lunes, 25 de agosto de 2014

HEREJES (Leonardo Padura)



EL AUTOR

Leonardo Padura Fuentes (La Habana, 1955) es un novelista y periodista cubano, conocido especialmente por sus novelas policiacas del detective Mario Conde. El Gobierno de España concedió en 2011 la ciudadanía de ese país a Padura, quien sigue viviendo en Cuba.

Nacido en el barrio de Mantilla, hizo sus estudios preuniversitarios en el de La Víbora, de donde es su esposa Lucía; naturalmente, estas zonas de La Habana, muy ligadas espiritualmente a Padura, se verán reflejadas más tarde en sus novelas. Padura estudió Literatura Latinoamericana en la Universidad de la Habana y comenzó su carrera como periodista en 1980 en la revista literaria El Caimán Barbudo; también escribía para el periódico Juventud Rebelde. Más tarde se dio a conocer como ensayista y escritor de guiones audiovisuales y novelista.


 


Su primera novela —Fiebre de caballos—, básicamente una historia de amor, la escribió entre 1983 y 1984. Pasó los 6 años siguientes escribiendo largos reportajes sobre hechos culturales e históricos, que, como él mismo relata, le permitían tratar esos temas literariamente.  En aquel tiempo empezó a escribir su primera novela con el detective Mario Conde y, mientras lo hacía, se dio cuenta "que esos años que había trabajado como periodista, habían sido fundamentales" en su "desarrollo como escritor". "Primero, porque me habían dado una experiencia y una vivencia que no tenía, y segundo, porque estilísticamente yo había cambiado absolutamente con respecto a mi primera novela", explica Padura en una entrevista a Havana-Cultura.

Las policiacas de Padura tienen también elementos de crítica a la sociedad cubana. Al respecto, el escritor ha dicho: "Aprendí de Hammett, Chandler, Vázquez Montalbán y Sciascia que es posible una novela policial que tenga una relación real con el ambiente del país, que denuncie o toque realidades concretas y no sólo imaginarias".

Su personaje Conde —desordenado, frecuentemente borracho, descontento y desencantado, "que arrastra una melancolía", según el mismo Padura— es un policía que hubiera querido ser escritor y que siente solidaridad por los escritores, locos y borrachos. Las novelas con este teniente han tenido gran éxito internacional, han sido traducidas a varios idiomas y han obtenido prestigiosos premios. Conde, señala el escritor en la citada entrevista, refleja las "vicisitudes materiales y espirituales" que ha tenido que vivir su generación. "No es que sea mi alter ego, pero sí ha sido la manera que yo he tenido de interpretar y reflejar la realidad cubana", confiesa.

Conde, en realidad, "no podía ni quería ser policía" y en Paisaje de otoño (1998) deja la institución y cuando reaparece en Adiós Hemingway (2001) está ya dedicado a la compraventa de libros viejos.

Tiene también novelas en las que no figura Conde, como El hombre que amaba a los perros (2009), donde las críticas a la sociedad cubana alcanza sus cotas más altas.

Padura ha escrito también guiones cinematográficos, tanto para documentales como para películas de argumento.

Vive en el barrio de Mantilla, el mismo en el que nació. Al preguntarle por qué no puede dejar La Habana, el ambiente de su historia, ha dicho: “Soy una persona conversadora. La Habana es un lugar donde se puede siempre tener una conversación con un extranjero en una parada de guaguas”.


EL LIBRO

  • Nº de páginas: 520 págs.
  • Encuadernación: Tapa blanda
  • Editoral: TUSQUETS EDITORES
  • Lengua: CASTELLANO
  • ISBN: 9788483834916



  • En 1939, el S.S. Saint Louis, en el que viajaban novecientos judíos que habían logrado huir de Alemania, pasó varios días fondeado frente a La Habana en espera de que se autorizara el desembarco de los refugiados. El niño Daniel Kaminsky y su tío aguardaron en el muelle a que descendieran sus familiares, confiados en que éstos utilizarían ante los funcionarios el tesoro que portaban a escondidas: un pequeño lienzo de Rembrandt que pertenecía a los Kaminsky desde el siglo XVII. Pero el plan fracasó y el barco regresó a Alemania, llevándose consigo toda esperanza de reencuentro. Muchos años después, en 2007, cuando ese lienzo sale a subasta en Londres, el hijo de Daniel, Elías, viaja desde Estados Unidos a La Habana para aclarar qué sucedió con el cuadro y con su familia. Sólo alguien como el investigador Mario Conde podrá ayudarle. Elías averigua que a Daniel le atormentaba un crimen. Y que ese cuadro, una imagen de Cristo, tuvo como modelo a otro judío, que quiso trabajar en el taller de Rembrandt y aprender a pintar con el maestro.

