martes, 26 de febrero de 2013

LIBROS QUE HE LEIDO;: ABSALOM, ABSALOM (William Faulkner)



EL AUTOR

William Faulkner (New Albany, Misisipi, 25 de septiembre de 1897 - Byhalia, 6 de julio de 1962) fue un narrador y poeta estadounidense. Su verdadero apellido era Falkner, que cambió por motivos comerciales. En sus obras destacan el drama psicológico y la profundidad emocional, utilizó para ello una larga y serpenteada prosa, además de un léxico meticuloso. Nobel de Literatura del año 1949.

Como otros autores prolíficos, sufrió la envidia y fue considerado el rival estilístico de Hemingway (sus largas frases contrastaban con las cortas de Hemingway). Es considerado el único probable modernista estadounidense de la década de 1930, siguiendo la tradición experimental de escritores europeos como James Joyce, Virginia Woolf y Marcel Proust, y conocido por su uso de técnicas literarias innovadoras, como el monólogo interior, la inclusión de múltiples narradores o puntos de vista y los saltos en el tiempo dentro de la narración. Su influencia es notoria en la generación de escritores sudamericanos de la segunda mitad del Siglo XX. García Márquez en su Vivir para contarla y Vargas Llosa en El pez en el agua, admiten su influencia en la narrativa, algo que al leerlos emerge más que como una influencia: son sus discípulos.



Nació en New Albany, un pueblo en el estado de Mississippi,aunque se crió en las cercanías de Oxford (Misisipi), lugar al que se trasladó la familia en 1902. Era el mayor de cuatro hermanos de una familia tradicional sureña formada por Murry Cuthbert Falkner (1870 – 1932) y Maud Butler (1871 – 1960). Estuvo muy influido por su Estado natal, así como por el ambiente general del Sur. Misisipi marcó su sentido del humor y mantuvo una fuerte presencia a lo largo de toda su obra, en la que el carácter típico sureño, fue una constante, y que junto a la atemporalidad de sus temas, marcarían la base de todas sus recreaciones literarias.

En 1915, dejó los estudios y empezó a trabajar en el banco de su abuelo. Durante la I Guerra Mundial ingresó como piloto de la R.A.F. (Real Fuerza Aérea Británica). Cuando regresó a su ciudad, entró como veterano en la Universidad de Misisipi, aunque volvió a dejar los estudios: esta vez fue para dedicarse a escribir. Durante esa época realizó trabajos como pintor de techos, o cartero en la Universidad de Misisipi (de donde lo echaron por su costumbre de leer revistas antes de entregarlas), y publicó su primer y único libro de poemas: The Marble Faun (1924).

A partir de 1921, Faulkner trabajó como periodista en Nueva Orleans y conoció al escritor de cuentos estadounidense Sherwood Anderson, que le ayudó a encontrar un editor para su primera novela, La paga de los soldados (1926).

Pasó una temporada de viaje por Europa. A su regreso comenzó a escribir una serie de novelas ambientadas en el condado ficticio de Yoknapatawpha (inspirado en el condado de Lafayette, Misisipi), donde transcurren gran parte de sus escritos, y del cual hace una descripción geográfica y traza un mapa en ¡Absalón, Absalón! (1936). Allí puso a vivir a 6.928 blancos y 9.313 negros, como pretexto para presentar personajes característicos del grupo sudista arruinado del cual era arquetipo su propia familia. La primera de estas novelas es Sartoris (1929), en la que identificó al coronel Sartoris con su propio bisabuelo, William Cuthbert Falkner, soldado, político, constructor ferroviario y escritor. Después aparece El ruido y la furia (1929), que confirmó su madurez creativa y da comienzo a su etapa más fértil desde el punto de vista artístico.

En general, la crítica identifica El ruido y la furia, Mientras agonizo (1930), Luz de agosto (1932), ¡Absalón, Absalón! y El villorrio (1940) como sus novelas más importantes. El periodo más inspirado de la obra de Faulkner se cierra con la colección de cuentos ¡Desciende, Moisés! (1942), que incluye una de sus máximas creaciones, el cuento largo "El oso".

