miércoles, 6 de junio de 2012

LIBROS QUE HE LEIDO: EL GENERAL EN SU LABERINTO (Gabriel García Marquez)

EL AUTOR



Gabriel José García Márquez  nació en Aracataca (Colombia) en 1928. Cursó estudios secundarios en San José a partir de 1940 y finalizó su bachillerato en el Colegio Liceo de Zipaquirá, el 12 de diciembre de 1946. Se matriculó en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Cartagena el 25 de febrero de 1947, aunque sin mostrar excesivo interés por los estudios. Su amistad con el médico y escritor Manuel Zapata Olivella le permitió acceder al periodismo. Inmediatamente después del "Bogotazo" (el asesinato del dirigente liberal Jorge Eliécer Gaitán en Bogotá, las posteriores manifestaciones y la brutal represión de las mismas), comenzaron sus colaboraciones en el periódico liberal El Universal, que había sido fundado el mes de marzo de ese mismo año por Domingo López Escauriaza.

      Había comenzado su carrera profesional trabajando desde joven para periódicos locales; más tarde residiría en Francia, México y España. En Italia  fue alumno del Centro experimental de cinematografía. Durante su estancia en Sucre (donde había acudido por motivos de salud), entró en contacto con el grupo de intelectuales de Barranquilla, entre los que se contaba Ramón Vinyes, ex propietario de una librería que habría de tener una notable influencia en la vida intelectual de los años 1910-20, y a quien se le conocía con el apodo de "el Catalán" -el mismo que aparecerá en las últimas páginas de la obra más célebre del escritor, Cien años de soledad (1967). Desde 1953 colabora en el periódico de Barranquilla El nacional: sus columnas revelan una constante preocupación expresiva y una acendrada vocación de estilo que refleja, como él mismo confesará, la influencia de las greguerías de Ramón Gómez de la Serna. Su carrera de escritor comenzará con una novela breve, que evidencia la fuerte influencia del escritor norteamericano William Faulkner: La hojarasca (1955). La acción transcurre entre 1903 y 1928 (fecha del nacimiento del autor) en Macondo, mítico y legendario pueblo creado por García Márquez. Tres personajes, representantes de tres generaciones distintas, desatan -cada uno por su cuenta- un monólogo interior centrado en la muerte de un médico que acaba de suicidarse. En el relato aparece la premonitoria figura de un viejo coronel, y "la hojarasca" es el símbolo de la compañía bananera, elementos ambos que serían retomados por el autor en obras sucesivas. 
     
En 1961 publicó El coronel no tiene quien le escriba, relato en que aparecen ya  los temas recurrentes de la lluvia incesante, el coronel abandonado a una soledad devastadora, a penas si compartida por su mujer, un gallo, el recuerdo de un hijo muerto, la añoranza de batallas pasadas y... la miseria. El estilo lacónico, áspero y breve, produce unos resultados sumamente eficaces. En 1962 reúne algunos de sus cuentos -ocho en total- bajo el título de Los funerales de Mamá Grande, y publica su novela La mala hora
     
Pero toda la obra anterior a Cien años de soledad es sólo un acercamiento al proyecto global y mucho más ambicioso que constituirá justamente esa gran novela. En efecto, muchos de los elementos de sus relatos cobran un interés inusitado  al ser integrados en Cien años de soledad. En ella, Márquez edifica y da vida al pueblo mítico de Macondo (y la legendaria estirpe de los Buendía): un territorio imaginario donde lo inverosímil y mágico no es menos real que lo cotidiano y lógico; este es el postulado básico de lo que después sería conocido como realismo mágico. Se ha dicho muchas veces que, en el fondo, se trata de una gran saga americana. Macondo podría representar cualquier pueblo, o mejor, toda Hispanoamérica: a través de la narración, asistimos a su fundación, a su desarrollo, a la explotación bananera norteamericana, a las revoluciones, a las contrarrevoluciones... En suma, una síntesis novelada de la historia de las tierras latinoamericanas. En un plano aún más amplio puede verse como una parábola de cualquier civilización, de su nacimiento a su ocaso. 
     
Tras este libro, el autor publicó la que, en sus propias palabras, constituiría su novela preferida:  El otoño del patriarca (1975), una historia turbia y cargada de tintes visionarios acerca del absurdo periplo de un dictador solitario y grotesco. Albo más tarde,  publicaría los cuentos La increíble historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada (1977), y Crónica de una muerte anunciada (1981), novela breve basada en un suceso real de amor y venganza que adquiere dimensiones de leyenda, gracias a un desarrollo narrativo de una precisión y una intensidad insuperables. Su siguiente gran obra, El amor en los tiempos del cólera, se publicó en 1987: se trata de una historia de amor que atraviesa los tiempos y las edades, retomando el estilo mítico y maravilloso. Una originalísima y gran novela de amor, que revela un profundo conocimiento del corazón humano. Pero es mucho más que eso, debido a la multitud de episodios que se entretejen con la historia central, y en los que brilla hasta lo increíble la imaginación del autor.
     
