lunes, 22 de octubre de 2012

LIBROS QUE HE LEIDO: LA CASA DE LOS ESPIRITUS (ISABEL ALLENDE)



LA AUTORA

Isabel Allende Llona (Lima, Peru, 1942)  Novelista y periodista chilena nacida en Lima, Perú, donde su padre se encontraba destinado como diplomático. Asistió a diversos colegios privados y viajó por varios países antes de regresar a Santiago de Chile para concluir sus estudios y trabajar en la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO), organismo de las Naciones Unidas. Posteriormente trabajó como periodista, escribió artículos sobre temas sumamente polémicos y también hizo cine y televisión.



Allende se exilió en 1973 y buscó refugio en Caracas, Venezuela, cuando su tío Salvador Allende, presidente de Chile, murió durante el golpe militar encabezado por el General Augusto Pinochet Ugarte. En el exilio escribió su primera novela La casa de los espíritus (1982), una crónica familiar ambientada en el torbellino de cambios políticos y económicos acontecidos en Latinoamérica. La novela fue bien acogida por la crítica, que vio en ella ciertos elementos propios del realismo mágico, una técnica literaria que consiste en mezclar lo real con lo sobrenatural y cuyo principal exponente es el novelista colombiano galardonado con el Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez. Esta novela fue llevada al cine por el director danés Bille August. Allende continuó su exploración sobre cuestiones personales y políticas en sus dos siguientes novelas De amor y de sombra (1984) y Eva Luna (1987), y en la colección Cuentos de Eva Luna (1992). Ha sido una de las primeras novelistas latinoamericanas que ha alcanzado fama y reconocimiento a escala mundial. Su exilio concluyó en 1988 cuando los chilenos derrotaron en las urnas al dictador Pinochet y eligieron un presidente democrático. En 1995 publicó Paula, un libro de recuerdos dedicado a su hija.

EL LIBRO

La historia se desarrolla en un período que abarca casi un siglo, contando la vivencias de Esteban y Clara, de su hija Blanca y Pedro Tercero García, y de Alba y Miguel, cuyas vidas se vieron influidas por el golpe de estado dado por las fuerzas militares chilenas, ayudados por estafas y boicots por parte de las clases altas.

A lo largo de la novela los personajes se mueven en medio del entorno social y político de la época, a lo que se suman los elementos mágicos introducidos por la autora. También se pueden observar ambos lados de la escala social: por un lado, Esteban Trueba que amasa una fortuna volviéndose un hombre importante y, por el otro, los trabajadores que comienzan a comprender que son el eje principal del sistema y no simples esclavos a cargo de patrones adinerados como el mismo Esteban Trueba.

La novela es narrada desde la perspectiva de dos de sus protagonistas. Incorpora una mezcla de acontecimientos que tratan sobre el amor, la famiia, la muerte, los fantasmas, las clases sociales, la revolución, la política, lo ideal y lo maravilloso.

Comienza con una presentación de la familia del Valle y Esteban Trueba, quien marcha a las minas del norte para hacerse rápidamente de riquezas y así poder casarse con Rosa, la hija mayor de los del Valle. Sin embargo, al tiempo, Esteban recibe una carta en la que le informan la muerte de Rosa causada por ingerir agua ardiente, presuntamente envenenada, y originalmente destinada a su padre, un político liberal. Al recibir la noticia, Esteban decide ir al fundo que su padre le había dejado de herencia. Al llegar se encuentra con familias en una pobreza extrema. Con puño de hierro y arduo trabajo, Esteban logra poner en pie el fundo, compra fundos vecinos y llega a amasar una gran riqueza. Pero al cabo de unos años, Esteban tiene que viajar a la ciudad pues su madre se había puesto muy grave, así que decide casarse con la hija menor de los del Valle, Clara.

Clara era una chica clarvidente con poderes para, además de ver el futuro, ver y hablar con los espíritus y manejar la telekinesis.

Conforme la historia continúa, Clara y Esteban tienen una hija, Blanca, y dos hijos, Jaime y Nicolás, quienes son enviados a un colegio inglés.


Mansiones residenciales en Santiago de Chile, sobre 1940


Blanca, desde el primer viaje a las Tres Marías (el fundo de su padre), se enamora de un niño del lugar. Pasan los años y el niño se vuelve un pro comunista, predicando ideas del comunismo que se daba en Europa, para así mostrarle a la gente que trabajaba en el campo que es posible organizarse para lograr un cambio. Esteban lo echa del fundo, amenazando con matarlo si lo ve de nuevo, pero Blanca, durante su estancia en las Tres Marías, lo sigue viendo todas las noches a escondidas de su padre.

Blanca termina teniendo un hijo con él y su padre la obliga a casarse con un conde francés, Jean de Satigny, para que no tenga a un hijo bastardo. Pero un tiempo después de haberse casado, Blanca se da cuenta de que su esposo tiene un apuntamiento sexual "raro", ya que en su oficina tenía fotos pornográficas de sus sirvientes. Al conocer esto, ella huye a la casa de sus padres y nunca más se sabe algo de Jean De Satigny hasta que llaman a Blanca para reconocer su cadáver.

Al huir de la casa del conde, Blanca estaba apunto de parir. Da a luz a su hija en la casa de sus padres, con la ayuda de su hermano Jaime( que era médico).

La hija se llama Alba.

Después de una serie de sucesos, el partido comunista gana pero a los pocos días, los militares, financiados por políticos conservadores, como Esteban Trueba, hacen un golpe de estado y derrocan al Candidato que se deduce que es Salvador Allende  (ex presidente de Chile).

En el transcurso de los primeros 20 años de la vida de Alba, se nombra siempre a un hombre a quien llamaban "el Poeta", que también sería otro famoso poeta conocido internacionalmente: Pablo Neruda.