En 1929 contrajo matrimonio con Estelle Oldham, decidió establecer su casa y fijar su residencia literaria en el pequeño pueblo de Oxford.

A pesar de la buena aceptación de los lectores de sus obras, tan sólo se vendió bien Santuario (1931). Sus temas del mal y la corrupción continúan siendo relevantes en la actualidad. La secuela del libro, Requiem for a Nun, es la única obra de teatro que publicó. La introducción es una única frase que abarca unas cuantas páginas. Debido al éxito de Santuario logró trabajo, bastante más lucrativo, como guionista de Hollywood.

En 1946, el crítico Malcolm Cowley, preocupado porque Faulkner era poco conocido y apreciado, publicó The Portable Faulkner, libro que reúne extractos de sus novelas en una secuencia cronológica.

Es considerado uno de los creadores de ficción más importantes de las letras del siglo XX, a la altura de Marcel Proust, Franz Kafka y James Joyce. Su influencia en la literatura radica tanto en aspectos técnicos (como su desarrollo del monólogo interior, el multiperspectivismo, la oralidad de la narración, un manejo no cronológico del tiempo en el relato) como temáticos (la decadencia de una familia, el fracaso, la creación de un territorio de ficción propio en el que radicar un ciclo de relatos, la obsesión con la historia, la combinación de localismo y universalidad). Faulkner influiría en gran medida en autores posteriores en español, como Juan Rulfo, Juan Carlos Onetti, Juan Benet, Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa o Juan José Saer. Jorge Luis Borges tradujo Las palmeras salvajes.

Faulkner fue conocido y señalado en público por su alcoholismo.

Escribió tanto novelas como cuentos hasta su muerte en Oxford, el 6 de julio de 1962.

EL LIBRO

William Faulkner cuenta en "Absalom, Absalom!" la historia de la familia Sutpen, antes de la Guerra de Secesión, durante ella y después de ella en el imaginario condado de Yoknapatawpha, en Mississippi. La historia es narrada por cuatro personajes, directa e indirectamente relacionados con los Sutpen: Rosa Coldfield, Shreve, Quentin Compson y su padre. Estos cuatro narradores intentan reconstruir los trágicos acontecimentos que rodearon a la familia Sutpen y que acabaron con la progresiva destrucción del patrimonio y la dinastía que había creado Thomas Sutpen en el idílico Sur, de la cultura de la plantación y de la esclavitud y que se vio súbitamente truncada por la Guerra Civil estadounidense.



Esta obra enigmática, ambigua, paradójica y de gran complejidad técnica gira alrededor del racismo, el amor, la venganza y el honor en el contexto histórico y cultural de la época de la esclavitud y las plantaciones de los grandes terratenientes del sur y la Guerra de Secesión (1861-1865), que acabó con todo ello. Pero el verdadero significado de "Absalón, Absalón" reside en los límites del conocimiento humano y la inexistencia de la verdadera objetividad. Todo ello lo representan los cuatro narradores, que intentan reconstruir una historia de la que desconocen gran parte de los hechos

IMPRESION PERSONAL

Lo que principalmente se observa en este libro es su inaccesibilidad. En cualquier clasificación (decente) de las novelas más difíciles de leer está situada en tercera o cuarta posición, solo por detrás de Ulises y Finnegans Wake, ambas de Joyce y por supuesto, La Montaña Magica, de Thomas Mann.

Es una posición merecida. Más compleja y de tecnica más elaborada que El ruido y la furia, presenta un reto para cualquier lector. No se trata de un libro que pueda leerse con la televisión de fondo o incluso en el metro o autobús. Requiere concentración plena. Absoluta. Dedicación en cuerpo y alma durante todos los días que se dediquen a su lectura. Puedo decir sin vergüenza que he sufrido para leerla, y he tenido que releer páginas enteras, una y otra vez. Aún así, cuando terminas de leerla, te quedas con la sensación de que no has digerido el contenido de la obra en su totalidad, evidentemente requiere relectura.

