miércoles, 9 de abril de 2014

LA MALA HORA (Gabriel García Márquez)



EL AUTOR

Gabriel José García Márquez  nació en Aracataca (Colombia) en 1928. Cursó estudios secundarios en San José a partir de 1940 y finalizó su bachillerato en el Colegio Liceo de Zipaquirá, el 12 de diciembre de 1946. Se matriculó en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Cartagena el 25 de febrero de 1947, aunque sin mostrar excesivo interés por los estudios. Su amistad con el médico y escritor Manuel Zapata Olivella le permitió acceder al periodismo. Inmediatamente después del "Bogotazo" (el asesinato del dirigente liberal Jorge Eliécer Gaitán en Bogotá, las posteriores manifestaciones y la brutal represión de las mismas), comenzaron sus colaboraciones en el periódico liberal El Universal, que había sido fundado el mes de marzo de ese mismo año por Domingo López Escauriaza.

      Había comenzado su carrera profesional trabajando desde joven para periódicos locales; más tarde residiría en Francia, México y España. En Italia  fue alumno del Centro experimental de cinematografía. Durante su estancia en Sucre (donde había acudido por motivos de salud), entró en contacto con el grupo de intelectuales de Barranquilla, entre los que se contaba Ramón Vinyes, ex propietario de una librería que habría de tener una notable influencia en la vida intelectual de los años 1910-20, y a quien se le conocía con el apodo de "el Catalán" -el mismo que aparecerá en las últimas páginas de la obra más célebre del escritor, Cien años de soledad (1967). Desde 1953 colabora en el periódico de Barranquilla El nacional: sus columnas revelan una constante preocupación expresiva y una acendrada vocación de estilo que refleja, como él mismo confesará, la influencia de las greguerías de Ramón Gómez de la Serna. Su carrera de escritor comenzará con una novela breve, que evidencia la fuerte influencia del escritor norteamericano William Faulkner: La hojarasca (1955). La acción transcurre entre 1903 y 1928 (fecha del nacimiento del autor) en Macondo, mítico y legendario pueblo creado por García Márquez. Tres personajes, representantes de tres generaciones distintas, desatan -cada uno por su cuenta- un monólogo interior centrado en la muerte de un médico que acaba de suicidarse. En el relato aparece la premonitoria figura de un viejo coronel, y "la hojarasca" es el símbolo de la compañía bananera, elementos ambos que serían retomados por el autor en obras sucesivas. 
     
En 1961 publicó El coronel no tiene quien le escriba, relato en que aparecen ya  los temas recurrentes de la lluvia incesante, el coronel abandonado a una soledad devastadora, a penas si compartida por su mujer, un gallo, el recuerdo de un hijo muerto, la añoranza de batallas pasadas y... la miseria. El estilo lacónico, áspero y breve, produce unos resultados sumamente eficaces. En 1962 reúne algunos de sus cuentos -ocho en total- bajo el título de Los funerales de Mamá Grande, y publica su novela La mala hora
     
Pero toda la obra anterior a Cien años de soledad es sólo un acercamiento al proyecto global y mucho más ambicioso que constituirá justamente esa gran novela. En efecto, muchos de los elementos de sus relatos cobran un interés inusitado  al ser integrados en Cien años de soledad. En ella, Márquez edifica y da vida al pueblo mítico de Macondo (y la legendaria estirpe de los Buendía): un territorio imaginario donde lo inverosímil y mágico no es menos real que lo cotidiano y lógico; este es el postulado básico de lo que después sería conocido como realismo mágico. Se ha dicho muchas veces que, en el fondo, se trata de una gran saga americana. Macondo podría representar cualquier pueblo, o mejor, toda Hispanoamérica: a través de la narración, asistimos a su fundación, a su desarrollo, a la explotación bananera norteamericana, a las revoluciones, a las contrarrevoluciones... En suma, una síntesis novelada de la historia de las tierras latinoamericanas. En un plano aún más amplio puede verse como una parábola de cualquier civilización, de su nacimiento a su ocaso.  




     
Tras este libro, el autor publicó la que, en sus propias palabras, constituiría su novela preferida:  El otoño del patriarca (1975), una historia turbia y cargada de tintes visionarios acerca del absurdo periplo de un dictador solitario y grotesco. Albo más tarde,  publicaría los cuentos La increíble historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada (1977), y Crónica de una muerte anunciada (1981), novela breve basada en un suceso real de amor y venganza que adquiere dimensiones de leyenda, gracias a un desarrollo narrativo de una precisión y una intensidad insuperables. Su siguiente gran obra, El amor en los tiempos del cólera, se publicó en 1987: se trata de una historia de amor que atraviesa los tiempos y las edades, retomando el estilo mítico y maravilloso. Una originalísima y gran novela de amor, que revela un profundo conocimiento del corazón humano. Pero es mucho más que eso, debido a la multitud de episodios que se entretejen con la historia central, y en los que brilla hasta lo increíble la imaginación del autor.
     
