lunes, 29 de julio de 2013

LIBROS QUE HE LEIDO: UN DULCE SABOR A MUERTE (Ellis Peters)



EL AUTOR

Ellis Peters es el seudónimo de Edith Mary Pargeter (1913 - 1995), escritora inglesa dedicada tanto a la novela histórica con tintes de novela negra como a la literatura más realista.
Nació en Horsehay, Shropshire, Inglaterra y allí vivió la mayor parte de su vida. Entre 1930 y 1940 trabajó como auxiliar de farmacia, adquiriendo los conocimientos sobre medicinas que utilizaría en sus obras. Nunca fue a la universidad, pero se convirtió en una erudita autodidacta en las áreas que le interesaban.

En 1936 escribió su primera novela. Durante la II Guerra Mundial trabajó en un puesto administrativo en la división femenina de la Royal Navy en Liverpool. Se le concedió la Medalla del Imperio Británico en 1944.



Además de la serie de Fray Cadfael ha escrito innumerables libros, tanto con su nombre verdadero como con el de Ellis Peters, que utilizó para distinguir su producción como escritora de novelas de misterio del resto. También era conocida por sus traducciones de los clásicos checos. Además, escribió bajo el nombre de Peter Benedict, Jolyon Carr y John Redfern.

Pargeter fue nombrada Oficial de la Orden del Imperio Británico (OBE) «por sus servicios a la literatura» en 1994.
 
En 1993 ganó el Cartier Diamond Dagger, un premio anual otorgado por la Asociación de Escritores del Crimen de Gran Bretaña a los autores que han hecho una contribución sobresaliente de toda una vida en el campo de la escritura de misterio.

Los escritores de misterio de América le concedieron su premio Edgar Allan Poe en 1963 por Death and the joyful woman.

EL LIBRO

FRAY CADFAEL, que en su juventud fue a las Cruzadas y vivió multitud de aventuras, vive ahora retirado en la abadía benedictina de Shrewsbury, cerca de Gales. Gran conocedor de las plantas y sus propiedades, y experto en la preparación de remedios con las mismas, es el encargado del herbario y del huerto. Hombre inteligente, observador y dotado de un gran sentido común, tendrá que utilizar todas estas cualidades para resolver los casos que se le presentan.

El ambicioso prior Roberto decide hacerse con las reliquias de santa Winifreda, que reposan en el pequeño pueblo galés de Gwytherin, pese a la oposición de los habitantes del mismo. Es entonces cuando se produce un terrible crimen y la experiencia mundana de fray Cadfael adquiere una importancia vital a la hora de resolver el misterio.

Fuente de Santa Winifreda (Gales)


IMPRESION PERSONAL

Un dulce sabor a muerte es la primera de una serie de 20 novelas que la autora comenzó a publicar en 1942 y que lleva por título Las crónicas de Cadfael.

Es la primera de veinte novelas protagonizadas por Fray Cadfael, monje benedictino, de 57 años, encargado del herbario en la abadía de Shrewsbury, pequeña localidad inglesa ubicada muy cerca de la frontera con Gales. La acción de cada una de las novelas de la serie se desarrolla entre los años 1137 a 1145, es decir durante gran parte del reinado de Esteban de Blois. Nos encontramos, por lo tanto en pleno siglo XII. Fray Cadfael proviene de una familia de campesinos galeses y fue cruzado y marino, antes de hacerse religioso. Como es un experto conocedor de las propiedades curativas de las plantas y sobre cómo usarlas como remedio para sanar dolencias o enfermedades ejerce además labores de médico aunque también se ocupa de cuidar el huerto.

En lo referente a los personajes, Cadfael es el único al que conoceremos en profundidad, y quizás también a Sioned, el resto están poco más que esbozados en un vano intento de agilizar la trama, supongo, pero me gustaría haber conocido algo mejor al herrero Bened o a Cay, por no hablar del párroco, que se ve desbordado por todo lo ocurrido.