IMPRESION PERSONAL



Tengo que reconocer que la novela me ha defraudado. No, no se engañen, no quiero decir que sea mala, de hecho me parece una novela magnífica, pero las críticas exageradas, sobre todo en Chile, hacen que a la hora de verdad, la lectura de la obra defraude bastante las expectativas creadas. Y es que, antes de leer la novela, llegué incluso a ver publicado (en un medio que se supone serio), que nos encontrábamos ante la mejor novela escrita en sudamerica en el siglo XX. Imaginen mi estupor. ¿Donde quedan pues los García Márquez, Vargas Llosa, Miguel Angel Asturias, Ernesto Sábato, Borges, Cortázar, Rómulo Gallegos, Roa Bastos, Carpentier, Onetti y un largo etcetera de magnificos escritores sudamericanos de esa epoca?

Efectivamente, uno lee luego la novela (obviando el impresentable prólogo de Zoe Valdés, claro está), y las cosas vuelven a su lugar, la lógica y el sentido común se imponen y efectivamente, uno piensa que todo está de nuevo en su sitio y que éste libro, siendo muy generoso, quizá entrará en la lista de los 50 mejores escritos en sudamerica en el siglo XX, pero no más arriba en dicha lista. Pienso que flaco favor le han hecho a la autora esas interesadas e irreverentes críticas.

También se adscribe la obra al género denominado "Realismo mágico". Hay muchas novelas escritas con éste estilo y muchas de ellas magistrales, que evidentemente no admitirían comparación alguna con la de Isabel Allende, pero en realidad La Casa de los Espiritus no podemos adscribirla, en puridad, a dicho subgénero o estilo literario. Y ello es así porque la obra tiene mucho de realista y muy poco de mágico y es en realidad la crónica de un país durante casi un siglo a través de una familia de clase alta y los que con ella se relacionan. En éste aspecto es inevitable la comparación con Cien años de Soledad de García Márquez y yo también añadiría con otra magnífica novela, "El polvo y el oro" del cubano Julio Travieso Serrano. Las tres giran sobre la historia de un país, contado a través de los ojos de una familia concreta y su entorno. Mientras que éstas se adscriben completamente al llamado realismo mágico, la de Isabel Allende no, aunque evidentemente bebe en las fuentes de ambas y para llegar a ésta conclusión solo hay que leer los tres libros.

Dicen que La Casa de los Espiritus, vendría a ser una especie de Cien años de Soledad, con menos magia y contada desde un punto de vista femenino, y no porque la autora sea una mujer, sino porque los auténticos protagonistas de ésta novela son en realidad, las mujeres,

Entrando ya de lleno en el contenido de la obra, el contraste del mundo masculino con el femenino, aparece nítidamente registrado y se corresponde con la época descrita, cuando los roles estaban demarcados por la barrera tradicional impuesta por el sexo. Así, el senador Trueba siempre será el sostenedor de la familia, el hombre fuerte ante la adversidad, el único con poder para poner en orden el mundo material. Machista, autoritario al punto de sentirse con derecho a golpear a su esposa con tal de imponer su voluntad. Pero ojo, también dotado de cierta piedad humana, consistente y natural. Isabel Allende salva así a su personaje de la caricatura, dotándolo con todos los rasgos del hombre de carne y hueso, y no cae en ese error tan común en la literatura sudamericana, especialmente en autores de la generación del 50, que no resisten en sus obras la tentación de hacer de sus personajes una caricatura, registrándolos como seres enteramente perversos o enteramente buenos. Lo mismo ocurre con Pedro García y sus descendientes.

La relación vertical entre patrón y peón está muy bien retratada de acuerdo a la época descrita, previa a la Reforma Agraria, y también la que surgió después como consecuencia de ésta, cuando el campesinado pasó a ser dueño de la tierra, enfrentando y enrostrando al patrón. Con posterioridad al Golpe, y ya en plena Dictadura, se aprecia también como las relaciones retoman su curso natural, imponiéndose también la ley del mas fuerte.

El exceso de autoritarismo por parte de la sociedad machista de la época, no da libertad a las mujeres de “La casa de los espíritus” a optar por un compromiso ideológico independiente, y las vemos entregadas a la ideología de sus amantes, marginadas de opción propia.

Otra característica de las mujeres interesante de destacar, es la patología mental que hará crisis a fines de los 70’, conocida con el nombre de depresión. Así Clara, sabemos, pasa por largos períodos de mutismo inexplicable, para luego sumergirse en sesiones de espiritismo que son otra forma de evasión de la realidad. Clara vive más preocupada de los muertos que de los vivos, extraviada en sus propias fantasías, ajenas a la realidad y sus necesidades. Sus obligaciones descansan en la servidumbre y en su cuñada Férula, acaso la única mujer de la novela con los pies puestos en la tierra, y a quien, sin embargo, su hermano termina por expulsar de la casa cuando advierte que tiene el talante suficiente para disputarle la autoridad. La relación con Esteban Trueba, su esposo, está marcada por una conducta sexual machista, en tanto se proyecta como objeto deseado, sin encarnar otros aspectos de la relación amorosa.

El exceso de autoritarismo impuesto por Trueba, tal vez sea también el causante de la infelicidad amorosa de sus descendientes. Ninguno de sus hijos varones es capaz de constituir una pareja, y con su única hija ocurre otro tanto. Blanca, quien ha sido desde su más temprana juventud la prometida y amante del hijo del capataz de Las tres Marías, tampoco conseguirá en el futuro regularizar su situación. Pero el problema continúa hasta una tercera o cuarta generación, cuando Alba tiene que vivir también en la clandestinidad su relación sentimental.

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