William Faulkner cuenta en Absalom, Absalom! la historia de la familia Sutpen, antes, durante, y después de la Guerra de Secesión en el imaginario condado de Yoknapatawpha, en Mississippi. La historia es narrada por cuatro personajes, directa e indirectamente relacionados con los Sutpen, Rosa Coldfield, Shreve, Quentin Compson y su padre. Estos cuatro narradores intentan reconstruir los trágicos acontecimentos que rodearon a la familia Sutpen y que acabaron con la progresiva destrucción del patrimonio y la dinastía que había creado Thomas Sutpen en el idílico Sur, de la cultura de la plantación y de la esclavitud y que se vio súbitamente truncada por la Guerra Civil estadounidense.

Esta obra enigmática, ambigua, paradójica y de gran complejidad técnica gira alrededor del racismo, el amor, la venganza y el honor en el contexto histórico y cultural de la época de la esclavitud y las plantaciones de los grandes terratenientes del sur y la Guerra de Secesión (1861-1865) que acabó con todo ello. Pero el verdadero significado de Absalón, Absalón reside en los límites del conocimiento humano y la inexistencia de la verdadera objetividad, todo ello lo representan los cuatro narradores, que intentan reconstruir una historia de la que desconocen gran parte de los hechos.


Mansion en el Condado de Lafayette, donde vivio Faulkner y en el que se inspiro para su novela


