lunes, 20 de abril de 2015

LA MUJER DE LAS NUEVE LUNAS (Carmen Torres Ripa)



EL AUTOR

Carmen Torres Ripa es periodista. Trabajó durante años en varios medios como La Gaceta del Norte, El Correo, Deia, Radio Euskadi, ETB, Televisión Española o Telecinco y ha colaborado en las revistas Elle y Dinero, entre otras.

Ha publicado la novela "Leonora", una historia ficticia sobre una amante del pintor Klimt.



Su pasión por los viajes la ha llevado a publicar catorce guías y numerosos documentales en televisión y revistas especializadas. Actualmente colabora en varias publicaciones como articulista.

EL LIBRO

  • Nº de páginas: 544 págs.
  • Encuadernación: Tapa dura
  • Editorial: PLAZA & JANES EDITORES
  • Lengua: CASTELLANO
  • ISBN: 9788401339370



  • Samuel Beyhe, un joven sacerdote experto en mística en plena crisis de fe, recibe un encargo de sus superiores vaticanos: investigar la vida y obra de Hildegard de Bingen, una abadesa de la Edad Media, teóloga, profetisa y visionaria, que revolucionó la jerarquía eclesiástica de su época.

     Lo que empieza siendo una investigación, pronto se convierte en una vertiginosa carrera por descifrar una profecía que afectará irremediablemente al papel de la mujer dentro de la Iglesia Católica. Y también en un peligroso juego donde la rompedora visión de Hildegard en torno a la verdad, la fe, el sexo y el amor cambiarán la vida de Samuel para siempre.

    IMPRESION PERSONAL

    Hildegard de Bingen era abadesa, teóloga, profetisa, compositora, visionaria, mística, e incluso, según algunos, curandera y bruja. Luchó por conseguir parcelas de libertad para la mujer en el siglo XII y está considerada por muchos investigadores la primera feminista de la historia.

    En la actualidad hablar de feminismo no es un tabú, pero hace siglos atreverse a reivindicar a la mujer como lo hacía Hildegard de Bingen, canonizada en 1940, era una temeridad a la que misteriosamente nadie se atrevió a oponerse con la suficiente determinación para hacer callar a esta abadesa alemana.

    Representación de Hidelgard de Bingen


    En 1118, en Renania, siendo priora del monasterio de San Disibolo, descubre a su bella novicia que acaba de dar a luz con heridas que hacen temer por su vida y a su hijo que aun se halla vivo, aunque semienterrado en el bosque.

    En el presente un joven sacerdote es reclamado por el Vaticano para estudiar los códices que santa Hildegarda dejó escritos en el lenguaje inventado por ella, llamado Lingua Ignota, para tratar de descifrar una profecía reveladora de misterios que atañen a la Iglesia, en los que poco a poco irá descubriendo que detrás de todo ello hay unos intereses oscuros en los que se verá reflejado, moral, física y emocionalmente.

    El enigmático Vitruvio de uno de sus codices


    Para los que todavía no sepan quién eran esta mujer de armas tomar, independiente y polifaceta (realmente, era buena en casi todo: curandera con hierbas, compositora musical, escritora y hasta visionaria), la novela es una buena oportunidad de acercarse a ella. En cambio, hay que decir que la trama en la que se ve envuelta (no hay nada mejor que un thriller para captar la atención de los lectores), es algo floja, entre otras razones porque los personajes ficticios no son creíbles y viven situaciones demasiado forzadas y novelescas, además de que se cuela una especie de relación amorosa un tanto descafeinada. Así que desde el punto de vista informativo, La mujer de las nueve lunas es un obra impecable (y hace justicia con un personaje que parecía arrinconado en la Historia), pero como thriller, resulta irregular.

    Localidad de Bingen (Alemania) a orillas del rio Rin


    Este formato que tanto se ha puesto de moda de mezclar tiempos pasados y presentes y la tan recurrente fórmula de los misterios de la iglesia católica recuerdan demasiado a otras novelas del género. Me da la sensación que el misterio final (que no revelaré) está un poco cogido con pinzas y que el extraño episodio del nacimiento en la abadía es también demasiado recurrente.

    ACTUALMENTE LEYENDO:  LOS DESCUBRIDORES DEL ANTIGUO EGIPTO  (Joyce Tyldesley)

    sábado, 4 de abril de 2015

    FULGOR DE AFRICA (Francisco Umbral)



    EL AUTOR

    Francisco Alejandro Pérez Martínez, más conocido como Francisco Umbral (Madrid, 11 de mayo de 1932 - Boadilla del Monte, Madrid, 28 de agosto de 2007) fue un poeta, periodista, novelista, biógrafo y ensayista español.

    Fruto de la relación entre Alejandro Urrutia, un abogado cordobés padre del poeta Leopoldo de Luis, y su secretaria, Ana María Pérez Martínez,  nació en Madrid, en el hospital benéfico de la Maternidad, entonces situado en la calle Mesón de Paredes, en el barrio de Lavapiés, el 11 de mayo de 1932,  esto último acreditado por la profesora Anna Caballé Masforroll en su biografía Francisco Umbral. El frío de una vida.  Su madre residía en Valladolid, pero se desplazó hasta Madrid para dar a luz con el fin de evitar las habladurías, ya que era madre soltera.  El despego y distanciamiento de su madre respecto a él habría de marcar su dolorida sensibilidad. Pasó sus primeros cinco años en la localidad de Laguna de Duero y fue muy tardíamente escolarizado, según se dice por su mala salud, cuando ya contaba diez años; no terminó la educación general porque ello exigía presentar su partida de nacimiento y desvelar su origen. El niño era sin embargo un lector compulsivo y autodidacta de todo tipo de literatura, y empezó a trabajar a los catorce años como botones en un banco.



    En Valladolid comenzó a escribir en la revista Cisne, del S.E.U. y asistió a lecturas de poemas y conferencias. Emprendió su carrera periodística en 1958 en El Norte de Castilla promocionado por Miguel Delibes, quien se dio cuenta de su talento para la escritura. Más tarde se traslada a León para trabajar en la emisora La Voz de León y en el diario Proa y colaborar en El Diario de León. Por entonces sus lecturas son sobre todo poesía, en especial Juan Ramón Jiménez y poetas de la Generación del 27, pero también Valle-Inclán, Ramón Gómez de la Serna y Pablo Neruda.

    El 8 de septiembre de 1959 se casó con María España Suárez Garrido, posteriormente fotógrafa de El País, y ambos tuvieron un hijo en 1968, Francisco Pérez Suárez «Pincho», que falleció con tan sólo seis años de leucemia, hecho del que nació su libro más lírico, dolido y personal: Mortal y rosa (1975).  Eso inculcó en el autor un característico talante altivo y desesperado, absolutamente entregado a la escritura, que le suscitó no pocas polémicas y enemistades.

    En 1961 marchó a Madrid como corresponsal del suplemento cultural y chico para todo de El Norte de Castilla, y allí frecuentó la tertulia del Café Gijón, en la que recibiría la amistad y protección de los escritores José García Nieto y, sobre todo, de Camilo José Cela, gracias al cual publicaría sus primeros libros. Describiría esos años en La noche que llegué al café Gijón. Se convertiría en pocos años, usando los seudónimos Jacob Bernabéu y Francisco Umbral, en un cronista y columnista de prestigio en revistas como La Estafeta Literaria, Mundo Hispánico (1970-1972), Ya, El Norte de Castilla, Por Favor, Siesta, Mercado Común, Bazaar (1974-1976), Interviú, La Vanguardia, etcétera, aunque sería principalmente por sus columnas en los diarios El País (1976-1988), en Diario 16, en el que empezó a escribir en 1988, y en El Mundo, en el que escribió desde 1989 la sección Los placeres y los días. En El País fue uno de los cronistas que mejor supo describir el movimiento contracultural conocido como movida madrileña. Alternó esta torrencial producción periodística con una regular publicación de novelas, biografías, crónicas y autobiografías testimoniales; en 1981 hizo una breve incursión en el verso con Crímenes y baladas. En 1990 fue candidato, junto a José Luis Sampedro, al sillón F de la Real Academia Española, apadrinado por Camilo José Cela, Miguel Delibes y José María de Areilza, pero fue elegido Sampedro.