    IMPRESION PERSONAL

    Con el exilio de un tío y un sobrino judíos desde Polonia a la bulliciosa ciudad de La Habana de 1939, en tiempos de horror para Europa, se inicia esta nueva novela del cubano Leonardo Padura (La Habana, 1955), que cosechó grandes éxitos con su anterior trabajo, El hombre que amaba a los perros. En este ambicioso Herejes pone en funcionamiento dos de sus mejores armas: su talento para las tramas detectivescas (Padura se ha forjado en el género negro) y, como acostumbra, un notable trabajo de documentación histórica, que en este caso brilla especialmente en el asunto de las persecuciones de judíos a partir del siglo XVII. El misterio en torno a un pequeño lienzo de Rembrandt, pintado en 1647, que pertenecía a la familia exiliada protagonista (los Kaminsky) y que reaparece en una subasta londinense en 2007 da juego para que Padura, sin desatender una escritura cuidada y exigente, sepa atrapar a los lectores a lo largo de quinientas densas páginas.

    Llegada del trasatlántico Saint Louis al puerto de La Habana, en 1939


    Herejes es la novela más ambiciosa de las ocho protagonizadas hasta la fecha por Mario Conde. Leonardo Padura la estructura en tres breves relatos cuyos nexos comunes son la heterodoxia, el desarraigo social y vital, la búsqueda de alternativas al statu quo consolidado y la huida hacia delante (con resultados desastrosos en todos los casos).

    En la primera parte Padura utiliza los vicisitudes del barco Saint Louis (posiblemente uno de los episodios más vergonzosos de la Segunda Guerra Mundial, lo que ya da una idea de la magnitud del asunto) para reflexionar sobre el expolio sufrido por los judíos a lo largo de la historia y establecer a Mario Conde tras la pista de un valioso cuadro cuya pista se perdió hace décadas.

    La segunda historia se sitúa en la ciudad de Amsterdam durante el siglo XVII. Nos muestra el funcionamiento de un taller de pintura (el del maestro Rembrandt, presumible autor del cuadro extraviado anteriormente comentado), así como las complicaciones por las que atraviesa un joven judío empeñado en labrarse un porvenir en dicho arte (un aspecto explícitamente prohibido en su religión).

    Por último Padura aprovecha la anécdota de la desaparición de una joven de 18 años para enfrentarnos ante el fenómeno de las nuevas tribus urbanas en general, con una especial incidencia en lo referido a los emos, y su peculiar inserción en la actual sociedad cubana en particular.

    Traiciones, intrigas y contradicciones conforman este tramo final del libro.

    Casa Museo de Rembrandt en Amsterdam



    Pero, como también anticipaba, considerarla la novela más ambiciosa no supone que Herejes sea la mejor obra del ciclo de Mario Conde. A lo largo de sus páginas el autor mezcla materiales narrativos tan diversos como la Torá, el funcionamiento de la policía, el gnosticismo y la ensomatosis, el proceso de preparación de un lienzo, el exilio cubano a Miami, la corrupción galopante en la isla, la compra-venta de libros de viejo y el destino del cuadro La conjura de los bátavos bajo Claudius Civilis, entre otros.

    La enorme heterogeneidad de dichos componentes dificulta la labor del cosido narrativo. Es preciso reconocer que, en esta ocasión, no todas las puntadas de Padura tienen el necesario grado de uniformidad para conformar una obra redonda. Mi sensación, como seguidor tradicional de anteriores libros de Mario Conde, es la de quedarme con la miel en los labios.
    A través de las aventuras (las menos) y desventuras (las más) de Mario Conde, Leonardo Padura permite al lector contemplar la evolución de un personaje cincelado con una admirable técnica literaria, tanto por su solidez como por su extraordinaria versatilidad. De Conde (El Conde para quienes le tratan más íntimamente) conocemos sus sucesivos cambios de oficio, sus devaneos amorosos, sus dudas existenciales, sus épicas borracheras de ron barato y, sobre todo, sus relaciones de amistad con una entrañable pandilla de perdedores (nunca de derrotados por la vida): Carlos El Flaco (cada vez menos flaco), El Conejo, Candito El Rojo (cada vez menos rojo), Yoyi El Palomo, Andrés (desde la distancia)…, todos ellos afianzados ya en lo que el autor califica como “las amables cuevas de los recuerdos”.