La novela está ambientada en el primer tercio del siglo XII, pero bien podría haberlo estado en cualquier otro período del medievo, ya que no encontramos ningún detalle socio - económico ni político que lo pueda identificar,  lo único que menciona es que Inglaterra estaba aún sumida en el sistema feudal, para conocer en qué época está ambientada tan sólo contamos con la fecha proporcionada por la autora en la novela.

A pesar de lo que digo en el párrafo anterior, el estilo es muy descriptivo. Baste como prueba que el asesinato se produce mediada la novela.  Se pasa más de 120 páginas describiendo el convento y la campiña galesa, resulta lento hasta para una histórica, con el añadido de que no me ha hecho aprender nada de la Historia o el arte ingleses de la época.


La impresión que nos queda es que se trata de una novela algo corta, con la trama no muy bien desarrollada, y personajes planos, sin evolución alguna y que no nos dicen casi nada, de hecho a veces los confundimos, señal evidente de lo poco elaborados que están.

Ruinas de la Abadía de Shrewsbury


Otro aspecto curioso y digno de reseñar es que la trama no concluye con el descubrimiento del asesino, si no que se extiende algunos capítulos más en los que Fray Cadfael debe poner en juego toda su imaginación para que nadie salga perjudicado por el asunto, demostrando ser además un eficaz “montajista”. Este es otro elemento que pienso puede resulta sumamente motivador, tal y como lo fue para mí, para los aficionados al género. Aunque es importante descubrir quién asesinó a Rhisiart, tarea en la que Cadfael utiliza no sólo sus grandes dotes deductivas sino también todo su ingenio para que el culpable confiese la autoría del crimen, resulta fundamental además que se resuelvan adecuadamente los diferentes conflictos surgidos a lo largo de la narración de manera de que todos los implicados se sientan satisfechos. No se trata tanto de castigar o detener al “criminal” como que las diferentes historias de amor “terminen bien” o que cada personaje consiga finalmente colmar todas sus aspiraciones relacionadas, en este caso, con el traslado o no de las reliquias de la santa al monasterio, algo que Fray Cadfael consigue de manera magistral en ambos casos. No sólo demuestra ser un excelente detective sino también muy hábil a la hora de solucionar el embrollo – como sucede en esta novela – y colocar cada asunto en su justo lugar.

ACTUALMENTE LEYENDO:  EN EL DIA DE HOY  (Jesús Torbado)

martes, 23 de julio de 2013

LIBROS QUE HE LEIDO: MASCARAS (Leonardo Padura)



EL AUTOR

Leonardo Padura Fuentes (La Habana, 1955) es un novelista y periodista cubano, conocido especialmente por sus novelas policiacas del detective Mario Conde. El Gobierno de España concedió en 2011 la ciudadanía de ese país a Padura, quien sigue viviendo en Cuba.

Nacido en el barrio de Mantilla, hizo sus estudios preuniversitarios en el de La Víbora, de donde es su esposa Lucía; naturalmente, estas zonas de La Habana, muy ligadas espiritualmente a Padura, se verán reflejadas más tarde en sus novelas. Padura estudió Literatura Latinoamericana en la Universidad de la Habana y comenzó su carrera como periodista en 1980 en la revista literaria El Caimán Barbudo; también escribía para el periódico Juventud Rebelde. Más tarde se dio a conocer como ensayista y escritor de guiones audiovisuales y novelista.



Su primera novela —Fiebre de caballos—, básicamente una historia de amor, la escribió entre 1983 y 1984. Pasó los 6 años siguientes escribiendo largos reportajes sobre hechos culturales e históricos, que, como él mismo relata, le permitían tratar esos temas literariamente.  En aquel tiempo empezó a escribir su primera novela con el detective Mario Conde y, mientras lo hacía, se dio cuenta "que esos años que había trabajado como periodista, habían sido fundamentales" en su "desarrollo como escritor". "Primero, porque me habían dado una experiencia y una vivencia que no tenía, y segundo, porque estilísticamente yo había cambiado absolutamente con respecto a mi primera novela", explica Padura en una entrevista a Havana-Cultura.

