viernes, 17 de julio de 2015

UNA LLAMA MISTERIOSA (Phillip Kerr)



EL AUTOR

Philip Kerr (Edimburgo, Escocia, 1956) es un escritor británico.

Estudió en la universidad de Birmingham y obtuvo un máster en leyes en 1980; trabajó como redactor publicitario para varias compañías, entre ellas Saatchi & Saatchi, antes de consagrarse definitivamente a la escritura en 1989 con Violetas de Marzo (March Violets), obra con la que inició una serie de thrillers históricos ambientados en la Alemania nazi conocida como "Trilogía berlinesa" (también llamada "Berlin Noir"), protagonizada por el detective alemán Bernhard "Bernie" Gunther.



El resto de su obra suele ser novela negra o policíaca, y se ambienta en distintas épocas, incluso futuras, como por ejemplo Una investigación filosófica (A Philosophical Investigation). En 2009 obtuvo el III Premio RBA de Novela Negra, el de mayor dotación de su especialidad (125.000 euros), por Si los muertos no resucitan, cuya historia transcurre en un Berlín en pleno apogeo del nazismo, poco antes de las Olimpiadas y la II Guerra Mundial. Este título forma parte de la "serie Bernie Gunther".

Además de escribir para el Sunday Times, Evening Standard y New Statesman, ha publicado novelas orientadas al público juveniles, firmadas bajo el nombre de P. B. Kerr, en la serie "Los hijos de la lámpara" (Children of the Lamp), como El enigma de Akenatón, La Djinn Azul de Babilonia o La cobra rey de Katmandú.

Vive en Londres con su mujer, la escritora Jane Thynne, y sus tres hijos.

EL LIBRO

  • Nº de páginas: 432 págs.
  • Editorial: RBA LIBROS
  • Lengua: CASTELLANO
  • Encuadernación: Tapa blanda
  • ISBN: 9788498674613
  • Año edición: 2009
  • Plaza de edición: ES

  • El 14 de julio de 1950, Bernhard Gunther llega a Buenos Aires después de huir de la Alemania posbélica acusado falsamente de crímenes de guerra (bajo otra identidad) o del asesinato de dos mujeres en Viena que no cometió  y acompañado de verdaderos criminales de guerra como Adolf Eichmann. Bajo el pseudónimo de Carlos Hausner, doctor, es llevado ante el presidente de Argentina, Juan Domingo Perón, al que posteriormente le confiesa su verdadera identidad y profesión. Uno de los acompañantes en el despacho de Perón, un policía, el coronel Montalbán, había oído hablar y había admirado al detective Bernie Gunther de la Kripo de Berlín. Éste le ofrece un puesto en la SIDE para que investigue la desaparición de una joven hija de un banquero de origen alemán residente en Argentina apellidado Von Bader, así como el reciente asesinato de una chica que seguía el mismo modus operandi que otros asesinatos que Gunther investigó justo antes de abandonar la policía berlinesa. Las mujeres aparecían con el útero y otros órganos reproductivos extirpados, aparentemente por un profesional. Uno de esos casos, la investigación en Berlín sobre la muerte de la hija de un integrante de las SA (que consideraba a su propia hija un inconveniente prescindible para la pureza racial alemana) avanzó sobre la pista de una pastilla de un medicamento en ensayo para la sífilis que se le cayó al asesino en la escena donde encontraron el cadáver, que le llevó por el camino correcto (incluso se encontró sin saberlo con el culpable de las muertes) y gracias a la ayuda de un compañero de la policía de Múnich, Paul Herzefelde, iba a resolver el caso. Pero las cosas se torcieron, el policía de Múnich era judío y fue asesinado con la connivencia de sus compañeros, y Bernie Gunther fue apartado del caso por la nueva dirección de la Kripo y terminó abandonando la policía. Aun así Heinrich Grund, del que Gunther era jefe, terminó resolviendo el caso cuando recibió los informes de la Kripo de Múnich. Esas muertes tenían su causa en abortos ilegales mal realizados, y la extracción de los órganos sexuales pretendía disimular las operaciones realizadas. El médico abortista era Josef Mengele, pero él no tenía ninguna relación con la muerte bonaerense. En realidad, Montalbán había engañado a Gunther manipulando el cadáver de la joven germano-argentina que le presentó, pues ya sabía quién estaba detrás de las muertes en Alemania pero quería que Gunther le hiciese confesar al abortista que también realizaba ahora en Argentina abortos a niñas menores de edad para el presidente Perón que mantenía relaciones sexuales con ellas. Esto le serviría a Montalbán como « póliza de seguros ».



