EL AUTOR
Escritor, traductor y poeta chino, Qiu Xiaolong reside actualmente en los Estados Unidos tras el constante hostigamiento y censura de las autoridades chinas debido a sus posición política tras las protestas de Tiananmen.
Xiaolong es conocido principalmente por sus novelas de género negro y criminal, ambientadas habitualmente en el Shanghai de mediados de los años 90, uno de los momentos más convulsos de la China contemporánea. Su personaje principal es el inspector jefe Chen Cao.
A lo largo de su carrera ha recibido premios como el Anthony a mejor Primera Novela en 2001. De entre su obra habría que destacar títulos como Muerte de una heroína roja, Seda roja, El caso Mao o El crimen del lago.
EL LIBRO
Muerte de una heroína roja es mucho más que una historia de detectives. Es un elegante retrato de la verdadera vida en la China hoy. llena de contrastes y contradicciones, dividida entre las tentaciones capitalistas y la hegemonía tambaleante del Partido. Una radiografía sutil de la China de la transición, captada a través de una multitud de historias particulares, y una apasionante inmersión en la historia, la cultura, la tradición poética y gastronómica, y la vida cotidiana de la sociedad china.
IMPRESIONES
Un viernes de mayo de 1990, Gao Ziling, capitán de la patrullera Vanguardia, sale a pescar con un amigo al que no veía desde la época del instituto. De regreso, en el canal Baili, a unos treinta kilómetros al oeste de Shanghai, algo impide el avance de la patrullera. Cuando Gao se lanza al agua para ver qué le ocurre a la hélice, descubre una gran bolsa de plástico negra y, en su interior, el cadáver de una joven desnuda. El capitán Gao avisa de inmediato a la policía y, casualmente, atiende su llamada el subinspector Yu, quien trabaja a las órdenes del inspector jefe Chen. Éste, recién ascendido y tras estrenar piso, no tardará en descubrir que la joven, empleada de los grandes almacenes Número Uno de Shanghai, era una trabajadora modélica cuya entrega a la causa del Partido la convirtió en una celebridad. Ahora debe investigar qué se oculta detrás de la muerte de esa «heroína roja».
Aparece en escena el inspector jefe Chen Cao, un policía totalmente fuera de lo común, más interesado en la poesía y en la cultura que en su propia carrera policial y política, rodeado de una maravillosa galería de personajes secundarios con muchos matices y que prometen tener su recorrido en las próximas entregas dedicadas a este detective. Con un personaje que me llama poderosísimamente la atención, que es el chino de ultramar, que tiene poco recorrido en este libro pero al que le veo muchísimo potencial para darnos grandes momentos en el resto de las novelas de la Serie del Inspector Jefe Cao.
Templo de los Dioses de la ciudad de Shanghái, en los jardines yuyuan
Y es entonces cuando descubrimos que Qiu Xialong está utilizando a su alter ego Chen Cao para hablarnos de la sociedad china de comienzos de la década de los 90, para descubrirnos los profundos cambios que se produjeron en este país en muy pocos años, y que hicieron que toda una generación viviera a caballo entre la tradición y los recuerdos de la Revolución Cultural y la llegada de aires nuevos de Occidente. Una época completamente convulsionada en este país, que acaba de vivir uno de los grandes momentos de la historia, y es en este choque entre culturas e ideas donde se desarrolla la historia.
Evidentemente hay mucho de la vida de Qiu Xialong en esta novela, el autor es profesor de literatura anglo-americana, y también fue traductor al chino de algunos autores occidentales, igual que nuestro protagonista. Además su padre fue víctima de los Guardias Rojos de la Revolución Cultural de 1966 así que podemos descubrir fácilmente los puntos autobiográficos de la novela.
Una historia en la que nos encontramos a un policía recién ascendido en el que el aparato político tiene puestas muchas esperanzas en su posible carrera política, más esperanzas que incuso el propio Cao, que forma equipo con Yu Guangming, un compañero más apegado a las tradiciones chinas y con el que tendrá que encontrar el modo de colaborar dada su distinta manera de ver las cosas. Las mujeres también tendrán gran importancia en la vida de Cao, tanto un amor del pasado que volverá a su vida en el momento que más la necesita, como una joven reportera que nos mostrará lo complicado de las historias amorosas en la sociedad china del momento.
Centro Comercial de la ciudad de Shanghai
Así que durante el libro seguimos a este inspector joven e idealista en un recorrido por la historia, la geografía, las costumbres e incluso la gastronomía del país, con un objetivo claro para el personaje, resolver el caso de la muerte de Guan Hong Ying, una trabajadora ejemplar y miembro del aparato político, con el que chocara continuamente al intentar esclarecer el caso.
La novela ha sido galardonada con el Premio Anthony a la mejor primera novela y ha sido finalista del Premio Edgar, este reconocimiento no es extraño, ya que con Qiu Xialong nos encontramos con una de las mayores esperanzas de la novela negra, con una narrativa ágil, capaz de hacer que nos interesemos tanto por un poema chino como por una receta de pollo o por cómo se debe tomar el té en cada situación.
Si le tengo que sacar algún pequeño pero a la novela es que quizás hay un momento clave para la resolución del caso que me parece un tanto cogido con pinzas, demasiado facilón diría yo, y que no acaba de cuadrar con el método del resto de la investigación, pero esto queda absolutamente compensado con la inteligentísima resolución que le da Xiaolong al caso, con total coherencia con lo que nos ha ido contando sobre la sociedad china pero descubriéndonos a un Inspector Jefe Chen Cao que va a dar mucho que hablar.
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