Las policiacas de Padura tienen también elementos de crítica a la sociedad cubana. Al respecto, el escritor ha dicho: "Aprendí de Hammett, Chandler, Vázquez Montalbán y Sciascia que es posible una novela policial que tenga una relación real con el ambiente del país, que denuncie o toque realidades concretas y no sólo imaginarias".

Su personaje Conde —desordenado, frecuentemente borracho, descontento y desencantado, "que arrastra una melancolía", según el mismo Padura— es un policía que hubiera querido ser escritor y que siente solidaridad por los escritores, locos y borrachos. Las novelas con este teniente han tenido gran éxito internacional, han sido traducidas a varios idiomas y han obtenido prestigiosos premios. Conde, señala el escritor en la citada entrevista, refleja las "vicisitudes materiales y espirituales" que ha tenido que vivir su generación. "No es que sea mi alter ego, pero sí ha sido la manera que yo he tenido de interpretar y reflejar la realidad cubana", confiesa.

Conde, en realidad, "no podía ni quería ser policía" y en Paisaje de otoño (1998) deja la institución y cuando reaparece en Adiós Hemingway (2001) está ya dedicado a la compraventa de libros viejos.

Tiene también novelas en las que no figura Conde, como El hombre que amaba a los perros (2009), donde las críticas a la sociedad cubana alcanza sus cotas más altas.

Padura ha escrito también guiones cinematográficos, tanto para documentales como para películas de argumento.

Vive en el barrio de Mantilla, el mismo en el que nació. Al preguntarle por qué no puede dejar La Habana, el ambiente de su historia, ha dicho: “Soy una persona conversadora. La Habana es un lugar donde se puede siempre tener una conversación con un extranjero en una parada de guaguas”.

EL LIBRO

En la tupida arboleda del Bosque de La Habana aparece un 6 de agosto, día en que la Iglesia celebra la transfiguración de Jesús, el cuerpo de un travesti con el lazo de seda roja de la muerte aún al cuello. Para mayor zozobra del Conde, aquella mujer «sin los beneficios de la naturaleza», vestida de rojo, resulta ser Alexis Arayán, hijo de un respetado diplomático del régimen cubano. La investigación se inicia con la visita del Conde al impresionante personaje del Marqués, hombre de letras y de teatro, homosexual desterrado en su propia tierra en una casona desvencijada, especie de excéntrico santo y brujo a la vez, culto, inteligente, astuto y dotado de la más refinada ironía. Poco a poco, el Conde va adentrándose en el mundo hosco en el que le introduce ladinamente el Marqués, poblado de seres que parecen todos portadores de la verdad de Alexis Arayán… ¿Pero dónde, en semejante laberinto, encontrará el Conde su verdad?

IMPRESION PERSONAL

Máscaras es la tercera entrega de la tetralogía “Las cuatro estaciones” protagonizada por el teniente detective Mario Conde, también es conocida como “El cuarteto de la Habana”. El resto de la serie lo forman Pasado perfecto, Vientos de cuaresma y Paisaje de otoño. Cada libro está ambientado en una estación diferente. En Máscaras estamos en verano. “El calor es una plaga maligna que lo invade todo”. Al igual que en el resto del cuarteto la acción se desarrolla en el 1989.

Bosque de la Habana, al paso del rio Almendares


Durante los últimos tres meses, Mario Conde ha estado llevando a cabo tareas burocráticas. Fue suspendido por seis meses tras una pelea con el teniente Fabricio. Para entonces su caso será revisado de nuevo para decidir si va a poder regresar al servicio activo.