    Y, de manera paralela, el ciclo de novelas también ofrece unas magníficas claves para comprender la evolución (más bien involución) de un país como Cuba a lo largo de casi un cuarto de siglo: del sueño de un futuro mejor a la pesadilla de un presente manifiestamente empeorable en todo tipo de ámbitos (político, económico, social, moral, cultural, policial, gastronómico y, por encima de cualquier otra consideración, anímico).

    Mucho suspense hay ya desde esa primera expectación infantil por la llegada a la isla de un transatlántico proveniente de Alemania con casi un millar de refugiados a bordo, una tensión narrativa mantenida a lo largo de los muchos vericuetos y saltos temporales que se proponen hasta el año 2009. La introducción en la trama de su renombrado investigador (Mario Conde) es también un acierto, un elemento que agiliza y puntea la historia convulsa de toda una saga familiar. Los diálogos del ex-policía Conde con sus amistades (mientras “toman rones y facturan pérdidas”) y, sobre todo, con Elías Kaminsky, aportan gracia y naturalidad al conjunto del relato. A través de su detective, Padura evoca lugares y personas de la isla que ya se perdieron, valores de otro tiempo que hoy se echan en falta, tal vez porque el escritor se siente, como el personaje, miembro de “la generación más desencantada y jodida dentro del nuevo país que se iba configurando”.

    Tribus urbanas en la Calle G, Vedado, La Habana


    La descripción del carácter cubano, su apertura y su capacidad para vivir, incluso en la adversidad, como si fuera una fiesta, es otro de los logros de esta historia. Se trata de una atrayente intriga, a partir de la cual van surgiendo asuntos como la parálisis e insolidaridad del mundo civilizado frente a los necesitados de ayuda en vísperas de la Segunda Guerra Mundial (ese barco de refugiados judíos lo rechaza sucesivamente Cuba, Estados Unidos o Canadá, y una mayoría de sus pasajeros terminará, de regreso, en Auschwitz), un drama humanitario repleto de paralelos históricos en suelo europeo que el autor pone de manifiesto (Holanda, Polonia, Rusia...) Mirar a otro lado, dudar, o ser tibios, en ciertos casos supone “la ratificación de una condena a muerte anunciada”.

    Leonardo Padura nos sumerge en la polémica por las obras de arte robadas a los judíos por los nazis y advierte del peligro de manipular a las masas (en Alemania, en Cuba o en cualquier lugar). No evita la referencia a la complicada y problemática formación del Estado de Israel en 1947. El detalle de la vida de Daniel Kaminsky, su trágico madurar, su más que comprensible transición del judaísmo al “escepticismo descreído”, permiten al autor situarnos ante el que quizá sea el gran mensaje de fondo de este libro: una advertencia clara contra los fanatismos de una u otra índole, y un ruego no menos claro a favor de la tolerancia y el respeto por las diferentes maneras de pensar y estar en el mundo. Hay en esta obra el anhelo de un territorio donde nadie sea considerado inferior o hereje, un lugar en el que la verdadera convivencia sea posible. Como declara el tío del protagonista, el austero pero comprensivo Joseph Kaminsky: “Agradéceselo a Cuba. Aquí he trabajado, pasado penurias... pero he conocido otra vida donde a nadie le ha importado en qué idioma hago mis rezos”. 

    En cualquier caso Herejes es una novela muy recomendable, tanto para quienes ya han asistido a anteriores correrías de Mario Conde como para los que no conozcan todavía al personaje. Además siempre servirá de acicate para leer otras obras de Padura en las que no aparece su célebre detective, como la excelente El hombre que amaba a los perros.