¡Absalón, Absalón!, la historia de la perturbada ambición de Thomas Sutpen y la tragedia con la que culmina la envenenada relación de ultrajes, incestos, ciegos prejuicios, honor corrupto, recelos racistas y sangre derramada entre Sutpen, sus hijos legítimos, Henry y Judith, y su hijo repudiado, Charles Bon, una trama laberíntica e inspirada en el episodio bíblico de Samuel, 2: 13-19 –que cuenta cómo Absalón, hijo de David, mata a su hermano Amnón por haber forzado a su hermana Tamara– regresa al estilo polifónico de las narraciones apócrifas contrapuestas en un texto convertido en palimpsesto, los monólogos interiores tejidos con anacolutos y una sintaxis desquiciada por las sinuosidades del pensamiento y la presencia de estructuras codificadas como versículos bíblicos, cartas, fórmulas de la novela negra o el folletín victoriano o sermones, las dilatadas elipsis y las subversiones temporales que desplegó de forma extraordinaria en El ruido y la furia (1929). Por el texto enmarañado de voces trenzadas en el tiempo por narradores confusos que hablan y piensan a la vez, que en ocasiones transcriben la oralidad y con frecuencia se abandonan a la verborrea y a una oratoria nacida de un doble mecanismo de digresión y contradicción, por ese texto hipertrofiado (“siendo así que la tía una noche se deslizó por el canalón del desagüe... de modo que asunto concluido: que luego su padre se encerró en el desván [...], así que asunto concluido [...]; así pues, que ella tenía también razón en lo referente al padre...”, p. 226), y trufado de jergas (“¿Susté Rosie Coldfield? Pos más vale que se venga pallá. Henry sacargao a ese menda, al cabrón del francés. Loa dejao más tieso cun filete”, p. 166), y de ecos que construye Faulkner aquí sólo cabe avanzar, como señala David Dowling (William Faulkner, MacMillan, Londres, 1989), “como avanzaríamos en la jungla, cortando la maleza con un machete mientras vemos que a nuestra espalda ya se cierra de nuevo el camino, sintiéndonos ahogados en un exuberante hábitat de modificadores, oraciones de relativo, frases parentéticas, perífrasis”, ambigüedades, yuxtaposiciones, cambios ortotipográficos que revelan otros tantos cambios de voz o de punto de vista, abruptas y laberínticas hipotaxis (“Y así lo que tal vez estaba haciendo a la hora del crepúsculo (pues supo que Sutpen había regresado [...]) en el jardín mientras paseaba con Judith [...] (y Judith pensando en todo ello como pensaba en aquel primer beso del verano anterior: Así que es eso. Eso es el amor [...]); así, acaso lo que estaba haciendo era tan solo esperar, decirse Quizá todavía mandará llamarme [...]”, p. 421), y otras violentas especies lingüísticas que nos asaltan cuando tratamos de recapitular y de hacernos con la trama de Sutpen, de su megalómana mansión, de los inhóspitos páramos del espíritu que atraviesan él y su infortunada familia (“la conciencia moral es la maldición que el hombre tuvo que aceptar de los dioses para que le dieran el derecho a soñar”, declaró Faulkner en su entrevista a The Paris Review), y del asesinato de Bon a manos de su hermano Henry, una trama urdida por los discursos amalgamados de la señorita Rosa, cuñada de Sutpen, de su vecino el señor Compson, del hijo de éste, Quentin, y de su compañero en Harvard, Shreve, que recuerdan, imaginan y conjeturan a un mismo tiempo, generando una espiral de distintas y equívocas versiones que dificultan el establecimiento de un relato avalado por algún principio de autoridad, pero que a la vez permiten que el lector penetre en el detectivesco e inquietante microclima moral creado por Faulkner en esta obra maestra en la que relato, acción, personajes, trama y peripecia parecen destinados a desaparecer por el desaguadero del lenguaje. Está aquí el mejor Faulkner del modernism, el que escribe pensando en el proceso de la escritura misma y no tanto en el producto de la historia que escribe. Disfrute el lector avanzando en la jungla textual sin miedo a no poder retroceder, pues es el placer de la aventura del trayecto, y no la satisfacción de la llegada, lo que Faulkner espera que experimente. ¡Absalón, Absalón! responde a una retórica circular en la que ni existe inicio ni existe final, y en la que de nada sirve esperar que las viejas leyes de la causa y el efecto y de la lógica acudan en nuestra ayuda. Como señala Vargas Llosa (La verdad de las mentiras. Ensayos sobre literatura, Seix-Barral, 1990) a propósito de la manipulación de los datos de la historia por parte de sus narradores en el estilo faulkneriano, “toda novela se compone de datos visibles y de datos escondidos. El narrador nunca nos lo dice todo, y a veces nos despista: revela lo que un personaje hace pero no lo que piensa o al revés. Así, la historia se va iluminando y apagando”. No traten de ordenar el texto para entenderlo, piérdanse en su maraña y lo entenderán de verdad, advierte Faulkner en imaginarias notas al pie. Háganle caso, lean así ¡Absalón, Absalón! y disfrutarán del texto sagrado y de su traducción
 
¡Absalom, Absalom! no es una buena novela para empezar a conocer a Faulkner. Estáis avisados. Se debe llegar a ella como horizonte, como meta. Si me pedís una recomendación, quizá el mejor libro para entrar en el mundo del maestro sea Los invictos. Después, recomendaría un  itinerario de varias lecturas (El villorio, Las palmeras salvajes) para continuar con otra de las cimas de Faulkner: El ruido y la furia. Por último, atacaría  Sartoris y terminaría con ¡Absalom, Absalom!.

Tratar de reseñar a William Faulkner como se merece está fuera de mis capacidades. Simplemente, no tengo palabras. Tras leer tres o cuatro páginas de casi cualquiera de sus novelas se aprecia no solo la superior maestría de su lenguaje, sino la inmensidad de su universo.

¡Absalom, Absalom! es una de las obras cumbre de la literatura universal, a la vez que una de las más inabordables.

ACTUALMENTE LEYENDO:  EL PRINCIPE (Federico Andahazi)

lunes, 18 de febrero de 2013

LIBROS QUE HE LEIDO: EL INFORME DE JUDEA (Stephen Dando-Collins)



EL AUTOR

Stephen Dando Collins es un escritor e historiador australiano, nacido en Launceston,Tasmania.
Es autor de más de una docena de libros sobre la Roma antigua, la historia de Inglaterra, Estados Unidos y su Australia natal. En España se han publicado dos de sus libros, La maldición de los césares, publicada también con el título Historia criminal del Imperio romano (Blood of the Caesars, 2008) y El informe de Judea (The inquest, 2005), que con Arde Roma, son fruto de un profundo conocimiento y años de documentación histórica.



