lunes, 3 de diciembre de 2012

LIBROS QUE HE LEIDO: LA PIEDRA LUNAR (Wilkie Collins)



EL AUTOR

William Wilkie Collins (Londres, 8 de enero de 1824 - ib., 23 de septiembre de 1889) fue un novelista, dramaturgo y autor de relatos cortos inglés. Fue muy popular en su tiempo, dejando escritas 27 novelas, más de 60 relatos cortos, al menos 14 obras de teatro y más de 100 obras de no ficción.
Es considerado uno de los creadores del género de novela policíaca, a través de una narrativa caracterizada por la atmósfera de misterio y fantasía, el suspense melodramático y el relato minucioso. Sus obras más conocidas son La dama de blanco (1860), Armadale, (1866) y La piedra lunar (1868).



Collins nació en Londres, el 8 de enero de 1824, hijo del conocido pintor paisajista y académico William Collins. Su segundo nombre, Wilkie, le fue impuesto en honor a su padrino, el también artista plástico David Wilkie. Desde los doce a los quince años vivió con su familia en Italia, etapa que marcó en buena medida su educación y la formación de su carácter. A los 17 años abandonó la escuela y se empleó como aprendiz en una importante firma de comercio de té, pero después de cinco infelices años, durante los cuales escribió (en 1844) su primera novela, Ioláni o Tahití tal como era (que permanecería inédita durante un siglo y medio, hasta 1999), ingresó en el Lincoln's Inn para comenzar a estudiar Derecho, aunque nunca llegaría a ejercer como abogado, pues se dedicó por entero a la literatura. Tras la muerte de su padre, en 1847, Collins publicó su primer libro, Memorias de la vida de William Collins (1848). También llegó a considerar la idea de iniciar una carrera como pintor, exponiendo un cuadro propio en la exposición de verano de la Royal Academy en 1849. Pero fue con la publicación de su segunda novela, Antonina o la caída de Roma (1850), y con la continuación de la misma, Basil (1851), cuando su carrera como escritor comenzó en serio.
Un acontecimiento decisivo en la carrera literaria de Collins tuvo lugar en marzo de 1851, cuando conoció a Charles Dickens por mediación de un amigo común, Augustus Egg. Desde ese momento, Collins y Dickens se hicieron grandes amigos, gracias, entre otras cosas, a su común afición por el teatro, y colaboraron mano a mano en revistas y ediciones, llegando incluso a ser coautores de varias obras. Además, Collins, en su labor como editor, lo fue de la obra de Dickens Household Words, y varias de las novelas de aquél serían publicadas por entregas en el semanario All the Year Round, editado por el autor de Oliver Twist, que acabaría editando y publicando por su cuenta las obras de su amigo. La amistad entre ambos duraría toda la vida, hasta el punto de que llegaron a ser parientes, pues el hermano menor de Wilkie Collins, Charles Allston, contrajo matrimonio con Kate Macready Dickens, segunda hija de Charles Dickens y de Catherine Thompson Hogarth. Tras la muerte de Dickens, Collins también asesoró a Georgina Hogarth, cuñada del gran escritor, cuando ésta preparaba, en 1880 y en colaboración con la hija mayor de Dickens, Mary Angela, una edición de las Cartas de Charles Dickens desde 1833 a 1870.

Collins padecía una variación de artritis conocida como gota reumática que le acabó provocando una seria adicción al opio, que tomaba en forma de láudano para aliviar el intenso dolor. Como consecuencia de ello, comenzó a experimentar ilusiones paranoicas en las que creía estar continuamente acompañado por un clon suyo al que llamaba "Ghost Wilkie". En su célebre novela La piedra lunar (1868) planteaba de forma destacada el tema de los efectos de la adicción al opio.

Mientras escribía dicha novela, su consumo de láudano era tan desmesurado, que posteriormente confesó no recordar lo que había escrito en una gran parte de la narración.

Collins nunca contrajo matrimonio, pero desde 1858 hasta su muerte mantuvo sucesivas relaciones intermitentes con la viuda Caroline Graves y posteriormente con su hija Elizabeth, a la que el escritor llamaba "Carrie". Cuando Caroline le abandonó definitivamente para casarse con un tal Joseph Charles Clow (octubre de 1868), Collins conoció a otra mujer, Martha Rudd, con la que tuvo tres hijos: Marian (n. 1869), Harriet (n. 1871) y Charles William (n. 1874). Entre medias, la viuda Graves había vuelto con Collins, manteniendo ambos su relación de forma discontinua hasta la muerte del escritor. Wilkie Collins murió en Londres, el 23 de septiembre de 1889, y fue enterrado en el cementerio Kensal Green de la capital británica. El epitafio de su tumba le destaca como el autor de la novela La dama de blanco.

Collins fue autor o co-autor de 27 novelas, más de 60 relatos cortos, al menos 14 obras de teatro y un centenar de piezas de no ficción. Algunas de sus obras narrativas fueron calificadas en su momento como "sensation novels", un género equivalente y precursor de las actuales novelas policiacas y de suspense y misterio. También escribió sobre la situación de las mujeres, sobre asuntos sociales y sobre la realidad cotidiana de su tiempo. Así, su obra Hide and Seek (1854) estaba protagonizada por uno de los primeros personajes sordos de la literatura inglesa. Como muchos otros escritores de su tiempo, publicó la mayor parte de sus novelas por entregas, en revistas como la mencionada All the Year Round, y por ellas llegó a ser reconocido como un maestro del estilo, creando el grado justo de suspense e intriga para lograr mantener a su público lector pendiente de la historia semana tras semana. La tirada de All the Year Round se incrementó notablemente con la publicación consecutiva de Historia de dos ciudades (1859), de Dickens, y La dama de blanco (1860), de Collins.

Tras la publicación de esta novela, Collins disfrutó de diez años de gran éxito. Su siguiente obra, Sin nombre (1862), combinaba denuncia social —criticaba una absurda ley que se aplicaba en aquella época a los hijos de padres no casados— con una densa estructura de thriller de venganzas.

Armadale (1866), la única novela escrita por Collins en la década de 1860 que no apareció por entregas en All the Year Round, suscitó feroces críticas, generalmente centradas en un personaje transgresor para la época: la malvada Lydia Gwilt. Además, la novela supuso un golpe financiero para el autor y un rotundo fracaso comercial: la suma adelantada por la revista The Cornhill Magazine en concepto de derechos de publicación fue excepcional, eclipsando por un margen sustancial los precios pagados por la gran mayoría de las novelas similares de la época, y finalmente las ventas, muy por debajo de las expectativas creadas, no consiguieron amortizar la inversión de los editores. La piedra lunar, publicada en 1868, fue la última de las novelas del ciclo más exitoso del autor y, pese a una acogida inicial un tanto fría por parte de los críticos y del propio Charles Dickens, significó un retorno de Collins a su estilo más característico y restableció el valor comercial de un escritor cuyo éxito en el competitivo mercado editorial victoriano había ido decreciendo desde su primera obra maestra. Considerada por muchos como obra precursora de la novela policiaca dentro de la tradición de la narrativa inglesa, La piedra lunar sigue siendo la novela de Collins más popular y más aclamada por la crítica. En su momento, fue definida por el poeta y dramaturgo T. S. Eliot como "la primera, la más larga y la mejor novela de la moderna literatura policiaca inglesa, en un género inventado por Collins y no por Poe",  y la escritora de género policiaco Dorothy L. Sayers (1893-1957) se refirió a ella como "probablemente la mejor novela policiaca jamás escrita".  Además, uno de sus personajes centrales, el Sargento Cuff, ha sido considerado como precursor literario del célebre detective de ficción Sherlock Holmes, creado por Arthur Conan Doyle en 1887.