En 1982 le había sido concedido, no menos que merecidamente, el Premio Nobel de Literatura. Una vez concluida su anterior novela vuelve al reportaje con Miguel Littin, clandestino en Chile (1986), escribe un texto teatral, Diatriba de amor para un hombre sentado (1987), y recupera el tema del dictador latinoamericano en El general en su laberinto (1989), e incluso agrupa algunos relatos desperdigados bajo el título Doce cuentos peregrinos (1992). Nuevamente, en sus últimas obras, podemos apreciar la conjunción de la novela amorosa y sentimental con el reportaje: así en Del amor y otros demonios (1994) y Noticia de un secuestro (1997). Ha publicado también libros de crónicas, guiones cinematográficos y varios volúmenes de recopilación de sus artículos periodísticos: Textos costeños, Entre cachacos, Europa y América y Notas de prensa
     
Recientemente, la editorial Alfaguara ha publicado una completa biografía de Gabriel García Márquez, Viaje a la semilla, de Dasso Saldívar. Finalmente, a quien le interese la voz directa de García Márquez, podrá consultar el libro de entrevistas El olor de la papaya (1982). O, mejor aún, los sucesivos tomos que constituirían la extensa autobiografía del autor, Vivir para contarlo, (2002) cuyo ejercicio, según el propio García Márquez constituye, básicamente, una garantía para mantener "el brazo caliente" entre dos  novelas.


LA OBRA



El general en su laberinto es una novela del escritor colombiano y Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez. Se trata de una novela histórica que recrea los últimos días de Simón Bolívar, uno de los principales líderes de los procesos de independencia política desarrollados en América del Sur en el primer cuarto del siglo XIX.
Publicado en 1989, el relato se centra en el último episodio protagonizado por Bolívar: el viaje que le llevó de Bogotá a la costa caribeña de Colombia para intentar abandonar América y exiliarse en Europa.
En la novela, que se puede encuadrar en el subgénero narrativo de las novelas de dictadores, "la desesperanza, la enfermedad y la muerte inevitablemente superan al amor, la salud y la vida".[1] Rompiendo con la tradicional visión heroica de Bolívar, ofrece un retrato del libertador cercano al patetismo y subrayando los rasgos que acompañan a su prematura vejez: físicamente enfermo y mentalmente exhausto.[2] La novela explora los laberintos de la vida de Bolívar a través de la narración de sus recuerdos.
Luego del éxito de otras obras como Cien años de soledad y El amor en los tiempos del cólera, García Márquez decidió escribir sobre el Gran Libertador al leer una novela inacabada de su amigo Álvaro Mutis sobre Bolívar. Tomó prestado el escenario - el viaje de Bolívar por el Río Magdalena en 1830 - de Mutis. Tras dos años de investigaciones, que abarcaron las extensas memorias del ayuda de campo irlandés de Bolívar, Daniel Florencio O'Leary, así como muchos otros documentos históricos y consultas con académicos, García Márquez publicó su novela sobre los últimos siete meses de la vida de Bolívar.
La mezcla de géneros hace que El general en su laberinto sea difícil de clasificar, y los comentaristas están en desacuerdo respecto a dónde posicionarla en la escala entre la novela y el relato histórico. La inserción por García Márquez de elementos interpretativos y de ficción - algunos relativos a los momentos más íntimos de Bolívar - causó escándalo en ciertas partes de América Latina cuando la novela fue publicada. Muchas prominentes figuras latinoamericanas creían que la novela dañaba la reputación de uno de los personajes históricos más importantes de la región y presentaba una imagen negativa al mundo exterior. Otros vieron El general en su laberinto como un bálsamo para la cultura latinoamericana y un reto hacia la región para que se enfrentara a sus problemas