    Ya periodista y escritor de éxito, colaboró con los periódicos y revistas más variadas e influyentes en la vida española. Esta experiencia está reflejada en sus memorias periodísticas Días felices en Argüelles (2005). Entre los diversos volúmenes en que ha publicado parte de sus artículos pueden destacarse en especial Diario de un snob (1973), Spleen de Madrid (1973), España cañí (1975), Iba yo a comprar el pan (1976), Los políticos (1976), Crónicas postfranquistas (1976), Las Jais (1977), Spleen de Madrid-2 (1982), España como invento (1984), La belleza convulsa (1985), Memorias de un hijo del siglo (1986), Mis placeres y mis días (1994).

    En el año 2003, sufrió una grave neumonía que hizo temer por su vida. Murió de un fallo cardiorrespiratorio el 28 de agosto de 2007 en el hospital de Montepríncipe, en la localidad de Boadilla del Monte (Madrid), a los 75 años de edad

    Su calidad literaria viene dada por su fecundidad creativa, su sensibilidad lingüística y la extrema originalidad de su estilo, muy impresionista, de sintaxis muy suelta, metafóricamente muy elaborado y complejo, flexible para los matices más esquivos de la actualidad, abundante en neologismos y alusiones intertextuales y, en suma, de una exigente calidad lírica y estética. Esta particularidad le hace especialmente intraducible y en consecuencia es un autor apenas vertido a otros idiomas y casi desconocido en el extranjero. Francisco Umbral es «uno de los primeros prosistas de la lengua española del siglo XX», según Fernando Lázaro Carreter, y Miguel Delibes lo califica como «el escritor más renovador y original de la prosa hispánica actual».

    Como articulista practicó una especie de costumbrismo desclasado y antiburgués que no renunciaba al yo más intensamente romántico e intentaba dar a lo cotidiano, en palabras de Novalis, la dignidad de lo desconocido, mezclando calle y cultura e impregnándose a veces de una desolada ternura.

    Como cronista político Umbral hizo gala, además, de una gran acidez y mordacidad y una increíble intuición para captar la epidermis oculta de los asuntos. En 1993 se vio envuelto en una agria polémica por llamar «paletos» a las personas de Aranda de Duero en el programa Queremos saber, de Antena 3. El candidato a la presidencia del gobierno José María Aznar había sido recibido en esta localidad en olor de multitudes mientras que Felipe González había sido abucheado en la Universidad por esos mismos días. En ese mismo programa se produjo también la célebre anécdota de «yo he venido a hablar de mi libro», en la que Umbral pidió la palabra para reclamar de manera muy airada e insistente que no se estaba abordando el tema de su libro Mortal y rosa como se le había prometido, mientras Mercedes Milá intentaba apaciguarle.

    Otros pasajes de su trayectoria columnística quedan expuestos en el libro Ladrón de fuego de Gómez Calderón, profesor de la Universidad de Málaga que, hasta la fecha, ha realizado la aproximación más completa a la retórica del fecundo escritor madrileño.

    EL LIBRO

  • Nº de páginas: 192 págs.
  • Encuadernación: Tapa blanda
  • Editorial: SEIX BARRAL
  • Lengua: CASTELLANO
  • ISBN: 9788432206023



  • El fulgor de Africa es una galería de cuadros de la vida provinciana —centrada en Valladolid, desde comienzos de siglo hasta la irrupción de Azaña en la vida pública— que contiene un vasto retablo de episodios y personajes casi esperpénticos de un núcleo familiar, retratados al hilo de la retaguardia de las guerras de Africa. Nos hallamos —en lo estilístico, y también en la materia narrada— en un ámbito cercano al de Valle-Inclán: diorama coloreado o daguerrotipo sepia del ayer y, al propio tiempo, severo grabado al boj de una sociedad enferma.

    La energía verbal, la inventiva constante y la vitalidad expresiva de Umbral se manifiestan aquí en grado sumo, ya sea en lo épico, en lo lírico o en lo satírico, mediante una ininterrumpida y poderosísima creación de lenguaje. El fulgor de Africa es una de las obras mayores de la narrativa de Francisco Umbral.

    IMPRESION PERSONAL

    Francisco Umbral da una vuelta más de tuerca en su novela "El fulgor de África" a la historia real, o ficticia, de su familia; son, la mayoría, retratos y sucesos ya conocidos; al menos, para un lector como yo que lee sin sujetarse a un canon ni a una sucesión cronológica de las obras literarias; entre ellas, la suya. Uno podría prescindir de la colorista composición de su casa vallisoletana, de sus asuntos familiares y de los secretos de alcoba, de tan sobados y repetidos como están en sus ejercicios memorialísticos, o lo que sean, pero lo que nos hace volver una y otra vez al surco de su literatura es el tremedal de su prosa, el mágico limo de su palabra que se nos pega a los ojos como el barro salutífico de un spa; de modo que, al menos en este caso, no habría que hablar del fulgor de África sino del fulgor de Umbral, que brilla con luz propia describiéndonos, en este nuevo decorado, las andanzas, aventuras y desventuras de sus madres-tías, sus abuelas y bisabuelas, sus primos, sus ancestros más gloriosos y sus criadas más consentidoras.
     
    Militares españoles en la guerra de Africa (1921)
     
     
    Si antes fueron la guerra civil, o la postguerra o los tiempos gloriosos en que se publicaba el Diario Pinciano, en esta ocasión pone a la misma familia sobre el escenario de las guerras africanas: soldaditos que pelean contra el moro en las montañas del Rif y enamoran a las jóvenes doncellas en los salones señoriales de provincias; jóvenes cadetes que buscan el amor en las íntimas alcobas y la muerte en la espesura de los parques; aguerridos oficiales que lucen su medalla en el combate y sus cuernos en cama ajena, etc, etc.
     
    Despedida de las tropas que parten hacia el frente, desde la estacion de Atocha
     
     
    Todo ésto y mucho más nos lo cuenta Francisco Umbral en tercera persona, a través de los ojos y la escritura de Jonás, el niño bastardo que el escritor ha llevado toda la vida dentro como la ballena bíblica, y su relato, familiar y ficticio, auténtico y embaucador, es como una sucesión de postales de época que el adolescente, ya un poco rijoso, mira debajo del piano o debajo de la historia, la suya y la de los demás, con indudable delectación.

    jueves, 26 de marzo de 2015

    HABITACIONES CERRADAS (Care Santos)



    EL AUTOR

    Care Santos nació en Mataró (Barcelona) en 1970. Estudió Derecho y Filología Hispánica. Aunque inició su carrera como periodista en el Diari de Barcelona, ABC y El Mundo –en el que aún colabora como crítica literaria-, rápidamente debutó en 1995 con volumen de relatos, Cuentos cítricos.



    Ha publicado seis novelas, otras seis recopilaciones de relatos, una veintena de novelas juveniles, varias sagas infantiles y dos libros de poemas; y se le acumulan los premios, desde el Ateneo Joven de Sevilla de Novela al Barco de Vapor. En 1997, publicó su primera novela El tango del perdedor. Dos años después, con Trigal de cuervos, ganó su galardón, otorgado por Algaida. Arrancó el milenio con Aprender a huir, a la que siguieron El dueño de las sombras, El síndrome Bovary, La muerte de Venus (finalista del Premio Primavera) y Hacia la luz.

    Como narradora para jóvenes, Santos es uno de los nombres más leídos de nuestro país. Entre sus obras destacan Bel. Amor más allá de la muerte y El dueño de las sobras Para primeros lectores, creó la serie El genio Ifigenio.