La dama de blanco y La piedra lunar comparten una estructura narrativa poco común, similar a la de una novela epistolar, en la que cada parte del libro tiene narradores diferentes, cada uno con una voz narrativa diferenciada. (Armadale también tiene una estructura parecida, aunque en menor medida, de narración a través de la correspondencia entre personajes.)

Sin embargo, diversos factores (frecuentemente se citan la muerte de Dickens en 1870, que supuso para Collins la pérdida de su mentor literario; su creciente drogodependencia; y una inclinación poco aconsejable a utilizar su narrativa como vehículo de denuncia recurrente de las injusticias sociales, en detrimento del suspense y la intriga que tan buenos resultados le habían dado) condujeron a Collins a su declive en las décadas de 1870 y 1880. Sus obras (novelas y relatos cortos) de ese periodo, si bien no desprovistas de cierto valor literario, son generalmente consideradas como menores y, desde luego, inferiores a sus grandes producciones anteriores, por lo que han llegado a nuestros días prácticamente ignoradas por la crítica.

Las novelas posteriores a La piedra lunar contenían menos elementos de thriller y más crítica social. Los temas tratados seguían teniendo interés, pero la popularidad del autor disminuyó considerablemente. El controvertido poeta inglés Algernon Charles Swinburne (1837-1909) comentó acerca de Collins: "¿Qué fue lo que llevó a la perdición el gran genio de Wilkie? Algún demonio susurró: «¡Wilkie tiene una misión!»".

EL LIBRO

La historia tiene lugar en Inglaterra, entre los años 1848 - 1850, y gira en torno a una bella joven de la aristocracia llamada Rachel Verinder quien en el día de su décimo octavo aniversario recibe como legado un fabuloso diamante conocido como "la piedra lunar" (The moonstone). El diamante provenía de la India y le había sido legado por su tío John Herncastle, un corrupto oficial inglés que había prestado servicios en esa entonces colonia inglesa. El diamante, además de su incalculable valor, tenía una enorme significación religiosa. En efecto, Herncastle lo había arrancado de la frente de una deidad hindú durante la toma de Srirangapatna, asesinando para ello a los monjes a cargo de su custodia. A partir de ese momento, tres devotos consagrarían su vida a recuperar del diamante. La narración utiliza elementos históricos reales, tales como la mencionada batalla de Srirangapatna y probablemente otros concernientes los legendarios orígenes del Diamante Hope o tal vez del diamante Orlov.

El aniversario de Rachel se celebra en un tenso, enrarecido ambiente. Entre los invitados se encuentran sus primos y a la vez pretendientes Franklin Blake y Godfrey Ablewhite. En esa ocasión, Rachel luce en sus atavíos el diamante y todos los invitados pueden verlo. Pero también tres funámbulos, con rasgos indostánicos,  que merodeaban en los alrededores de la mansión. Más tarde en la noche, el diamante desaparece misteriosamente del dormitorio de Rachel.

Los funámbulos son arrestados, pero el diamante no se encontraba en su posesión. Rachel se niega a responder a la policía y a que se efectúen búsquedas entre sus pertenencias, levantando así sospechas. Una joven al servicio de Raquel llamada Rosanna Spearman, enamorada a su vez de Franklin Blake, actúa asimismo de manera harto extraña y se suicida luego arrojándose en un siniestro pantano infestado de arenas movedizas. Rachel rechaza las atenciones de Franklin Blake y afectada de una profunda crisis emocional parte hacia Londres.

A partir de ese momento, comienza la búsqueda del diamante. Cada uno a su turno, los principales testigos van a dejar por escrito su versión de los hechos, comenzando por Gabriel Betteredge, jefe del personal de servicio y admirador de Robinson Crusoe.



Personajes
·  Rachel Verinder – personaje central, legataria del diamante denominado "la piedra lunar".
·  Franklin Blake – Primo y pretendiente de Rachel Verinder, cuarto narrador.
·  Godfrey Ablewhite – Filántropo, también primo de Rachel Verinder y esperanzado pretendiente.
·  Gabriel Betteredge – Jefe del personal de servicio, primer narrador
·  Rosanna Spearman – segunda dama de servicio, ladrona reformada, carácter trágico.
·  Drusilla Clack – prima de Rachel Verinder, segunda narradora, dama estricta, distribuidora de panfletos religiosos.
·  Mr. Bruff – Abogado de la familia, tercer narrador
·  Sargento Cuff – famoso detective, afecto a las rosas
·  Dr. Candy – Médico de cabecera de la familia, pierde luego su juicio.
·  Ezra Jennings – Raro e impopular asistente del Dr. Candy, sufre de cáncer y utiliza opio para aliviar sus dolores.
·  Los tres funámbulos hindúes, también referidos en la obra como "los hindúes"
·  Lady Julia - Madre de Rachel
IMPRESION PERSONAL

Debo confesar que hasta ahora nunca había leido a Wilkie Collins. Para ser totalmente sincero, ni siquiera lo conocía. Casualmente y encontrándome en una librería un cliente, al parecer amigo del librero, estaba adquiriendo una obra suya. El librero le dijo: "¿Te llevas a Collins?  Entonces, estás perdido". Ante semejante afirmación, me picó el gusanillo y empecé a investigar sobre él, con el resultado que decidí que tenía que leer algo suyo de inmediato. Y aquí estamos.

Qué quien es Wilkie Collins? Bueno, si han leído El Alienista y recuerdan la simpática pareja de criminalistas judíos, Caleb Carr nos dice de ellos que la lectura de los libros de Collins influye decisivamente en la elección de su profesión. La acción de El Alienista se desarrolla en 1896, y nada puede ser más lógico. Aunque, para el lector moderno, sólo el genial cocainómano de Baker Street ha sobrevivido a la literatura detectivesca decimonónica, lo cierto es que sus contemporáneos habrían tenido muy presente a Collins.

Para quien se haya acostumbrado a Holmes, intenso y ocurrente en sus cuentos cortos y tostón insufrible en sus novelas, La piedra lunar sorprenderá por su extensión (más de 700 páginas).

Sorprenderá aún más a quien tenga alguna experiencia en la narrativa. Sostener el interés en una historia que depende de la solución puzzlesca de un enigma durante tanto tiempo requiere de grandes dotes que ni siquiera Doyle poseía.