    Simultáneamente a la investigación para Montalbán, llevaba a cabo una investigación para una mujer rusa judía, Anna Yagubsky que pretendía esclarecer el paradero de sus familiares desaparecidos. De esta forma Gunther entra en conflicto con el régimen argentino al descubrir algunos de sus turbios secretos como la Directiva 11 («que equivalía a una sentencia de muerte para unos 200.000 judíos europeos»).  Gunther recibe un aviso del coronel Montalbán que le envía a Caseros dónde es torturado con una pica eléctrica. Pero Gunther no abandona sus pesquisas y llega a descubrir un minicampo de exterminio de judíos en Tucumán, desvelando pues el sino de los familiares de Anna. Cuando Montalbán se entera de esto le lleva a sobrevolar el Río de la Plata en un C-47 Dakota desde donde tiran a varios disidentes, como hubiesen hecho con Bernie si no supiese un secreto muy interesante para Montalbán y el gobierno argentino.

    El gobierno argentino había conseguido gran parte del dinero del Reichsbank, pero aún quedaba mucho más dinero en sus cuentas que sólo podrían recoger con el beneplácito de tres banqueros alemanes residentes en Argentina y siempre que uno de ellos viajase a Zúrich a retirarlo. Los Perón no se fiaban de que si dejasen a alguno de ellos marchar a Zurich no volvería con el dinero. Por ello, el gobierno tenía un gran interés en encontrar a la chica cuya desaparición encargaron investigar al protagonista, pues Fabienne Von Bader les serviría para coaccionar a su padre el banquero de forma que volviese a Argentina después de retirar el dinero en Suiza.  Gunther cuando descubrió el campo de Tucumán fue apresado por el antiguo ingeniero alemán Hans Kammler que había colaborado en la construcción del campo y era encargado de vigilar esa zona. Allí Gunther acompañado de Anna encontró a Grund que ahora servía a Kammler y éste consiguió que los liberasen. Fueron invitados a comer y entonces Bernie descubrió que la mujer y la hija de Kammler eran en realidad la esposa y la hija de Von Bader. Cuando confesó este secreto a Montalbán, el coronel le dijo que podía y debía marcharse del país con Anna, porque si se quedaban serían asesinados («En Buenos Aires más vale saberlo todo que saber demasiado»).  Anna no quiere marcharse pero Gunther parte a Montevideo dejando atrás a su amante.

    COMENTARIOS

    “Una llama misteriosa”. Esta nueva peripecia nos lleva, con un indiscutible y bien trazado flash back, desde el Buenos Aires de 1950, bajo la presidencia de Juan Domingo Perón, hasta un Berlín pre-nazi en 1932, infestado de camisas pardas hitlerianas y bajo una agonizante República de Weimar presidida por el anciano mariscal Hindemburg.

    Bernie Gunther ha tenido que huir en barco de Alemania para evitar a la Justicia por haber formado parte de las SS durante la II Guerra Mundial. En Argentina se establece discretamente bajo un sobrenombre hispánico, después de haber compartido travesía con otros alemanes huidos, entre los que se halla el perverso Josef Mengele. Pocos días después de su llegada, una muchacha joven muere en Buenos Aires y su cadáver es terriblemente mutilado; Gunther es reclutado por el servicio secreto del gobierno de Perón para encontrar a la hija de un acaudalado banquero, desaparecida y amiga de la víctima. Las similitudes con una serie de asesinatos en Berlín en 1932, cuando él era inspector de la KRIPO, son más que evidentes, de tal modo que el fino olfato del detective considera que ha sido algún alemán ex miembro de las SS que ha vuelto a las andadas.



    Philip Kerr es un extraordinario narrador, que maneja perfectamente los ritmos del género policíaco. El retrato del decadente Berlín de 1932, infestado de pobreza por la inflacción y de cabarets donde la depravación es el primer y único valor vital es magistral; del mismo modo, el gobierno populista de Juan Domingo Perón (personaje en la novela junto a su esposa Evita) y la fisonomía de la ciudad porteña son indiscutibles. La combinación entre novela negra y novela histórica queda perfectamente ensamblada a través del detective, el cual, pese al paso de los años, no ha dejado de ser el mismo íntegro alemán que abandonó la KRIPO después de la llegada de Adolf Hitler a la Cancillería de Alemania.