    EL LIBRO

  • Nº de páginas: 496 págs.
  • Editorial: PLANETA
  • Lengua: CASTELLANO
  • Encuadernación: Tapa dura
  • ISBN: 9788408098768
  • Año edición: 2011
  • Plaza de edición: BARCELONA
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    Toda familia esconde un secreto. La de los Lax, una de las sagas más prestigiosas de la Barcelona de finales de siglo XIX y primera mitad del XX, no podía ser la excepción. Los Lax asistirán al cambio de siglo y a su traslado al por entonces incipiente Paseo de Gracia, desde cuyo palacete modernista serán testigos de la profunda transformación de la ciudad, sus ciudadanos y costumbres, además de su propia familia.

     Apasionante y adictiva, Habitaciones cerradas entremezcla misterios familiares y el escenario más seductor: una ciudad cambiante y moderna que explosiona con la llegada de la II República. Un gran fresco histórico y social que, como en La Sombra del Viento o El tiempo entre costuras, engancha y no te suelta.
     
    IMPRESION PERSONAL
     
    Una saga familiar con aires modernos, ambientada en la Barcelona modernista y escrita con buen gusto. En conjunto, Habitaciones cerradas es como un puzle en el que las piezas al final encajan, una obra ambiciosa que en estos momentos ya ha vendido los derechos para su publicación en nueve países. La propia Care Santos ha dicho que hay un antes y después en su carrera tras la publicación de esta novela, ¡y no me extraña! No siempre se publican libros tan completos, así que si os gustan las historias familiares y estáis dispuestos a adentraros en una trama compleja en forma y contenido, adelante con él.
    Violeta es una mujer que ha dedicado su vida a estudiar y promover la obra de su abuelo, el pintor modernista Amadeu Lax. Un día recibe un mensaje de una señora italiana que se pone en contacto con ella porque, según cuenta, tiene algo que contarle sobre su historia familiar. A partir de ese momento, Violeta inicia un viaje que la llevara a Italia y a la Barcelona de sus orígenes, donde visita la casa en la que vivieron sus antepasados. Todo parece tranquilo, pero, a veces, el destino juega sus cartas y revela nuevos giros que hacen que lo que había creído hasta entonces se desmorone.
     
    Los actores Alex García y Adriana Ugarte, representando los papeles de Amadeo Lax y Teresa Brusés, en la miniseria que TVE ha producido, basada en la presente novela

    De forma paralela hay una trama en pasado, situada a finales del siglo XIX y principios del XX. En ella conocemos a una familia burguesa formada por Rodolf Lax y Maria del Roser Golorons: él es un joven con aspiraciones y ella una chica con una mentalidad avanzada para la época. Su unión funciona y nacen tres hijos: el controvertido Amadeu, retraído y torpe en el trato con los demás; Joan, el hijo modélico, perfecto en todas las disciplinas; y Violeta, la pequeña, de la que enseguida sabemos que sufrió una muerte prematura. En el primer capítulo también conocemos a otros personajes importantes: Teresa Brusés, la que será la gran obsesión de Amadeu; Conxita, una criada fiel que entró en el servicio para cuidar al primogénito; y Octavio Conde, el hijo del propietario de los grandes almacenes El Siglo. Con estos ingredientes, la emoción y los buenos momentos están más que asegurados.
     
    Grandes Almacenes El Siglo, establecimiento emblemático de la Barcelana de finales del siglo XIX y principios del siglo XX
     
     
    Lo primero que llama la atención al abrir el libro es la variedad de tipos de texto que aparecen en él: desde la narración convencional en tercera persona a cartas, correos electrónicos, notas sobre arte y noticias de periódicos. Todos ellos se combinan en una estructura no lineal que alterna el pasado con el presente y completa la información con los apuntes de los escritos mencionados. Al contrario de lo que podría parecer, esta composición no me ha parecido caótica ni difícil de seguir: me atrapó desde las primeras líneas y todo está planteado de tal manera que conocemos lo acontecido poco a poco, sin perdernos ni adelantarnos demasiado. En general, considero que la autora tiene una buena prosa, amena y cuidada al mismo tiempo. El único aspecto en el que tal vez cojea un poco son los correos: en algunos detalla hasta las conversaciones, un recurso necesario para que el lector conozca los detalles, pero en mi opinión poco creíble en este medio (me recuerda más a una narración en primera persona que a un e-mail).
     
    ¿Qué tiene la burguesía de finales del siglo XIX y principios del siglo XX que llama tanto la atención en el terreno literario? Habitaciones cerradas no es el primer libro que se centra en una familia barcelonesa acomodada que vive en una casa grande y dispone de unos cuantos criados a su cargo. En mi opinión, ese contraste entre pobres y ricos es uno de sus puntos álgidos, aunque en este caso los segundos gozan de mayor protagonismo. La época no se queda atrás en interés: fue un período de grandes cambios (algunos se reflejan en el libro, como el paso de los carros tirados por animales a los coches), hasta que se vieron frenados con la irrupción de la Guerra Civil.
     
    Extinción del incendio que destruyó por completo los Grandes Almacenes El Siglo, en la navidad de 1932
     
     
    Habitaciones cerradas no es una novela histórica; no obstante, el entorno en el que se desarrolla la trama principal (la del pasado) sí existió. La historia familiar es pura ficción, pero en el texto se plasman hechos verídicos (la Semana Trágica, el incendio que destruyó los grandes almacenes El Siglo…) y aparecen algunos personajes reales (desde el rey Alfonso XIII a un joven de lo más peculiar, Francesc Canals Ambrós). También trata un tema que me sorprendió: las reuniones espiritistas, de las que no tenía ningún conocimiento. Por si fuera poco, la forma de vida de los burgueses y su relación con los trabajadores de las fábricas se puede considerar un retrato social de la época. Al final del libro la propia Care Santos explica qué referencias tomó prestadas y cuáles han salido de su imaginario.
    ACTUALMENTE LEYENDO:  EL JARAMA  (Rafael Sánchez Ferlosio)

    viernes, 20 de marzo de 2015

    MR. WITT EN EL CANTON (Ramón J. Sender)



    EL AUTOR

    (Ramón José Sender; Chalamera de Cinca, 1902 - San Diego, 1982) Novelista español. De espíritu rebelde y autodidáctico, se sintió siempre atraído por la ideología del anarquismo, incluso cuando, avanzada la vida, se apartó de las actitudes izquierdistas de su juventud. Tras realizar el servicio militar en Marruecos, se inició en el periodismo y colaboró en publicaciones radicales y libertarias.
    Sus primeras novelas son de testimonio social y propósito denunciatorio: el antimilitarismo de Imán (1930), sobre la guerra de Marruecos; su ataque al régimen policiaco en O.P.: orden público (1931); la lucha anarquista en Siete domingos rojos (1932) y el relato de la insurrección cantonal de Cartagena (1873) en Mr. Witt en el cantón (1935). Durante la guerra civil luchó en Sierra de Guadarrama y publicó el documental Contraataque (1937), sobre el cual se inspiró en parte Malraux para su novela L'Espoir.

    Ramón J. Sender
     
    Exiliado primero en México (1939-42), residió el resto de su vida en los Estados Unidos, con trabajos docentes en Alburquerque (1947-63) y en Los Ángeles (1965-71). Dejando a un lado su intensa actividad periodística (en la revista antifascista y anticomunista Cuadernos de París, por ejemplo), su copiosísima producción narrativa prosiguió por numerosas y variadas rutas.
     
    Por un lado están sus novelas alegóricas de intención satírica o filosófica; entre ellas cabe citar El lugar del hombre (1939), La esfera (1947), El rey y la reina, de 1949, El verdugo afable (1952), Los cinco libros de Ariadna (1957) y Nocturno de los catorce (1971). Un sector aparte se halla constituido por sus novelas históricas: Bizancio (1956), Jubileo en el Zócalo (1964) y La aventura equinoccial de Lope de Aguirre (1964), entre otras. El marco geográfico latinoamericano le inspiró una gran novela, Epitalamio del prieto Trinidad (1942), historia de una rebelión en una isla-presidio, notable por la recreación de las pasiones humanas y la descripción de una atmósfera alucinante y de exótica sensualidad.

