lunes, 14 de diciembre de 2015

SI LOS MUERTOS NO RESUCITAN (Philip Kerr)



EL AUTOR

Philip Kerr (Edimburgo, Escocia, 1956) es un escritor británico.

Estudió en la universidad de Birmingham y obtuvo un máster en leyes en 1980; trabajó como redactor publicitario para varias compañías, entre ellas Saatchi & Saatchi, antes de consagrarse definitivamente a la escritura en 1989 con Violetas de Marzo (March Violets), obra con la que inició una serie de thrillers históricos ambientados en la Alemania nazi conocida como "Trilogía berlinesa" (también llamada "Berlin Noir"), protagonizada por el detective alemán Bernhard "Bernie" Gunther.



El resto de su obra suele ser novela negra o policíaca, y se ambienta en distintas épocas, incluso futuras, como por ejemplo Una investigación filosófica (A Philosophical Investigation). En 2009 obtuvo el III Premio RBA de Novela Negra, el de mayor dotación de su especialidad (125.000 euros), por Si los muertos no resucitan, cuya historia transcurre en un Berlín en pleno apogeo del nazismo, poco antes de las Olimpiadas y la II Guerra Mundial. Este título forma parte de la "serie Bernie Gunther".

Además de escribir para el Sunday Times, Evening Standard y New Statesman, ha publicado novelas orientadas al público juveniles, firmadas bajo el nombre de P. B. Kerr, en la serie "Los hijos de la lámpara" (Children of the Lamp), como El enigma de Akenatón, La Djinn Azul de Babilonia o La cobra rey de Katmandú.

Vive en Londres con su mujer, la escritora Jane Thynne, y sus tres hijos.

EL LIBRO

  • Nº de páginas: 528 págs.
  • Encuadernación: Tapa blanda
  • Editorial: RBA LIBROS
  • Lengua: CASTELLANO
  • ISBN: 9788490565957



  • Berlín 1934. Tras dejar la Kripo por las purgas llevadas a cabo por los nazis, Bernie Gunther trabaja como detective en el hotel Adlon de Berlín. Noreen Charalambides, una huesped judía y estadounidense del hotel que es periodista, lo contrata para que le ayude en la elaboración de un artículo sobre el antisemitismo nazi con la finalidad de conseguir que los Estados Unidos boicoteen los Juegos Olímpicos que se van a celebrar en Berlín. Gunther y Noreen, que acaban enamorándose, descubren durante su investigación una trama de corrupción entre altos cargos nazis y gangsters estadounideneses relativa a las concesiones de las obras olímpicas, lo que los hace víctimas de un chantaje por el que se verán obligados a separarse sin que el artículo pueda ser finalizado.

    La Habana 1954. Bernie Gunther, con su nueva identidad de Carlos Hausner, vive holgadamente en la Cuba del dictador Batista mientras prepara su regreso a Alemania. Es entonces cuando se reencuentra con Noreen Charalambides que se ha convertido en una escritora de éxito, partidaria del revolucionario Fidel Castro, y que vive temporalmente en la isla como invitada del también escritor Ernest Hemingway. Pero este reencuentro con Noreen lo será también con otra parte peligrosa de su pasado: los mismos gangsters estadounidenses y sus intreses turísticos en la isla. Además, el pasado nazi que Gunther creía haber dejado atrás también resurgirá con fuerza marcando su futuro inmediato y trastocando su deseo de regresar a Alemania.


    IMPRESIONES

    Esta es la sexta novela de la serie Berlin noir, que en principio fue concebida como una trilogía.

    Llegados a éste punto, y son seis ya las novelas que protagoniza Bernie Gunther, en distintos espacios temporales, creo que es necesario una biografía de éste personaje de ficción, al objeto de que aquellas personas que no hayan leído las novelas que protagoniza, e incluso algunos que sí las hayan leído, puedan ordenar un poco los acontecimientos e introducirse en la vida de éste personaje tan poco convencional;

    Hotel, Adlon Berlin, años 30


    "Bernard "Bernie" Gunther nació 1898. Luchó en el frente turco y en las trincheras de Amiens en la I Guerra Mundial. Estuvo casado pero su mujer murió en 1922 por la epidemia de "gripe española". Ingresó en la Policía Reichskriminal (Kripo) de Berlín en 1922 y alcanzó el grado de Kriminalinspector. El culmen de su carrera llegó con la detención de Gormann, un estrangulador en serie. Abandonó la policía en 1933, incapaz de tolerar las purgas de Goering. Fue detective en el hotel Adlon en 1934.
    Le conocemos en 1936, con 38 años, trabajando como detective privado con despacho en la Alexanderplatz. Investiga casos de personas desaparecidas, normalmente judíos asesinados o enviados a campos de concentración. Acepta todo tipo de encargos excepto divorcios (¿os suena?). En 1938, obligado, volverá a la Kripo como Kommissar para ayudar en la investigación de una serie de asesinatos de muchachas arias. Acabará formando parte de la SS, pese a no haber pertenecido nunca al partido nazi, al fusionarse la Kripo con la Gestapo y el SD.