    ACTUALMENTE LEYENDO:  SHERLOCK HOLMES Y LA SABIDURIA DE LOS MUERTOS (Rodolfo Martínez)

    domingo, 17 de agosto de 2014

    EL LABERINTO DE ORO (Francisco J. De Lys)



    EL AUTOR

    Francisco J. de Lys (Barcelona, 1958) es licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona. Profundo conocedor de los entresijos históricos y culturales de su ciudad, es en la actualidad, editor de un plano-guía centrado en la Ruta del modernismo barcelonés. Autor polifacético, ha publicado libros de literatura fantástica. El Alfabeto de Babel es otra de sus novelas.



    EL LIBRO

  • Nº de páginas: 480 págs.
  • Encuadernación: Tapa blanda
  • Editoral: S.A. EDICIONES B
  • Lengua: CASTELLANO
  • ISBN: 9788466646253

  • Callejon del Oro en la Ciudad de Praga


    En la noche de todos los santos, durante el transcurso de una cena de gala en el Gran Teatro del Liceo, el arquitecto Gabriel Grieg es conminado a saldar una deuda que había contraído con un decrépito anciano. Con profundo estupor constata que el contrato que firmó enmascaraba entre sus cláusulas un delirante pacto con el diablo.

    Para intentar saldar su deuda, Grieg se aliará con una cautivadora y misteriosa mujer llamada Lorena, que está empeñada en encontrar una portentosa joya cuyo valor radica en el material de que está fabricada, al parecer auténtico oro alquímico. Sin embargo, hay algo más: la joya tiene relación con una serie de asesinatos en serie perpetrados por un monje bibliómano en la Barcelona del siglo XIX.

    "El laberinto de oro" oculta entre sus páginas un maravilloso secreto y nos conduce hacia un lugar donde los mitos y la Historia, el plomo y el oro, la vida y la muerte parecen fundirse en un territorio ignoto en el que es ilusorio pretender no sentirnos fascinados por su embrujo.

    IMPRESION PERSONAL

    Segunda entrega de las aventuras de Gabriel Grieg. En esta ocasión, tras haberle sido reclamado el pago de una deuda que había contraído en un misterioso pacto con un oscuro personaje, Gabriel se ve inmerso, junto con Lorena, su enigmática compañera de viaje en esta aventura, en la búsqueda de un objeto directamente entroncado con el oro alquímico que, supuestamente se había producido en Barcelona siglos atrás. En esta búsqueda, guiada por una senda marcada por simbólicas monedas, Gabriel y Lorena se internan en un peligroso juego por las callles de Barcelonaen el cual, los pactos demoníacos acechan por todas partes, sabiendo que sus vidas están en peligro si no encuentran el preciado objeto que persiguen.

    La Torre Colon, junto al Puerto de Barcelona, lugar donde empieza la trama en sí misma


    La primera impresión tras afrontar la lectura parece concluir que segundas partes nunca fueron buenas pues, la novela tarda más en alcanzar el ritmo trepidante de su antecesora en la saga “El alfabeto de babel”. Además, pueden resultar un poco pesadas las excesivas alusiones a lugares de Barcelona (para alguien que no es de esta ciudad), en ocasiones totalmente artificiosas, lo cual no desmerece el gran trabajo de documentación realizado por el autor al respecto. Asimismo, las excesivas alusiones simbólicas pueden dejar un poco despistado al lector.

    Sin embargo, a medida que transcurre el relato, éste se va haciendo más interesante e intrigante, creciendo en intensidad hasta el final, momento en el cual el lector puede pensar (como fue mi caso) que se ha perdido algo. Y es que la intrincada trama tejida por el autor llega hasta un nivel que, si no has estado atento a todos los pequeños detalles que la obra ha ido tejiendo desde su inicio, te resulta complicado comprender en su totalidad el desenlace. Esto supone un gran problema si escuchas la obra en vez de leerla, ya que resulta complicado rescatar los pasajes que contienen aquellos detalles que se pudieron haber pasado por alto. La consecuencia de todo ello es tener que releer parte de la obra.