    EL LIBRO

  • Nº de páginas: 552 págs.
  • Editorial: CASTALIA
  • Lengua: CASTELLANO
  • Encuadernación: Tapa blanda
  • ISBN: 9788470394928
  • Año edición: 1987
  • Plaza de edición: MADRID



  • Mister Witt contiene un espléndido y rico reportaje sobre una Cartagena que queda más vitalmente próxima -en la reconstrucción de una atmósfera urbana- de 1935 que de 1873.En la medida en que Míster Witt en el Cantón llevaba en sí un mensaje motivado por y destinado a lasituación de la sociedad española en los umbrales de la guerra civil, es lícito hablar de una fortuna radicalmente adversa para esta obra de un novelista que se sintió siempre comprometido con los grandes problemas sociales del tiempo que le tocó vivir durante los años de su permanencia en España. El huracán de la historia se apresuró a aventar unas páginas que hablaban del valor de cada vida humana, de la dignidad que asiste a cada hombre por el hecho de serlo, de la primacía de la generosidad sobre la violencia.(De la Introducción de José María Jover).


    IMPRESION PERSONAL

     
     
    Según él mismo dejó de manifiesto, Sender escribió Míster Witt en el Cantón en sólo veintitrés días, dictando la mayor parte del borrador a su esposa. Tan breve plazo de escritura se compensó con unos cuantos días de corrección, tras lo que el original fue presentado al Premio Nacional de Literatura.
     
    Desde que salió de imprenta en abril de 1936, este libro sobre la insurrección cartagenera de 1873 mereció un interés particular que hoy prolongan los estudios senderianos. En principio, es ya un lugar común repetir que, si bien se trata de una novela histórica, el acento está puesto en áreas que desatendieron los episodios galdosianos. De hecho, dejando de lado la inquietud documental, la obra vuelve a replantear un paralelismo muy frecuentado en literatura: el que entrelaza ficción psicológica (individual) e historia (colectiva), resaltando su continuidad. En este caso, el lector sigue la historia de celos y degradación moral del ingeniero inglés Jorge Witt, diseñada en la atmósfera de una revolución frustrada por individuos como él.
     
    En “Mister Witt en el Cantón” se narra la insurrección cantonal de Cartagena en 1873 durante la primera República Española, la “federal”. El relato se cuenta de dos perspectivas: una de ellas retrata la relación entre Míster Witt y su esposa Milagritos, mientras que la otra sigue los sucesos cantonales. Ambas perspectivas se van entrecruzando hasta lograr una única voz. Míster Witt es un ingeniero inglés, que vive en el paseo de la Muralla y trabaja como asesor de la Maestranza (talleres de construcción y reparación de artillería de tierra y mar cartagenera). Es un hombre racional, conservador y puritano. En contraste, su esposa Milagritos, es una española (de Lorca) pasional e instintiva, parienta de un poeta y activista revolucionario, Froilán Carvajal Rueda, que murió fusilado cinco años antes en Ibi, sin que Míster Witt moviera un dedo para evitarlo. Milagritos conserva una venda ensangrentada y un fajo de cartas de Carvajal. Míster Witt tiene una sospecha infundada de infidelidad de su esposa con el líder republicano.
     
    Proclamación del Canton en Cartagena
     

    Sin embargo, conforme la rebelión se va extendiendo por toda Cartagena, el carácter y el comportamiento de ambos cónyuges cambia: el inglés envejece, se muestra reservado y contempla con los prismáticos desde su balcón los trágicos sucesos de las calles y del mar. Mientras que su esposa ,Milagritos,recobra la lozanía y el entusiasmo, actuando como voluntaria en la causa de los rebeldes. Empieza a trabajar en el barco-hospital, el “Buenaventura”. Aparece Colau, héroe de la batalla naval, de quien se enamora Milagritos. Míster Witt queda desolado y quema las cartas de Carvajal y la venda con que fue fusilado. Cuando Milagritos se entera le pide explicaciones a su marido sobre la ejecución de Carvajal. Míster Witt confiesa la verdad: él pudo impedir el fusilamiento, ella se va de casa. Permanece recluido en casa y sale decidido a seguir los pasos de su esposa. Se encuentra en el camino con Ricardo Yuste, fogonero de la fragata “Tetuán” y le induce para que provoque la voladura de la fragata. Yuste, después, será detenido como sospechoso por un incendio en la “Tetuán”, pero muere por la explosión de una granada cuando lo llevan preso. Milagritos cuenta a su marido, que antes de morir había dicho algo acusando a Míster Witt.

    Acabado el conflicto Milagritos perdona a su marido y vuelve con él.Ambos se van a Madrid a curar la esterilidad, ansiosa de tener un hijo y volver a Cartagena.
     
    Antonio Gálvez, Antonete, líder de los cantonalistas cartageneros


    La novela “Míster Witt” está dividida en tres libros y 21 capítulos. El libro primero, comienza en marzo de 1873 y comprende los capítulos I,II y III; mayo: capítulos IV y V y julio capítulos VI, VII y VIII. El libro segundo comienza narrando los hechos del mes de agosto, capítulos, IX,Xy XI; sigue en septiembre con los capítulos XII y XIII y octubre con el XIV. El libro tercero comienza en noviembre, capítulos: XV,XVI,XVII y XVIII y diciembre con los tres capítulos finales, XIX,XX y XXI.

    En el libro primero se hace una presentación del gabinete de trabajo de Míster Witt, se informa sobre su persona, su carácter y su relación con la gente de Cartagena. Pronto entra en escena su esposa Milagritos y se cuenta cómo se conocieron.
    Continúa presentándonos algunos personajes secundarios, que son clientes de “La Turquesa”, taberna y tabernera del barrio portuario del Molinete. Aparece el maquinista gallego Vila de la fragata “Numancia”, el médico don Eladio y hasta Antonete Gálvez, el héroe, aparece en un romance cantado: Antonete está en la sierra / y no se quiere entregar (…) / mientras España no tenga/ República federal (ob. Cit. 181)
    Sigue presentándonos el escenario de Cartagena en su conjunto: su estructura social y sus barrios burgueses y obreros para entrar en materia: la lucha política y social. Se produce la muerte de “Cristobaliyo”, un huérfano de 13 años, desatando unas redes de pesca de un patrón sin escrúpulos, muerte que irrita a Paco, el de “la Tadea” y a la gente del barrio de Escombreras, que acaban prendiendo fuego a los barcos y a los almacenes del patrón y la casa del alcalde, que ha escapado con el patrón. Y este sería el primer foco de tensión de la novela: la injusta muerte de “Cristobaliyo”.
    Vuelve el narrador a completar la descripción del gabinete de Míster Witt; pero no tarda en volver el desasosiego de la gentes ante el discurso de Pi y Margall decretando constitucionalmente la República Federal como una revolución “de arriba abajo. ¡Qué ingenuidad-pensaba- ¿Cuándo se ha visto una revolución de arriba abajo?” (pag.216) .

    Pero de nuevo nos vuelve a hablar el narrador de la vida íntima de Míster Witt, sobre todo en relación con su esposa, Milagritos, cuando contempla la urna con la venda manchada de sangre que llevaba al morir fusilado Froilán Carvajal Rueda, el primo de Milagritos. Y aquí comienzan a aflorar los celos de Míster Witt. Milagritos llega de la calle y da las noticias del día: las tropas del regimiento de África han ido a relevar a los voluntarios, que ocupaban los fuertes del Ferriol y Galeras, pero Antonete ha mandado que no se entreguen los fuertes. Míster Witt comprueba que han izado en el fuerte la bandera turca, como bandera del Cantón (división territorial y administrativa con cierta autonomía política). Esto le hace lanzar una carcajada. Más adelante esta bandera turca(con la media luna y la estrella blanca), que se había izado porque no había otra en el fuerte se tiñó con la sangre del soldado que la izaba.
     
    General Arsenio Martínez Campos, comandante en jefe de las tropas federalistas
     

    En la ciudad siguen las algaradas de los intransigentes, que se están haciendo dueños de la situación. Ante el desasosiego de Míster Witt, Milagritos le dice:”- Cuando pase esta revolución de los federales vamos a Madrid a que me vea un médico y después me calas hondo, ¿eh? Quiero tener un hijo tuyo” (pag.280), que será el desenlace de la novela (insólito y abrupto para algunos críticos, pero que ya lo anuncia en el cap. VII).