    En 1941 es destinado a Minsk en Ucrania. Al descubrir que el objetivo de su grupo es asesinar civiles judíos pide el traslado al frente pero es devuelto a Berlín para trabajar en la Oficina de Crímenes de Guerra. Sus investigaciones incomodan a muchos y es enviado al frente ruso, donde es capturado y retenido en un campo de prisioneros.

    En 1947 le reencontramos en Berlín, con 15 kg menos, casado con Kirsten. En el 49, cansado de regentar un hotel ruinoso cerca de Dachau, volverá a trabajar como detective privado en Munich. En 1950 partirá rumbo a Argentina y en 1954 lo reencontraremos en La Habana.

    Imagen de un cabaret en La Habana, años 50

    Pelo rubio, ojos azules, nariz rota. En una época donde la idea de un detective es unos nudillos de acero y un foco de luz, Bernard Gunther es un investigador honesto. Un juez de la personalidad, rápido y preciso. Cínico, critica a los nazis donde y con quien puede, pero no duda en saludar con el brazo en alto si las circunstancias lo requieren. Sabe que vive en un mundo desquiciado donde es normal que las personas desaparezcan y mueran, pese a ello no conoce el miedo y no respeta la autoridad. Se enfrenta a todos con humor, ironía y sinceridad, aun a riesgo de que le rompan la cara. Es muy duro, no duda en emplear su hierro (pistola) si se tiene que defender o considera que es el único modo de alcanzar la justicia. A medida que envejece se siente culpable de estar vivo.
    Siempre hay alguna mujer en la vida de Bernie: Frieda, Noreen Charalambides, Inge, Kirsten, Anna Yagubsky, pero las circunstancias o la muerte le separarán de todas y cada una de ellas.

    Las novelas de Kerr son género negro puro, un homenaje a los clásicos americanos en un contexto histórico y geográfico totalmente diferente. Las dos primeras transcurren en el Berlín anterior a la II Guerra Mundial. De la mano de Bernie descubriremos un pueblo alemán sumiso, conformista y fácilmente manipulable. Unos dirigentes europeos pasivos hasta que ya es demasiado tarde. Los campos de concentración, la eugenesia, el antisemitismo, las creencias espiritistas y mitológicas... la crueldad, la mentira, la hipocresía de los nazis. Y Jesse Owens triunfando sobre la supuesta superioridad aria.

    Estadio Olimpico de Berlin, 1936


    En "Réquiem alemán" nos pasea por un Berlín destrozado y dividido, tomado por los "ivanes" y los estadounidenses, una población hambrienta y desmoralizada, verdugos convertidos en víctimas que sobreviven gracias al estraperlo y la prostitución.

    En "Unos por otros" se plantean dilemas a los que se han enfrentado muchos pueblos: ¿es deseable olvidar el pasado para poder empezar de nuevo?, ¿es posible perdonar tales atrocidades?, ¿está justificada la venganza de Nakam (comandos secretos judíos que perseguían y mataban criminales nazis)?. Conoceremos las redes que utilizaron los nazis para escapar a Estados Unidos y Argentina, muchas de ellas apoyadas por la Iglesia Católica y algunos gobiernos occidentales con la excusa de evitar el comunismo. Volverá la mirada a los crueles experimentos médicos y la eliminación sistemática y despiadada de personas en los campos de exterminio. Y una pregunta constante al pueblo alemán y a toda la humanidad: ¿Cómo pudisteis dejar que esto pasará?, ¿cómo personas corrientes se convertieron en asesinos?

    "Una llama misteriosa" tiene lugar en Buenos Aires en 1950. Gunther ha abandonado Berlín y disfruta de la calurosa acogida que ofrecen los Perón a los exiliados nazis. La muerte de una muchacha y la desaparición de otra entroncan con una investigación que dejó sin concluir en 1932. Kerr nos pasea por los últimos meses de la República de Weimar y nos ofrece un espeluznante relato sobre el destino de miles de judíos en la Argentina peronista.

