miércoles, 22 de mayo de 2013

LIBROS QUE HE LEIDO: LOS HEREJES DE OXFORD (S. J. Parris)



EL AUTOR

S.J. Parris es el pseudónimo de la escritora inglesa Stephanie Merritt. Nacida en 1974, ha desarrollado labores de crítica y ha colaborado en periódicos y revistas, así como en radio y televisión. Los herejes de Oxford (Grijalbo, 2011), su anterior novela también protagonizada por Giordano Bruno, el filósofo y científico, convertido en investigador, obtuvo una excelente acogida entre los lectores.



EL LIBRO

“Los herejes de Oxford”, de S. J. Parris (ed. Grijalbo, 2011) es un thriller histórico con un peculiar protagonista, Giordano Bruno, doctor en teología, revolucionario en sus ideas sobre la concepción del universo y perseguido por la Inquisición. En esta novela se verá involucrado en la investigación de una serie de asesinatos cometidos en el seno de la universidad de Oxford.
La novela comienza en el año 1576, en el Monasterio de San Domenico Maggione, en Nápoles, donde Giordano Bruno debe enfrentarse a la Inquisición por sus heréticas ideas. Decide huir, no por cobardía, sino por una interesante motivación: “no me daba miedo morir por mis creencias, pero no quería dejar esta vida sin averiguar cuáles lo merecían”.

Comienza así un periplo por media Europa que durará 6 años, en los que pasará de ser “un maestro itinerante y un hereje furtivo a alcanzar las mayores cotas a las que puede aspirar un filósofo y convertirse en uno de los favoritos de la corte de Enrique III, en París”. Finalmente, también tendrá que huir de Francia para refugiarse “bajo los más tolerantes cielos del Londres de Isabel, donde el Santo Oficio carecía de jurisdicción”.



Giordano Bruno


Bruno se ha ganado un gran prestigio, a la vez que muchos enemigos, por sus teorías revolucionarias sobre la concepción del universo, que van más allá de las defendidas por Copérnico. Bruno defiende que “el universo no tiene un centro fijo, sino que es infinito y que cada una de las estrellas que yo veía brillas en esos momentos era su propio Sol y estaba rodeada de sus propios mundos, en esos momentos, quizá seres como yo puede que estuvieran observando también los cielos, preguntándose si existía algo más allá de los límites de su conocimiento”.

Su idea es escribir un libro que estremezca los cimientos de la iglesia para lo que necesita encontrar un libro perdido, rodeado de rumores y leyendas sobre su paradero, que permitirá introducirse en la Mente Divina. Afortunadamente, la novela no se centra en estos terrenos heréticos ya tan trillados, sino que se adentra en el terreno de la intriga policial.

Bruno viaja a Oxford, acompañando a su amigo Philip Sidney, perteneciente a una de las familias más importantes de la corte inglesa. Bruno recibe un encargo de Francis Salsngham, secretario de estado de la reina Isabel y futuro yerno de Sidney, que le pide que en la universidad de Oxford esté atento a cualquier movimiento o conversación que pudiera dar pistas sobre un complot contra la reina.

La llegada de Bruno a la universidad coincide con la aparición de dos cadáveres, cuyas muertes el protagonista comienza a investigar convencido de que hay un asesino suelto con una clara motivación. La investigación le llevará a descubrir que en Oxford, “nadie es lo que parece”.

En el seno de la universidad Bruno descubrirá celos, traiciones, ambiciones, intrigas, complots, etc, todo ello presidido por la intolerancia religiosa. Esto era algo que ya había comprobado desde muy joven, cuando con 12 años asistió a la ejecución de un hereje en Roma que había desafiado la autoridad del Papa negando la existencia del purgatorio, “así fue como aprendí que en Italia las palabras y las ideas son consideradas tan peligrosas como las espadas y la flechas, y que un filósofo o un científico necesita tanto o más coraje que un soldado para atreverse a expresar en voz alta sus pensamientos”.