    Milagritos anuncia que la escuadra se ha sublevado y Míster Witt accede a entrevistarse con Antonete Gálvez, que le pide que medie ante el cónsul inglés para que Inglaterra no intervenga en el conflicto entre “leales” y “federales”.
    Todo el moroso capítulo octavo está dedicado al conflicto moral y sentimental de Míster Witt. Busca entre los papeles de Milagritos alguna prueba de infidelidad con Carvajal, lee las cartas, que no le aclaran sus dudas. Y piensa que si hubiese corrido con el caballo como era debido, el indulto hubiera llegado a tiempo: “Bastaba con que no hubiera tirado de las riendas al caballo” (324); o haber usado la siguiente fórmula: “Bajo mi responsabilidad puedo pedir, en nombre del Consulado inglés, el aplazamiento de la ejecución (309). Toda la parafernalia de la ejecución evitable de su pariente y causante de los celos, Carvajal, la recordaba Míster Witt cinco años después en su casa del paseo de la Muralla, con la urna con la venda y el bargueño que guardaba las cartas del infortunado vate.

    El libro segundo se inicia (capit. IX) con la insurrección de la Cartagena Federal frente al gobierno centralista de Madrid y en una de las pocas ocasiones que el espacio de la novela cambia se organiza la expedición a Hellín al mando del brigadier Carreras y del comisario Gálvez.
    Míster Witt, que querría ser neutral, pero el ambiente de la calle y el entusiasmo de su mujer lo envuelven. Recibe otra vez la visita del cónsul inglés y emite juicios agudos y serenos sobre el conflicto e incluso se muestra algo entusiasmado con los cantonales, pero no se lo demuestra a su mujer por esos celos retrospectivos de Carvajal. Fruto de ellos rompe la urna de cristal donde Milagritos guardaba la venda ensangrentada del fusilamiento de su pariente Carvajal.

    Más adelante el narrador nos da una relación pormenorizada de la campaña militar fracasada sobre Valencia y el ataque por sorpresa del general Salcedo contra los cantonales en la estación de Chinchilla. Se producen tensiones entre los jefes militares y civiles y la población cartagenera; y Antonete, en un golpe de efecto, logra disolver la protesta popular, encabezada por Hozé, liberando a todos los presos del penal, que pasan a engrosar las filas de los voluntarios.

    Se presenta la plaza de Cartagena sitiada por el ejército del general Arsenio Martínez Campos. Comienzan a faltar víveres, medicamentos y personal sanitario. Aparece en escena Bonmatí, que se encarga de la sanidad en tierra y en el mar con el primer barco-hospital, el “Buenaventura”, que hasta el nombre está bien buscado. También aparece Colau, el futuro héroe de la “Tetuán”, admirado por Milagritos, que también desata os celos, ahora actuales, de Míster Witt.

    Milagritos se embarca, como enfermera, en el “Buenaventura” llevando mucho material sanitario. Se produce la batalla naval con la escuadra del almirante Lobo, en la que han salido mal los cantonales. Milagritos regresa a casa cuando ha llegado la escuadra con los heridos.

    Las dificultades son cada vez mayores llegando a fallecer de hambre tres personas, uno de ellos es el aljecero (yesero), que además había sido autor de “trovos” y romances de intención política. Se nos muestra una ciudad cañoneada, con la gente fuera de las casas, tras los altozanos al abrigo de los cañones. Sólo Colau, con su aureola mágica se perfila como héroe invencible.

    “Calnegre”, personaje “fanático”, habla de asaltar las casas de los ricos de la calle Mayor, pero una granada lo mata; Paco, el de “la Tadea, su hermano, va a buscar a su hijo, a quien no conoce, para que le dé el último adiós, pero ya estaba inconsciente.

    Ahora la acción retorna a casa de Míster Witt y éste tiene su ánimo interior como la ciudad. En un arrebato busca las cartas de Carvajal y la venda y las echa al fuego; pero al quemarlas se salva un renglón escrito que dice: “gameca.Colau”. Míster Witt piensa que se trata de una cita con Colau en la bahía de Algameca. Después llega Milagritos, se encara con él y le pide explicaciones sobre Carvajal: “¿qué pasó, por qué no llegó el indulto?” Él por fin confiesa:”Fui yo. No quise pedir que se aplazara le ejecución y además impedí que el indulto llegara a tiempo” (pag.495). Milagritos se va de casa.

    Sigue el cañoneo sobre la ciudad. Hay confusión y un intento de asalto a las casas de la calle Mayor. El médico don Eladio, personaje itinerante, intenta librarse de los obuses y después de una larga aventura llega a Algameca, donde está Colau en la fragata “Tetuán” y al salir de la habitación del caudillo, ve a una mujer conocida, pero ella trata de ocultarse.¿Es Milagritos? Colau mira al médico amenazante y confía que no dirá en su vida a quien ha visto.( Aquí tendríamos la prueba de la entrega de Milagritos a Colau, con lo cual los celos de Míster Wittt son fundados).

    La ciudad cada vez está más desesperada. Míster Witt lleva veinte días de reclusión en su casa. Decide salir y deambulando por la ciudad se encuentra con Ricardo Yuste, un murciano, primo de la cocinera de Míster Witt y fogonero de la “Tetuán”, bajo el mando de Colau. Míster Witt se da cuenta que Yuste está muy resentido con su caudillo e inclinándose en su hombro le susurra algo a Yuste. Después regresa a casa con su mujer, pero no ocurre nada. Colau pasa la noche a bordo de la “Tetuán.

    El último capítulo nos pinta el fuego cruzado de la artillería sobre Cartagena. Míster Witt se había instalado con sus gemelos en el balcón de su casa. Y al oscurecer oyó a su mujer: “-Hay fuego en la fragata de Colau”(529). Pero “Al día siguiente fue detenido por sospechas bastante fundadas Ricardo Yuste, el palero pariente de la criada de Míster Witt. El incendio había sido provocado” (535). Yuste ha muerto por una granada,cuando lo llevaban preso, pero antes de morir había nombrado a Míster Witt, sólo lo había oído Bonmatí y el mismo Bonmatí le ha dado el salvoconducto al matrimonio para salir de Cartagena.
     
    Las tropas del Gobierno Central entran en Cartagena, poniendo así fin a la insurreccion cantonal
     
    Sender aprovecha la historiografía disponible para construir sobre ella una relación de pareja que ahonda en las contradicciones de aquellos acontecimientos. Frente al victoriano Witt, personaje polisémico, símbolo de lo inglés en las relaciones internacionales, se sitúa Milagritos Rueda, cuya generosidad y compromiso resumen el ambiente popular del ciclo revolucionario. Ambos vienen a formar un dúo cuyo desgaste sentimental, agitado por crisis cada vez mayores, nos vuelve a llevar al argumento de la insurrección frustrada. Y es precisamente en tal ambiente donde el autor expresa el concepto de hombría, sin vacilar en los efectos de dicho carácter en una situación límite. En esa dirección, el relato aglomera diversos pasajes de la coyuntura biográfica de Sender, comprometido con ideales (morales, políticos) muy firmes en las vísperas de la guerra civil.
     
    Dicho compromiso no enturbia en grado alguno la cualidad fabuladora del escritor. Muy al contrario, favorece la multiplicidad de discursos que absorbe la novela. Entre ellos, resaltan las experiencias de la Segunda República, incluida esa posibilidad revolucionaria que el aragonés analiza con tesón y que involucra generosidad e ideales raramente observables. Por todo ello, el fracaso de la idea cantonal sugiere dilemas muy claros en un proceso político de este carácter. Entrando en el análisis ideológico del escrito, José María Jover insiste en que dicho discurso nos remite al motivo más habitual en la biografía del primer Sender: «el de la revolución cantonal; dicho con más precisión, el discurso de la Revolución genéricamente considerada , que se manifiesta en la historia de Míster Witt mediante la evocación e idealización de una revolución pretérita: la revuelta de los cantonales cartageneros en 1873. Partamos, pues, de la afirmación de que no es un prurito arqueológico, desconectado de su circunstancia sociopolítica, lo que mueve a Sender a volver la vista a los sucesos del 73» (Introducción a Míster Witt en el Cantón, Castalia, 1987, p. 57).
     