 Años antes de la aparición de Sherlock Holmes y su descendencia literaria, Wilkie Collins inauguró el género de las novelas de detectives con La Piedra Lunar. En ella parte de una desaparición aparentemente insoluble y recurre a una original estructura narrativa para desentrañar el misterio

Ante la dificultad para resolver el caso, cada uno de los testigos debe escribir detalladamente lo que vio y escuchó durante esos días. Collins despliega así su talento literario y su profundo conocimiento de la condición humana, y consigue perfilar nitidamente a cada uno de los personajes a través de las sospechas, posibles motivaciones e historias secundarias que surgen en sus testimonios, así como por medio de un contraste satírico de sus interpretaciones, en ocasiones opuestas. Una obra maestra que nos presenta una serie de hechos misteriosos desde los dispares puntos de vista de unos personajes inolvidables.

Además de la atenta lectura que Arthur Conan Doyle hizo de Wilkie Collins, apunto que también otro de los clásicos ingleses de finales del XIX le leyó también con notable fruición: estoy hablando de Bram Stoker, quien considero que aprendió bastante en La dama de blanco y en La piedra lunar sobre la estructura, el ritmo y la creación de un misterio para llevar a cabo la escritura de su Drácula.

Sabía que La piedra lunar era uno de esos clásicos del siglo XIX que admiraba Jorge Luis Borges.

 En La piedra lunar, como en La dama de blanco, la novela también va cediendo la voz narrativa a diferentes personajes; pero además de acercarnos al género epistolar o al diario personal, uno de los protagonistas, Franklin Blake, pide a los participantes de la historia que narren su relación con los sucesos. “Fui a ver a mi abogado para tratar algunos asuntos de familia y, entre otras cosas, hablamos de la pérdida del diamante hindú, acaecida hace dos años en la casa de mi tía en Yorkshire. El abogado opina, de acuerdo conmigo, que en honor a la verdad toda la historia debería quedar registrada para siempre por escrito.” (pág. 15)

La novela sitúa su acción en 1848, y después de una carta fechada en 1799 -donde se describe cómo el gran diamante conocido como la Piedra Lunar, llega desde la India a Inglaterra- el primer narrador será Gabriel Betteredge, el anciano mayordomo que lleva más de 50 años al servicio de la familia; y con una socarronería puramente inglesa nos acercará al nudo del misterio: a la desaparición de la Piedra Lunar, en la mansión de la familia en Yorkshire, la noche del cumpleaños de la joven Rachel Verinder, y el acoso de la casa por tres sospechosos hindúes.

La narración de Betteredge, que ocupa unas 300 páginas de las 718 totales, es la más extensa del libro y para mí la más conseguida, por su desarrollo en ella del nudo argumental, por el manejo narrativo de la intervención de múltiples personajes, pero sobre todo por el hallazgo de la propia voz narrativa, la de anciano mayordomo. Y, sin olvidarnos de la aparición de uno de los puntales de esta novela: el sargento Cuff. 

Al principio, cuando el famoso sargento Cuff llega de Londres a la mansión de Yorkshire para intentar resolver el enigma de la desaparición del diamante, me pareció que ese policía mayor, en extremo delgado y que se muestra más interesado en el cultivo de las rosas que en el drama que tiene lugar a su alrededor, era un plagio de Sherlock Holmes. Después, pensando un poco en las fechas, me pareció que podía ser al revés. Lo comprobé en Internet: el sargento Cuff aparece en 1868 (más de 20 años después de la aparición en 1841 del Dupin de Poe), y el nacimiento de Sherlock holmes tiene lugar en 1887 en Estudio en escarlata. Así que ya sólo por esta razón empecé a valorar más esta novela; según avanzaba en su lectura no me cabía duda de que Arthur Conan Doyle la había tenido muy presente a la hora de crear a su inmortal personaje. De hecho, la relación que se establece entre el mayordomo Gabriel Betteredge y el sargento Cuff, en la que el primero actúa como asombrado narrador de las peculiaridades del segundo, prefigura la creación de la pareja Watson y Sherlock Holmes.

Y sobre esto imagino que habrá múltiples estudios, pero no existe conocimiento más grato que el que uno descubre por sí mismo.

También resulta fascinante la creación de la segunda voz narrativa, miss Clack, la prima solterona de Rachel Verinder (la joven a la que le es robada la Piedra Lunar). Y con su narración llegamos ya a la página 400 de la historia.

Y hasta aquí la novela, más allá del misterio planteado, funciona perfectamente gracias a las voces narrativas creadas: la del mayordomo y la de la prima solterona, que además son personajes absolutamente literarios, ya que ambos confían para dirigirse en sus vidas en el poder contundente de la palabra escrita. El primero es un gran admirador de la obra Robinson Crusoe de Daniel Defoe, libro que consulta como si fuese un oráculo; y la segunda cree plenamente en la capacidad redentora de sus panfletos religiosos, que intenta siempre repartir entre sus conocidos.

La narración la toma después el abogado Bruff y aquí parecía que ya se caía mi teoría de la creación de personajes literarios que confían por encima de todo en la palabra escrita; pero más tarde, traspasada ya la página 600, en la narración correspondiente al médico Ezra Jennings, nos encontramos al abogado Bruff retratado de esta forma: “Míster Bruff la ha abierto (la puerta) ante mí con sus papeles en la mano… sumergido en las leyes, impermeable a la influencia de la medicina.” (pág 640) y en la página 654: “Apoderándose en seguida de la pluma ha redactado la declaración con la fluida presteza de una mano experta”.

Cuando es Franklin Blake quien toma la voz narrativa la creación del personaje me ha parecido más convencional: aquí está el galán en apuros de la base folletinesca de la historia, el enamorado de Rachel Verinder, separado de ella por el misterio que envuelve la desaparición de la Piedra Lunar (un personaje que guarda más que un parecido con Walter Hartrhigt, el protagonista de La dama de blanco). Pero es él quien ha organizado la redacción de las experiencias del resto de los participantes en la trama y quien puede hacer metaliteratura al comentar los textos de sus compañeros. En uno de los momentos fundamentales para la resolución de su futuro, en concordancia con mi teoría, Blake aguarda su destino leyendo: “Míster Blake ha vuelto a hojear los volúmenes que se hallaban sobre la mesa de su alcoba. El guardián, Tatler y Pamela de Richardson; El hombre sensible de Mackenzie; Lorenzo de Médicis de Roscoe y Carlos V de Robertson…; todas ellas obras clásicas; todas (naturalmente) muy superiores a cualquier obra aparecida con posterioridad y todas, también (según mi actual punto de vista), poseedoras del gran mérito de no encadenar la voluntad del lector ni de excitar el cerebro de nadie”, escribe en la página 638 el médico Jennings al referirse a Blake; Jennings, el hombre solitario que se siente repudiado por los demás debido a su aspecto extraño, es otra de las grandes creaciones del libro; otro personaje puramente literario ya que acostumbra a escribir un diario con el que quiere que le entierren, pero regala a Blake las hojas correspondientes a su relación con él.

Es destacable también la creación del personaje de Rosanna Spearman, en cuya aparición trágica de pobre sirvienta la novela cobra tintes góticos.