En 1982 le había sido concedido, no menos que merecidamente, el Premio Nobel de Literatura. Una vez concluida su anterior novela vuelve al reportaje con Miguel Littin, clandestino en Chile (1986), escribe un texto teatral, Diatriba de amor para un hombre sentado (1987), y recupera el tema del dictador latinoamericano en El general en su laberinto (1989), e incluso agrupa algunos relatos desperdigados bajo el título Doce cuentos peregrinos (1992). Nuevamente, en sus últimas obras, podemos apreciar la conjunción de la novela amorosa y sentimental con el reportaje: así en Del amor y otros demonios (1994) y Noticia de un secuestro (1997). Ha publicado también libros de crónicas, guiones cinematográficos y varios volúmenes de recopilación de sus artículos periodísticos: Textos costeños, Entre cachacos, Europa y América y Notas de prensa


EL LIBRO

  • Nº de páginas: 208 págs.
  • Encuadernación: Tapa blanda bolsillo
  • Editoral: DEBOLSILLO
  • Lengua: CASTELLANO
  • ISBN: 9788497592390

  • "La mala hora" es la tercera novela del escritor colombiano Gabriel García Márquez, publicada en 1962 y constituye un inolvidable apólogo sobre la violencia colectiva.

    La guerra civil es del futuro, pero se vive una paz desagradable, que hace respirar un aire denso, donde el bando ganador, conservador, no escatima en gestos para incomodar a los antiguos adversarios, liberales; de manera solapada los asedian constantemente, lo que probablemente generará continuar el conflicto armado. César Montero, un vecino del lugar, acaba de asesinar de un escopetazo a Pastor, un cantor bastante popular, supuesto amante de su mujer. La causa para tal especulación: un pasquín que apareció pegado en la puerta de su casa. Pero es sólo otro de tantos panfletos que han venido apareciendo en el pueblo, notas que revelan secretos de los habitantes, algunos supuestos y otros tan ciertos que no necesitaban tan burdos mensajes. Se puede decir que los pasquines, que algunos consideran una tontería, representan la materialización inicial de esa violencia colectiva que hace tambalear esa paz del momento, y el asesinato que se relata, probablemente el detonador para continuar la guerra. Para este pueblo ha llegado la mala hora...

    IMPRESION PERSONAL

    En este libro Gabriel García Márquez nos lleva a un pueblo en el que, después de muchos años de guerra civil, se ha llegado a una paz relativamente estable que, ahora, entra en peligro por culpa de unos pasquines anónimos que aparecen pintados en los muros cada amanecer. A pesar de que lo que anuncian ya es conocido de sobras por todo el pueblo, esos carteles que anuncian abortos, adulterios y crímenes vuelve a los habitantes maliciosos y violentos. El corrupto alcalde del pueblo, que intenta acabar con los pasquines.

    Estamos ante una de las novelas más cortas de Gabo y, una vez más, nos presenta un pueblo pequeño, pobre y desolado en el que las tradiciones imperan sobre las leyes que intentan imponer orden. En uno de sus discursos García Márquez dijo que este libro es "una reflexión sobre la utilización de los militares para una causa política". Para mí es mucho más que esto, es una reflexión de la rigidez de los pueblos en algunos aspectos, de la importancia que se le da a los pasquines, a la desconexión entre el pueblo y su representante... Como historia es buena, pero como reflexión es mucho mejor.

    Calle de los Turcos, en su Aracataca natal, donde se inspiró para la creación de Macondo


    Es una novela corta, de apenas doscientas páginas, pero en la que cada frase es tan extraordinaria que se necesita un buen tiempo para leerla. Quizá el tema no sea el que más me interesa del mundo, pero reconozco que el señor Gabriel García Márquez me haría babear con la redacción de un prospecto de pastillas para el mal aliento.

    Como entrenamiento para otras de mayor calado, el autor crea una historia circular que se entreteje en sí misma sin posibilidades de escapatoria, con todos y cada uno de sus personajes embebidos en una gran construcción, bajo la humedad, el calor, y la memoria individual, que al final es la misma para todos. Una gran tela de araña fabricada con hilo de plomo en la que todos los insectos de la obra se encuentran retenidos en espera de su fin.

    También podemos ver ya en esta novela rasgos de su extraordinario realismo mágico

    En conclusión, un libro del que emana el polvo, la humedad, la melancolía y la pobreza de La hojarasca. Los personajes, a pesar de ser completamente diferentes enamoran al lector por su complejidad, el escenario me pareció inmejorable y el mensaje de fondo corta como un cuchillo. Un libro de apenas 200 páginas con una profundidad que libros de miles de páginas no han sabido alcanzar. Más que una novela, se trata de un cuento para ser leído a fuego lento.

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