IMPRESION PERSONAL

Los herejes de Oxford es la primera novela de ficción traducida al castellano de S.J. Parris, pseudónimo de Stephanie Merritt, un excelente inicio de la que va a convertirse en una serie dedicada a las aventuras detectivescas de Giordano Bruno.

Ya tenía yo ganas de ver  una novela con trasfondo histórico interesante y en la que no aparezcan conspiraciones ocultas, masones, rosacruces, templarios ni sectas esotéricas. Aquí encontramos un relato detectivesco y de espionaje, pero con un fondo histórico muy real y para la mayoría de nosotros, casi desconocido. Todos sabemos las profundas luchas intestinas que sufrio Europa en el Siglo XVI a causa de la cuestión religiosa, principalmente por el cisma entre luteranismo y catolicismo, pero desconocemos casi absolutamente lo que pasó en aquella Inglaterra que, después de más de mil años siendo catolica, decide, por intereses políticos y un poco caprichosos de su monarca, abandonar la Iglesia Católica, renegar de la autoridad del Papa y crear su propia Iglesia, que no es ni más ni menos que el rito católico, con algunas pinceladas de las nuevas corrientes reformistas luteranas y, sobre todo y esto es lo más importante, hecha a su medida, es decir, se convierte en el único Estado en el que el Rey es a su vez la máxima autoridad eclesiastica. Todo ello muy británico, si señor.

Aquí sin embargo podemos ver el trauma enorme que ésta decisión polítca (pués fue politica más que religiosa), provocó en la población, sobre todo en la gente culta e instruida. Y es que no se puede cambiar de religión como de zapatos, y en España sin ir más lejos tenemos en ésta misma época el ejemplo de las conversiones en masa de judíos y después de moriscos, y ya sabemos sus consecuencias.



Lincoln College, Oxford, donde transcurre buena parte del relato

En éste contexto, la autora inserta muy hábilmente personajes historicos, como el protagonista, Giordano Bruno, monje dominico excomulgado por sus ideas copernicanas, perseguido por la Inquisición y finalmente ejecutado en la hoguera, así como numerosos personajes historicos de la Inglaterra de la época.

Bruno, nuestro personaje está muy bien elegido. Desde las primeras páginas de la novela nos identificamos plenamente con él. En la novela están perfectamente combinados, suspense, erudición y un retrato acertado y correcto de la época. Los personajes secundarios son riquísimos (leer con atención las páginas que recrean la cena de bienvenida y la presentación de nuestro héroe a su llegada a Oxford). 

Catte Street, Oxford, donde se situa la tienda del librero Jenkes

Se trata de una novela muy bien escrita, con una prosa sólida, contundente y precisa, de gran calidad y con un claro acento británico inconfundible. Y es que Parris, pese a ambientar su novela de crímenes en Oxford, se graduó en Cambridge. Con una trama bien urdida y sin trampas, unos personajes bien perfilados y una época histórica que le da mucho juego a su protagonista, Los herejes de Oxford es una entretenida historia de asesinatos pero también una reflexión sobre las barbaridades de las que el hombre es capaz en el nombre de un dios o de una religión. Si bien es cierto que el carisma y las ideas de Giordano Bruno son un potente punto de partida para intrigar al lector, Parris sabe mantener el misterio a lo largo de toda la historia jugando hábilmente con las confesiones interrumpidas de los personajes y la atmosfera gótica de los colleges de Oxford entre las brumas de su clima lluvioso. En definitiva un thriller muy sólido, ambientado en el siglo XVI, en un Oxford más fanático que intelectual, de excelente factura y siempre honesto con el lector. El protagonismo de personajes históricos como Bruno, Philip Sidney o Francis Walsingham (con su red de espionaje incluida), entre otros, aporta a esta novela unas pinceladas adicionales de encanto y originalidad muy apreciadas.

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