Tras trabajar en un principio como diseñador gráfico y publicista en las principales agencias de publicidad antes de convertirse en alto directivo de este sector. Desde 1996 dedica todo su tiempo a la escritura y a la edición. El informe de Judea es fruto de un minucioso trabajo de documentación histórica que pone de manifiesto su profundo conocimiento de la Antigua Roma.. En 1996 decidió retirarse al Valle de Tamar, su lugar de nacimiento, para dedicarse por completo a la escritura.
EL LIBRO

El magistrado Julio Varo viaja hasta Judea cuarenta años después de la muerte de Jesús, con la peligrosa misión de demostrar que éste jamás resucitó. Su informe confidencial podría cambiar el curso de la historia. Tras su periplo investigatorio irá encontrando distintos personajes que avalarán su controvertido informe, aunque en las sombras se oculta un siniestro personaje empeñado en impedir la publicación del mismo...

Mientras Roma intenta controlar a un grupo de insurrectos judíos denominados "los nazareos",cuyo populismo amenaza la integridad de Imperio, el poder romano abre una investigación que podria acabar con este movimiento fomentando la duda en torno a los pilares que lo sustentan. La muerte y resurrección de Jesucristo es la base del dogma de fe que mueve a estos nazareos, si se desmonta la resurrección de Jesús ¿qué les queda?.
La ardua tarea de investigación no es fácil, dado que la mayoria de los testigos han
muerto cuarenta años atrás o son tan mayores que sus memorias flaquean,sin contar con los interesados porque el informe nunca llegue a Roma. Pero Julio Varo acompañado de un fuerte despliegue militar, no cejará en el empeño de desarrollar su labor de investigación y está dispuesto de llegar hasta el final y esclarecer si la resurrección de Jesús fue obra del poder divino o una conspiración para sustentar la veracidad de un mito.

Ruinas de la ciudad de Cesarea, capital de la provincia romana de Judea


IMPRESION PERSONAL

Nos encontramos ante una novela de ficción, aunque con solidos argumentos historicos. No es, strictu sensu, una novela histórica, ya que los personajes centrales son ficticios y los hechos relatados tampoco ocurrieron en realidad. Ello no obstante, el autor demuestra un profundo conocimiento del mundo romano, describiendo magistralmente la vida de una lejana colonia (Siria y Judea), en los primeros tiempos del Imperio Romano (Siglo I de nuestra era).

Asi pues, nos encontramos con un relato, que bien diseñado en cuanto a la trama detectivesca,  carece sin embargo de cualquier alarde estilístico de tipo literario. Parece más bien que nos encontramos ante una narración periodistica, con un lenguaje claro y escueto, sin mayores pretensiones literarias.

Los personajes están muy bien trazados, si bien son básicamente lineales, apenas hay evolución en los mismos. Especialmente destacable es, como se dijo anteriormente, la descripcion de la vida en una colonia romana en el siglo I, el dia a dia de las unidades militares y la vida civil.


Maqueta de la ciudad de Jerusalem en el siglo I


En cuanto al relato, propiamente dicho, ya se ha expuesto su contenido en la sinopsis. Se trata de una investigacion cuarenta años después de la muerte de Cristo, sobre la veracidad de la resurrección del mismo. Aqui, la imaginacion del autor se desata y tras un interesante recorrido por diversas ciudades de Judea e interrogatorio de los pocos testigos que quedan con vida, se llega a una conclusión lógica, aunque inverosimil historicamente. El mayor defecto del relato es que su final es muy precipitado y deja algunas lagunas para el lector.

En general un libro interesante, aunque sin mayores pretensiones, ni historicas ni literarias.

