EL AUTOR
Jules Verne; Nantes, 1828 - Amiens, 1905) Escritor francés, considerado el fundador de la moderna literatura de ciencia ficción. Predijo con gran precisión en sus relatos fantásticos la aparición de algunos de los productos generados por el avance tecnológico del siglo XX, como la televisión, los helicópteros, los submarinos o las naves espaciales.
En 1836 ingresó con su hermano Paul en el seminario Saint-Donatien. Más tarde estudió filosofía y retórica en el liceo de Nantes y viajó a París, cumpliendo los deseos de su padre, para seguir la carrera de leyes. En 1848 comenzó a escribir algunos sonetos y textos de teatro, y dos años más tarde aprobó su tesis doctoral de derecho y optó por la carrera de letras.
Julio Verne
Sus inicios literarios fueron difíciles, sus piezas de teatro no tuvieron una divulgación importante, y recurrió a la docencia para sobrevivir. Desde 1852 hasta 1854 trabajó como secretario de E. Seveste, en el Théâtre Lyrique, y publicó algunos relatos en Le musée des familles, como Martín Paz (1852). En 1857 se convirtió en agente de bolsa y empezó a viajar; visitó Inglaterra, Escocia, Noruega y Escandinavia, y continuó sus escritos.
Posteriormente conoció al editor Hetzel, quien se interesó por sus textos y le publicó Cinco semanas en globo (1862), obra que lo lanzó al éxito y lo estimuló a proseguir con la temática de la novela de aventuras y fantasía. El mismo editor le encargó una colaboración regular para la revista Magazine déducation et de récréation, y en poco tiempo alcanzó una gran celebridad.
Aprovechando sus conocimientos geográficos, adquiridos a través de numerosos viajes por Europa, África y América del Norte, y su entusiasmo por la revolución tecnológica e industrial, se convirtió en un especialista de los relatos de aventura de corte científico. Su dominio de la tensión dramática le permitió combinar extravagantes situaciones y momentos poéticos en una prosa ligera y amena.
Inmediatamente se enfrascó en la redacción de Viaje al centro de la Tierra, para lo cual se aplicó a la geología, la mineralogía y la paleontología. Las detalladas descripciones de animales antediluvianos maravillaron a los expertos, poniendo de manifiesto su extraordinaria intuición científica. Su tercer gran libro fue De la Tierra a la Luna, cuya publicación despertó tal entusiamo por los viajes espaciales que su despacho se inundó de cartas solicitando reservas para el próximo viaje lunar. Con el mismo interés fue recibida La vuelta al mundo en ochenta días, publicada por entregas, cuyo éxito fue tal que se llegaron a cruzar apuestas sobre si Phileas Fogg, "el hombre menos apresurado del mundo", lograría llegar a la meta en tan breve tiempo.
Veinte mil leguas de viaje submarino es, entre su extensísima producción, uno de los libros que conserva más íntegro su encanto. La peripecia se inicia cuando una fragata americana parte en busca de un monstruo marino de extraordinarias proporciones al que se atribuyen múltiples naufragios. El monstruo aparece, se precipita sobre el barco expedicionario y lo echa a pique, llevándose en su espinazo al naturalista Aronnax, a su fiel criado Conseil y al arponero Ned Land. Resultará ser un enorme submarino, el Nautilus, en el cual los tres hombres pasarán cerca de diez meses hospedados por el enigmático capitán Nemo, artífice del invento. Visitarán los tesoros sumergidos de la Atlántida, lucharán contra caníbales y pulpos gigantes y asistirán a un entierro en un maravilloso cementerio de coral.
Nemo, hostil e iracundo, no tardará en revelarse como un proscrito, un sublevado solitario cuyo manto de misterio esconde una identidad principesca y una pesadumbre tenebrosa. Se ha señalado que Nemo es un trasunto del propio Verne. Ambos viven encerrados, solos e incomprendidos, el primero en su coraza de acero, el segundo en la burbuja de su gabinete, ambos refugiados tras el disimulo y el secreto. Del mismo modo que Verne dejó estupefactos a propios y extraños presentándose a unas elecciones municipales en Amiens por una lista de extrema izquierda, el capitán Nemo, que lucha por la liberación de los pueblos oprimidos, detesta a la convencional y adocenada colectividad que lo persigue y enarbola dos veces el estandarte negro del nihilismo.
