domingo, 29 de octubre de 2017

EL REGRESO DEL CATON (Matilde Asensi)




EL AUTOR

Matilde Asensi Carratalá (Alicante, 12 de junio de 1962) es una periodista y escritora española, que se dedica principalmente a la novela histórica y de aventuras.

Desde pequeña quiso ser escritora y aunque no comenzó a publicar a una edad temprana, lleva escribiendo "toda la vida".  Muy aficionada a la lectura desde su infancia, "algunas de sus compañeras del colegio Teresianas de Alicante todavía recuerdan que, a veces, sacrificaba el recreo para quedarse leyendo en el aula".

Estudió periodismo en la Universidad Autónoma de Barcelona. Trabajó durante tres años en los informativos de Radio Alicante-SER, después pasó a Radio Nacional de España (RNE) como responsable de los informativos locales y provinciales, ejerciendo simultáneamente como corresponsal de la agencia EFE, y colaborando en los diarios provinciales La Verdad e Información.

En 1991, después de comprender que el periodismo le quitaba el tiempo que necesitaba para escribir ficción, se presentó a una plaza de administrativa en el Servicio Valenciano de Salud, para tener un horario que le permitiera dedicarse a su verdadera vocación.

Publicó su primera novela, El salón de ámbar, a los 37 años, y desde entonces ha venido sacando un libro cada año o año por medio. El éxito la ha acompañado: sus obras, que han ganado numerosos lectores y premios, han sido traducidas a 15 idiomas. Su tercera novela, El último catón, es posiblemente la más conocida y aclamada internacionalmente.

Su cuarta novela, El origen perdido (2003), generó polémica; el historiador y periodista argentino Pablo Cingolani se lamentó en 2005 que Asensi no hubiera citado sus investigaciones como una de las fuentes del libro​ y después acusó a la autora de plagio, particularmente de los resultados de las expediciones al Madidi que dirigió y en las que participó el antropólogo y escritor Álvaro Díez Astete (quien, a su vez, escribió una carta abierta a Asensi en la que protestaba por las tergiversaciones que, según él, hizo ella de declaraciones suyas).  Carlos Reyés, de la Editorial Planeta, mostró su perplejidad ante las acusaciones de Cingolani y después de comparar los materiales del argentino con el capítulo IV de la novela de Asensi, consideró que no había plagio alguno y que ni siquiera veía un eventual derecho de cita. A pesar de la conclusión a la que llegó Reyés, el 8 de septiembre de 2005 la Cámara de Diputados de Bolivia, país donde se desarrolla la mayor parte de la trama de la novela, aprobó "una declaración en la que acusa a la autora de haber «violado los más elementales derechos de propiedad de Bolivia y los derechos de autor de los miembros de la Expedición Madadi»" y considera que la respuesta de Reyés fue dada "en términos agravantes para la dignidad nacional". Al año siguiente, la justicia boliviana citó a declarar en La Paz a Asensi y Reyés,  después de que Cingolani y Díez Astete, "que figura en la novela con su nombre y apellidos reales como un personaje más de la obra",  hubieran interpuesto ante los tribunales la demanda correspondiente.

En 2007, salió Tierra firme, el primer libro de la trilogía de Asensi, Martín Ojo de Plata, en donde la protagonista es Catalina Solís, una intrépida española que después de lograr escapar de una asalto pirata cuando se dirigía al Caribe comienza una nueva vida bajo el nombre de Martín Nevares. La segunda novela de esta serie, Venganza en Sevilla, fue publicada en 2010 y al año siguiente aparecieron ambas en un libro bajo el título Martín Ojo de Plata. La última parte de la trilogía salió en junio de 2012 con el título La conjura de Cortés.

El regreso del catón, historia que gira en torno a la tumba perdida de Jesús, apareció en 2015 y ha sido escrita para satisfacer las exigencias de los seguidores de la escritora. Como Asensi misma explica: “La gente me pedía la continuación de El último catón. Sabía que era un libro que había gustado por el número de ventas, pero no que lo adoraran tanto. Todos los días me pedían una continuación. Me quedé perpleja ante la insistencia de millares de personas”. "Debía pensar cómo reabrir de manera natural" una novela "que ya tenía cerrada y más que cerrada".  Como explica Winston Manrique, de El País, "El regreso del catón es un viaje de saltos en el tiempo por tres épocas: siglo I, siglo XII y el presente siglo XXI", en el que incluye "la situación política del Vaticano con la evolución de los diferentes poderes de comunidades religiosas y cómo el papa Francisco ha trastocado algunos de esos puntos de fuerza e influencia, así como los ataques del Estado Islámico que se han llevado por delante monumentos importantes".

