martes, 3 de diciembre de 2013

LIBROS QUE HE LEIDO; CORONA DE FLORES (Javier Calvo)



EL AUTOR

Javier Calvo Perales (Barcelona, 1973) es un escritor español y traductor literario.

Javier Calvo se licenció en periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona y cursó estudios de literatura comparada en la Universidad Pompeu Fabra.

Está casado con la escritora y fotógrafa neoyorquina Mara Faye Lethem. Tienen dos hijos.

Calvo comenzó a publicar como cuentista: su primer libro es uno de relatos, Risas enlatadas (2001). En él muestra elementos de estilo muy distintos a los de la narrativa española de su momento: sampleado o recortes de películas, citas manipuladas de otros textos, argumentos comprimidos de otras novelas y una idea de la narración abierta tomada del free cinema y del montaje de cineastas como Jean Eustache o John Cassavetes. El libro también muestra influencia de la novela inglesa y del mundo audiovisual del cine y la televisión, y varios de sus textos tiene como tema precisamente el mundo televisivo.

 


En la misma línea está su primera novela El dios reflectante (2003), crónica épico-cómica del rodaje de una película de ciencia ficción en Londres y de cómo la excentricidad de su director, Matsuhiro Takei, tiene consecuencias imprevisibles en la vida del equipo de rodaje y de toda la gente que lo rodea. En sus páginas, el autor repite la técnica de sampleado y manipulación de fragmentos de otras películas y de organizar las partes de la obra siguiendo técnicas de montaje cinematográfico. La novela fue un éxito unánime de crítica y fue traducida inmediatamente al italiano y al alemán.

En 2005, publica Los ríos perdidos de Londres su libro más oscuro —compuesto por cuatro novelas cortas, Una belleza rusa, Crystal Palace, Rosemary y Mary Poppins: los ríos perdidos—, en el que utiliza un estilo más denso y recoge influencias no solamente de la narrativa gótica y victoriana, sino también del rock gótico y la estética post punk. Una belleza rusa es una versión libre del relato homónimo de Vladimir Nabokov (A Russian Beauty), donde se usan personajes y elementos de la serie de televisión Buffy cazavampiros. Le sigue Crystal Palace, relato autobiográfico sobre la relación que el autor tenía de niño con la serie Doctor Who. Rosemary mezcla elementos de la película Rosemary's Baby de Roman Polanski con la historia de la banda The Cure. Y Los ríos perdidos es un homenaje a las novelas de la serie de Mary Poppins de P.L. Travers y a la obra del músico y ocultista británico Jhonn Balance.

Dos años más tarde sale Mundo maravilloso, intriga cómica ambientada en la Barcelona contemporánea. Su protagonista, Lucas Giraut, es un anticuario con problemas emocionales que se mete en el mundo del crimen para convertirse en la persona que él cree que su padre habría querido que fuera. Para ello se asocia con un grupo de ladrones y falsificadores. La novela quedó finalista del Premio Fundación José Manuel Lara de 2008 y ha sido traducida al inglés.

Colabora habitualmente como guionista del director de cine Roger Gual, con quien firmaron juntos el guion de Remake (Ovideo TV, 2005). Es también traductor literario y coleccionista de libros.

El estilo de Calvo ha sido descrito como "grotesco post-urbano" por el crítico Julio Ortega. Entre sus influencias literarias se cuentan E. M. Forster, Aleister Crowley, Pamela Lyndon Travers, B. S. Johnson, Juan Benet, Joan Perucho, J. G. Ballard, Ian Sinclair, Roberto Bolaño y Rodrigo Fresán.

También el cine de David Lean, Jean Eustache, Alan Clarke y Mike Leigh.

EL LIBRO

(Del Blog del autor:)

El año es 1877. Les presentamos a dos hombres. Semproni De Paula, inspector provincial del Cuerpo de Vigilancia, la policía secreta de la Restauración Borbónica. Diminuto, paranoico, salvajemente violento y casado con la hermosa e infiel Remei de Paula. Y Menelaus Roca, el “Trasgo”, anatomista agorafóbico y fotofóbico con un pasado de locura homicida y una misión visionaria para descubrir el origen eléctrico de la vida. Hace una década, los dos hombres constituyeron una asociación legendaria en el Cuerpo de Vigilancia, el uno como capitán y el otro como anatomista forense del cuerpo. Pero las cosas se empezaron a torcer: Roca elaboró la Hipótesis de la Araña Basal, según la cual un minúsculo parásito endógeno vive dentro del cuerpo y mantiene vivo al individuo. La construcción de la Pseudorquídea, una máquina monstruosa para cazar a la Araña Basal, provocó su expulsión del Colegio de Cirujanos. Poco después, Roca empezó a enloquecer y a soñar con demonios. Trasladó sus experimentos al recinto de su casa de la calle Riudecendra, en el Barrio del Hospital, y allí terminó matando a una paciente en medio de un baño de sangre. De Paula consiguió que le conmutaran la pena de muerte por una sentencia de por vida en la temible Cárcel de la Reina Amalia.