    Fachada Principal de Liceo, Barcelona


    La mejor síntesis de la esencia de la nueva novela de Francisco J. de Lys la dice el protagonista del libro en un momento dado, cuando está manteniendo una conversación haciéndose pasar por escritor para conseguir información precisa para su libro: “Lo sé. Piense usted que en una novela todo es posible… El lector se presta al juego, pero agradece que previamente te hayas esmerado en la documentación, eso sí, sin llegar nunca a abrumarle a base de datos y más datos”. Pues, con esas, estamos ante una novela que, además de entretener, que sin duda es algo primordial en un libro, nos enseña, y de qué manera. Así, las casi 500 páginas de la novela vuelan de nuestras manos.
     
    Y uno intuye que eso es debido, no solo a la historia que nos cuenta el autor, sino también a cómo nos la presenta: a base de capítulos cortos, rápidos e intensos, algo que les da un sentido fílmico apreciable y que dota a la trama de una agilidad imparable. El argumento: Estamos en la noche de Todos los Santos y en el Gran Teatro del Liceo, en pleno corazón de Barcelona, el arquitecto Gabriel Grieg es conminado a saldar una deuda contraída con un decrépito anciano que él daba por muerto. Cuando vuelve a tener en sus manos el contrato firmado aquella lejana noche, comprueba con estupor que una de las cláusulas encerraba un extraño pacto con el diablo.
     
    Para intentar saldar esa extraña deuda, el arquitecto tendrá que unirse con una mujer llamada Lorena, empeñada en encontrar una joya fabricada con oro alquímico que a la vez se relaciona con unos asesinatos cometidos por un monje barcelonés del siglo XIX. Francisco J. de Lys recrea la Barcelona pasada y la actual perfectamente haciendo que los escenarios sean parte activa de la trama (no en vano es editor de una guía centrada en la ruta del Modernismo barcelonés, algo que le ha permitido conocer profundamente los arcanos históricos y culturales de la ciudad, para posteriormente usarlos en sus novelas).
     
    Iglesia de Santa Maria del Pi, en el Barrio Gótico, de gran trascendencia en el libro
     
     
    Paso a paso los protagonistas, Gabriel y Lorena, irán descubriendo pistas. Él utilizará su capacidad deductiva y Lorena su conocimiento sobre temas ocultistas para hacerse con la preciada joya y conocer la fórmula para la creación del famoso oro alquímico. Hay que decir que desde la primera página del libro sabemos cuál será el desenlace, pero J. de Lys retiene un as bajo su manga, que solamente mostrará en la recta final de la historia. Esta parte de las pistas y resolución de enigmas es lo más flojo del relato, ya que resulta inconexo, excesivamente críptico y sobre todo, nada creible.
     
    Así pues, se trata de un libro muy recomendable pero demasiado complejo en su desenlace, recordando a aquellas películas cuyo final te hace ejercitar las neuronas para poder atar todos  los cabos.

    ACTUALMENTE LEYENDO:  HEREJES  (Leonardo Padura)

    lunes, 11 de agosto de 2014

    EL DRUIDA (Morgan Llywelyn)



    EL AUTOR

    Morgan Llywelyn es una escritora neoyorquina, de 62 años, hija de irlandeses y actualmente nacionalizada irlandesa y residente en Dublín. Especializada en novela histórica y en fantasía histórica, centrada sobre todo en el mundo celta, su obra viene avalada por varios premios y por la venta de más de 40 millones de ejemplares. Podríamos destacar desde ‘Lion of Ireland’ hasta la recientísima ‘Brendan’ (sobre San Brendan el navegante), pasando por ‘Red Branch’ y ‘Finn Mac Cool’, entre otras. No quisiera olvidar su ciclo contemporáneo: ‘1916’, ‘1921’, ‘1949’, ‘1972’ y ‘1999’, donde narra en forma novelada desde la rebelión irlandesa hasta el surgimiento del Tigre Celta y el Acuerdo de Viernes Santo. Se ha adentrado también en ensayos históricos, como ‘Ireland: A Graphic History’ y ‘The History of Irish Rebels’, donde repasa con breves biografías a los más importantes líderes rebeldes (Theobald Wolfe Tone, Robert Emmet, Daniel O’Connell, James Connolly, Constance Markievicz, James Larkin, Patrick Pearse, Michael Collins, Bobby Sands y Gerry Adams, entre otros muchos).



    Su único libro traducido al español ha sido ‘Druids’: ‘El druida’ (Martínez Roca, 2000).

