viernes, 6 de septiembre de 2013

LIBROS QUE HE LEIDO: UNA HEREDERA DE BARCELONA (Sergio Vila-Sanjuan)



EL AUTOR

Barcelona, 1957

Periodista y novelista. Tras licenciarse en Historia, fue becario Fulbright en la Universidad de Boston. Se dedica al periodismo cultural desde 1977. Ha trabajado como jefe de cultura de El Correo Catalán, redactor-jefe de El Noticiero Universal y desde 1987 en La Vanguardia, donde actualmente coordina el suplemento Cultura/s.


 
Especialista en temas literarios y del mundo del libro, ha estudiado la historia de la edición española en Pasando página. Autores y editores en la España democrática (2003) y distintos aspectos del mundo del libro internacional en El síndrome de Frankfurt (2007) y Código best seller (2011). Reunió una selección de sus artículos en Crónicas culturales (2004). En el año 2010 publicó su primera novela Una heredera de Barcelona. En el 2013, con la segunda, Estaba en el aire, ha ganado el premio Nadal.

Fue comisario del Año del Libro y la Lectura 2005 y es miembro de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona. En el terreno del arte es autor de la monografía Miquel Barceló (1984) y comisarió las exposiciones Realismo de vanguardia (1997) y Realismo en Cataluña (1999).

EL LIBRO

En la Barcelona de 1920 un joven abogado y periodista monárquico entra en relación con personajes muy diversos: una cabaretera agredida que no dice todo lo que sabe; un líder  anarquista que vacila entre el pactismo y la violencia; un general recién llegado a la ciudad para imponer el orden sin contemplaciones, y una bella y adinerada condesa decidida a mantener su independencia.
 
De  la  mano  de  Pablo  Vilar  nos desplazamos desde las grutas de los miserables en Montjuich a las fiestas  de  alta sociedad  en el Ritz o el Laberinto de Horta; y de las comunidades ácratas a los juzgados donde se imparte, o se demora, la justicia.  Mientras  la  ciudad roza su cénit, también Pablo teme que su juventud se esfume con el vendaval que se avecina.
 
La Rambla, de Barcelona, en los años 20
 
Inspirada en hechos y figuras reales, y en documentos del archivo familiar del autor, Una heredera de Barcelona propone una mirada diferente, e inédita hasta ahora, sobre un periodo complejo y deslumbrante.
 
IMPRESION PERSONAL
 
Con el recurso del manuscrito encontrado ? que, en este caso, no es excusa literaria sino realidad, pues Vila?Sanjuan idea la escritura de su primera novela a raíz de hallar una serie de documentos y el bosquejo de una novela en los cajones de su abuelo ? discurre ante nosotros este fresco histórico que hace revivir la Barcelona convulsa del pistolerismo y las encarnizadas luchas sociales al hilo de una intriga policial.

Sergio Vila-Sanjuán (Barcelona, 1957), periodista con larga trayectoria en la prensa cultural, hace su primera incursión en el campo de la novela con Una heredera de Barcelona. En sus páginas el autor ha aprovechado abundantes materiales de la memoria familiar, según explica en el prólogo. Aquí Vila-Sanjuán cuenta cómo a la muerte de su padre, en 2004, descubrió entre los papeles de su abuelo varios archivadores con textos inéditos, entre los cuales aparece un manuscrito con la narración autobiográfica de recuerdos de juventud, a caballo entre la crónica periodística y la novela. El autor del manuscrito es su abuelo, Pablo Vilar, abogado y periodista que murió en 1982, con 90 años.

El hallazgo constituye una muestra más del clásico procedimiento del manuscrito encontrado. Y la novela gana con ello mayor ilusión de verdad, pues está contada por su protagonista, a la vez que el autor aprovecha el recurso para situar su novela entre la realidad y la ficción y también para hacer autocrítica de la misma, después de reconocer que ha ordenado sus materiales y actualizado su lenguaje respetando expresiones que “transmiten cierto sabor de época”. El mayor acierto de la novela está en la pertinencia del manuscrito encontrado. Porque su empleo da verosimilitud a episodios cuya narración tanto pudo haber sido escrita por el abuelo, primer autor, como por el nieto en sus labores de documentación.

Una heredera de Barcelona se presenta como una crónica novelada, con episodios y personajes reales combinados con otros ficticios, de unos años especialmente violentos en la historia de Barcelona, entre 1919 y 1922, con prolongación de la historia novelada, mediante resúmenes narrativos, hasta el estallido de la guerra civil. Su primer autor opera como narrador protagonista en el relato autobiográfico de su ascenso en la vida social barcelonesa como abogado y periodista de ideología conservadora.