La idea inicial de escribir un libro sobre Simón Bolívar le vino a García Márquez a través de su amigo y también escritor colombiano Álvaro Mutis, a quien la novela está dedicada.[3] Mutis había empezado a escribir una novela llamada El último rostro sobre el viaje final de Bolívar por el Río Magdalena, pero nunca la terminó. En esos tiempos García Márquez estaba interesado en escribir sobre el Río Magdalena por conocer íntimamente la zona desde su niñez.[4] Dos años después de leer El último rostro, García Márquez le pidió permiso a Mutis para escribir una novela sobre el viaje final de Bolívar.[5]
García Márquez creía que la mayor parte de la información disponible sobre Bolívar era unidimensional: "Nadie dijo nunca en las biografías de Bolívar que el general cantaba o que estaba constipado... pero los historiadores no cuentan estas cosas porque creen que no son importantes."[6] En el epílogo de la novela García Márquez escribe que investigó para el libro durante dos años; la tarea fue difícil, en parte por su inexperiencia en llevar a cabo investigaciones históricas[7] y en parte por la falta de pruebas documentales sobre los acontecimientos del periodo final de la vida de Bolívar.
García Márquez investigó una vasta serie de documentos históricos, incluyendo las cartas de Bolívar, los periódicos del siglo diecinueve y los 34 tomos de las memorias de Daniel Florencio O'Leary. Consiguió la ayuda de varios expertos, entre ellos el geógrafo Gladstone Oliva, el historiador colombiano Eugenio Gutiérrez Celys, quien había escrito junto al historiador Fabio Puyo un libro llamado Bolívar Día a Día, y el astrónomo Jorge Perezdoval. García Márquez utilizó un inventario diseñado por Perezdoval para describir cuáles noches pasó Bolívar bajo una luna llena. García Márquez también trabajó en estrecho contacto con Antonio Bolívar Goyanes, un familiar lejano de Bolívar, durante la extensa edición del libro.


Simón Bolívar, en su madurez

Contexto histórico

La novela está ambientada en 1830, en la recta final de la primera campaña para asegurar la independencia de América Latina de España. Para estas fechas, la mayor parte de Hispanoamérica había ganado la independencia; sólo Cuba y Puerto Rico quedaban bajo el control español.
A las pocas décadas de la llegada de Cristóbal Colón a las costas de lo que hoy es Venezuela, en 1498, América del Sur había sido eficazmente conquistada por España y Portugal. Para principios del siglo diecinueve varios factores afectaban el control de España sobre sus colonias: la invasión de España por Napoleón en 1808, la abdicación de Carlos IV, la renuncia de Fernando VII a sus derechos de sucesión, y la puesta de José Bonaparte en el trono español.[9] Las colonias estaban prácticamente incomunicadas con España y la Revolución francesa y la Americana inspiraron a muchos criollos a sacar ventaja de la debilidad española. Como resultado, América Latina se vio dirigida por juntas independientes y auto-gobiernos coloniales.[10]
Los comienzos del siglo diecinueve vieron los primeros intentos de liberarse del control español, liderados en el norte de América Latina por Bolívar. Él y los movimientos independentistas ganaron numerosas batallas en Venezuela, Nueva Granada y los actuales Ecuador y Perú. Su sueño de unir las naciones hispanoamericanas bajo un único gobierno central fue casi alcanzado. Sin embargo, al poco tiempo de independizarse las colonias, en las capitales empezaron los problemas, y en algunas regiones chispearon las guerras civiles; Bolívar perdió a muchos de sus partidarios y enfermó. La oposición a su presidencia aumentó y en 1830, tras once años de gobierno, dimitió del cargo de presidente de la Gran Colombia.