Debido a la escasez de personal, su superior, el mayor Antonio Rangel, levanta temporalmente la sanción a Conde y lo manda a investigar la muerte de un travesti en el Bosque de La Habana, junto con el sargento Manuel Palacios

La víctima, Alexis Arayán, fue estrangulada con una cinta de seda roja. Lo más extraño es que fue asesinado de frente y no ofreció resistencia alguna. Incluso ni intentó escapar, a juzgar por las huellas encontradas. Alexis era hijo de Faustino Arayán, un diplomático de alto rango, el último representante de Cuba en la Unicef  y con mucha influencia entre los altos funcionarios del régimen. El Mayor Rangel ha recibido instrucciones de no molestar a la familia y ha exigido la máxima discreción a sus subordinados.  Como es habitual en Padura, la investigación policial es sólo una excusa para la crítica social. Los dos temas principales de este libro son la homosexualidad en Cuba y la llamada política de “parametrización” que se utilizó para excluir a muchos intelectuales de la vida cultural cubana, por razones ideológicas y religiosas o por preferencias sexuales. Uno de los aspectos más interesantes de este libro es la evolución de Mario Conde, que va desde una actitud abiertamente homofóba asta su aceptación de lo que sólo es una preferencia sexual diferente.

Como todas las novelas de la serie de Mario Conde, Máscaras se integra en el género policiaco: el motor de la trama es la aparición del cadáver de un travesti en el Bosque de La Habana. El policía será entonces rescatado de su purgatorio como oficinista para encargarse del caso, lo que le llevará a sumergirse en un mundo que nunca imaginó llegar a conocer: el de los homosexuales cubanos, seres clandestinos en un régimen que los considera depravados y decadentes. A través de este "descenso a los infiernos", Mario Conde descubrirá no solo quién mató a Alexis Arayán, sino también nuevas facetas de sí mismo, de su país y de la condición humana.

Caserones en el Paseo del Prado, La Habana


Porque, en realidad, más que descubrir al asesino, lo que más interesa en esta novela es precisamente la presentación de ese submundo, y de los mecanismos represivos del régimen cubano, sobre todo en los años 70, contra homosexuales e intelectuales "disidentes". Es inevitable pensar por ejemplo en el caso de Heberto Padilla, escritor encarcelado en 1971, obligado a retractarse de sus posturas "antirrevolucionarias" y posteriormente exiliado a los Estados Unidos; este escándalo fue un punto de inflexión en el apoyo de muchos intelectuales a la causa de la revolución cubana. El propio Virgilio Piñera, dramaturgo cubano represaliado por su homosexualidad y su disidencia, figura en la novela de forma destacada.

Resulta llamativo que un escritor cubano, y que vive en Cuba, pueda escribir con tanta claridad sobre la corrupción de un régimen que permite que algunos se enriquezcan mediante la economía paralela, o que represalía a otros por su condición sexual o por sus ideas, o que premia la delación y la sospecha constantes. Como me decía la amiga que me prestó el libro, "una novela así no habría sido posible hace veinte o treinta años". Ahora mismo, la política cultural cubana ha cambiado mucho: no importa mucho lo que los escritores escriban, siempre que publiquen en el extranjero y traigan divisas a la isla.

ACTUALMENTE LEYENDO:  EL TUNEL  (Ernesto Sábato)

lunes, 15 de julio de 2013

LIBROS QUE HE LEIDO: EL DEDO DE DIOS (Mario Escobar)



EL AUTOR

Mario Escobar Golderos es escritor e historiador español. Nacido el 23 de junio de 1971.  Sus obras han sido traducidas a cuatro idiomas, ha publicado 20 libros entre biografías, novelas y ensayos. Colaborador habitual de National Geographic Historia, Más Allá y director del programa de libros y el blog "Best Seller Español".



