jueves, 26 de junio de 2014

PALIDO CRIMINAL (Philip Kerr)



EL AUTOR

Philip Kerr (Edimburgo, Escocia, 1956) es un escritor británico.

Estudió en la universidad de Birmingham y obtuvo un máster en leyes en 1980; trabajó como redactor publicitario para varias compañías, entre ellas Saatchi & Saatchi, antes de consagrarse definitivamente a la escritura en 1989 con Violetas de Marzo (March Violets), obra con la que inició una serie de thrillers históricos ambientados en la Alemania nazi conocida como "Trilogía berlinesa" (también llamada "Berlin Noir"), protagonizada por el detective alemán Bernhard "Bernie" Gunther.



El resto de su obra suele ser novela negra o policíaca, y se ambienta en distintas épocas, incluso futuras, como por ejemplo Una investigación filosófica (A Philosophical Investigation). En 2009 obtuvo el III Premio RBA de Novela Negra, el de mayor dotación de su especialidad (125.000 euros), por Si los muertos no resucitan, cuya historia transcurre en un Berlín en pleno apogeo del nazismo, poco antes de las Olimpiadas y la II Guerra Mundial. Este título forma parte de la "serie Bernie Gunther".

Además de escribir para el Sunday Times, Evening Standard y New Statesman, ha publicado novelas orientadas al público juveniles, firmadas bajo el nombre de P. B. Kerr, en la serie "Los hijos de la lámpara" (Children of the Lamp), como El enigma de Akenatón, La Djinn Azul de Babilonia o La cobra rey de Katmandú.

Vive en Londres con su mujer, la escritora Jane Thynne, y sus tres hijos.

EL LIBRO

  • Nº de páginas: 336 págs.
  • Encuadernación: Tapa blanda
  • Editoral: RBA LIBROS
  • Lengua: CASTELLANO
  • ISBN: 9788498676655



  • Pálido criminal es una novela del autor escocés Philip Kerr. Segunda de una trilogía conocida como Berlin Noir protagonizada por el detective privado Bernhard "Bernie" Gunther en el Berlín del apogeo y declive nazi. En 2006 el autor retomó la serie añadiendo nuevas novelas.

    Berlín 1938. Bernie Gunther es un detective privado, ex-policía de la Kripo, especializado en la localización de personas desparecidas, sobre todo judíos; un trabajo bastante lucrativo en una Alemania pre-bélica. Años atrás, en el frente turco durante la I Guerra Mundial, Gunther consiguió la Cruz de Hierro y más tarde, en su etapa como policía, obtuvo cierta notoriedad cuando resolvió el caso de un estrangulador llamado Gormann.

    En Pálido criminal Bernie Gunther, pese a su nula simpatía por los nazis, es obligado por el general de las SS Reinhard Heydrich a reincorporarse a la Kripo con la misión de dar caza a un psicópata que ha violado, torturado y asesinado a varias adolescentes arias. Bajo el mando de su amigo el Kriminaldirektor Arthur Nebe y con el grado de Comisario, Gunther regresa a una policía cada vez más cercana a la Gestapo e inicia una investigación contrarreloj para evitar que el asesino siga matando. Pero la investigación se complicará cuando en la misma se vean involucrados varios miembros relevantes de las SS interesados por el ocultismo que tienen un especial odio a los judíos, como Otto Rahn, Karl Maria Wiligut o el mismísimo Heinrich Himmler.

    Un odio que se materializará en la noche del 9 al 10 de noviembre de 1938, la conocida como Noche de los Cristales Rotos.

    IMPRESION PERSONAL

    Pálido criminal es la segunda entrega de la trilogía Berlín Noir que, como no podía ser de otra forma, mantiene las señas de identidad que Philip Kerr creó en Violetas de marzo. En esta nueva aventura, el detective Bernie Gunther comienza indagando el chantaje al hijo de una editora de éxito para terminar involucrado en los juegos de poder dentro de las SS. Unos manejos que le llevarán a reincorporarse a la Krippo, el cuerpo policial que abandonó años antes, para investigar el asesinato de varias adolescentes de apariencia aria a manos de un asesino en serie que tiene desconcertados a sus “nuevos” compañeros, oxidados a la hora de realizar el trabajo policial más delicado. Ese que no incluye las palizas sistemáticas a los sospechosos habituales o la creación de pruebas para inculpar a los judíos.