La mayoría de los críticos consideran a esta obra como la precursora de la moderna novela de suspenso o misterio. T. S. Eliot se refiere a ella calificándola como "la primera, la más larga y la mejor de las modernas novelas detectivescas de Inglaterra". "La piedra lunar" utiliza en efecto recursos que llegaron a ser arquetipos de este género: una cantidad considerable de "sospechosos", ingeniosos sofismas en las argumentaciones, personajes presentes en el lugar del crimen que al mismo tiempo participan en su investigación en tanto que talentosos aficionados, la presencia de dos oficiales de policía que ejemplifican, uno al inepto policía regional, el otro al hábil investigador del Scotland Yard.

En esta novela Collins utiliza una vez más con éxito el recurso estilístico de la novela epistolar y narración múltiple de la cual ya se había servido en "La mujer de blanco" (The Woman in White): la sección narrada por Gabriel Betteredge (el jefe del personal de servicio) y por Miss Clack (una pariente pobre, morbosamente religiosa) brindan humor y patetismo a través del contraste con los testimonios de los otros narradores a medida en que se avanza en el desarrollo de la intriga.
Otro de los factores del éxito de "la piedra lunar" fue la colorida descripción de la adicción al opio.

Sin que sus lectores lo supieran Wilkie Collins escribía en realidad sobre su propia experiencia: en efecto, en sus años maduros fue víctima de una severa adicción al láudano y como consecuencia sufría delirios paranoicos. El más remarcable de ellos era su convencimiento de que estaba permanentemente acompañado por su doble, a quien humorísticamente apodaba "el fantasma Wilkie" (Ghost Wilkie)

Este fue el último gran éxito de Collins quien cerró así un ciclo extraordinariamente productivo de cuatro novelas sucesivas que se transformaron en "best sellers". Luego de "la piedra lunar" escribió otras novelas con críticas sociales más explícitas y que no alcanzaron a tener la misma audiencia que las precedentes.

Analizada hoy en día, desde una perspectiva post-colonial, la caracterización que Collins hace en "la piedra lunar" de los tres misteriosos hindúes presentes durante toda la intriga, es inhabitualmente positiva para una obra de esa época.

Esto da lugar a que este libro tenga una estructura muy moderna, ya que cada parte de la novela tiene un narrador distinto. Estos narradores múltiples aportan más matices a la historia que si fuera uno único, y hace que la historia sea coral, de manera que el único protagonista es el diamante.

A pesar de ser un libro bastante voluminoso, resulta una narración muy ágil y entretenida, que engancha desde el primer momento, y que aborda temas que en su día fueron motivo de escándalo como su descripción de los saqueos y abusos cometidos por algunos militares ingleses en la India, o la adicción al opio, que el propio Wilkie Collins padecía. En su época tuvo un gran éxito, tanto en su primera edición por entregas, como en la posterior recopilación en forma de libro.

También destaca en La piedra lunar la maestría de Collins para mostrarnos la verdadera personalidad de sus personajes a través de sus actos, que la mayoría de las veces se contradicen con sus palabras. Así el mayordomo, Betteredge, se ve a sí mismo como el perfecto mayordomo inglés, cuando en realidad es más bien un excéntrico, o la señorita Clark, que se considera una mujer religiosa y un compendio de virtudes, y que en realidad es una puritana celosa y metomentodo.

Como una de las primeras novelas de detectives de la historia, esta obra introdujo lo que luego serían convenciones del género: múltiples sospechosos con motivo y oportunidad, un detective extremadamente inteligente que muestra su alma sensible con un hobby delicado (el cultivo de las rosas), la reconstrucción del crimen, un giro final sorprendente, etc.

Por todo esto, además de un libro muy entretenido estamos ante una novela muy interesante para los escritores, por la estructura de narradores múltiples, la presentación de los personajes y los arquetipos del género que presenta.

 Quizá sea un libro demasiado largo para contar tan sólo el misterio de la desaparición de un diamante y puede que muchos no lleguéis al final. Pero si lo hacéis creo que, en mayor o menor grado, habréis disfrutado de una gran historia y de un grandísimo escritor como es Wilkie Collins. Tengo más libros suyos rodando por mi casa, y después de leer La piedra lunar estoy segura de que poco a poco iré leyendo todo lo que ha escrito éste genio injustamente olvidado.





domingo, 25 de noviembre de 2012

LIBROS QUE HE LEIDO: EL APOSTOL NUMERO 13 (Michel Benoit)



EL AUTOR

Michel Benoît nació en Madagascar, aunque tiene la nacionalidad francesa. De joven fue monje benedictino y pasó su tiempo de estudiante en contacto con el Vaticano, donde aprendió a escuchar y callar. Pero el silencio no hace el olvido y tarde o temprano se busca una vía de escape para unas impresiones que han ido madurando en la mente durante mucho tiempo. Con "El apóstol número 13" el autor ha expuesto sin tapujos y de forma directa y punzante todas las verdades que poca gente se atreve a decir sobre el poder y los secretos vaticanos.

 


Con un apasionante thriller, donde se ponen en duda los orígenes dogmáticos de Jesús y toda la constitución de la Iglesia Católica, Michel Benoît consigue despertar el interés de todos los lectores y mandar así un mensaje claro.


Es su primera novela, pero es autor de varios ensayos. Benoît, empecinado investigador del origen de las religiones, ha sido rechazado en más de una ocasión por varias editoriales para publicar sus ensayos, de ideas demasiado arriesgadas, sobre temas teológicos.

EL LIBRO

El padre Andrei lleva una investigación secreta sobre los manuscritos encontrados en el Mar Muerto que podría dar un giro radical a la concepción que tenemos sobre la creación de la Iglesia católica por San Pedro, así como también sobre la figura de Jesucristo. Cuando viaja al Vaticano para informar sobre ciertos contenidos de su investigación, es asesinado en el tren de vuelta a París.
Su más directo discípulo, el padre Nil, retomará sus investigaciones a la vez que intentará averiguar qué ocurrió realmente con el padre Andrei y por qué en su abadía hay tanto empeño en hacer que parezca un suicidio.
Pero cuando el padre Nil empieza a avanzar en sus investigaciones es llamado por el Vaticano para colaborar en un extraño trabajo sobre los orígenes del canto gregoriano. Allí, con la colaboración de algunos amigos y gracias a los archivos secretos del Vaticano, descubrirá una realidad diferente sobre los orígenes de la Iglesia y la divinidad de Jesús que pondrán en jaque al Vaticano, a los musulmanes e incluso a los judíos.

Vista general del Estado Vaticano



IMPRESION PERSONAL

El Apóstol Número 13” es un buen libro, un
thriller religioso, bien llevado, que nos mantiene interesados en la
lectura desde la primera página, escrito por un antiguo monje experto
en los orígenes del cristianismo y que, por lo tanto, sabe de lo que
habla

Sin olvidar que este libro es una novela no un
libro de teología, nos plantea muchos temas que no dejan de tener visos
de realidad. El principal, la manipulación que la figura de Jesús de
Nazaret sufrió desde el principio, desde sus apóstoles, convirtiéndolo
en Cristo-Dios, a raíz de una supuesta resurrección. Imaginaros que eso
no hubiera sido así, que Jesús de Nazaret hubiera sido un profeta, un
hombre inspirado por Dios, que hubiera muerto en la cruz y no hubiera
resucitado, un hombre extraordinario, pero nada mas, en ese caso todas
religiones cristianas no tendrían razón de ser, a no ser que se hubiera
hecho desde el principio lo que deberían haber hecho, basar esas
religiones en el mensaje y no en la persona, no es una supuesta
resurrección que lo convirtió en Dios. Si el mensaje de Jesús de
Nazaret es lo que realmente importara a estas religiones, no habría
ningún problema, pero todos sabemos que las religiones tienen en gran
medida su razón de existir basado en el miedo que tiene mucha gente a
la muerte y en la esperanza de que después de esta vida terrenal hay
algo más, mejor y mas justo, representada en esa resurrección, en esa
supuesta victoria de Cristo-Dios a la muerte.