Escribió otras obras de gran éxito como Las aventuras del capitán Hatteras (1866), Los hijos del capitán Grant (trilogía, 1868-1870), En torno a la luna (1870), La isla misteriosa (1874), Miguel Strogoff (1876), Un capitán de quince años (1878), Las tribulaciones de un chino en China (1879), El faro del fin del mundo (1881) y Los viajes del capitán Cook (1896), entre muchas otras novelas que superan el medio centenar de títulos.
Se radicó en Amiens en 1872, y a partir de 1886 se comprometió con las actividades municipales de dicha ciudad. Tres años después fue nombrado representante del consejo municipal, y en 1892 fue condecorado con la Legión de Honor. Sus textos se popularizaron con rapidez y quedaron entre los grandes clásicos de la literatura infantil y juvenil del siglo XX. De su obra póstuma destacan El eterno Adán (1910) o La extraordinaria aventura de la misión Barsac (1920), en las que un crítico tan poco convencional como Michel Butor ha querido ver un Verne más profundo y escéptico de lo habitual, que tendía a desconfiar de las consecuencias que podía acarrear para los seres humanos el progreso incesante de la tecnología y de la ciencia.
EL LIBRO
La fabulosa herencia de una begún hindú, de 527 millones de francos de la época, parece quedar sin sucesor. Al final aparecen dos
next of kin (legítimos herederos, en lenguaje jurídico internacional) que pueden aspirar a ella: el francés Dr. Sarrasin y el alemán Dr. Schultze, médico el primero y químico el segundo, emparentados en grado lejano a través de una francesa casada con antecesores del alemán.
Mientras el primero dedica la mitad de su fortuna a construir en Oregón (Estados Unidos) una utópica ciudad moderna, France-Ville, ordenada, limpia, sin enfermedades y con los medios de comunicación más modernos, el teléfono en cada casa y el reloj eléctrico en todas las plazas, el segundo construye, no muy lejos, Stahlstadt, la ciudad del acero, ciudad-fortaleza repleta de secretos en la que se produce en sus fundiciones todo tipo de armas para cualquier país o potencia que pueda pagarlas.
Mientras que los habitantes de France-Ville procuran idear el modo de prolongar la vida humana y darle todo tipo de comodidades, los de Stahlstadt (una copia de la factoría Krupp de Essen) idean y fabrican armas de destrucción más modernas, potentes y mortíferas que cualquier otra. La cercana France-Ville se convierte, de este modo, en la molesta oponente del militarismo alemán importado a los Estados Unidos.
IMPRESION PERSONAL
El nacimiento de esta novela de Julio Verne es obra de su editor Jules Hetzel. En 1877 le llegó un manuscrito,
La Herencia Langevol de Pascal Grousset. Éste había sido miembro del Comité de La Comuna y deportado a Nueva Caledonia, de donde escapó y huyó a Inglaterra. Allí entregó el manuscrito a Hetzel. El editor entregó el legajo a Julio Verne que en un principio lo rechazó para posteriormente tomarlo como base de la novela
Los quinientos millones de la Begún.
La obra fue publicada en 1879. Su argumento gira en torno al enfrentamiento nacional entre Francia y Alemania. La muerte de una soberana de la India deja una gran herencia a repartir entre el doctor Sarrasin, filántropo francés, y el profesor Schuztle, autor de una obra sobre la degeneración hereditaria del pueblo galo. Los fines de esta herencia serán diferentes, uno lo dedicará a fundar France-Ville, una ciudad regida por higienismo, y la otra a fundar Stahlstadt, ciudad industrial para destruir el experimento humanitario. La ciudad socialista soñada por Verne se erige en el estado de Oregón, tierra donde los utopistas seguidores de Fourier habían comenzado a implantar sus comunidades.
En esta novela Julio Verne aborda la dualidad de la condición humana, representado por dos de sus personajes. Por un lado el doctor Sarrasin representa la bondad, la filantropía, y por otro parte, la mezquindad representada por el profesor Schultze, quién prentende utilizar su parte de la herencia con fines indudablemente perversos.