Mario Escobar Golderos nació en Madrid en el año 1971. Licenciado en Historia y Diplomado en Estudios Avanzados en Historia Moderna en la Universidad Complutense. Mario Escobar Golderos publicó su primer libro: Historia de una Obsesión en el año 2000. Su primera novela Conspiración Maine (2006) fue un éxito de ventas en España y América Latina. A esta siguió la novela El Mesías Ario, El secreto de los Asssassinni, La profecía de Aztlán,  El dedo de Dios y El Testamento del Diablo. Todos estos libros forman parte de una saga que describe los comienzos del siglo XX. Otras de sus novelas son: Sol rojo sobre Hiroshima, Matar a Lutero, Exterminio y Gernika. Entre sus biografías destacan: Los doce legados de Steve Jobs (2012), Winston Churchill (2012) y Martin Luther King (2006

EL LIBRO

Veracruz, México. Hércules Guzmán Fox, uno de los investigadores más importantes del mundo, tiene que resolver la extraña muerte de un senador norteamericano en el barco en el que viajan hacia los Estados Unidos. Durante la travesía descubrirá que los culpables son un extraño grupo que se creía desaparecido hacía siglos. Las pistas de una antigua reliquia lo llevarán, junto a George Lincoln y Alicia Mantorella, sus inseparables amigos, a Washington, donde se encuentra la clave de un asombroso misterio, asociado a uno de los objetos más poderosos de la historia. El escritor Jack London y un joven Franklin D. Roosevelt los ayudarán a descubrir el enigma que se oculta en las entrañas de la ciudad y que se remonta al descubrimiento de América.

IMPRESION PERSONAL

En esta nueva entrega de la serie dedicada al investigador Hércules Guzmán Fox, el autor nos introducirá en el mundo de los masones explicando su origen y desarrollo, si bien ya adelantamos que, en ciertos momentos, el autor otorga un caracter muy técnico a la explicación, ralentizando un poco la lectura, lo que puede provocar que el lector no preste la debida atención, haciendo una lectura rápida de esa parta para asi poder introducirse en la trama de la historia.

Esta comienza justo en el momento que asesinan a un senador, nuestros protagonistas decidirán investigar el asesinato involucrándose de lleno en una trama de misterios, asesinatos, persecuciones, sucesos que tienden a ser algo paranormales y objetos misteriosos.
 

Una historia un tanto negra en la que nuestros asesinos no dudarán en matar y dañar a las personas que sean necesarias para conseguir su objetivo, un objeto que les dará el poder que siglos atrás le quitaron. Una lucha entre dos logias masónicas en las que Mario Escobar consigue que el lector se implique en dicha pugna, aunque hasta el final del libro no se llega a comprender muy bien cual de ellas es la que está comentiendo las atrocidades que van surgiendo durante la historia.
 
Mansión de Franklin D. Rooselvet, en Springwood Hyde Park, Nueva York
 

Unos protagonistas que lucharán porque la verdad salga a la luz mientras protegen a una chica inocente que ya ha perdido a su padre, viendose involucrados en una trama mucho más compleja que en lo que en un principio parecía.

La trama está ubicada en uno de los momentos históricos más convulsos e importantes de nuestra historia, nos econtramos en plena  primera  guerra mundial, una Europa azotada por el hambre y la pobreza, mientras que desde Estados Unidos, el presidente  promete ayudas sin involucrarse en decisiones importantes hasta que no se vea ganador en las próximas elecciones.

El autor nos explica de forma sencilla como la masonería tuvo una fuerte influencia en el comienzo y progreso de los primeros días en que Estados Unidos vió la luz, haciéndose partícipes de las decisiones gubernamentales y políticas del país.

Escobar mantiene todas los elementos de la saga -ritmo trepidante, capítulos cortos, estilo directo, mucha acción, misterio histórico mezclado con la Primera Guerra Mundial- para contarnos una nueva historia, esta vez, centrada en los masones. Como el tema a mí no me interesa mucho -no es que esté cansado, es que nunca me han parecido algo tan intrigante-, esta vez el misterio me ha gustado menos que otras y creo que hay giros menos brillantes que en otras de sus novelas (El mesias ario, me parece la mejor). Sin embargo, Escobar deja claro que es un auténtico experto en el tema de la masoneria norteamericana -hay que recordar que es autor de Historia de la Masoneria en Estados Unidos (Almuzara)-.