    EL LIBRO

  • Nº de páginas: 608 págs.
  • Editorial: MARTINEZ ROCA
  • Lengua: CASTELLANO
  • Encuadernación: Tapa blanda
  • ISBN: 9788427033627
  • Año edición: 2002
  • Plaza de edición: BARCELONA
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    Ainvar, guardián del Bosque Sagrado y jefe druida, guía a los galos en la lucha contra la colonización romana. Su antiguo rival, el príncipe guerrero Vercingetórix, se convierte en su aliado y lidera esta insurrección contra el procónsul romano Julio César, ávido de anexionar la legendaria civilización gala a su imperio. Con él colaboran mercaderes ambiciosos y jefes tribales corruptos. La inicial aparición de pacíficas factorías romanas en la zona pronto se tiñe con batallas sanguinarias, asedios a ciudades, conspiraciones, asesinatos, sacrificios humanos y subastas de prisioneros. La profunda entrega del druida a la causa de su pueblo se combina con la devoción por la naturaleza y un fuerte instinto de protección del modelo poligámico. Por sus apasionados brazos pasan tanto princesas como esclavas. Una novela intensa y rigurosa donde los valores sublimes de un pueblo amante de la naturaleza chocan con la realidad de la guerra, la traición, el asesinato y los sacrificios rituales.
     
    IMPRESION PERSONAL
     
    El druida es una novela histórica-fantástica donde se mezcla ambos géneros, escrita por Morgan Llywelyn,  especialista en cultura celta. Ainvar, el protagonista, es desde el comienzo una persona predestinada cuando su abuela es sacrificada en un ritual mágico. Es instruido por el jefe de druidas Menua y rápidamente comenzará su carrera al frente de su tribu, tras pasar el rito de iniciación.
     
    Se recrean dos civilizaciones antagónicas, la romana y la celta, y los conflictos territoriales y luchas de poder.
     
    Con una sólida base histórica, este relato describe verazmente la cultura celta, pese a que la memoria de este pueblo procede de la transmisión oral y de los documentos escritos por sus enemigos, como por ejemplo los “Comentarios a la guerra de las galias” de Julio César.
     
    La Galia, en el año 60 A.C.
     
     
    Es admirable la clarividencia de Morgan Llywelyn para reconstruir la forma de vivir, pensar y sentir de los pueblos de la Galia, es complicado que la precisión histórica que haya logrado el escritor sea elevada fundamentalmente porque las tribus galas y sus druidas no dejaban constancia escrita de sus vivencias; en realidad la reconstrucción del periodo del escritor es muy valiosa por la dificultad de reconstruir este periodo utilizando los sesgados retazos escritos por los romanos sobre los galos, logrando desarrollar coherentemente las vivencias de un pueblo probablemente menos retrasado y salvaje de lo que han dejado constancia los autores de la época; en general podríamos decir que El Druida nos muestra de manera fidedigna quienes eran los buenos y quienes los malos algo que en otras lecturas sobre el conflicto puede no ser tan evidente, en esta novela vemos un pueblo que luchaba simplemente por su libertad y otro que lo hacía por las ansias de poder y fama de sus dirigentes que invadieron la Galia matando, destruyendo, violando y esclavizando a sus habitantes.
    Aunque el protagonista principal de la novela es Ainvar el druida y la novela tiene muchas páginas dedicadas a desarrollar su historia y la influencia del poder druídico en el enfrentamiento contra los romanos, podría decirse que la parte principal de la historia la constituye el enfrentamiento entre Julio Cesar y Vercingetorix, en cómo este ultimo logro unir (con la ayuda de Ainvar) a pueblos enfrentados contra un enemigo común y la lucha fratricida entre ambos generales que tendrá su punto culminante en el asedio de Alesia, la más brillante muestra del genio como estratega Julio Cesar.
     
    Vercingetorix se rinde ante Julio César, tras el sitio de Alesia
     
     
    El resumen de la contraportada termina con una crítica del Publishers Weekly:

     "Esta muy atractiva evocación de la cultura celta narra la guerra de las Galias, de Julio César, desde la perspectiva de los vencidos...Morgan Llywelyn traza un retrato imaginativo y vívido de los rituales de los druidas y de sus estrechos vínculos con la naturaleza, y describe fielmente la vida cotidiana de los celtas".
    Lo he recogido porque me parece exacto. Me fascina todo lo relativo a los druidas, y este libro me resultó especialmente descriptivo.
     