Síntesis argumental

La novela está escrita en tercera persona con flashbacks relativos a eventos específicos de la vida de Simón Bolívar, "el General". Empieza el 8 de mayo de 1830 en Santa Fe de Bogotá. El General se está preparando para su viaje hacia el puerto de Cartagena de Indias, con la intención de dejar Colombia para ir a Europa. Luego de su dimisión como Presidente de la Gran Colombia, las gentes de los territorios liberados por él se le han vuelto en contra, garabateando graffitis anti Bolívar y tirándole basura. El General está ansioso por irse, pero tiene que recordarle al Vice Presidente electo, General Domingo Caycedo, que todavía tiene que recibir un pasaporte válido para dejar el país. El General deja Bogotá con los pocos oficiales todavía fíeles, incluido su confidente y ayuda de campo José Palacios. Al final del primer capítulo el General es llamado por su pleno título, General Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios, por única vez en la novela.
La primera noche del viaje, el General para en Facatativá con su séquito, que consiste en José Palacios, cinco ayudas de campo, sus secretarios y sus perros. Allí, como en el viaje que sigue, la pérdida de prestigio del General es evidente; los reveses de su fortuna lo sorprenden hasta a él mismo. Su enfermedad no identificada lo ha llevado a un deterioro físico que lo vuelve irreconocible y su ayuda de campo es constantemente confundido con el Libertador.
Tras muchos retrasos el General y su grupo llegan a Honda, donde el Gobernador, Posada Gutiérrez, ha organizado tres días de fiestas. En su última noche en Honda, el General vuelve tarde al campo y encuentra a una de sus viejas amigas, Miranda Lyndsay, esperándolo. El General recuerda que quince años antes ella supo de un complot para atentar contra su vida y lo salvó. A la mañana siguiente el General empieza el viaje por el Río Magdalena. Su debilidad física y su orgullo resultan evidentes mientras lucha con la cuesta hacia el muelle: necesitaría una silla de manos pero se niega a usarla. El grupo se queda una noche en Puerto Real, donde el General dice ver a una mujer cantando. Sus ayudas de campo y el vigilante llevan a cabo una búsqueda, pero no encuentran señal alguna de que hubiera una mujer en las proximidades.
El General y su séquito llegan al puerto de Mompox. Aquí los para la policía, que no reconoce al General. Piden su pasaporte, pero no tiene ninguno. Finalmente la policía descubre su identidad y lo escolta puerto adentro. La gente sigue creyéndolo Presidente de la Gran Colombia y prepara banquetes en su honor, pero estas fiestas son desperdiciadas a causa de su falta de fuerzas y de apetito. Tras varios días el General y su séquito parten rumbo a Turbaco.
El grupo pasa una noche insomne en Barranca Nueva antes de llegar a Turbaco. Su plan original era él de continuar hasta Cartagena al día siguiente, pero informan al General de que no hay buques disponibles con rumbo a Europa desde ese puerto y que su pasaporte no ha llegado aún. Durante su estadía en la ciudad, recibe una visita del General Mariano Montilla y algunos otros amigos. El deterioro de su salud se hace cada vez más evidente - uno de sus visitantes describe su rostro como él de un hombre muerto.[12] En Turbaco, al General se une el General Daniel Florencio O'Leary, del que recibe información sobre las maquinaciones políticas en curso: Joaquín Mosquera, nombrado sucesor como Presidente de la Gran Colombia, ha asumido el poder pero su legitimidad es todavía rechazada por Cartagena. El General recuerda que "su sueño empezó a derrumbarse el mismo día en que se cumplió".[13]
El General por fin recibe su pasaporte y dos días después parte con su séquito hacia Cartagena y la costa, donde se organizan nuevos festejos en su honor. En todo este tiempo es rodeado por mujeres pero está demasiado débil para tener relaciones sexuales. El General queda muy afectado cuando oye que su buen amigo, al que hubiera preferido como sucesor a la presidencia, el Mariscal de Campo Sucre, ha sido asesinado en una emboscada.
Uno de sus ayudas de campo le dice al General que el General Rafael Urdaneta se ha hecho con el gobierno de Bogotá, y que hay informes sobre manifestaciones y revueltas a favor de la vuelta de Bolívar al poder. El grupo del General viaja a la ciudad de Soledad, donde se queda durante más de un mes, mientras su salud sique declinando. En Soledad el General acepta por primera vez ver a un médico.
El General no deja nunca América del Sur. Termina su viaje en Santa Marta, demasiado débil para continuar y con sólo su médico y sus ayudantes más cercanos a su lado. Muere en la pobreza, sombra del hombre que libertó gran parte del continente.

Personajes

El General

El personaje principal de la novela es "el General", también llamado "el Libertador". García Márquez nombra sólo una vez a su protagonista como Simón Bolívar, la famosa figura histórica cuyo pleno título era General Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios, en quien está basado el personaje del General. La novela, retrato de un héroe nacional y latinoaméricano que reta los registros históricos oficiales, provocó escándalo en ciertos sectores al ser publicada.
Al principio de la novela el General tiene 46 años y muere lentamente en el transcurso de su último viaje hacia el puerto de Cartagena de Indias, desde donde planea embarcarse rumbo a Europa. Como nota Palencia-Roth, "Bolívar es retratado aquí no solamente como una víctima sino como un agente de los trágicos fallos políticos de América Latina". Las fortunas del Simón Bolívar histórico empezaron a declinar en 1824 tras la victoria de su general Antonio José de Sucre en Ayacucho. La novela hace hincapié en el hecho que el Bolívar histórico no se volvió a casar después de la muerte de su esposa, María Teresa Rodríguez del Toro y Alayza. García Márquez usa otros hechos documentados como puntos de partida para su retrato de ficción - por ejemplo su dedicación al ejército sobre todas las cosas, su envejecimiento prematuro y su mal carácter. De esto último, el ayuda de campo de Bolívar O'Leary dijo una vez que "su temperamento imperioso e impaciente no toleraría nunca el menor retraso en el cumplimiento de una orden".
En una entrevista con María Elvira Samper, García Márquez admitió que su retrato de Bolívar es en parte un autorretrato. Se identifica con Bolívar en muchos aspectos, ya que su método para controlar la rabia es el mismo y sus ideas filosóficas son parecidas: ninguno de los dos "le presta mucha atención a la muerte, porque le distraería a uno de lo más importante: lo que uno hace con su vida".