Asensi ha afirmado que está deseando que sus novelas se lleven al cine, pero a pesar de las muchas ofertas de las productoras, hasta el momento la escritora no ha logrado ponerse de acuerdo con ellas. Dice la novelista al respecto: "O yo no sé trabajar con la gente del cine o la gente del cine no sabe trabajar con mis libros... Yo no estoy dispuesta a dar mis libros a cualquier precio. Ganaría mucho dinero, ganaría muchos lectores... pero quiero calidad, quiero un trabajo serio".

EL LIBRO


  • Nº de páginas: 608 págs.
  • Encuadernación: Tapa dura
  • Editorial: PLANETA
  • Lengua: CASTELLANO
  • ISBN: 9788408145820




  • ¿Qué pueden tener en común la Ruta de la Seda, las alcantarillas de Estambul, Marco Polo, Mongolia y Tierra Santa? Eso es lo que los protagonistas de El último Catón, Ottavia Salina y Farag Boswell, tendrán que averiguar poniendo de nuevo sus vidas en peligro para resolver un misterio que arranca en el siglo I de nuestra era. Escrita con rigor, con un ritmo que mantiene en vilo a los lectores página a página y capítulo a capítulo hasta el final, El regreso del Catón es una combinación magistral de aventura e historia con la que Matilde Asensi nos atrapa de nuevo para no dejarnos escapar hasta la última palabra.

    IMPRESIONES

    Después de más de una década, la autora retoma los personajes de su libro más emblemático, "El último Catón", para hacer esta secuela con alma de remake, que tiene mucho en común, tanto en estilo como en argumento y recursos, con la obra primitiva.

    Después de una presentación un tanto larga para mi gusto, donde se nos cuenta la vida actual de Ottavia y Farag en Canadá, y sus relaciones con su sobrina Isabella, una joven que aportará a lo largo de la novela sus "conocimientos" informáticos, como suele suceder en este tipo de obras, otro personaje (en este caso una pareja de ancianos millonarios) provoca la "llamada a la aventura" que alejará a los protagonistas de su "mundo ordinario". 

    En un principio y como es canónico, estos la rechazan, pero, una vez aceptada, se inician los viajes a lo largo del mundo en busca del tesoro de turno, hasta culminar en un tercer acto dedicado casi en exclusiva a la superación de las trampas que lo protegen. 

    La estructura, como se puede observar, no es muy novedosa, ni en la historia de la Literatura ni en la propia bibliografía de la autora. Supongo que ella sabe lo que gustó de su obra y es lo que ofrece a los lectores, ni más ni menos (no se le puede negar sinceridad y honestidad): larguísimas notas eruditas, cargadas de datos y de nombres de personajes históricos (que son bastante difíciles de retener, hemos de admitir), viajes a diferentes lugares exóticos (Mongolia, Estambul, Tierra Santa, etc), referencias a la religión cristiana y a supuestos hechos que la pueden cuestionar (esto parece dar mucho morbo, a juzgar por la cantidad de autores que lo han explotado), bastantes dosis de humor (excesivo a veces), y sobre todo, la marca de la casa, las famosas y retorcidas pruebas que los aventureros han de superar para lograr su objetivo, cual modernos Indiana Jones. 

    Vista de Toronto (Canada), donde residen los protagonistas

    A mi, personalmente, las citadas pruebas me parecen exageradas y excesivo el espacio dedicado en el libro a ellas, como si todo él estuviera orientado hacia ese punto y lo demás fuera una especie de trámite. Incluso diría que algunas de ellas suscitan ciertas dudas lógicas. Por ejemplo, una que involucra colocar en orden diversas piedras preciosas en unos agujeros y no nos explican cómo es posible que el artilugio sepa distinguir entre un topacio y una esmeralda (si fuera por la forma, peso o tamaño sería más comprensible, pero entonces no tendría ciencia la eterna elucubración de los personajes). Cuesta creer que los antiguos colocaran artimañas tan elaboradas en lugares de difícil acceso cuando, además, a veces da la impresión de que se podría acceder al "tesoro" por otras vías. Por otro lado, ataca un poco a la credibilidad que justo los mismos personajes se vean envueltos en una aventura similar a la del primer libro y también con pruebas para superar inspiradas en un asunto religioso (de que siempre resuelvan todo ya no comento; supongo que es lo normal en el género).

    Los parecidos con otras obras de la autora son bastante obvios y a veces molestos. Se copian escenas que parecen sacadas de "El salón Ámbar", de "Todo bajo el cielo", del propio Catón... Incluso el diseño de los personajes es muy similar. Por ejemplo, la sobrina "hacker" de Ottavia recuerda a la hija del interés romántico de la protagonista de "El salón ámbar", por fortuna mucho más creíble y menos repelente.