Archivo Secreto Vaticano. Sala de consulta

La historia que nos cuenta Michel Benoît es la
de un supuesto decimotercer apóstol que se enfrenta a los otros once
(si excluimos a Judas, al cual en el libro Pedro le da muerte) para
que no divinicen a Jesús de Nazaret. Este decimotercer apóstol sabe que
Jesús no resucitó y sabe donde descansan sus restos mortales. Por
supuesto Pedro y compañía no quieren ni oír hablar de ello porque
tienen otros planes mucho más ambiciosos. De esa historia se salta a la
era actual donde los descendientes de Pedro, Pablo y demás, el
Vaticano, trata por todos los medios que no se les acabe el chollo, a
costa de lo que sea. Un thriller.


La novela va dando saltos en los siglos.
Aparecen los esenios, los nazareos, los templarios, hasta el mismísimo
Mahoma, pero lo mejor de la historia es ver como las tres religiones
monoteístas del mundo (la judía, la cristiana y la musulmana) se unen
por sus propios motivos para que esta supuesta verdad no salga a la
luz.

Con todo, la historia que cuenta Benoit es para mí, mucho más creíble que la historia oficial que sostiene el cristianismo (resurrección de Cristo), y solo por ver la explicación que se ofrece a ésta supuesta resurrección (que no fue tal), merece la pena leer el libro.

lunes, 19 de noviembre de 2012

LIBROS QUE HE LEIDO: EL SALON DE AMBAR (Matilde Asensi)



LA AUTORA

Matilde Asensi Carratalá (Alicante, 12 de junio de 1962) es una periodista y escritora española, que se dedica principalmente a la novela histórica y de aventuras.



Desde pequeña quería ser escritora y aunque no comenzó a publicar a una edad temprana, lleva escribiendo "toda la vida".  Muy aficionada a la lectura desde su infancia, "algunas de sus compañeras del colegio Teresianas de Alicante todavía recuerdan que, a veces, sacrificaba el recreo para quedarse leyendo en el aula".

Estudió periodismo en la Universidad Autónoma de Barcelona. Trabajó durante tres años en los informativos de Radio Alicante-SER, después pasó a Radio Nacional de España (RNE) como responsable de los informativos locales y provinciales, ejerciendo simultáneamente como corresponsal de la agencia EFE, y colaborando en los diarios provinciales La Verdad e Información.

En 1991, después de comprender que el periodismo le quitaba el tiempo que necesitaba para escribir ficción, se presentó a una plaza de administrativa en el Servicio Valenciano de Salud, para tener un horario que le permitiera dedicarse a su verdadera vocación.

Publicó su primera novela, El salón de ámbar, a los 37 años, y desde entonces ha venido sacando un libro cada año o año por medio. El éxito la ha acompañado: sus obras, que han ganado numerosos lectores y premios, han sido traducidas a 15 idiomas.

Su cuarta novela, El origen perdido (2003), generó polémica; el historiador y periodista argentino Pablo Cingolani acusó en 2005 a Asensi de haber plagiado "el producto de sus investigaciones", particularmente de las expediciones al Madidi dirigidas por él. Carlos Reyés, de la Editorial Planeta, mostró su "perplejidad ante las recientes actuaciones de don Pablo Cingolani y, en concreto, en relación a sus posicionamientos acerca del trabajo efectuado por doña Matilde Asensi en su libro El origen perdido" por cuanto, después de comparar los materiales del argentino con el capítulo IV de la novela de Asensi, no solo no advirtió "indicio alguno de plagio, sino que ni tan siquiera constato un eventual derecho de cita".  A pesar de la conlusión a que llegó Reyés, el 8 de septiembre de 2005 la Cámara de Diputados de Bolivia,  país donde se desarrolla la mayor parte de la trama de la novela, aprobó "una declaración en virtud de la cual repudian a Editorial Planeta y a la escritora española Matilde Asensi por la utilización arbitraria de nombres y temas relacionados con la Expedición Madidi".

En 2007, salió Tierra firme, el primer libro de la trilogía de Asensi Martín Ojo de Plata, en donde la protagonista es Catalina Solís, una intrépida española que después de lograr escapar de una asalto pirata cuando se dirigía al Caribe comienza una nueva vida bajo el nombre de Martín Nevares. La segunda novela de esta serie, Venganza en Sevilla, fue publicada en 2010 y al año siguiente aparecieron ambas en un libro bajo el título Martín Ojo de Plata. La última parte de la trilogía se publicó en junio de 2012 con el título La conjura de Cortés.

Asensi ha afirmado que está deseando que sus novelas se lleven al cine, pero a pesar de las muchas ofertas de las productoras, hasta el momento la escritora no ha logrado ponerse de acuerdo con ellas. Dice la novelista al respecto: "O yo no sé trabajar con la gente del cine o la gente del cine no sabe trabajar con mis libros... Yo no estoy dispuesta a dar mis libros a cualquier precio. Ganaría mucho dinero, ganaría muchos lectores... pero quiero calidad, quiero un trabajo serio".

EL LIBRO



En 1941, durante la II Guerra Mundial, el ejército nazi saqueó los antiguos palacios zaristas y los museos de la Unión Soviética y se llevó a Alemania obras de arte de un valor incalculable. Entre los objetos robados se encontraba una joya única, una pieza excepcional que desapareció misteriosamente durante los últimos días de la contienda: El salón de ámbar, una cámara del siglo XVIII construida enteramente con ámbar semitransparente del Báltico, cuya recuperación obsesiona hoy día al pueblo ruso. Ana Galdeano, una respetable anticuaria de Ávila y miembro de un grupo internacional de ladrones de obras de arte, llamado "El grupo de ajedrez", se verá obligada a desenmarañar los hilos de una complicada trama urdida cincuenta años atrás por dos peligrosos e inteligentes jerarcas nazis que decidieron apropiarse de aquellos innumerables tesoros y, sobre todo, del salón de ámbar.  Para ello, contará con la ayuda del coleccionista Portugués, José Cavallo, su compañero inseparable en la trama con la que pasarán momentos agradables y muy desagradables, e incluso muy peligrosos.

IMPRESION PERSONAL


Centro de la ciudad de Weimar (Alemania)


«El salón de ámbar», está ambientada temporalmente en la actualidad, que narra la historia de unos ladrones de obras de arte, ubicados en diferentes países y que se mantienen en contacto a través de Internet para planear sus actividades ilegales. Este grupo de ladrones de obras de arte se hacen llamar "El grupo de ajedrez" y centran su objetivo en encontrar "El salón de ámbar".