José Palacios

La novela empieza con el nombre de José Palacios quien, tanto aquí como en la figura histórica homónima, es el "mayordomo más antiguo". Como observa el crítico literario Seymour Menton, "la total identificación [de Palacios] con Bolívar contituye el armazón de la novela". Palacios sirve constantemente al General y en ciertos momentos es el único que tiene acceso al cuarto del General. Aprendió a vivir con la impredecibilidad de su amo y no pretende leer sus pensamientos. Nacido esclavo, el personaje es seis años menor que el General, y ha pasado su entera vida a su servicio. En el transcurso de la novela Palacios le proporciona al General esclarificaciones o recordatarios de fechas y eventos durante los momentos de desilusión del General. Según un crítico la habilidad de Palacios para recordar acontecimientos pasados de la vida de Bolívar es esencial para la recreación del personaje por parte de García Márquez, ya que permite que la historia oficial de Bolívar sea colocada en el contexto de la vida cotidiana.



Manuela Saenz

Manuela Sáenz

Manuela Sáenz es la antigua amante del General, la última desde la muerte de su esposa 27 años antes. Su personaje está basado en la amante histórica de Simón Bolívar Doña Manuela Sáenz de Thorne, a quien Bolívar apodó "la libertadora del libertador" después de que lo salvara de un intento de asesinato en la noche del 25 de septiembre de 1828. El retrato de ficción de García Márquez estimuló una revalorización de esta figura histórica que es cada vez más reconocida, según el historiador venezolano Denzil Romero, "no solamente como una amante sino como la mujer inteligente, independiente y fuerte que era". En la novela se la describe como "la aguerrida Quiteña que lo amaba pero que no iba a seguirlo hasta la muerte". El General deja a Manuela Sáenz atrás, pero en el transcurso de la novela le escribe durante el viaje. Ella también intenta escribirle a él cartas con noticias de la situación política, pero los carteros tienen instrucciones de no aceptar sus cartas. Como la figura histórica en la que está basada, la Manuela Sáenz de la ficción está casada con el Doctor James Thorne, un médico inglés que la dobla en edad. La Manuela Sáenz histórica dejó a Thorne después de que Bolívar escribiera declarando su amor imperecedero para ella. En la novela se la caracteriza como astuta e indomita, con una "gracia irresistible, y con un sentido del poder y una tenacidad a toda prueba".

General Francisco de Paula Santander

Cuando reflexiona sobre el pasado, el General a menudo piensa en y sueña con su antiguo amigo Francisco de Paula Santander. El Francisco de Paula Santander histórico fue amigo de Simón Bolívar, pero más adelante fue acusado de complicidad en un complot para asesinarlo y exiliado. En la novela el General recuerda que había designado a Santander para gobernar Colombia porque lo consideraba un soldado eficaz y valiente. Antiguamente consideraba a Santander como "su otro yo, y tal vez su mejor yo", pero para la época de los acontecimientos de El general en su laberinto Santander se ha vuelto enemigo del General y ha sido desterrado a París tras estar involucrado en el intento de asesinato. El General es representado atormentado por la idea de que Santander vuelva de su exilio en Francia; sueña, por ejemplo, que Santander está comiendo las páginas de un libro, que está cubierto por cucarachas y que está arrancándose sus propios ojos.


Antonio José de Sucre

Mariscal de Campo Antonio José de Sucre

El Mariscal de Campo Antonio José de Sucre es retratado como amigo íntimo del General. El Antonio José de Sucre histórico, el Mariscal de Campo de Ayacucho, fue el general en el que Simón Bolívar más confiaba. García Márquez lo describe como "inteligente, metódico, tímido y supersticioso". El Mariscal de Campo está casado y tiene una hija con Doña Mariana Carcelén. En el primer capítulo de la novela el General le pide a Sucre que le suceda como Presidente de la República, pero él rechaza la idea. Una de las razones que da Sucre por hacerlo es que lo único que quiere es vivir con su familia. La muerte de Sucre se presagia desde el principio de la novela. Sucre le dice al General que planea celebrar la Fiesta de San Antonio en Quito con su familia. Cuando el General oye que Sucre ha sido asesinado en Berruecos mientras volvía a Quito, vomita sangre.

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