía el culto público fuera de los templos. Algunas estimaciones ubican el número de personas muertas en un máximo de 250 mil, entre civiles, efectivos de las fuerzas cristeras y del Ejército Mexicano.
 
Partida Guerrillera durante la Guerra Cristera

IMPRESION PERSONAL

Hay novelistas que descuellan por la finura del estudio psicológico, por la maestría de la descripción, por la excelencia del estilo.

Graham Greene, que desde la segunda Gran Guerra hasta la fecha ha ganado un lugar de excepción en la novelística contemporánea, reúne por entero esas virtudes. Pero no sólo en ellas radica la causa de su consagración dentro y fuera de las letras inglesas. Graham Greene ha ido más lejos, aventurándose sin desmayos hasta las regiones más profundas e inquietantes del alma humana. De allí, donde acaso la luz está hecha de sombras, extrae borrosos problemas y conflictos que su talento aborda y sintetiza, confiriéndoles la individualidad que necesitan para su cabal comprensión.
Así, en El Poder y la gloria, como en algunas otras de sus obras más representativas, coloca al hombre frente a su conciencia, que en este caso equivale a decir frente a Dios, obligándole a encarar los más intrincados y angustiosos problemas que puedan surgir en el interior de su alma.


Ejecucion de uns acerdote durante la Guerra Cristera


La novela es un intento de Greene por denunciar las persecuciones anticlericales realizadas en México entre 1924 y 1928 por parte del presidente Plutarco Elías Calles y su Guerra de los Cristeros y el gobernador de Tabasco, Garrido Canabal. La novela cuenta la huida del último cura durante esas constantes persecuciones en Tabasco, no nombrado en el libro, y sus continuos e infructuosos intentos de cruzar la frontera al seguro estado de Chiapas, tampoco nombrado en el libro. De hecho, ni el cura ni los estados son citados con su nombre propio. Eso era secundario al propósito real de la novela: mostrar el triunfo de la Iglesia en este anticlerical estado del sur de México. Más allá de eso, la novela muestra como un hombre paga la salvación exterior de su existencia material mediante la humillación, más aún, la aniquilación interior de sí mismo. La novela es el retrato del Cristianismo abandonado. Es la novela de un mundo infinitamente vacío al cual le robaron todas las presencias esenciales. “Donde antes se erguían iglesias y catedrales hay hoy centros de juego o edificios oficiales; en lugar de los orantes han aparecido los desesperados”.  No sólo ha desaparecido el Cristianismo como un simple ejercicio religioso, ha desaparecido toda su sustancia, la fe ha sido aniquilada. Greene apunta en la novela una nueva fuerza que pretende llenar ese vacío: el Estado Total, en el cual se desnuda el hombre como dueño de su propia gloria y poder. Este hombre presume estar dando origen a unos nuevos fundamentos existenciales, considera que está creando una nueva fe, pero como siempre suele ocurrir en estos casos, esa creación se sustenta sobre burdas construcciones que perfila a través de la violencia, expandiendo la angustia y el temor, edificando un territorio para la muerte. Es el levantamiento del imperio de la barbarie (concepto muy caro para los regímenes militares latinoamericanos), implantando la pérdida total de la libertad y prohibiendo a los hombres, bajo pena capital, “traspasar los límites que el Estado le concede magnánimamente para desenvolver su vida”

Aquí es un sacerdote mejicano que actúa en tiempos de persecución religiosa. Pero no es un sacerdote convencional; y ni siquiera virtuoso. Graham Greene prefiere presentar un ser humano débil, pecador y, por momentos, despreciable. Tampoco hay en este libro un Méjico convencional. El escritor se guarda, con toda la eficacia de su alta calidad de artista, de caer en lo pintoresco y en lo folklórico. Éstas que van a leerse, son páginas recias, porque Graham Greene estiende el catolicismo como una religión viril y generosa, en la que es presiso dar mucho más de lo que se recibe; una religión de sacrificio, de abnegación, de inmolsción, según el ejemplo del Calvario.

J. G, el protagonista, tomó los hábitos para ganar con ellos el poder y la gloria. Era quizás un cristiano superficial, pero Dios había entendido su destino de otro modo. El poder radicaría en lo sobrenatural, en el privilegio de administrar sacramentos; la gloria, en representar la Verdad, a pesar de todas las caídas y debilidades que a este servidor indigno de su ministerio lo abrumaron en su paso por el mundo.

No estamos, de manera alguna, en presencia de una novela religiosa. Estamos frente a un terrible conflicto humano, planteado y desarrollado con admirable maestría. Su desenlace es trágico, sin que antes de llegar a él, Graham Greene se permita hacer una sola concesión al sentimentalismo o al melodrama.

Hemos dicho que se trata de un libro recio, en el que, sin embargo, campea sobria, y por lo mismo más enternecedora, una compasión, una caridad muy profunda, una esperanza inquebrantable en la misericordia. Por eso pudo decir Bruce Marshall: "No sé de otro escritor viviente que conozca con tanta seguridad lo que pasa por los corazones de los seres humanos, sean éstos de bandidos, jóvenes, semieducados o sacerdotes."

ACTUALMENTE LEYENDO;  LOS SONAMBULOS  (Paul Grossman)

No hay comentarios:

Publicar un comentario