Diez años más tarde, la situación política se ha estabilizado. Barcelona está gobernada por un grupo de poderosos miembros de la Liga del Orden Social, conservadora y alfonsina, entre ellos el actual gobernador, Melcior Estrany. Semproni De Paula ha llegado a Inspector Provincial. Y en este momento de calma relativa dentro de un siglo plagado de sediciones y turbulencias sociales aparece una nueva amenaza. El Asesino de la Esperanza. Un criminal sádico y misterioso cuya misma existencia se pone en entredicho y que ha pasado a convertirse en protagonista de folletines y novelas por entregas. De Paula es convocado por el gobernador Estrany y recibe la orden secreta –llegada desde la misma Corte– de liberar al Trasgo y ponerlo sobre la pista del Asesino de la Esperanza. De esa manera De Paula y Roca vuelven a trabajar juntos. Sin embargo, De Paula no cuenta con que Roca se va a obsesionar con que alguien lo envenenó hasta enloquecerlo y se va a embarcar en una misión personal por los bajos fondos.
 
Calle de las Egipciacas, en el barrio del Hospital (Barcelona) donde el autor se inspiró para ubicar la vivienda de Menelaus Roca
 
 
Por Corona de flores deambula una cohorte de secundarios a caballo entre lo simplemente inquietante y lo directamente horripilante. Máx Téller, rey del hampa de los bajos fondos del Barrio de Trentaclaus, travestido, absurdamente supersticioso y acompañado siempre de su siniestro monito. Dado Blokium, erudito y pomposo diplomático que trae las órdenes de la Corte. El capitán Lombardo, magnífico bailarín y odioso rival de amores de Semproni de Paula. Aniol Almarrosa, el novelista de moda en la ciudad, autor del folletín decadentista que todos los jóvenes se esfuerzan por imitar, embarcado en una guerra personal contra la moral. Y la más enigmática de todas: Liberata, la criada muda de Menelaus Roca, que mantiene una relación malsana con su patrón y guarda la clave de un misterio trascendental.

Corona de flores es una novela de crímenes, un policial gótico que rinde homenaje a los padres victorianos del género: Arthur Conan Doyle, Arthur Machen y el Charles Dickens de Casa desolada. Hermano de sangre de los clásicos del gótico contempoáneo: desde Flannery O’Connor hasta Donna Tart y Cormac McCarthy. También late en sus páginas la huella de Narcís Oller (el Balzac de Barcelona) y de los dos escritores barceloneses más mágicos y oscuros de todos los tiempos: Juan Eduardo Cirlot y Joan Perucho. En última instancia, la protagonista absoluta de Corona de flores es Barcelona. Un libro sobre la construcción de la ciudad moderna y las fuerzas morales, científicas y mágicas que están en lucha en la misma. El amanecer de la modernidad como cuento macabro. La Barcelona de la fiebre del oro como telón de fondo de un relato de horror esotérico y alucinante.
 
IMPRESION PERSONAL
 
Corona de flores ha sido calificada profusamente como una novela gótica. Sin embargo ese calificativo creemos que limita demasiado el texto a la vez que ahuyenta a posibles lectores que vean lo “gótico” en literatura como poco serio.
La realidad es muy superior a los epítetos y a las calificaciones ya que esta novela combina muchas cualidades y además va sobrada al hacerlo.
 
Para dar una idea, somera, a todo aquel que no haya leído la novela, podríamos decir que se trata de la traspolación a un texto literario de una película expresionista de los años 20, o mejor aún y esto supongo será más clarificador para la mayoría de los lectores, de un comic gótico, sangiento y sensual, adornado con todos los elementos inmundos de lo peor (y mejor) de la sociedad de una Barcelona balbuceante aún como gran ciudad industrial, caotica, que se va desprendiendo de su capa medieval para adoptar la modernidad, con las secuelas sociales que esto conlleva.
 
Narrado excelentemente, este artefacto que es Corona de flores, te lleva de la mano con un lenguaje rico, profuso y delicioso y te hace ralentizar su lectura para disfrutar los detalles de la Barcelna gótica de 1877, sus catacumbas, sus plazas, sus calles y los restos de sus muros.

Presentada como novela policiaca, no se si concebida como tal, se trata de una perfecta novela de misterio policial, sin duda. Novela negra gótica para rizar el rizo.