    Escaparates rotos de comercios judíos en Berlin, la noche de los cristales rotos (1938)


    Pálido criminal es una novela bastante más convencional que Violetas de marzo. No es únicamente cuestión de que el personaje ya fuera presentado entonces y no ofrezca rasgos nuevos más allá de su habitual ingenio en los diálogos. O que el escenario ya esté bien delimitado. El lugar por donde se despliega la trama es, desde todos los puntos de vista, mucho más estereotipado y salvo en los casos puntuales donde se distancia del imaginario colectivo, caso de las páginas que se desarrollan en Nuremberg investigando a Julius Streicher, creador del libelo Der Stürmer, o la participación de figuras menos conocidas del régimen nazi como Otto Rhan o Karl Maria Weisthor, todo transcurre por donde era de esperar. De ahí que su lectura sea un tanto rutinaria. Aunque dada la buena mano de Kerr para la narración y la caracterización de personajes a través de los diálogos, es igual de agradable que Violetas de marzo.

    En Violetas de Marzo teníamos al Gunther detective privado. Eso siempre te da una cierta libertad a la hora de moverte. De hecho los autores suelen escoger antes a un detective que a un policía basándose precisamente en la libertad de movimientos que te aporta el estar fuera de la ley. Gunther ya había trabajado para la policía, pero la había dejado. Pero circunstancias de la vida le obligan a trabajar de nuevo para la Kripo (Kriminalpolizei).
     
    La trama comienza con una mujer, Frau Lange, reclamando los servicios de Gunther como investigador privado. Está siendo objeto de una serie de chantajes para tapar la homosexualidad de su hijo. Unas cartas muy comprometedoras con el doctor Kindermann revelan este terrible secreto, terrible porque podrían condenarlo hasta por 10 años en un campo de concentración. Recordemos que este tipo de inclinaciones estaban consideradas como enfermedades mentales hasta 1990. Sí, sí, 1990.
     
    Heinrich Himmler (izquierda) y Reinhard Heydrich (derecha) primer y segundo jefe respectivamente de las SS y policía nazi
     
     
    Tras una serie de desafortunadas circunstancias Bernie se queda sin compañero de investigación, Bruno Stahlecker, y él termina con sus huesos trabajando para la Kripo. Le necesitan porque hay una serie de asesinatos que pueden llegar a alertar a la población: varias muchachas han aparecido asesinadas y no saben muy bien por dónde investigar el caso. La pista más clara que poseen es que quizá se trate de una especie de venganza judía sobre los alemanes...
     
    Estamos en 1938. En 1938 Alemania invade Austria, anexiona los Sudetes, se expulsa a los judíos alemanes de Alemania y Polonia se niega a aceptarles dentro de sus fronteras (llevándoles como "solución" a campos de concentración para reubicarles) y toda esta crispación termina con la Noche de los Cristales Rotos. La noche del 9 al 10 de noviembre se realizó un ataque masivo contra los judíos, sus negocios y sus sinagogas, dejando devastados más de 7.000 negocios judíos.

    Os refresco todo esto porque la trama de la novela nos guía precisamente hacia esa fecha, mostrando el ambiente de cólera en Berlín en esos meses, la intolerancia sin justificación por lo diferente, la manipulación de la información para justificar la barbarie... Como bien nos muestra Kerr, no todo era blanco o negro en el Berlín nazi, no todo el mundo estaba a favor de las masacres que se llevaron a cabo, pero en muchas ocasiones no les quedaba otra solución que mirar para otro lado, o minimizar los daños pero sin llamar demasiado la atención. 
     
    Desfile nacionalsocialista en las calles de Núremberg, 1938
     

    Lo mejor de la trama es que introduce a grandes personajes históricos para ubicarte, y para aportar mayor realismo a la historia, para que siempre te quede la duda de hasta donde llega la documentación y hasta donde la imaginación. Se aprecian cambios ya en Gunther, más harto del tiempo que le está tocando vivir, de la manipulación y las mentiras, de la violencia y el engaño. Y por lo que he oído de las siguientes entregas, esto no es más que el principio. La tensión sexual también es mucho más elevada. De las pocas mujeres que llega a rodearse nos da detalles acerca de cómo se siente con ellas cerca, cómo de despiertan sus instintos más básicos. La imagen de la femme fatale en estado puro. 

    Solo le encuentro un pero, y es la resolución de una trama que se arrastraba de la primera entrega. Un recurso muy utilizado en las trilogías, y que yo personalmente odio, pero que entiendo que se use para enlazar las distintas novelas. Me ha resultado un tanto precipitado y poco claro, dando pocas explicaciones al igual que hizo en la primera entrega. Desde mi punto de vista, esta conexión sobraba. No te pierdes si no has leído la anterior novela, y tampoco crea una conexión tan potente entre ambas.

    Pero a pesar de este pequeño pero, la novela es brillante, con geniales diálogos y una trama con giros que no te esperas. Sin grandes florituras, muy bien escrita, y perfectamente hilada con la historia del momento. Un placer de novela.

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