    En su esfuerzo por abarcar el movimiento federalista y sus contraluces, Sender concede a Mr. Witt un valor premonitorio, confirmado en la postura de su país en ulteriores conflictos. En contraste, la espontánea Milagritos juega como elemento encadenante: simboliza el pensamiento popular del Cantón, pero a la vez es origen del drama de Witt por su diverso trato con Froilán Carvajal y Colau. A partir de tan frondoso dispositivo, el egoísmo, la deslealtad y la duda actúan, entre otros elementos, como disipadores de la utopía.
     
    ACTUALMENTE LEYENDO:  HABITACIONES CERRADAS (Care Santos)

    domingo, 15 de febrero de 2015

    EL ABISINIO (Jean-Christophe Rufin)





    EL AUTOR

    Jean-Christophe Rufin nació en 1952 en Bourges (Francia) y, tras ser abandonado por su padre, fue criado por sus abuelos. Es médico, novelista y trotamundos; también es el presidente de “Acción contra el hambre”, y fue vicepresidente de “Médicos sin fronteras” y administrador de “Cruz Roja Francesa”. Ha sido asesor en numerosos proyectos para el gobierno francés, en particular en relaciones norte-sur.
     
     
     
    Sus libros publicados, ensayos y novelas, son: “Le Piège” (1986), “L’Aventure humanitaire” (1994), “La Dictature libérale” (1994), “El abisinio” (1997), “El cerco de Ispahán” (1998), “Les Causes perdues” (1999), “El Imperio y los nuevos bárbaros” (2001), “Rojo Brasil” (2001), “La Lutte des seigneurs” (2003), “Globalia” (2004), “Géopolitique de la faim: Faim et responsabilité” (2004) y “La Salamandre” (2005).

    EL LIBRO

  • Nº de páginas: 560 págs.
  • Encuadernación: Tapa blanda bolsillo
  • Editorial: ZETA BOLSILLO
  • Lengua: CASTELLANO
  • ISBN: 9788496546271



  • Jean-Baptiste Poncet, un joven médico perteneciente a la colonia francesa de El Cairo, es elegido para curar al Negus, mítico soberano abisinio. Poncet, que ignora la trama urdida a sus espaldas, parte hacia Abisinia en compañía de su acólito Juremi, un artista y liberal francés, y el padre Brèvedent, un jesuita que oculta una siniestra ambición de poder. Juntos recorren los desiertos egipcios y las montañas abisinias. Tras cumplir con su objetivo, se trasladan a Versalles. El recibimiento en palacio será muy diferente del esperado y Poncet tendrá que vérselas con el conservadurismo de la Corte.

    IMPRESION PERSONAL

    El abisinio es una obra que entretiene, engancha, hace olvidar las esperas, el calor y las horas perdidas. Porque el ritmo es el adecuado, porque no abusa de la descripción y los hechos se suceden con maestría para que el lector los pueda seguir con facilidad y seguir pendiente del devenir de los acontecimientos.

    La prosa, más elegante y poética que la de Ken Follet, a pesar de la fama del escritor de Best sellers por excelencia, contiene una historia de aventuras situada en el marco del reinado de Luis XIV, aunque sus ambientes sean orientales y por tanto exóticos y alejados de la Corte: El Cairo, Yeddah… y Abisinia. Sin que falten, desde luego, a la Francia de la época, con las guerras de religión de fondo, y con un Rey Sol que aparece muy brevemente en la obra y a quien se pinta cuando ya no es un joven monarca.

    Mapa de Africa, como se observa solo Etiopia (antigua Abisinia) y Liberia, no fueron nunca colonias europeas


    Como en toda obra de aventuras, evidentemente, ciertos hechos resultan difíciles de creer… pero, ¿qué sería de este género sin la imaginación? Si uno no se deja llevar por la emoción del adolescente o niño que lee Los Tres Mosqueteros por primera vez, este tipo de novelas deja de tener sentido, por más fundamento histórico que pueda haber tras ellas.

    Los personajes van y vienen en función de la historia principal y a la pareja protagonista Él-Ella, se yuxtaponen una segunda pareja y una serie de secundarios que pueden hacernos reír por sus ridículas maneras y su infundada fe en sí mismos, como el cónsul; o por su glotonería y su miedo exagerado en el cocinero enviado como embajador por el rey de Abisinia.

    Las exageraciones pueblan la obra: el “médico” protagonista, que no es titulado, sino conocedor de los principios de las plantas, sabe casi tanto como un doctor contemporáneo y cura las afecciones o las diagnostica fatales prácticamente sin error alguno; los religiosos son cegados por su propia soberbia casi siempre; los protestantes son gentes siempre sencillas y creyentes que luchan con fervor por su fe, sin faltar nunca a la verdad… Quizá este sea uno de los puntos más flacos de la obra de Juan-Christophe: criticar a los jesuitas está demasiado visto; criticar la ignorancia de los Franciscanos es demasiado simple; ensalzar a los protestantes en toda ocasión deja en evidencia las preferencias religiosas del autor, que no parece tomar la distancia y la objetividad del buen historiador o ensayista. No tiene por qué, pues para ello es un novelista, pero quizá abusa de su licencia para presentar buenos muy buenos y malos muy malos y además vestidos de negro (los jesuitas).

    Embajada Persa ante la Corte Abisinia, siglo XVIII


    En este mismo orden de cosas la heroína es muy contemporánea y escapa de los convencionalismos de la época aunque ha sido educada en ellos. Tiene un arrojo y una voluntad impropias de su siglo. Y si bien no es de dudar que hubiera mujeres avanzadas y libres, resulta de una inteligencia moral y de una libertad sorprendentes.

    A pesar de todo, el viaje a Abisinia, el entramado de la novela, el muy adecuado ritmo, el buen hacer de la prosa y las perlas diseminadas aquí y allá con comparaciones poéticas hacen del libro una buena compañía para largas horas, e infunden en el lector la alegría y la emoción, como deben hacerlo este tipo de libros.

    Recomendable, entretenida, bien escrita y bien documentada

    ACTUALMENTE LEYENDO:  UN PROBLEMA DE TRES PIPAS  (Julian Symons)

    martes, 20 de enero de 2015

    LAS LEGIONES MALDITAS (Santiago Posteguillo)



    EL AUTOR

    Santiago Posteguillo Gómez es un escritor español nacido en 1967 en Valencia, ha alcanzado la fama por varias novelas cuya trama transcurre en la antigua Roma.

    En sus inicios como escritor durante la adolescencia se interesó por la novela negra, pero fue en su infancia a la edad de seis años cuando nació su pasión por la Antigua Roma tras visitar la capital italiana y quedar impactado por lo que vio.

    Santiago Posteguillo es filólogo, lingüista y Doctorado europeo por la Universidad de Valencia.

     Estudió literatura creativa en la Universidad de Denison, en Granville (Ohio), Estados Unidos y lingüística y traducción en Gran Bretaña.

    Es profesor titular en la Universidad Jaume I de Castellón, donde imparte clases de literatura inglesa, especialmente de la narrativa del siglo XIX , prestando atención, a su vez, al teatro isabelino y la relación entre la literatura inglesa y norteamericana con el cine, la música y otras artes. A pesar de poder vivir de los beneficios que aportan sus excelentes novelas, afirma que le apasiona dar clases, las cuales le alimentan y le permiten el contacto con la juventud, a la que considera una fuente de conocimiento extraordinaria.