    "Si los muertos no resucitan" se desarrolla en dos actos. En 1934 en Berlín cuando Gunther trabaja como detective privado en el Hotel Adlon y los nazis han empezado su persecución contra los judíos y en 1954 en La Habana. Los gansters norteamericanos huyendo de la justicia se han hecho dueños de casinos y hoteles y sostienen al régimen de Batista con el beneplácito y la vigilancia de la CIA. Mientras algunos intelectuales que también huyen del Comité de Actividades Antiamericanas de McCarthy coquetean con los que serán los futuros revolucionarios, de fondo los personajes de Fidel Castro, en la cárcel de Pinar del Río y Ernest Hemingway, ausente por un viaje."
    La presente novela es una critica social de la sociedad alemana que se adentra en el nazismo, esta ambientada en el Berlin de 1934. La verdad que es un libro muy descriptivo y dudo que se pueda encontrar un documental, informe o ensayo en el que se describa y al mismo tiempo se descubra el nazismo en sus primeros pasos de asentamiento. Nos cuenta el día a día, como una radiografía de la sociedad, su visión del mundo.

    Este libro esta estructurado en dos partes claramente diferenciadas y sin aparente conexión entre ellas. La primera de ellas es para mi también la más oscura y la que más me ha costado de leer. Esta ambientada en el Berlin de la era preolimpica. Bernie Gunther, es detective del hotel Adlon, trabajo al que se ve abocado después de dejar la policía criminal alemana, la KRIPO, al no simpatizar con las SS y las SA con las que tendría que haber compartido espacio, y por su negativa a abrazar el incipiente nazismo que ya comenzaba a imponerse. Me he encontrado con un detective cínico, con una ironía morbosa, con una valentía fuera de lo común, un abogado de causas perdidas, un defensor de sus principios aunque en ocasiones se veía impelido a aceptar algunas reglas en aras a la supervivencia. Si algo se le puede reconocer a Gunther es su olfato para agarrarse a la vida.

    La llegada al hotel de una periodista norteamericana, Noreen Charamlabides, amiga de la directora de Adlon, para escribir un reportage sobre las injusticias racistas del régimen de la Wehrmacht y asi favorecer el boicot de los Estados Unidos a la candidatura de Berlin como sede Olímpica, les llevará a descubrir una trama de corrupción económica que afecta a altas esferas del nazismo y empresarios americanos, y también a autoridades alemanas y americanas del comité olímpico. Todo ello regado de cadáveres, y surge la sorpresa cuando no todos ellos son judíos.
     
    Finca Vigía, la casa de Hemingway cerca de La Habana
     
    En el recorrido que ambos personajes hacen por las calles de Berlin es posible detectar el miedo, ver las bases sobre las que se sustentaba el regimen que sembraba el terror, que empezaba a expanderse como una mancha de aceite. Es posible conocer a la gente que se paseaba por el Berlin de 1934, los que abrazaron el nazismo sin concesiones, los reticentes, los judíos desamparados y a la búsqueda de un trabajo que les permitiera alimentar a sus hijos, las triquiñuelas de los mandos policiales, la dureza de los oficiales nazis. En una palabra muy sonora CORRUPCIÓN, salpicada de un terror introducido a golpes de injusticias.

    Sus investigaciones les llevan incluso a arriesgar su vida, y la norteamericana tiene que salir urgentemente de Alemania, dejando un corazón partido y un alemán luchando por su supervivencia, dejo el resto para que descubráis una historia tan emocionante como oscura y a tramos dura, por el uso del lenguaje.

    La segunda parte ya he comentado que aparentemente no tiene conexión con la primera, veinte años después en la Cuba de Batista, Gunther es una persona mucho más cínica, llega a la isla con un nombre falso y un visado argentino-germano. En la dictadura cubana se esconde de una orden de búsqueda y captura dictada por Viena, por el asesinato de dos mujeres. Allí se vuelve a reencontrar con Noreen que se ha separado y ha adoptado su apellido de soltera y es una consumada escritora. Otro personaje que le da continuidad a la trama es Max Reles un gangster americano dueño del un hotel -casino y socio de Batista.

    El cambio de escenario introduce otros olores y colores, pero no cambia la esencia de la novela, por la dictadura cubana, y se deja entrever la urdidumbre del régimen castrista, Gunther vuelve a estar en su sitio, nada contra corriente y guarda la ropa, se vuelve a ver inmerso en situaciones comprometidas. Lucha por volver a su Alemania natal, no acaba de acostumbrarse a la isla pero el curso de los acontecimientos amenaza con mantenerlo cautivo en la isla y de un amor que ya no es correspondido y que le causa mucho sufrimiento.
     
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