No hace falta profundizar mucho en la novela para darse cuenta que las implicaciones filosóficas del buen o mal uso de una fortuna fabulosa fue lo que más atrajo a Hetzel del manuscrito original, y que a Verne seguramente le horrorizaría la poca pericia novelística de Grusset, incapaz de dar a la obra el aire aventurero que las peripecias de los personajes requerían.
Así, al unir ambos aspectos, Verne consiguió una obra notable en la que funde la reflexión sobre la dualidad de la condición humana, retratando por un lado la bondadosa y casi indiferente actitud del doctor Sarrasin, beneficiario principal de la herencia, junto a la noble causa en la que está dispuesto a invertirla, y por otro la mezquindad del profesor Schultze, un dudoso candidato que se apresura a reclamar su parte de la herencia con la intención de usarla con fines indudablemente perversos.
Es curioso el retrato de algunos secundarios, como el abogado que se beneficia sin escrúpulos de la negociación del reparto de la herencia, la corrupción por el dinero inmerecido del hijo del doctor Sarrasin y su posterior remisión, o los impávidos guardaespaldas del profesor Schultze
No puede faltar, por supuesto el típico héroe verniano, compendio de virtudes, buen sentido y recursos sin fin que es el ejemplo claro a seguir por la juventud a la que Verne siempre se sintió con la obligación de educar.
Hay otras consideraciones interesantes en la novela. Es fácil comprobar que
Verne intuye y advierte acerca de los peligros de la Alemania Nazi, de la burocratización y centralización excesivas, de los colapsos bursátiles y de la militarización de la vida social, todo ello, representado por la imponente fortaleza de
Stahlstadt, a lo que opone el sentido común, la racionalidad y la concordia social de
France-Ville.
El libro hace una crítica clara contra la abogacía. Los abogados ingleses contratados por el doctor Sarrasin para gestionar los tramites de la herencia, atraen a la vez el interés de Schultze para que con el enfrentamiento de los dos interesados cobrar ellos mayores ganancias, ya sea como intermediarios o como abogados del posible juicio.
También se critica el egoísmo y despilfarro propio de los que reciben una gran cantidad de dinero sin esfuerzo. Este es el caso del hijo de Sarrasin, que cae en una dinámica de lujo innecesario.
Cabe señalar el origen del héroe, Marcel Bruckmann, que es de Alsacia, en aquellos momentos y después de la guerra franco-prusiana, parte del imperio germano. Con ello Verne quiere hacer notar que a pesar de todo él consideraba a los alsacianos ciudadanos franceses.
Curiosamente también hay críticas a favor de Stahlstadt, puesto que acaba siendo considerada como un lugar bien organizado y con buenos proyectos, incluso los militares. Así, cuando France-Ville se hace con el poder de Stahlstadt (a través de la herencia de Schultze que va a parar a manos del doctor Sarrasin) son bien recibidas las posibilidades armamentísticas de Stahlstadt para defenderse de un posible nuevo agresor. De ello se deduce que Verne admiraba la tecnología e industria alemana.
Verne presenta en la novela algunas ideas raras o muy adelantadas para su época, pero que se han hecho realidad en el siglo XX:
- En la ciudad del acero, las personas son tan sólo números, sin identidad propia, obligados a vivir en un régimen totalitario similar al fordismo o al nazismo. Esta idea también sería planteada por George Orwell en su libro 1984.
- También se presentan las armas químicas (el proyectil hueco relleno de anhídrido carbónico).
- El cañón de largo alcance, antecesor del Gran Berta alemán, capaz de lanzar un proyectil de 80 cm. de diámetro a 100 km. de distancia y utilizado para bombardear París en la Primera Guerra Mundial, mientras que Verne debió de inspirarse en los bombardeos de cañones más pequeños durante el asedio a la capital francesa del año 1871.
- El régimen del terror militar.
- Herr Schultze, el químico alemán, es también un racista convencido, autor de la obra ¿Por qué los franceses sufren, en grados diferentes, de degeneración hereditaria?, ególatra, monomaniaco, germanófilo autoritario y convencido de la supremacía de la raza germánica sobre el resto del mundo e inventor de armas mortíferas
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