Es la primera novela de Matilde Asensi, y se nota demasiado. En realidad más que novela, podríamos decir que es un relato. Es corta en extensión, casi se puede leer de un tirón. El planteamiento es pobre, los personajes planos y nada creíbles y la historia está mal contada.

El epílogo de la novela parece sugerir una continuación, ante la presencia de otro líder y nuevas aventuras del grupo. A pesar del gran éxito de su obra, Asensi no le dio una segunda parte hasta la fecha.

En todo esto se nota que se trata del primer intento de una escritora amateur. Le falta mucha profundidad, la historia está contada muy superficialmente, los acontecimientos están narrados por encima y la interrelación entre sucesos y personajes es muy pobre.

Además, incluye muchos clichés en este tipo de libros, como la historia de amor metida con calzador entre la protagonista de la historia y otro miembro del grupo (que no sé por qué, siempre tiene que aparecer), el final “sorpresa” en el que se descubre que no todos los miembros del grupo son quienes parecen ser, el personaje infantil espabilado (la hija del caballo que descubre la trama del robo por su conocimiento de la informática y le parece además estupendo y lo más normal del mundo que su padre sea un ladrón), etc.

No aporta nada nuevo al género, sólo es una lectura entretenida y que no requiere demasiado esfuerzo mental. Bien para pasar el rato, pero nada más.

ACTUALMENTE LEYENDO:  EL APOSTOL NUMERO 13 (Michel Benoit)

lunes, 12 de noviembre de 2012

LIBROS QUE HE LEIDO: EL SICARIO DE LOS IDUS. ASESINATO EN TARRACO (Cristina Teruel)




EL AUTOR



Cristina Teruel nació en Barcelona , (1968) . Abogada y escritora, su pasión es la novela histórica. En 2009 Edhasa publicó El sicario de los Idus en la que fusiona sus dos pasiones: la Historia de Roma y la novela negra

EL LIBRO


Reconstruccion ideal de la colonia de Tárraco en el Siglo I


Corren los últimos años del siglo I d. C. Mientras se lleva a cabo la construcción del circo, uno de los edificios más emblemáticos de Tárraco, aparece en las obras el cadáver de un joven marmolista. Tras una investigación de rutina el optio Specula sospecha que esa muerte no ha sido accidental, como todos creen, y que oculta algo. Pero su superior archiva el caso, los familiares no quieren hablar... Escudriñando con la ayuda del veterano Cayo Mario Malacitano los archivos de la prefectura, interrogando a los familiares de la víctima y a quienes lo conocieron, Specula no tarda en advertir ciertas coincidencias curiosas con otros supuestos accidentes que ponen al descubierto un entramado de delitos que, sin duda, apuntan en una misma dirección: el tráfico del célebre y peligrosísimo opio tebano, que pese a todos sus esfuerzos y cargas impositivas consigue escapar al control de las autoridades romanas. Mediante un vívido recorrido por Tárraco, de la que el lector llega a oír el rumor de su trajín diario y a oler sus aromas cotidianos...

IMPRESION PERSONAL


Imagen actual de las ruinas de Tárraco


Nos encontramos ante una escritora novel. Para ser su primera novela, es realmente notable. No sería justo intentar compararla con las de la escritora Linday Davis, por ejemplo, con su extraordinaria serie del detective romando Marco Didio Falco. Es evidente que Cristina Teruel bebe directamente en sus fuentes, y en muchas otras, a la hora de escribir ésta novela. No obstante, hay muchos elementos de originalidad en el libro. El primero y más importante es su ambientación en la ciudad de Tárraco (actual Tarragona), en la época que se desarrolla la trama (Siglo I D.C.), floreciente colonia romana en Hispania. Es notable la descripción de la ciudad, sus estructuras, así como de la sociedad tarraconense, desde su cúspide (Proconsul, nobleza patricia) hasta los estratos más bajos de la sociedad (esclavos, siervos, libertos y ciudadanos pobres). En mi opinión le faltan algunos aspectos descriptivos de esa sociedad, como los vestidos, la comida, estructura de las viviendas y edificios publicos, etc.

La trama en sí, es estrictamente policiaca. Un crimen, la investigación oficial, la falta de interés en la investigación por parte de las altas instancias del poder en la ciudad, y la tozudez de un investigador menor y un archivero ayudante, que recorriendo la ciudad y todos los estratos sociales de la misma, llegan a dar con la clave para atrapar a un asesino en serie. No obstante, el gran protagonista del relato, es la ciudad en sí misma.

Estaríamos por tanto ante una novela coral, aunque con algunos personajes principales, en la que los personajes entran y salen mientras se desarrolla la trama policíaca en sí. Y eso es lo curioso, porque la trama no recurre a los golpes de efecto ni al suspense. Todo parece suceder con naturalidad, como si el narrador o el lector fueran espectadores lejanos de lo que pasa. No sé si esto es un defecto de estilo. Sin embargo, no estoy del todo convencido de esa desaparición del narrador: tal vez es tan discreto que teme molestar al lector.

En definitiva, una novela interesante, una autora que promete y de la que esperamos sus siguientes libros.

ACTUALMENTE LEYENDO:  LA JUDIA DE TOLEDO (Lion Feuchtwanger)

lunes, 5 de noviembre de 2012

LIBROS QUE HE LEIDO: OLALLA (Robert Louis Stevenson)



EL AUTOR

Robert Louis Balfour Stevenson (Edimburgo, 1850-Vailima Upolu, Samoa Occidental, 1894) Escritor escocés. En la tumba de Stevenson, en una lejana isla de los mares del Sur a la que se retiró por motivos de salud, figura grabado el apodo que le dieron los samoanos: Tusitala, que en español significaría «el contador de historias». En efecto, la literatura de Stevenson es uno de los más claros ejemplos de la novela-narración, el «romance» por excelencia.



Hijo de un ingeniero, se licenció en derecho en la Universidad de Edimburgo, aunque nunca ejerció la abogacía. En busca de un clima favorable para sus delicados pulmones, viajó continuamente, y sus primeros libros son descripciones de algunos de estos viajes (Viaje en burro por las Cevennes).

En un desplazamiento a California conoció a Fanny Osbourne, una dama estadounidense divorciada diez años mayor que él, con quien contrajo matrimonio en 1879. Por entonces se dio a conocer como novelista con La isla del tesoro (1883). Posteriormente pasó una temporada en Suiza y en la Riviera francesa, antes de regresar al Reino Unido en 1884.

La estancia en su patria, que se prolongó hasta 1887, coincidió con la publicación de dos de sus novelas de aventuras más populares, La flecha negra y Raptado, así como su relato El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde (1886), una obra maestra del terror fantástico.