ACTUALMENTE LEYENDO:  ABSALOM, ABSALOM  (William Faulkner)

jueves, 7 de febrero de 2013

LIBROS QUE HE LEIDO: LOS FULARES ROJOS (Frederic Fajardie)



EL AUTOR

Frederic H. Fajardie es un autor y guionista francés, maestro del thriller y novelas de terror, nacido el 28 de agosto 1947 en París y murió el 1 de mayo de 2008 en París.

Fajardie creció en la librería de su padre en París,  escribiendo muy joven numerosas novelas y cuentos cortos. A la edad de dieciséis años, el marxismo se convierte en la marca de su vida. En 1968, adquirió las ideas de izquierda, hizo campaña por la Izquierda proletaria en el mes de mayo de 1968, quiere ser el primer militante "comprometido" en escribir novelas policiales.

Publicó su primera novela, Campo Negro cebolla, en agosto de 1979, es una adaptación muy libre de la Orestíada, un mito de la Grecia antigua. Es el origen de un nuevo género literario, neo-noir. Se reconoce en esa época por el crítico Max-Pol Fouchet.

A partir de 1986 comenzó a publicar novelas más clásicas, una colección llamada "blanca", pero continúa su trabajo en la novela. En 1989, fue reconocido por la crítica Renaud Matignon.



Etiquetas refractarios y guetos,  no le gusta el socialismo Mitterrand, en contra de lo que él escribió en 1993 Crónica de una solución política.

En 1998, fue reconocido por el crítico Bernard Frank y participa en el programa literario de la medianoche Circle.

Para Fajardie, el thriller la novela negra son la mejor manera de explorar la sociedad contemporánea.

En su obra, donde el espíritu caballeresco de sus personajes se opone a la mediocridad contemporánea, su izquierdismo político se combina con valores más nobles, tales como: el honor, la lealtad y la confraternización a menudo más allá de las oposiciones ideológicas o historia.

Sus obras, en sus ediciones publicadas  (una vez más por la Mesa Redonda), se ilustran mediante cubiertas diseñadas por Jean-Claude Claeys. Ellas recrean a la perfección el ambiente oscuro la violencia urbana y la desilusión que se mezclan en la obra de Fajardie


EL LIBRO

Mientras Luis XIV es aún menor de edad y Mazarino se hace cargo del gobierno de Francia, los burgueses de París se levantan en lo que se ha dado en llamar La Fronda, que obligó a la alta nobleza a huir de París.En esta arrebatadora novela, Fajardie recrea esta época centrándose en el grupo de siete hombres comandados por Loup de Nissac que se ponen al servicio de la corona para llevar a cabo todo tipo de sabotajes contra los rebeldes. Duelos, anagnórisis, escenas brutales, misterio, debates sobre táctica... todos los ingredientes de la novela de capa y espada se dan cita en una auténtica modernización del género, que es al mismo tiempo una fiel reconstrucción de un episodio clave en la historia de Francia.
En agosto de 1648, el cardenal Mazarino es atacado en los pasillos del Palacio Real. Es salvado in extremis por el conde Loup de Nissac, general de artillería en el ejército de Condé, que llegó a dar informes. En diciembre, Mazarino le confia la misión de ser un espía en Paris para apoyar a la Reina Ana y a su hijo Luis XIV. Nissac debe espíar, incordiar al enemigo, robar para llenar las arcas de Mazarino ... y descubrir quien viola y desolla mujeres quemandolas en frente de las iglesias. Es la lucha de Mazarino contra la Fronda.


Luis XIV, durante su minoría de edad
Para esta tarea, Nissac sera ayudado por una docena de hombres y mujeres fieles que pronto recibiran el nombre de "los fulares rojos" y la del teniente Jerónimo Galand, uno de los pocos oficiales de policía que se mantiene leal a Mazarino y Nissac descubrira mas tarde, un aliado en su proyecto político ... revolucionario.