Biblioteca del Congreso, Washington D.F.


Aún así, Mario logra demostrar, una vez más, que es un escritor de oficio, efectivo y que conoce la labor de narrar perfectamente. Las descripciones y los personajes funcionan a pinceladas certeras que hacen avanzar la historia como una locomotora, a todo gas. Y así logra cautivar y crear unas entretenidísima novela, sin más pretensiones que hacer que el lector lea y pase hoja, lea y pase hoja, hasta que descubra que ya ha devorado el libro. ¿Parece fácil? No lo es, pero lo consigue con nota y El dedo de Dios es una buena prueba de ello
 Como en sus obras anteriores se aprecia que el análisis de la psicología de los personajes no es el mayor interés del autor, pues la novela, breve en páginas, nos lleva por los derroteros de una aventura trepidante, casi sin respiro para reflexionar, donde prima la agilidad de la acción sobre la ambientación o la descripción de lugares o pensamientos. El único escollo que he encontrado en la fluidez es cuando alguno de los personajes explica ese origen masónico citado anteriormente. Para mi gusto, cuenta demasiados detalles y nombres que son muy difíciles de recordar y que además tampoco intervienen en exceso en la historia (algunos de ellos). No obstante, para gente con curiosidad en el tema puede resultar educativo.

En esta novela, Mario Escobar parece haberse alejado un poco del espíritu de sus otras obras, al recurrir a un tema digamos más de "moda" y quizás ya conocido del público por obras literarias como el "Símbolo perdido" de Dan Brown, y películas como las de la serie de "National Treasure" con Nicolas Cage, con ambas de las cuales, especialmente la segunda, guarda algunas semejanzas. Sin embargo, sí conserva varias las características de la serie como la participación de personajes reales: Jack London, Roosevelt, etc, menos numerosos que otras veces y con más parte en la acción, más justificados y mejor elegidos, y sobre los cuales nos aporta algún apunte biográfico; y también los cambios continuos de localizaciones o la interferencia de hechos históricos reales con la ficción novelesca.
 
Capilla de San Pablo, uno de los edificios más antiguos de Nueva York, y de clara simbología masónica
 

La prosa es sencilla y fácil de leer, y el ritmo muy rápido, al que ayuda además el hecho de que los capítulos sean cortísimos, algunos de ellos de una sola página o dos. A mí, que soy de lecturas más densas, este estilo de literatura se me hace algo entrecortada y como a trompicones, pero la mayor parte del público lo encontrará grato de leer, especialmente por la naturaleza de la aventuras, que en el fondo narran la búsqueda de un tesoro, un tema que nunca pasa de moda. Aunque, ciertamente, yo echo de menos un poco más de "empaque" literario en la novela, y sobre todo algo más de ambientación, pues las descripciones son escasas. Eso sí, la ligereza de la prosa hace que el libro se pueda terminar en muy poco tiempo.

En resumen, una lectura de ritmo rápido que hace que el lector se enganche con facilidad a la trama, con algunas partes muy técnicas que aunque, como ya he dicho anteriormente, ralentizan la trama, no perjudican en sí mismas al desarrollo de los acontecimientos. Quiero destacar también la brevedad de los capítulos, algunos sólo con dos o tres páginas nada más, que aunque no lo parezca, aligera bastante el desarrollo de la historia.

sábado, 13 de julio de 2013

LIBROS QUE HE LEIDO: TRECE RUNAS (Michael Peinkofer)



EL AUTOR

Michael Peinkofer (n. 1969) cursó estudios de literatura alemana, historia y ciencias de la comunicación en Múnich. Desde 1995 se dedica a la escritura, el periodismo cinematográfico y la traducción. Actualmente vive y trabaja en Algovia, en el sur de Alemania. Su primera novela publicada en España, Trece runas (2008), un best seller en Alemania traducido a 7 idiomas, le ha dado a conocer como uno de los referentes actuales entre los jóvenes autores europeos de novela histórica. Ahora, La maldición de Thot, supone su definitiva consagración.


