EL AUTOR
David Yallop, el «buscador de justicia», ha alcanzado fama como escritor e investigador sin igual. Sus obras se han traducido a cuarenta idiomas y se han vendido más de seis millones de ejemplares en todo el mundo. Con En el nombre de Dios, su bestseller internacional multimillonario en ventas donde demostraba que el papa Juan Pablo I había sido asesinado, Yallop hizo temblar al Vaticano; con Beyond Reasonable Doubt?, obligó a la policía a reabrir el caso de Arthur Allan Thomas, lo que indujo a la liberación de un hombre condenado a cadena perpetua por un crimen que no había cometido.
En To Encourage the Others, Yallop aportó argumentos definitivos sobre la inocencia de Derek Bentley veintisiete años antes de su reciente indulto. Es autor también de The Day the Laughter Stopped, Deliver Us from Evil, To the Ends of the Earth (Hasta los confines de la tierra) y de How They Stole the Game. Alianza maldita es la primera novela de David Yallop.
EL LIBRO
- Nº de páginas: 608 págs.
- Editorial: PLANETA
- Lengua: CASTELLANO
- Encuadernación: Tapa blanda
- ISBN: 9788408075707
- Año edición: 2008
- Plaza de edición: BARCELONA
En septiembre de 1978, el llamado "papa de la sonrisa" moría después de treinta y tres días de haber sido elegido. La versión oficial anunciaba su muerte como debida a un infarto de miocardio. David A. Yallop inició su investigación a petición de ciertas personas residentes en el Vaticano que se sentían preocupadas por las extrañas circunstancias que rodeaban esta muerte. Tras tres años de investigación, el autor descubrió la existencia de una red de corrupción que se detalla en este libro.
IMPRESIONES
En la mañana del 29 de septiembre de 1.978, el mundo recibía a través de los medios de comunicación, la infausta noticia de la extraña y repentina muerte del Papa Juan Pablo I, elegido en cónclave cardenalicio apenas 33 días antes. El “Papa Sonriente”, apelativo con el cual se había hecho conocido Albino Luciani, había puesto en marcha un ambicioso plan de limpieza dentro del sistema financiero del Vaticano, el cual mantenía una alarmante y escandalosa relación con la mafia italiana, reforzada por una rama ilegal de la Masonería, la denominada P2 (Propaganda Due), habiendo penetrado cada vez más al interior de la estructura vaticana, carcomiéndola en su desmedida ambición de poder; involucrando a numerosos sacerdotes, obispos, e incluso cardenales.
Albino Luciani (Papa Juan Pablo I)
De entre todos estos "personajes", era prominente el protagonismo del arzobispo norteamericano Paul Marcinkus, quien tenía a su cargo la administración del Instituto para las Obras de Religión o IOR (en italiano, Istituto per le Opere di Religione), mejor conocido como Banco del Vaticano, entidad que velaba por el patrimonio financiero que ostentaba la Santa Sede. Juan Pablo I había descubierto irregularidades a partir de indebidos manejos efectuados por Michele Sindona, conocido como el “Banquero de Dios” en un negocio de 1.972 con la Banca Cattolica Veneto. Es notable el protagonismo del Secretario de Estado de la Ciudad del Vaticano, el cardenal francés Jean Villot, así como de otro cardenal norteamericano, el también arzobispo de Chicago, John Cody, sobre quien pendía una denuncia unánime de la Arquidiócesis para ser destituído por Pablo VI, que se mantenía a la expectativa para el momento de la muerte del Papa Luciani. Por el lado de la mafia, figuraban astutos y oscuros personajes que se mantenían demasiado preocupados por el rumbo de los acontecimientos que amenazaban sus corrompidos intereses: Michele Sindona y Licio Gelli, cabezas de la peor organización criminal que había extendido sus contaminantes redes por el mundo entero (la ya mencionada P2); quienes a su vez ejercían gran influencia en otro hombre, experto en las más intrincadas “artes” de la estafa: Roberto Calvi, presidente del Banco Ambrosiano de Milán.
Arzobispo Paul Marzinckus
Jean Villot, Secretario de Estado del Vaticano
Todos estos elementos conforman el material de la información de la que se vale David Yallop, autor del libro, para aplicarla en la búsqueda de acertadas conclusiones, conseguidas con su extraordinaria pericia como investigador, reconocida en todo el mundo. Asimismo, los más diversos testimonios recogidos de toda la gente relacionada con el Vaticano fueron muy valiosos en la investigación, permaneciendo la identidad de muchos de tales colaboradores en el más estricto anonimato, por muy obvias razones. Yallop tiene como convicción definitiva que el Papa Juan Pablo I fue víctima de una conspiración que acabó con su vida, faltando solamente aclarar quién o quiénes fueron los verdaderos autores de la solitaria muerte en los aposentos pontificios. Será el lector quien juzgue a la luz de las evidencias expuestas, y establezca sus propias conclusiones.
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