Y, al mismo tiempo, actúa como narrador testigo de una época convulsa por los radicales enfrentamientos entre los anarquistas y las fuerzas del orden que llevaron el caos y el terror a la ciudad, hasta desembocar en la dictadura del general Primo de Rivera. Ambas facetas del narrador primero quedan unidas por su relación directa con algunos personajes importantes de la época, como la bella e indómita condesa Isabel Enrich (la “heredera” destacada en el título), el anarquista Ángel Lacalle y el Gobernador Civil de Barcelona. 


Imagen real de Isabel Llorach, personaje en el que se inspira el relato


Una heredera de Barcelona nos explica en primera persona las diferencias sociales, el contraste de la riqueza y la pobreza, la burguesia y los obreros con el movimiento anarquista en ebullición y el movimiento monárquico tambien en auge; los dos eran fuertes en la época ( los anarquistas estan representados por el personaje Ángel Lacalle " alter ego' de Angel Pestaña).

Otro de los personajes que Sergio Vila-Sanjuan incluye en el relato es Isabel Enrich, quien da titulo a la novela, inspirada en la también rica heredera Isabel Llorach, liberada y adinerada viviendo en la zona de Pedralbes.

Eduardo Dato fue el mentor del abuelo del autor por lo que le incluye en un episodio.

La Barcelona de los años 20 está reflejada también con los bajos fondos en las cuevas de Montjuïc y las comunas anarquistas que los retrata como si fueran los hippys de la época por la vida vegetariana y el nudismo que practicaban enfrentádose al anarquismo de las armas y bombas callejeras.

Una Barcelona decadente representada por una aristocrácia y una burguesia monárquica que mas tarde estos mismos apoyaron la dictadura de Primo de Rivera.

Pablo Vilar es el protagonista de la novela que siendo politicamente conservador se autodenomina monárquico impenitente y un católico penitente; aún así le gusta lo "picante" de la vida: del ambiente del Paralelo pasaba al ambiente de Pedralbes, dos zonas de Barcelona contrapuestas. Del ambiente del Paralelo sale otro personaje que es Ernesto Vilches, actor y empresario, amigo de María Nilo que le contrata como abogado de turno de oficio conectando así, a tavés de ella, con los anarquistas.


 La narración apoya su dinamismo e intriga en la sucesión de contrastes violentos entre los defensores del orden y los anarquistas, los trogloditas que habitan en las cuevas de Montjuich y el lujo en las fiestas sociales de la alta sociedad barcelonesa, entre otros ambientes opuestos unidos por la presencia en ellos de Pablo Vilar e Isabel Enrich, capaz de defender su clase social conduciendo un autobús para evitar las consecuencias de una huelga de transportes y, a la vez, financiar una comuna anarquista de inspiración tolstoiana.

Animación nocturna en el Paralelo, en los años 20
 

A este relato de historia y sociedad se suma la violenta cadena de atentados, que contrasta con el jolgorio de la ciudad en sus espectáculos del Paralelo. En suma, una novela entretenida que recrea unos años de Barcelona, con mayor cercanía a las novelas de Ruiz Zafón que a La verdad sobre el caso Savolta, y que entona un canto de cisne por una época que llega a su final.

  
Con un estilo decimonónico, en el que se siente muy a gusto, Sergio Vila?Sanjuán vuela, y el lector con él, a esa Barcelona de 1920 que revive con brío en sus páginas. Se nota en Una heredera de Barcelona la ardua labor de investigación de su autor, el prolijo trabajo de documentación en hemerotecas, sin que ello merme el interés literario de la obra. Maneja con soltura Vila?Sanjuán un elenco de personajes variadísimo que va desde los pistoleros de la patronal a los anarquistas utópicos y violentos, de los burgueses y aristócratas barceloneses a los duros militares que detentan el orden público de la ciudad. La novela se mueve con igual soltura y gracia en las cuevas de Montjuich como en las sofisticadas fiestas del Laberinto de Horta, en los círculos del naturismo ácrata como en los salones exclusivos del Ritz, recopila multitud de anécdotas, es brillante en sus cuidadosas descripciones de la forma de vida de esos años, está repleta de reflexiones ideológicas y apuntes políticos que iluminan su trama y hay, en toda ella, un alarde de exquisitez literaria de otra época.

Es Una heredera de Barcelona, ante todo, una novela que se lee con sumo placer, porque está muy bien escrita, perfectamente hilvanada y no decae en ningún momento. Y lo mejor que puede decirse de ella es que parece obra de alguno de los mejores novelistas del siglo XIX.

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