    ACTUALMENTE LEYENDO:  HISTORIAS DE PADRES E HIJOS  (Manuel Vázquez Montalbán)

    lunes, 4 de agosto de 2014

    REQUIEM ALEMAN (Philip Kerr)





    EL AUTOR

    Philip Kerr (Edimburgo, Escocia, 1956) es un escritor británico.

    Estudió en la universidad de Birmingham y obtuvo un máster en leyes en 1980; trabajó como redactor publicitario para varias compañías, entre ellas Saatchi & Saatchi, antes de consagrarse definitivamente a la escritura en 1989 con Violetas de Marzo (March Violets), obra con la que inició una serie de thrillers históricos ambientados en la Alemania nazi conocida como "Trilogía berlinesa" (también llamada "Berlin Noir"), protagonizada por el detective alemán Bernhard "Bernie" Gunther.



    El resto de su obra suele ser novela negra o policíaca, y se ambienta en distintas épocas, incluso futuras, como por ejemplo Una investigación filosófica (A Philosophical Investigation). En 2009 obtuvo el III Premio RBA de Novela Negra, el de mayor dotación de su especialidad (125.000 euros), por Si los muertos no resucitan, cuya historia transcurre en un Berlín en pleno apogeo del nazismo, poco antes de las Olimpiadas y la II Guerra Mundial. Este título forma parte de la "serie Bernie Gunther".

    Además de escribir para el Sunday Times, Evening Standard y New Statesman, ha publicado novelas orientadas al público juveniles, firmadas bajo el nombre de P. B. Kerr, en la serie "Los hijos de la lámpara" (Children of the Lamp), como El enigma de Akenatón, La Djinn Azul de Babilonia o La cobra rey de Katmandú.

    Vive en Londres con su mujer, la escritora Jane Thynne, y sus tres hijos.

    EL LIBRO

  • Nº de páginas: 448 págs.
  • Encuadernación: Tapa blanda
  • Editoral: RBA LIBROS
  • Lengua: CASTELLANO
  • ISBN: 9788498676662



  • Ya ha acabado La Segunda Guerra Mundial, nos encontramos en 1947, algunos jerifaltes nazis se han suicidado como Himmler, otros buscan cambiar de identidad e incluso colaborar con los americanos como espías. Berlín está dividido en cuatro, en manos de americanos, británicos, franceses y rusos (o ivanes como les llama Bernie).

    Bernie se traslada a Viena a resolver un caso que lo tendrá en esa ciudad una larga temporada. Debe demostrar que un tal Becker no es el asesino de un americano. La cosa pinta mal porque todo apunta sobre Becker. Austria también sufrió las consecuencias de los bombardeos y Viena sin llegar a los límites de Berlín (..”comparada con Berlín, Viena tenía un aspecto más limpio que el escaparate de un enterrador…”) expone también sus heridas de guerra. Curioso es el comienzo del libro donde un equipo de rodaje quiere rodar una película sobre los estragos de la película, en Viena, y donde las obras de reconstrucción que se van a llevar a cabo les supone todo un problema.

    En su investigación Bernie entrará en contacto con los americanos, con gente de la que uno no sabe nunca bien para quien trabaja, como en el caso de Belinsky, compañero de andanzas, pues todos parecen ser agentes dobles o triples. Bernie ahora está casado con Kirsten, si bie la cosa no parece pintar muy bien, pues esta no es reacia a hacerle un francés a un americano ni un griego a un británico.

    IMPRESION PERSONAL

    Réquiem alemán es la novela con la que Philip Kerr cerró en 1991 la, entonces, trilogía Berlín Noir.

    Una serie que retomaría quince años más tarde y que verá  2011 aparecer su séptima entrega:
    “Gris de campaña” (o “Gris militar”, que no encuentro fuentes que coincidan).