    Fue, durante varios años, director de la sede, en esta última casa de estudios, del Instituto Interuniversitario de Filología Valenciana. Tiene a su haber más de setenta publicaciones académicas, desde artículos de investigación hasta monografías y diccionarios especializados.  Siendo colaborador del diario Las Provincias, demuestra con el premio del Gremio de Libreros y la candidatura de la CLAVE (Asociación Valenciana de Escritores y Críticos Literarios) que es uno de lo grandes noveladores de la historia de Roma que ha conseguido hacerse un hueco junto con los grandes autores internacionales. El escritor valenciano, que ha logrado que miles de personas se interesen por la historia de la antigua Roma, se ha convertido en un referente para los lectores. «Lo que más me llama la atención en el diálogo con los lectores es la variedad. Tengo lectores de entre 10 y 98 años, lectores y lectoras y de una gran variedad de intereses profesionales», afirma Posteguillo.

    Su primera novela, Africanus: el hijo del cónsul, la publicó en el año 2006 y con ella comenzó la trilogía sobre Escipión el Africano, general romano que venció a Aníbal en la Batalla de Zama. La segunda parte Las legiones malditas fue publicada en el año 2008 y al año siguiente apareció el último libro de la trilogía: La traición de Roma. Convertido en superventas, en 2009 se reeditaron las tres novelas.

    En el año 2011 comienza una nueva trilogía con la publicación de Los asesinos del emperador, descrito con un trepidante pulso narrativo destinado a trasladar al lector a la Roma imperial de los césares, con su posterior decadencia, hasta llegar al ascenso al trono del primer emperador de origen hispano: Trajano. La trilogía que comenzó con este superventas, continúa con Circo Máximo, publicado el 29 de agosto de 2013, un relato impactante y descomunal, donde Trajano, siendo ya emperador, debe enfrentarse a un río de problemas: batallas, conspiraciones, corrupción, acusaciones falsas ocomplicaciones amorosas, en el que nos veremos sorprendidos por acontecimientos como la conquista de la Dacia, o la construcción del puente más largo del mundo antiguo. Posteguillo trabaja en estos momentos en la tercera novela de la trilogía de Trajano. Espera que en la primavera de 2016 esté ya publicada para disfrute de sus lectores.

    Sobre su escritura, ha dicho: "Mi carrera profesional es esencialmente académica, en la universidad, pero desde siempre he tenido interés por escribir. De hecho, Africanus, el hijo del cónsul no es la primera novela que he escrito, sino la tercera, es decir, la tercera que he terminado por completo. Las dos anteriores no se publicaron y, volviendo la vista atrás, quizá sea mejor así". Confiesa Posteguillo que comenzó escribiendo novela negra y que cuando estudiaba en la Universidad de Valencia escribía poesía. "Escribir poesía es siempre útil porque te hace pulir tu escritura, ampliar el vocabulario, dominar un poco más el fluido de las palabras. No era un buen poeta, pero aquello me sirvió".

    Posteguillo valora enormemente la distinción de los libreros. Afirma que está muy agradecido, y que por su parte intentará seguir colaborando con ellos haciendo tantas presentaciones y firmas en sus establecimientos como le sea materialmente posible, según recoge en la web de la Feria del libro de Valencia.  Recoge en los artículos publicados en el periódico, que lamenta el «empobrecimiento cultural» que trae consigo la piratería, afectando, a su juicio, a víctimas inocentes como los nuevos autores u obras a publicar.

    Vive en Puzol, municipio de la Comunidad Valenciana, en la comarca de la Huerta Norte, cuyo origen se remonta a la época romana, siendo considerado un punto estratégico dada su localización entre el Mediterráneo y las montañas.

    EL LIBRO

  • Nº de páginas: 860 págs.
  • Encuadernación: Tapa dura
  • Editorial: S.A. EDICIONES B
  • Lengua: CASTELLANO
  • ISBN: 9788466637688



  • La historia de las legiones que desafiaron a Aníbal.  Publio Cornelio Escipión, conocido por el apodo de Africanus, era considerado por muchos el heredero de las cualidades militares atribuidas a su padre y a su tío. Pero de ellos no sólo había recibido estos magníficos atributos, sino también algunos enemigos, entre otros Asdrúbal, el hermano de Aníbal, y el general púnico Giscón, quienes harían lo posible por acabar con su enemigo y masacrar sus ejércitos.

    Los enemigos también acechaban en Roma, donde el senador Quinto Fabio Máximo, en una jugada maestra, obliga a Escipión a aceptar la demencial tarea de liderar las legiones V y VI que permanecían desde hacía tiempo olvidadas en Sicilia. Así, según creía el senador, lograría deshacerse del último de los Escipiones. Pero otro era el destino de las legiones malditas que, de la mano de Africanus, lograrían cambiar un capítulo de la historia.Con magistral precisión histórica y un excelente ritmo narrativo, Santiago Posteguillo presenta la historia de la infancia y juventud de Africanus, uno de los personajes más influyentes de Occidente.

    IMPRESION PERSONAL

    Las Legiones malditas de Santiago Posteguillo es la continuación de Africanus el hijo del Cónsul, la segunda parte de la trilogía sobre la vida de Publio Cornelio Escipión "Africanus", el famoso general Romano que lucho contra el general cartaginés Aníbal y sus hermanos los Barca.
     
    Mientras que en El hijo del Cónsul Publio Cornelio Escipión encaraba sus primeras campañas militares (con derrotas y éxitos), en esta segunda parte ya es todo un hombre al mando de dos grandes legiones, que sin embargo no son cualquieras, sino aquellas que fueron derrotadas en la batalla de Cannae – y que Posteguillo narra con magistral pluma en el primero de los libros- y que ahora llaman “Legiones malditas” porque fueron partes de una de las peores derrotas militares de la historia de Roma. Sin embargo nada asustaba a este valeroso, enérgico e inteligente Publio Cornelio Escipión, porque llevaba en sus genes la audacia y el valor de su padre, de quién tomó su nombre, y la agilidad para manejar las armas de la guerra que le legó su tío, Cneo Escipión.
     
    Busto de Publio Cornelio Escìpión, El Africano
     
    De sus antepasados también heredó sus enemigos locales, porque Roma también era traicionera y no siempre necesitaba un romano ir a buscarse enemigos tras las fronteras. No. En Roma las envidias y las luchas de poder entre familias poderosas ya existían y Publio pertenecía a la rama de los Escipiones, quienes tenían entre sus enemigos políticos al todopoderoso Quinto Fabio Máximo, cinco veces Cónsul y dictador de Roma, quien, por envidia y lucha de poderes, nunca aprobó los métodos del joven Publio Cornelio Escipión, ni el de su padre, ni el de nadie que viniera de esa rama familiar.
     
     
    Aníbal Barca, el gran General Cartaginés y enemigo publico numero uno de Roma
     
    Así como en las primeras 720 páginas de esta trilogía el lector sentía que había sido parte de Roma, que había caminado sus calles y que hasta había sido parte de las batallas, en estas siguientes 820 páginas el lector se encontrará con una gama de sensaciones mucho más amplia: será cómplice de las estrategias militares, llorará con la muerte de varios personajes y sentirá terror al ver cómo los elefantes del ejército de Aníbal se le vienen encima sin que nadie pueda detenerlos. Pero no solo eso, sino que además olerá la sangre de los muertos, se enamorará de una esclava hermosa, respirará aliviado y tenso al final de cada batalla y hasta vivirá la idiosincrasia local, asistirá a las innovadoras obras de teatro de Plauto, reconocerá el valor de la amistad y, por supuesto, se encontrará cara a cara con la vida, la muerte y la traición, que es la muerte en vida.

    No soy capaz de ponerle ningún pero a esta fantástica novela histórica sobre uno de los episodios más importantes de la historia del Imperio Romano, en Las Legiones Malditas conoceremos como lo que quedo de las legiones V y VI expulsadas de Roma y condenadas al Exilio en Sicilia (tras salir despavoridas de la batalla de Cannae), tendrán gracias a Escipión una segunda oportunidad, la oportunidad de redimirse y la posibilidad de salvar a Roma de la amenaza de Aníbal.


    Disposición táctica de la batalla de Zama, donde se puede apreciar el gran movimiento de Escipión, agrupando su infantería en cuadros, dejando pasillos abiertos por los que los elefantes cartagineses, llevados por su instinto, buscaron la huida natural, siendo después abatidos desde los laterales por las formaciones de infantería romanas (abajo).