Nissac reunira su equipo con la ayuda de Sebastien Frontignac, teniente de artillería con conocimientos de la medicina y las profecías. Parte del equipo sera reclutado, entre los prisioneros del castillo de Tournelle que a cambio de perdonarle las penas lo ayudaran (un falsificador, un contrabandista, un actor...). Tambien tendra la ayuda de alto cargo jesuita.

El sabotaje, las misiones secretas, los duelos, las emboscadas, las tumbas profanadas, espionaje, citas, las traiciones, los secuestros, los tesoros desenterrados, que no falta nada, ni siquiera la lucha encarnizada entre dos deslumbrantes bellezas para ganar el corazón de Nissac.
La obra ha obtenido en Francia tres premios importantes: El Maisons de la Presse, el Paul Féval y el más prestigioso en el campo de novela histórica, el Jean d''Heurs. La crítica lo presentó como el Alejandro Dumas del siglo XXI y como el rival más serio de Arturo Pérez Reverte en el campo de la novela histórica de aventuras

Cardenal Giulio Mazarino

IMPRESION PERSONAL

Se trata, básicamente, de una novela de aventuras, del género denominado "de capa y espada". La obra está ambientada a mediados del siglo XVII en Francia, durante la minoría de edad de Luis XIV y el gobierno del cardenal Mazarino. Pese a que los personajes centrales son, obviamente, ficticios, en la obra tienen un papel protagonistas personajes históricos reales (El propio Luis XIV, Mazarino, el Principe de Condé, Gaston de Orleans, etc), lo cual hace que el autor no pueda dejar volar excesivamente su imaginación, y deba atenerse a los hechos históricos que realmente sucedieron aquellos años, durante la llamada Guerra de la Fronda.

De Fajardie se dice que es el nuevo Alejandro Dumas y es cierto que algo de ello se puede entrever en la novela. La historia es épica y real a la vez, los personajes son claros estereotipos de héroes y villanos de los clásicos de capa y espada y la historia es una sucesión de aventuras y tragedias, conspiraciones, duelos y enfrentamientos entre las siete espadas reunidas entorno al joven Luis XIV y el cardenal Mazarino, contra las tropas de la Fronda y un despiadado asesino en serie llamado “El Desollador”.


Principe de Condé, principal jefe militar de La Fronda

El protagonista sin lugar a dudas es Loup de Pomonne, conde de Nissac, heredero de una antigua casa noble de hombres de mar metido a teniente general de artillería, y uno de los héroes de guerra nacionales con un férreo sentido del honor, que será el encargado de formar a un grupo de élite “los fulares rojos” de hombres de dispar condición con variadas obligaciones, pero siempre leales al legítimo heredero al trono Luis XIV. Junto a Jerome de Galand, teniente de la policía criminal conjugará de manera excepcional las acciones en contra de la Fronda, como secuestros, asaltos y batallas, con la búsqueda de un asesino en serie de mujeres con crudas perversiones, mediante novedosos sistemas de investigación adelantados a su tiempo. Paralelamente el conde de Nissac vivirá su propia historia de amor con la bella Mathilde de Santheuil, sufriendo ambos las venturas y desventuras causadas por los vaivenes de un tiempo convulso de la historia de Francia.


Gaston de Orleans, tío de Luis XIV y uno de los principales cabecillas de La Fronda

La novela tiene ritmo y su lectura resulta muy ágil, si bien peca en general de dar demasiados saltos en pocas páginas pasando de una parte de la historia a otra, lo cual hace que te quedes con las ganas de continuar leyendo, pero también trocea en demasía la acción. Cada capítulo presenta una nueva hazaña de los fulares rojos, cada uno de los cuales con una marcada personalidad que hace imposible no prendarse de alguno de los teóricos secundarios que gozan de sus propios minutos de fama en la trama, marcando momentos épicos y en ocasiones tristemente trágicos. Es fácil engancharse con su lectura y al finalizar deja el regustillo de ser una novela entretenida, por lo que es digna de ser recomendada.

ACTUALMENTE LEYENDO:  INTIMIDADES DE LA HISTORIA (Carlos Fisas)