lunes, 23 de diciembre de 2013

LIBROS QUE HE LEIDO: EL ORIGEN (Michael Cordy)



EL AUTOR

Michael Cordy es británico aunque nació en Accra, la capital de Ghana, y pasó buena parte de su infancia entre África, India y Chipre. Tras trabajar durante diez años en el campo de la publicidad abandonó una carrera prometedora para dedicarse a la escritura.

Su primera novela, The miracle strain (El gen) (titulada en su reedición en 2006 The Messiah code (El código mesiánico)) se publicó en 1997. Disney compró los derechos cinematográficos por $ 1.6 millones y la novela llegó al 5º puesto en la lista de best-seller del The Sunday Times. Un éxito internacional, que ha sido publicado en más de veinticinco idiomas y más de cuarenta países. Dan Brown, publicó 'El código Da Vinci' en 2003, y su éxito puede haber influido en el cambio de nombre de las primeras tres novelas de Michael. A pesar de haberla publicado seis años antes, se le ha criticado, injustamente, de imitar a Dan Brown.



Es autor también de The crime code, El código Lucifer (Booket, 2007), The Venus conspiracy y El origen (Booket, 2009).

EL LIBRO

El ambicioso geólogo Ross Kelly lo tiene todo: éxito profesional y una esposa brillante, Lauren, que está embarazada de su primer hijo. Pero cuando Lauren, profesora de Yale, descifra el misterioso manuscrito Voynich que lleva siglos intrigando a los expertos, la tranquila vida de Ross se tambalea: un encapuchado entra en la casa para robar el trabajo de Lauren y ésta resulta gravemente herida. La única esperanza de salvación está en encontrar el jardín descrito en el códice Voynich, un lugar mítico y fabuloso, oculto en lo más profundo de las selvas del Nuevo Mundo, un Edén tan terrible y milagroso que
implica una relectura del Génesis, y hace tambalear los cimientos no sólo de la Iglesia sino también de la Ciencia. En su aventurero viaje el protagonista va en busca de la misteriosa fuente de la vida, un jardín mágico descrito en el manuscrito en el que se haya el secreto de la vida eterna y la salvación para su esposa. Le ayuda Chantal, una monja que espera ser

relevada como única guardiana del secreto. Juntos deberán enfrentarse a los mil peligros de la selva, a la crueldad de los hombres enviados por la Iglesia para silenciar el secreto y a los conjuros incas que blindan el lugar a los extraños.

 

Ruinas de la ciudad de Chachapoyas, cerca de Cajamarca (Peru), en cuyas inmediaciones se realiza la búsqueda del Jardín de Dios
 
 
 
 
IMPRESION PERSONAL

El Códice Voynich, manuscrito cifrado que aparece en esta novela, existe. Todos y cada uno de los detalles de su aspecto, texto único, extrañas ilustraciones e historia conocida se reproducen fielmente a lo largo de estas páginas. Los pasajes transcritos pertenecen al original, que se conserva en la Biblioteca Beinecke de Libros y Manuscritos Únicos, en la Universidad de Yale. A pesar de los denodados esfuerzos de los especialistas y eruditos más destacados, entre los que se cuentan los criptógrafos de la prestigiosa Agencia de Seguridad Nacional estadounidense, no ha podido descifrarse. Hasta hoy, el Códice Voynich sigue siendo el manuscrito más misterioso del mundo.

Hace siglos que los eruditos tratan de descifrar los secretos de un antiguo libro, conocido como «Manuscrito Voynich». Según conjeturas de algunos expertos que lo han estudiado, anticipa muchos de los descubrimientos de la ciencia moderna.

Desde 1912, año en que fue adquirido por el especialista en libros antiguos Wilfred M. Voynich , los expertos han utilizado, sin éxito, los métodos de la criptología moderna para tratar de revelar sus secretos.

A finales de 1912 un vendedor de libros antiguos de Nueva York llamado Wilfred M. Voynich volvió a su ciudad natal de una visita a Europa con un pequeño manuscrito, cuidadosamente empaquetado. Tenía gruesas tapas de pergamino, separadas, debido al uso, de las 204 hojas de pergamino delgado de que constaba el manuscrito; Voynich calculaba que, originalmente, tenía 28 páginas más, que se habían perdido. Su formato era de cuarto grande, ya que medía unos 15 por 22 cm y el texto, escrito en caracteres apretados y con tinta negra, iba ilustrado con más de 400 pequeños dibujos en rojo sangre, azul, amarillo, marrón y verde brillante.

Páginas del misterioso e indescifrado manuscrito Voynich


Las ilustraciones mostraban curiosos arabescos y tubos que parecían intestinos, figuras femeninas desnudas, estrellas y constelaciones y cientos de plantas de extraño aspecto. El pergamino, la caligrafía y la historia conocida del manuscrito indicaban a Voynich que era de origen medieval, y la abundancia de especímenes vegetales sugería que podía tratarse de un herbario, un libro de texto mitad científico, mitad mágico, que describía las cualidades místicas y médicas de las plantas y su preparación. Pero esto era una simple conjetura, ya que estaba escrito en un lenguaje que Voynich no pudo identificar; aunque el texto podía ser descompuesto en «palabras», cuyas letras eran familiares a medias, no tenían sentido. Voynich sólo pudo suponer que estaban escritas en un idioma poco conocido, en un dialecto o en un código.

Centrándonos ya en el libro que aquí se analiza, diremos en primer lugar que se trata de un libro de aventuras, combinado con elemento esotéricos y científicos (o pseudocientíficos) y con el inevitable trasfondo religioso. La lectura es uniforme, no hay grandes saltos, la trama es lineal y es ameno y entretenido. Dejando a salvo éstas cuestiones formales, el libro plantea, con gran dosis de inteligencia, el gran enigma del origen de la vida en nuestro planeta, aprovechando el enigma que hasta hoy plantea el misterioso manuscrito Voynich, que en ésta ficción consigue ser traducido, y describe, nada más y nada menos que un idílico y misterioso lugar, sito en la actual selva peruana, donde se originó la vida en el planeta. Esto, naturalmente, haría temblar los cimientos de todas las religiones del mundo, singularmente de la cristiana, con lo que tenemos argumento y tensión en nuestro libro.

Selva amazónica peruana


Pese a lo manido de éstos temas, es de aconsejable lectura. Finalmente se le da  a la obra un tono ecológico, políticamente correcto.

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