martes, 8 de noviembre de 2016

MUERTE EN LA FENICE (Donna Leon)



EL AUTOR

Donna Leon nació en Nueva Jersey el 28 de septiembre de 1942. En 1965 estudió en Perugia y Siena. Continuó en el extranjero y trabajó como guía turística en Roma, como redactora de textos publicitarios en Londres y como profesora en distintas escuelas norteamericanas en Europa y en Asia (Irán, China y Arabia Saudita). Protagonizadas por el comisario Brunetti, ha publicado novelas como Muerte en La Fenice (1992), que obtuvo el prestigioso Premio Suntory a la mejor novela de intriga, Muerte en un país extraño (1993), Vestido para la muerte (1994), Muerte y juicio (1995), Acqua alta (1996), Mientras dormían (1997) …



Sus libros, traducidos a veintiséis idiomas, incluido el chino, son un fenómeno de crítica y ventas en toda Europa y Estados Unidos. Desde 1981 reside en Venecia

EL LIBRO

  • Nº de páginas: 304 págs.
  • Encuadernación: Tapa blanda
  • Editorial: SEIX BARRAL
  • Lengua: CASTELLANO
  • ISBN: 9788432217487



  • El renombrado director de orquesta Helmut Wellauer aparece muerto, envenenado con cianuro potásico, durante una representación de La Traviata en el célebre teatro veneciano de La Fenice. Hasta el comisario Guido Brunetti, acostumbrado a la laberíntica criminalidad de Venecia, se asombra de la cantidad de enemigos que el músico ha dejado en su camino a la cumbre. Pero ¿cuántos tenían motivos suficientes para matarlo? Conocido y querido ya por miles de lectores, el comisario Brunetti resuelve en esta sugerente novela policiaca su primer caso. Muerte en La Fenice fue galardonada en Japón con el prestigioso Premio Suntory a la mejor novela de intriga y convirtió en poco tiempo a Donna Leon en el gran boom de la novela policiaca en Europa.

    IMPRESIONES

    Se trata de la primera de las novelas que protagoniza el comisario Guido Brunetti. Una primera entrega que me ha servido no solo para descubrir a su protagonista sino para dar un paseo por la ciudad de los canales.

    esta primera novela es más de aproximación al personaje, de manera que va tanteando y explorando caminos y, por otra parte, se evidencia una mayor linealidad que en los siguientes casos. No obstante, la autora no pierde ocasión de arremangarse y remover de lleno la masa con que se cocina el devenir del caso, junto con la vida íntima del comisario, ya sea en su vida familiar, como en la laboral. La primera marcada por su mujer, Paola, perteneciente a una rica y vetusta familia veneciana, y sus dos hij@s, Raffi, el adolescente mayor que quiere ser un revolucionario desde su burguesa posición, y Chiara, la hija que se apoya o media con su hermano, pero con la particular mirada de la preadolescente medio niña, con cierta madurez. La segunda señalada por el Vicequestore Patta, una de esas desgracias de la administración que pretende medrar en la política aprovechando su puesto de empleado público.
    Otros personajes irán apareciendo y se afianzarán en las siguientes historias, manteniendo el núcleo principal. Hay algo más, es ese tono gris que aparece en tantos escritores de novela negra realista, en el que queda la sensación de que casi nada se puede cambiar, pero siempre hay algo que se puede hacer: el concepto de que, finalmente, estamos ante muchos crímenes, que no son únicamente el que le encargan al protagonista. Y Guido Brunetti resuelve más de los que le dejan, pero menos de los que encuentra.

    Espectacular interior del Teatro La Fenice /Venecia)


    El público espera expectante el último acto de La Traviata pero pasan los minutos y la función no se reanuda. Cuando hasta los músicos empiezan a impacientarse aparece de repente el gerente del teatro para anunciar que el maestro Wellauer no podía seguir dirigiendo la orquesta y sería sustituido.

    Mientras la representación continua el comisario Brunetti se encuentra en el camerino ante al cadáver del insigne director. Sin más pistas que una taza de café, un posible envenenamiento y un teatro lleno de posibles sospechosos comienza para el policía un caso difícil de resolver.

    El comisario Guido Brunetti lleva una vida bastante ordenada, si lo comparamos con otros detectives, adora a su familia sobre todo a su mujer Paola. Es educado, le encanta el buen vino y la comida además es amante de su ciudad y crítico con los que la gobiernan. En lo que se refiere a su trabajo finge prestarle atención a su jefe, al que le da la razón mientras piensa en otras cosas, como comprarle flores a su mujer. En cambio a lo que si le da importancia es a la investigación y a los interrogatorios más que a las pruebas físicas.

    Esta primera novela es más de aproximación al personaje, de manera que va tanteando y explorando caminos y, por otra parte, se evidencia una mayor linealidad que en los siguientes casos. No obstante, la autora no pierde ocasión de arremangarse y remover de lleno la masa con que se cocina el devenir del caso, junto con la vida íntima del comisario, ya sea en su vida familiar, como en la laboral. La primera marcada por su mujer, Paola, perteneciente a una rica y vetusta familia veneciana, y sus dos hij@s, Raffi, el adolescente mayor que quiere ser un revolucionario desde su burguesa posición, y Chiara, la hija que se apoya o media con su hermano, pero con la particular mirada de la preadolescente medio niña, con cierta madurez. La segunda señalada por el Vicequestore Patta, una de esas desgracias de la administración que pretende medrar en la política aprovechando su puesto de empleado público.

    Otros personajes irán apareciendo y se afianzarán en las siguientes historias, manteniendo el núcleo principal. Hay algo más, es ese tono gris que aparece en tantos escritores de novela negra realista, en el que queda la sensación de que casi nada se puede cambiar, pero siempre hay algo que se puede hacer: el concepto de que, finalmente, estamos ante muchos crímenes, que no son únicamente el que le encargan al protagonista. Y Guido Brunetti resuelve más de los que le dejan, pero menos de los que encuentra.

    Como decía antes el protagonista nos lleva de paseo por la ciudad de los canales. Junto a él visitaremos piazzas, palazzos o el Gran Canal rincones más o menos conocidos que nos dan una visión de cómo es Venecia y los venecianos, todo según el punto de vista de la autora que vive allí desde hace años.

    Fachada principal del Teatro La Fenice


    En este primer acercamiento a las novelas de Donna Leon he encontrado una trama entretenida pero no intrigante de las que no puedas dejar el libro hasta que no lo termines. Una historia con muchos diálogos que se lee bien y una combinación entre vida familiar e investigación policial que a mí me ha convencido.

    Una última curiosidad, alguien me ha chivado que hay un libro sobre los platos de cocina que aparecen en las novelas, por si lo queréis buscar se titula El sabor de Venecia. A la mesa con Brunetti publicado por la editorial Seix Barral.

    Resumiendo una lectura entretenida que os servirá para conocer un poco a este personaje al que seguramente volveré a leer y a su ciudad Venecia.

    ACTUALMENTE LEYENDO:  EL PINTOR DE SOMBRAS  (Esteban Martín)


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