EL LIBRO

Es una historia situada en España: un convaleciente escocés (transposición aventurera del propio Stevenson) es acogido por una decaída familia de aristócratas para una estancia en su casona apartada. Trata con la madre, una señora mayor que él, muy hermosa, aunque de mente vacía; y también con el hijo Felipe, un tanto simplón. Pasan días hasta que ve a la hija de la casa, Olalla, y se enamora de ella inmediatamente. Olalla se parece a un retrato de una antepasada de ella (una aristócrata cruel) que él tiene en su cuarto; aunque todo hace pensar que ella es espiritual, serena y apasionada, casi una Santa Teresa. Guardan las distancias, pero la obsesión del narrador por Olalla crece. Un día, de repente, se hace el huésped una herida, y va a pedir una venda a su patrona, a la madre. La plácida señora de la casa, desconocida de pronto, abandona su ausencia mental y lo ataca salvajemente, mordiéndole en la herida como una fiera posesa. Sus hijos acuden, la encierran y logran salvarlo, aunque está débil. Tras oír las explicaciones parciales de Olalla sobre "lo de su madre", le propone el narrador que se vaya con él al extranjero; ella se niega; aunque también está enamorada de él elige quedarse por sentido del deber y también por desconfianza de su propia herencia: había una tendencia (a la licantropía, al parecer) en la familia, aunque no se sepa que ella la tenga. Así pues, elige quedarse, elige el deber y el sacrificio antes que la tentación de la felicidad. Y el narrador se aleja, llevándose de ella algo aprendido, aún más valioso que el enamoramiento que le sedujo en un principio



IMPRESION PERSONAL

Olalla no es una novela, se trata de un cuento, tanto por su extensión como por la concepción del propio relato. Stevenson lo ambienta en España, en una zona rural no determinada, pero podria ser cualquier lugar de Europa. Es un placer leer a Stevenson, como fluye su prosa, las perfectas descripciones de paisajes y personajes, en realidad nos vemos transportados a un sitio donde el propio autor nunca estuvo, pero nos lleva a él. Tanto es así que el libro se lee de un tirón, yo asi lo hice, en un par de horas.

Se dice que Olalla, al igual que Dr Jekyll y Mr Hyde, se originó en un sueño. Como hasta los mismos sueños se reelaboran al contarlos—cuánto más los relatos literarios basados en sueños—es imposible saber con certeza qué elementos fueron añadidos conscientemente a los sugeridos por el sueño. Pero sí haría suponer esta relación inconsciente una cierta motivación profunda y autoexpresiva en la historia.
Es curiosamente moderna la parte en la que Olalla describe la manera en que está oprimida por su raza decadente. En cierto modo, claro, es una transposición o alegoría de la decadencia de España (si un tiempo fuerte, ya desmoronada), frente al dinamismo de Gran Bretaña. Pero en lo relativo a la proyección autobiográfica: Olalla expresa el cansancio, hastío y sentimiento de despersonalización que le produce la repetición de sus rasgos familiares a través de las generaciones. No se queda sólo por fidelidad a su madre, sino por lo que Freud llamaría un instinto tanático. Siente que su linaje está degenerado, y ha decidido ponerle fin. No va a irse con el extranjero—es decir, no va a tener hijos.
En la figura de la madre de Olalla podemos ver un símbolo complejo. Aparte de los sentidos "españoles", culturales, exóticos, góticos, etc., del personaje, están los sentidos autobiográficos. Por una parte es un objeto erótico desdoblado de Olalla (como lo está del misterioso retrato): pero es una "figura materna", algo que podríamos relacionar quizá con el matrimonio de Stevenson con una mujer diez años mayor que él, y que (cuando se escribió Olalla) era improbable que fuese a tener hijos con el escritor. Quizá la mujer real esté desdoblada en el cuento en dos figuras, un ideal femenino (Olalla) y una figura abyecta (su madre) en la que no sólo se proyecta la incertidumbre del matrimonio con una mujer mayor, sino también se superpone otra de las posibles causas de la esterilidad de la pareja: la mala salud del escritor, que sufría de tuberculosis. La tuberculosis también se desdobla de manera onírica: entre la herida honorable en guerra de la que sufre el narrador (y su accidente con un cristal también)—y la licantropía de la madre, a quien enloquece la vista y sabor de la sangre. La sangre en la boca es, por inversión, una especie de personificación de la tuberculosis. La maldición hereditaria se asocia, quizá, a la conveniencia para el escritor de no tener hijos, y al carácter contagioso de la enfermedad.

Lo que el narrador ha aprendido de Olalla, mientras se aleja de ella, es la aceptación de la muerte—de la muerte completa, sin descendencia, y la responsabilidad de hacer de eso un acto consciente. Quizá no fuese ésta una decisión consciente por parte de Stevenson, pero su sueño le indicó que se enfrentase a su extinción personal—que se presenta, por otra parte, como un anticipo de lo que será la extinción final del género humano. Y en la historia lo expresa de modo indirecto, aceptable para sí. por lo que tiene de desplazamiento hacia la figura de Olalla. Dicen algunas teorías de la tragedia que la esencia del género se encuentra en la aceptación de la muerte. En ese sentido, Olalla es, posiblemente, un relato doblemente trágico, pues esta aceptación de la muerte no está en juego sólo en el interior de la trama, sino en la génesis misma del relato—en la autocomunicación con uno mismo que ofrece el sueño al escritor. Si la expresión final difumina o desvía un tanto del autor esa aceptación de la muerte, lo que se pierde en tragedia personal se gana en efecto de sugestión—en esa indirección tan necesaria para el arte.

ACTUALMENTE LEYENDO:  Asesinato en Tárraco  (Cristina Teruel)

sábado, 3 de noviembre de 2012

LIBROS QUE HE LEIDO: PAJARO DE FUEGO (Wilbur Smith)



EL AUTOR

Wilbur Addison Smith (9 de enero de 1933, Rhodesia del Norte, hoy Zambia), es un escritor de novelas de aventuras, autor de superventas. Sus relatos incluyen algunos ambientados en los siglos XVI y XVII sobre los procesos fundacionales de los estados al sur de África y aventuras e intrigas internacionales relacionadas con estos asentamientos. Sus libros por lo general pertenecen a una de tres series o sagas. Estas obras que en parte son ficción explican en parte el apogeo e influencia histórica de los blancos holandeses y británicos en el sur de África quienes eventualmente proclaman a este territorio rico en diamantes y oro como su hogar.



Cuando sólo era un bebé contrajo malaria cerebral, la que perduró por 10 días. Afortunadamente, se recuperó totalmente. Se crio en una estancia ganadera donde pasó su infancia cazando y explorando. Su madre lo entretenía con novelas de aventura y escapes, consiguiendo captar su interés por la ficción. Sin embargo, su padre lo disuadió de seguir con la escritura. Se educó en el colegio de Michaelhouse y en la Universidad de Rhodes, ambos en Sudáfrica. Trabajó como periodista y, más tarde, como contable. Sus dos primeros matrimonios terminaron en divorcio; el tercero, contraído en 1971 con Danielle Thomas, duró hasta la muerte de ésta, en 1999. Al año siguiente se casó con Mojiniso Rajímova, de Tayikistán. Wilbur Smith vive ahora en Londres.

Se hizo escritor a tiempo completo en 1964, después de la publicación de Cuando comen los leones. A esta primera novela han seguido una treintena de obras ambientadas principalmente en África, más de la mitad de las cuales puede dividirse en tres series: la de Courtney, a la que pertenece su primer éxito; la de Ballantyne y la del Antiguo Egipto. Sus libros se traducen a veintiséis idiomas y lleva vendidos casi 70 millones de ejemplares.