    Santiago Posteguillo cuenta la historia de manera ágil, con maestría narrativa y lo que es más importante sin obviar ninguno de los detalles relevantes, la historia está perfectamente hilvanada desde la primera pagina y nos dará a conocer las intrigas políticas en el senado de Roma (encabezadas por Fabio Máximo) a las que tuvo que enfrentarse Escipión, las dificultades de Aníbal con el senado de Cartago y las conquistas y batallas de ambos generales, el entrenamiento, la vida de las legiones y las incertidumbres a las que se enfrentaban sus generales.

    Tras leer las Legiones Malditas quedareis prendados de la capacidad narrativa de Santiago Posteguillo y se podrá comprobar, una vez más, que la realidad supera a la ficción, que las gestas de aquellos hombres de temple, como éstos republicanos romanos que de la nada hicieron surgir el más grande imperio que se haya visto jamás, nos resultan mucho más atractivas y subyugantes que cualquier trama de ficción pseudohistórica con sociedades secretas de por medio.

    IMPRESCINDIBLE en cualquier biblioteca que se precie.

    ACTUALMENTE LEYENDO:  EL ABISINIO  (Jean Christophe Rufin)

    miércoles, 14 de enero de 2015

    RELOJ SIN MANECILLAS (Carson McCullers)



    EL AUTOR

    (Georgia, 1917 | Nueva York, 1967) Nació en Columbus, Georgia, en 1917, y murió en Nueva York, en 1967, de un ataque al corazón, a la temprana edad de cincuenta años. Su producción narrativa, publicada íntegramente en Seix Barral, comprende los siguientes títulos: El corazón es un cazador solitario (1940; Seix Barral, 1989), convertido inmediatamente en un clásico de la novela contemporánea, Reflejos en un ojo dorado (1941; Seix Barral, 1958), Frankie y la boda (1946; Seix Barral, 1960), La balada del café triste (1951; Seix Barral, 1958) y Reloj sin manecillas (1961; Seix Barral, 1963). Póstumamente ha aparecido su autobiografía, Iluminación y fulgor nocturno (1999; Seix Barral, 2001). «El mudo» y otros textos (Seix Barral, 2007), publicado en la colección Únicos, incluye el esbozo de «El mudo» —primer título que recibió El corazón es un cazador solitario— y ensayos sobre literatura. Está considerada, junto a William Faulkner, como una de las mejores representantes de la narrativa del Sur de Estados Unidos.



    EL LIBRO

  • Nº de páginas: 288 págs.
  • Editorial: SEIX BARRAL
  • Lengua: CASTELLANO
  • ISBN: 9788432209444
  • Año edición: 2011
  • Plaza de edición: BARCELONA

  • La última novela que escribió Carson McCullers relata los destinos cruzados de cuatro memorables personajes, cuyas vidas son fi el refl ejo de las injusticias sociales, la soledad espiritual y la naturaleza confusa del amor en el turbador Sur estadounidense de los años cincuenta.

    Ésta es la historia del viejo juez Fox Clane, encarnación del patriarcal carácter sureño; su nieto adolescente Jester, hijo de un malogrado enemigo de la discriminación racial, y Sherman Pew, un chico negro de ojos azules que ejerce una fascinadora atracción sobre ambos. Junto a ellos se desarrolla el drama personal del farmacéutico J. T. Malone, quien, desahuciado por los médicos, descubre que el verdadero peligro del hombre no es morir sino perderse a sí mismo en vida.

    IMPRESION PERSONAL

    La literatura sureña estadounidense a pesar de lo aparentemente limitado del contexto geográfico en el que nace, ha sido capaz de crear unos arquetipos esenciales para buena parte de la narrativa actual. Además de ella han surgido grandes nombres, con sensibilidades y estilos diversos, como los de William Faulkner, Tennessee Williams, Flannery O’Connor o Erskine Caldwell.

    La vida de Carson McCullers, también adscrita a este género, estuvo marcada por algunos episodios difíciles, sus continuas enfermedades y una bisexualidad vivida en una época y lugar nada tolerante, que es lógico pensar que influyeron definitivamente en su querencia por retratar los márgenes, y quienes lo habitan, de la sociedad.

    Reloj sin manecillas (1961) fue la última novela que escribió la autora estadounidense, y por eso es fácil ver en ella las características que han jalonado su carrera, incluidas algunas de sus obras esenciales como El corazón es un cazador solitario o Reflejos en un ojo dorado. Quizás la principal de todas ellas sea esa doble prisma en que se mueven sus personajes, primero el más individual e íntimo y el otro uno más colectivo o social en el que se circunscribe también el anterior.

    En este relato, una vez más construido por medio de historias cruzadas, varios de los personajes, los más importantes, están marcados de maneras diferentes y más o menos directas por la muerte y la influencia lógica que causa en la forma de afrontar su existencia. Así asistimos a un farmacéutico al que le diagnostican una enfermedad mortal o a un viejo juez racista y tradicionalista que junto a su nieto, que se irá transformando en su antítesis, sufren el suicidio de su hijo y padre respectivamente.

    Estas situaciones dramáticas servirán también para sacar a relucir las aspiraciones fallidas y sueños truncados de ellos. Todo está situado en un contexto histórico sociopolítico muy determinado, mediados del siglo XX, en el que la segregación racial sigue insaturada “de facto” en ciertos lugares.

    El racismo es un tema recurrente en la escritora, y aquí tiene un rol preponderante, representado principalmente en el papel de Sherman, un personaje fascinante en el que su desconocimiento de su historial familiar y un duro entorno le convierten en un peculiar militante por la causa en el que se mezcla un lado fantasioso y arrogante.

    Una de las grandes virtudes de Carson McCullers es que el acercamiento a historias y personajes que realiza las lleva a cabo sin caer en dogmatismos ni razonamientos obvios, sino con una cierta lejanía (que conlleva objetividad) y un tono de comprensión evidente. Así es muy fácil que florezcan en el lector sentimientos encontrados ante el joven negro o de cierta compasión con el viejo juez sureño.



    Carson McCullers es una maestra a la hora de administrar las dosis de interés en sus novelas, como asimismo lo es en la presentación de los personajes, Los temas que aborda, los que han plagado todas sus obras indefectiblemente, están reunidos aquí y en todo su esplendor. Sabe de igual manera situar detalles muy enriquecedores en sus textos y nos habla de tiempos y acontecimientos que cambiaron la situación social de ese país y, en consecuencia, la del mundo entero. Y en esta novela en cuestión nos habla incluso de ciertos temas políticos que, saliendo de la propia trama en los coloristas y tensos diálogos de sus personajes, nos documentan claramente de la época en que transcurren los hechos. Los años 50 son los años de la lucha contra el racismo, pero asimismo son los años de la aparición de un cierto racismo entre “castas” de blancos (p. 161), años de una tímida aparición de visibilidad homosexual y que tendrá su explosión más de veinte años después; tiempos en los que, una vez acabada la Segunda Guerra Mundial, se da una redención de las monedas de los países perdedores, hecho que molesta al juez ante la desaparición de su querida moneda sureña. De igual manera son los días en los que los vecinos del pueblo suelen reunirse en las reboticas para tratar todo tipo de problemas, aspecto que viene endulzado por la prescripción de Coca-colas, allí dispensadas como bebida medicinal y reconfortante. Pero, y ello es lo más importante, tras este paisaje social subyace un gran estudio de personajes, psicológico y social, y que acaba de bordar la espléndida y última obra de la escritora. “Reloj sin manecillas” comienza y acaba circularmente, con el mismo protagonista, J. T. Malone, testigo de unos increíbles hechos, y ante el descalabro de unos personajes caídos en desgracia y que, con mano firme aunque compasiva, Carson McCullers traza a la perfección.

    La escritura de la norteamericana mantiene ese realismo crudo y sobrio habitual en este tipo de literatura, pero su forma adquiere una característica muy peculiar al dotarle de un tono poético, muchas veces imperceptible, pero que acaba por filtrarse y dar lugar a leves destellos de luz entre historias y ambientaciones duras.

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