    Mientras la trama transcurre lentamente y el detective se mete donde no lo llaman, provocando que en una ocasión lo detengan y torturen en la cárcel de Caseros y otra el servicio secreto peronista esté a punto de lanzarlo al mar en un avión de la muerte, la ciudad de Buenos Aires y el estilo de vida argentino de la época se reflejan con un realismo narrativo fiel y documentado. Philip Kerr no escribe de forma gratuita, sino que se ha sumergido en la historia convulsa de Argentina del siglo XX. Pero el objetivo de “Una llama misteriosa” no es la denuncia, como a lo largo de la pentalogía, de los nazi huidos y sus cambios de identidad en otros lugares del mundo, sino dar cuenta de la implicación del gobierno de Perón en la represión de judíos aplicando la Directiva 11, aprobada el 12 de julio de 1938 por el ministro argentino de Exteriores José María Cantillo y que pudo afectar a 200.000 judíos europeos huidos de Hitler y de Stalin. A día de hoy se niega oficialmente; pero tanto Kerr como otros intelectuales en los que se basa (y de los que da cuenta en la “Nota del autor” final), creen que la documentación fue destruida en 1955 por Perón tras su derrocamiento. No obstante este propósito, Philip Kerr, a través de la voz narradora en primera persona de Bernie Gunther, no ataca ni acusa a Perón, sino que se hace eco de los rumores que circularon y aún hoy siguen circulando, así como sitúa en Argentina a ex nazis que, efectivamente, vivieron en el país Hispanoamericano tras la Segunda Guerra Mundial.

    Centro de la ciudad de Buenos Aires, en 1950


    Bernie Gunther, como se ha señalado, es un tipo honesto y bocazas (sardónico) que actúa con ética y que termina por enamorarse de Anna, su segunda cliente, judía de origen ruso que vive con él la más apasionante de las peripecias del detective en Argentina: el descubrimiento de un campo de concentración para judíos en Tucumán y el elegante y elevado nivel de vida de los nazis huidos de Europa en esa provincia, en contraste con las clases bajas que acuden a la Casa Rosada para recibir ayuda o favores de Evita Perón, dibujada con los iniciales rasgos del cáncer que la llevó a la muerte.
    Algo muy destacable en la novela de Philip Kerr son los diálogos. Quizás lo más difícil para un escritor de novela negra es la introducción del diálogo, coexistiendo con el narrador (en este caso un narrador en primera persona llamado Bernie Gunther). Los momentos más intensos, el climax de la obra y las pistas más ocultas provienen en la pentalogía de Kerr, y sobre todo en “Una llama misteriosa”, de los diálogos: ágiles, intensos, sarcásticos, violentos... El lector se puede llegar a plantear que si hubiera habido más alemanes como nuestro detective hubiera sobrevivido la República de Weimar sin sucumbir al nazismo, pero eso es sólo historia ficción.

    Juan y Evita Peron

    Nazis huidos y ocultos en los más recónditos rincones de Argentina; intereses económicos que ligan a los banqueros del nazismo con la familia Perón; unas desapariciones demasiado enrevesadas que entroncan con los viejos casos de Gunther en el Berlin de 1932 y que quedaron sin resolver por iniciativa de las autoridades nazis; la persecución de judíos y comunistas en 1950 al otro lado del Océano Atlántico; un detective que sabe demasiado en lugar de saberlo todo a pesar de los avisos que ha recibido del servicio secreto argentino; una muchacha judía que no sabe dónde están sus tíos desaparecidos en 1946 y que recurre a un ex policía alemán también ex miembro de las SS; una primera dama, Evita Perón, que pide ayuda a un ex policía de la KRIPO de Berlín; una ciudad decadente (Berlín) y otra adormecida (Buenos Aires); mucha Historia, con mayúscula; golpes, palabras, lugares ocultos, vigilancia y contravigilancia; cárceles y aviones de la muerte; un secreto íntimo de Juan Domingo Perón y mucho más son los ingredientes de “Una llama misteriosa”, la quinta parte de una serie de casos del detective alemán Bernie Gunther, seguido por millones de lectores y de rabiosa actualidad cuando se cumplen 70 años del final de la Segunda Guerra Mundial.

    ACTUALMENTE LEYENDO:  EL CASO DE LA VELA TORCIDA  (Erle Stanley Gardner)

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