    Lo primero que se hace notar es su escasa continuidad respecto a Violetas de marzo y Pálido criminal, fruto de la voluntad de Kerr por no quedar estancado en otra historia policiaca con nazis en el Berlín de preguerra. De hecho, corta por lo sano y traslada la acción hasta finales 1947, hacia un Berlín desolado donde la tensión entre los dos grandes bloques están a punto de “descorchar” la guerra fría. Entre las ruinas físicas y psicológicas de un país y una ciudad en plena bipartición, un oficial de la MVD (el post NKVD y pre KGB), el coronel Poroshin, contacta con Bernie Gunther para que investigue el asesinato en el que se ha visto involucrado Emil Becker; un antiguo compañero en la Policía Criminal de Berlín, especialista todo tipo de trapicheos, detenido como presunto asesino de un oficial estadounidense en Viena. Pese a sus dudas iniciales, Gunther acepta e inicia una investigación que le trasladará hasta la capital austriaca. Un escenario que, la verdad, conocemos muy bien.

    Durante más de la mitad de su extensión, Réquiem alemán evoca el recuerdo que tiene el lector de El tercer hombre, ya sea a través de la novela o, más (por su tremendo poder visual), de la adaptación que Carol Reed hizo poco después. No es sólo que Kerr se mueva por los mismos escenarios del submundo vienés y que estos fuesen bien capturados por ambos clásicos. Hay escenas que remiten, directa o indirectamente, a ella: una visita de Gunther al cementerio de la ciudad, esos paseos nocturnos por calles en penumbra absolutamente vacías, el sonido de la cítara en los clubes, la necesidad de penicilina… Incluso en varios momentos de la narración se alude a unos productores ingleses que preparan la grabación de una película en la ciudad.

    Una muleta destinada a dar mayor verosimilitud a la ficción.

    La Ringstrasse, bulevar circular que rodea la ciudad de Viena


    Independientemente de esto, el gran acierto de Réquiem alemán está en lo bien que se mueve Kerr entre la novela negra y el thriller de espías menor. Un terreno ideal para relatar la descomposición de una Alemania que purga los males del nazismo, apesadumbrada por las atrocidades que había cometido y en pleno proceso de reacción ante las que (también) se habían cometido contra ella. Y, sobre todo, para poner negro sobre blanco el nacimiento del nuevo orden mundial. La desaparición de la “claridad” que había conducido a la Segunda Guerra Mundial para embarcarse en un proceso más borroso y velado donde los nazis eran algo más que unos criminales a los que castigar (quizás una posible ayuda contra la creciente amenaza “roja”). La génesis de una (nueva) ambigüedad moral que reinaría en las relaciones internacionales durante cuatro décadas, hasta que fue reemplazada por una nueva ética (tan o más turbia).

    Se disfruta viendo a un Bernie Gunther que mantiene su integridad, cinismo y sensibilidad habituales en un ambiente todavía más hostil al de las dos primeras novelas. A sus consabidos problemas con las viciadas estructuras nazis (no debería haberlo escrito, pero hay un spoiler a lo “habéis matado a…” en el texto de la cubierta trasera) y los criminales de diversa estopa, aquí debe sobrevivir a un clima postbélico depresivo y unos compañeros de reparto de lo más escurridizos con los que el cinismo, la hipocresía y el verbo afilado ya no bastan para salvar el día. De hecho, todavía más sobrepasado por los acontecimientos, Kerr necesita de una conversación final con el mago que mueve los hilos para poner al día a Bernie de todo lo que no ha sido consciente, que no es poco. Un recurso narrativo incómodo que acentúa la sensación de indefensión del personaje.

    Pequeño y pintoresco pueblo de Grinzing, a las afueras de Viena, donde transcurre la parte final de la novela


    Al igual que en las novelas precedentes, el autor busca exculpar al pueblo alemán de las atrocidades cometidas por los nazis, cuyos máximos dirigentes (Hitler, Goering, Himmler, Heyndrich) son mencionados con bastante frecuencia. También habla de algunos casos de corrupción en las filas de los bandos vencedores, como si quisiera dejar en claro que no todo es siempre blanco o negro. Encontré esta novela algo menos ágil que las precedentes, por momentos quería llegar ya al final.

    En la trama de la novela se involucra a un alto jerarca nazi (el jefe de la Gestapo, Heinrich Müller), que desapareció en los últimos días de la guerra, pero al no encontrarse su cuerpo, su muerte sigue hoy envuelta en el misterio.

    ACTUALMENTE LEYENDO:  EL DRUIDA  (Morgan Llyvelyn)