    Los personajes son algo planos. Al estar narrado en primera persona por Ottavia se pierde la ocasión de desarrollar a los otros, aunque supongo que el intimismo y el estudio de psicologías no entran en la intención de la obra (pero por otro lado, dedica muchas páginas a charlas banales y familiares, que lastran y alargan). Ottavia, además, tampoco es una narradora precisamente fascinante. Pese a ser una señora de mediana edad, ex monja, paleóloga, mujer de ciencia, etc, etc, a veces tiene reacciones histéricas e infantiles que chirrían mucho. Su tono de narración es humorístico, naíf y poco serio, y en general abundan comentarios frívolos (se pasa la novela llamando fea a un personaje femenino, comentado cosas de bolsos y de ropa, quejándose por todo, etc). 

    El ritmo es muy lento, sobre todo al inicio, con la exposición de los hechos históricos y el relato de la vida familiar de Ottavia, que resulta algo pesado (el capítulo donde va a ver a su familia italiana sobra); la prosa no es tampoco destacable; abundan los adverbios terminados en -mente y las exclamaciones, tal vez un intento de transferir emoción. Hay demasiadas frases hechas y la prota está cada dos por tres "quedándose de piedra" o "petrificándose". A veces, el humor es un poco sonrojante. Hasta bien entrada la obra no pasa gran cosa. Un detalle que influye en la falta de interés es la ausencia de antagonistas claros que den emoción. Todo parece demasiado fácil, a pesar de algún revés que ocurre sobre la mitad. 

    La novela se divide en dos grandes apartados. En el primero el lector es testigo del avance de la investigación que el grupo lleva a cabo sobre la localización de los restos físicos de Jesucristo y de su familia y que le hará viajar por diversas partes del mundo bajo los auspicios de los Simonson, una pareja de multimillonarios interesados en la localización de la reliquia. En la segunda parte la novela adopta más claramente el aspecto y estructuración de la primera entrega, introduciendo a los protagonistas en un laberinto de pruebas que o bien les puede conllevar la muerte o bien les puede permitir el descubrimiento de uno de los mayores secretos de la Iglesia, guiados en esta ocasión por las Bienaventuranzas que Jesús pronunció en el Sermón de la Montaña.

    Como decía, la novela sigue, a grandes trazos, la estructura de El último Catón, en la cual a las pruebas que tenían que superar el grupo de especialistas protagonista, se sumaban elementos de la vida personal de los personajes, sobre todo aquellos vinculados con el pasado familiar de Ottavia Salina.

    Desierto de Neguev, Israel

    Al estar narrado en primera persona, algunas escenas de acción que involucran a los simulacros de antagonistas no se ven. En cierto punto, muere un personaje y la autora es incapaz de trasladarnos el impacto del momento. Todos se olvidan enseguida del asunto. También hay una historia de amor que ocurre en "segundo plano" y no emociona ni conmueve por ese motivo. Por no mencionar a la sobrina y al niño... que tampoco aportan mucho.

    La pruebas, eso sí, son suficientemente enrevesadas, eruditas y elaboradas como para que la autora y los protagonistas se luzcan, que es de lo que se trata al final.

    La novela se me ha hecho larguísima, hasta el punto de saltarme varias notas eruditas (que adornan, pero el lector puede prescindir de ellas). La protagonista me ha parecido muy poco seria, y la primera persona un lastre para la novela, que no puede extenderse en puntos que no conozca la citada narradora (no sabemos qué hacen los malos, no vemos las relaciones entre otros personajes, etc, etc), pero imagino que es justo lo que esperan los seguidores de la autora. 

    Como con el caso de El último Catón, Asensi desarrolla un estilo grato y cercano, si bien, a veces la complejidad de la investigación en la que se ven implicados los protagonistas puede provocar, por lo exótico de personajes y lugares, que el lector se pierda en el vericueto histórico que conforma la base del argumento. La autora, sin embargo, consigue que la trama avance cómodamente, aunque dejando fuera de línea en varias ocasiones al personaje de Kaspar Glauser-Röist, el cual pierde protagonismo en esta aventura.

    El éxito de la saga de Catón de Asensi se basa, pues, en lo acertado de las tramas de investigación histórica y en la relación que se establece entre los tres protagonistas principales de la historia. Algo que se mantiene en el Regreso del Catón, aunque con un desarrollo de personajes menos pulido. Aún así, la novela hará las delicias de los fans de la saga y de los lectores de Asensi, introduciendo al lector en una pesquisa histórica relacionada con la reliquia más importante del cristianismo.

    En resumen, una novela de aventuras un poco ingenua en su estilo, pero que cumple con los cánones del género y que, casi seguro, apasionará a los fans de Matilde Asensi, si lo que buscan es "más de lo mismo", claro.

    ACTUALMENTE LEYENDO:  EL SECRETO DE LOS FLAMENCOS  (Federico Andahazi)


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