Wilbur Smith encuentra en África su mayor inspiración. Actualmente vive en Londres, Inglaterra, pero muestra una profunda preocupación por las personas y la vida salvaje de su continente natal.

EL LIBRO



Luego de que las legiones romanas comandadas por Escipión tomaran, saquearan y destruyeran Cartago en el 146 a.d.C., nueve almirantes de la destruida flota cartaginesa y el último descendiente de Aníbal, Amílcar Barca, abordaron las pocas naves que les quedaban y enfilaron rumbo al África en busca de una nueva tierra para sus familias y tradiciones. Todos habían leído en el viejo templo de Baal Amón las aventuras de Hannon, quien trescientos años antes, había llegado a un lugar más allá de las columnas de Hércules, donde  el oro se anidaba en la superficie de las rocas, la tierra era fértil y las estaciones del año se sucedían en sentido contrario. Habitaban ese paraíso unas gentes pequeñas de apariencia amarilla, muy amables, que cambiaron con él su oro por unas telas y abalorios.

Amílcar Barca no lo pensó más. Era el lugar indicado para instalar un nuevo reino. 47 reyes gobernaron el poderoso imperio africano de Opet. El último, Lannon Hycanius, murió junto a su Sumo Sacerdote y amigo, al lado de su féretro vacío cuando las tribus bantúes sometidas por los cartagineses blancos, se rebelaron y destruyeron todo rastro de esta civilización mediterránea en el  corazón del África. Tal fue el odio de los destructores de Opet que no tomaron esclavos ni prisioneros, tampoco buscaron el inmenso tesoro, mataron a todos y destruyeron piedra por piedra las orgullosas ciudades imperiales. Acontecido esto, el rey Manatassi, quien fuera esclavo de los blancos y el que organizó las revueltas, murió sin dejar sucesores y su ejército se dividió en miles de tribus pequeñas. No quedó rastro alguno del rey negro que acabó con Opet, que por su vigor fue llamado la Bestia Negra, como tampoco de la civilización cartaginesa cuyo último Gran León (título dado al rey de Opet) murió junto a su civilización.

Pasadas ya tres cuartas partes del siglo XX, Benjamin Kazin, el jorobado arqueólogo que había sido burlescamente tratado por sus colegas, demostraba que su teoría de una gran civilización mediterránea en África era correcta. Tuvo que sufrir mucho para encontrar la vieja ciudad perdida, de la que no habían más rastros que una especie de historia pintada en una caverna y el portentoso tesoro que durante 47 generaciones amasaron los soberanos de Opet, que estaba bien oculto y que logró descubrir casi por casualidad, gracias a  que su benefactor y amigo, el millonario Louren Sturvesant, quien pagaba los gastos de la investigación, tuvo la intuición (¿o el recuerdo?) de dónde estaba el tesoro.

El caso es que los personajes del siglo XX tienen su contrapartida en los antiguos habitantes de Opet. Al encontrar los archivos de la vieja ciudad, Benjamín Kazin descubrió que el Sumo Sacerdote que murió junto al rey era un jorobado llamado Huy Ben Amón y que el propio rey se parecía demasiado a su amigo Sturvesant. Respecto del rey negro, Manatassi, el líder de las tribus revolucionarias que en pleno siglo XX amenzan la estabilidad de la región, Mageba, parece tener un más que cercano parecido. El único personaje que tiene idéntica función en el pasado y en el presente y que conserva su nombre en el relato, es el pequeño bosquímano Xhai, peronaje fundamental para el desarrollo de esta novela portentosa que nos pinta con fluidez y experticia una aventura imposible, pero sólidamente fundada en una imaginación tan prolífica como literariamente perfecta que nos propone Wilbur Smith.

Amor, traición, luchas de poder, aventuras, descripciones de desbordante viveza, personajes que representan todas las emociones humanas y una descarnada muestra de lo peor y lo mejor que puede producir nuestra humanidad, dan vida a 573 páginas que se leen sin pausa.

Por sus grandes ventas esta novela, publicada por primera vez en 1972 ha sido catalogada como best seller, lo que es cierto sólo en el más estricto sentido del término, porque es una obra literaria de esas que uno siente pena dejar de leer.

IMPRESION PERSONAL


Yacimiento Arqueologico de Gran Zimbabwe


Wilbur Smith es, para mí, unos de los máximos exponentes en la literatura novelesca. Es un artista de la aventura y de la “ficción realista” que tanto me gusta y me despeja. Sus libros, lejos de tener un contenido profundo y filosófico, presentan una narración formidable que abstrae al lector lejos del mundo en que vive para situarlo en los más extraños de los rincones del planeta, en diferentes rincones del tiempo y en las más formidable aventuras al mejor estilo Emilio Salgari.

La narración, si bien es bastante superflua, es muy fluida y está bien redactada, no cuesta seguir el hilo y los temas que trata son muy atrapantes. Se aprende mucho ya que sus historias están basadas en una importante investigación y eso hace que estén plagadas de información valiosa y creo que es una de las características por las cuales me gusta tanto.

El libro que hoy nos ocupa es, seguramente, el mejor que ha escrito Wilbur Smith. Su temática es muy original, incluso subyugante diría. Está compuesto por lo que tranquilamente pueden ser dos libros distintos pero relacionados.

La primera parte del libro transcurre en África, donde unos arqueólogos descubren los cimientos de una ciudad perdida basándose en una teoría que supone que la civilización Púnica (Fenicia-Cartago),  escapó de la devastación internándose en África central y donde prosperó por varias generaciones antes de desaparecer por completo. Debido a ésta especulación (en éste caso meramente novelesca), el libro ha sido criticado y polémico, al pretender sus detractores que el autor intenta justificar las teorías de la supremacía racial blanca, como hicieron algunos arqueologos, claramente manipulados por intereses políticos, en Sudafrica y Rhodesia (actual Zimbawe), de donde es originario Wilbur Smith.

La segunda parte, relata los últimos momentos de esta civilización que, gracias a su cultura, su tecnología y sus conocimientos se transforman en potencia para luego desaparecer por segunda vez en la historia. Es aquí, cuando empieza a mostrarse claramente un paralelismo entre los personajes de la primera parte del relato (Sudafricanos blancos de los años 60), con los de la segunda (El rey blanco, su gran sacerdote y demás personajes que fluctuan a su alrededor). Éste es quiza el aspecto más fantástico del libro, pero que le da unidad al conjunto pese a tratarse, como hemos dicho antes, de dos libros totalmente diferenciados encuadrados en un solo volumen.

Ambas historias están plagadas de información sobre la cultura púnica, sobre las culturas y políticas africanas, sobre los bosquimanos, sobre la fauna de la región y en cierta forma explica por qué siempre se derramó sangre en esa zona del planeta.

En definitiva, aventura en estado puro, pero bien escrita y sobre todo muy instructiva, respecto a un territorio y una epoca totalmente desconocidas para la gran mayoría del público.

ACTUALMENTE LEYENDO:  LA FLECHA NEGRA (Robert Louis Stevenson)