Hospital de la Cruz, Barcelona, donde en la época en que transcurre el relato se ubicaba el Colegio de Cirujanos (Facultad de Medicina)

La construcción de los personajes es exquisita. Tal como sucede en la vida real no hay uno bueno, hablando como Machado en el buen sentido de la palabra. Todos resultan odiosos o repulsivos en algún momento, pero también Calvo identifica las razones de sus postulados que si bien no les excusan, por lo menos nos hacen entender ese grado de malicia. Desde el pequeñajo inspector Semproni de Paula con su impecable traje blanco y sus estilo cultivado, pasando por el ‘trasgo’ Menelaus Roca, médico, investigador e inventor recluido en la cárcel y acabando por Aniol Almarrosa, editor de éxito y asqueroso hijo en el trato que da a sus padres, todos ellos reflejan aristas de la maldad, la ambición y el éxito diferentes que en combinación el autor ha sabido hacer que se canibalicen unos a otros.
 
Los protagonistas que aparecen en la novela son seres desconcertantes, oscuros, contradictorios y, sobre todo, cautivadores. El inspector Semproni de Paula, un elegante policía medio enano que hace gala de la más terrorífica violencia; el anatomista y frenólogo Menelaus Roca, un fotofóbico científico con un malsano interés por encontrar la raíz eléctrica de la vida en el cerebro humano; Aniol Almarrosa, un joven impresor que escribe en secreto el folletín licencioso más leído en la Barcelona de 1877 donde transcurre la acción; o Dado Blokium, un enigmático y atildado diplomático que parece saber mucho más de lo que revela. Todos ellos son creaciones mayúsculas, con rasgos que los identifican enseguida y que los transforman en entidades completas y redondas, aquejadas de todo aquello que tememos encontrar o que deseamos poseer.
 
Es inevitable hacer uso del adjetivo “gótico” para referirse a Corona de flores; quizá, sobre todo, por la cuidada ambientación que Calvo ha pergeñado para esta estrambótica historia. Barcelona se convierte en un elemento imprescindible en la obra, un trasfondo casi maléfico, permanentemente envuelta en los humos de las fábricas (lo que en la novela llaman con cierta majestuosidad el «Dosel de Sombras») y poblada de seres que se mueven en la oscuridad como si de una población de ratas se tratase.
Palacio de Recasens, en el que Calvo se inspira para su Torre del Corbs, morada de Dado Blokium, y donde transcurre la parte final del relato
 
Buenos personajes pero mejor trama. Unos asesinatos sin resolver hacen que el inspector se vea obligado a echar mano de su antiguo colaborador anatomista para dar con las pistas. Mientras tanto, el editor parece saber demasiado de lo acontecido ya que sus novelas por entregas versan sobre los crímenes. Siniestros personajes moverán los hilos desde las sombras y serán sus apariciones las que finalmente cuadren las piezas.
Estéticamente sí es una obra gótica. Calvo recrea en la Barcelona del siglo diecinueve los rasgos típicos de las obras victorianas y de sus artífices sustituyendo Londres por la Ciudad Condal con un acierto que al barcelonés actual le cautivará. Formalmente también da en la diana con capítulos muy cortos con mucho ritmo y que nunca queremos dejar de leer. Incluso la construcción de las frases refleja un frío estilo necesario para la obra. Todo está contado como si de un documental se tratará, como si el narrador del no-do hubiera elegido las palabras mas delicadas y las proposiciones más escuetas para transmitir su mensaje.
 
En Corona de flores no hay ni un sólo héroe: en todo caso, lo que podemos encontrar son víctimas, bien sea de su pasión (Roca), de su orgullo (de Paula) o de su imaginación (Almarrosa). La sensación perenne de que nadie es lo que parece recorre todas las páginas de la novela, haciendo que la trama se complique por la evidente imposibilidad de acertar con el comportamiento que exhibirán los personajes: no es tanto que susciten sorpresa, sino que se desvelan capa a capa con una sutileza no exenta de ferocidad. Calvo ha creado una panoplia de seres que pueden considerarse casi despreciables, pero a los que es inevitable coger cariño por su debilidad y la desconcertante certeza de que todos tenemos algún punto en común con cualquiera de ellos.
 
La historia, a diferencia de alguna de sus anteriores obras, se desarrolla con una mayor precisión y no queda tan abierta como en otras ocasiones. Es cierto que la enrevesada trama de asesinatos que es el eje del libro no desemboca en un clímax redondo y autorreferencial, quizá porque, entre otras cosas, el autor no considera necesario hacer del texto un artefacto perfectamente inteligible y completo. Con todo y con eso, Corona de flores es una novela espectacular, a ratos brillante y muy seductora; Javier Calvo ha escrito un libro sólido y rico en ambientes, con personajes notables y una atmósfera tan embrujadora como desquiciante (que comienza con la mismísima portada, fruto de una artista que merece la pena conocer
 
Una novela que se lee con fruición, con ganas, que se disfruta, en la que tanto el lector experto y académico como el ocasional gozarán de cada una de sus páginas. Y aunque algunos pasajes resultan demasiado duros o escabrosos, el autor ha sabido no hurgar demasiado en ellos para que también los lectores sensibles puedan acercarse a él.
 
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