Bibliografía

  • Trece Runas (2008) (Die Bruderschaft der Runen)(2004)
  • La maldicion de Thot (2009) (Der Schatten von Toth) 2007)
  • La llama de Alejandría (2010). (Die Flamme von Pharos) (2008)
  • Die Rückkehr der Orks (2007). (No publicado en español)
  • Der Schwur der Orks (2008). (No publicado en español)
  • Das Gesetz der Orks (2008). (No publicado en español)
  • Die Zauberer (2009). (No publicado en español)
  • Las puertas del infierno (2011) (Am Ufer des Styx)(2009)
  • La luz de Shambala (2012)

EL LIBRO

Una misteriosa secta escocesa; un oscuro secreto oculto durante siglos. Un thriller histórico en donde el gran escritor escocés Walter Scott investiga la muerte de su ayudante. Junto con su sobrino Quentin, emprende una investigación que lo llevará a buscar respuestas en las trece runas de la tumba del rey Roberto I de Escocia. Quentin, además, ha encontrado el amor , pero ella también ha estado a punto  de ser asesinada...Hermandades secretas, bibliotecas misteriosas: un mundo donde el afán por el poder admite el sacrificio humano, a no ser que un rayo consiga anular el poder de la espada de las runas.

Sir Walter Scott



QUE SON LAS RUNAS?

Los alfabetos rúnicos son un grupo de alfabetos que comparten el uso de unas letras llamadas runas, que se emplearon para escribir en las lenguas germánicas principalmente en Escandinavia y las islas Británicas, aunque también se usaron en Europa central y oriental, durante la Antigüedad y la Edad Media, antes y también durante la cristianizacion de la región.

Las variantes escandinavas del alfabeto se conocen también como futhark o fuþark (pronunciación AFI:  ['fuθark]), término que deriva de las seis primeras runas: Runic letter fehu.svg Runic letter uruz.svg Runic letter thurisaz.svg  Runic letter ansuz.svg  Runic letter raido.svg Runic letter kauna.svg que se transliteran como F, U, Þ, A, R y K. La variante anglosajona se conoce como futhorc, debido a los cambios producidos en la pronunciación de estas mismas seis letras en el inglés antiguo.

Las inscripciones rúnicas más antiguas encontradas datan de alrededor del año 150, y a grandes rasgos, el alfabeto fue reemplazándose por el latino con la cristianización, alrededor del año 700 en la Europa central y al finalizar la época vikinga, alrededor de 1100, en Escandinavia. Sin embargo, el empleo de runas persistió en Escandinavia hasta entrado el siglo XX, especialmente en la Suecia rural, empleándose especialmente en la decoración con runas y en los calendarios rúnicos.

IMPRESION PERSONAL

El protagonista de la novela no es otro que el ilustre escritor Escocés Walter Scott autor de Ivanhoe y otras novelas de época. En su incesante búsqueda de material para sus novelas uno de sus ayudantes trabaja incesantemente en la abadía de Kelso donde por azar encuentra un manuscrito sin catalogar que no debería haber encontrado… y al día siguiente encuentran su cadáver en algo que parece un suicidio. Es el propio Scott junto con su tímido sobrino Quentin el que toma las riendas de la investigación en la Escocia ocupada por los ingleses en la época de las “clearances” (los nobles hacían trasladar aldeas enteras a la costa para alquilar las tierras a los ovejeros ingleses).

Poco a poco van descubriendo que hay algo más oscuro en este “suicidio” y la intervención de un siniestro oficial inglés llamado Dellard no hace sino avivar las sospechas de que se trata de algo más. Los propios monjes de Kelso parecen guardar un secreto y una antigua y malvada sociedad secreta druídrica está involucrada.

 
 

Abbottsford, residencia de sir Walter Scott, en las tierras bajas escocesas

Paralelamente la joven y bella Mary Egton debe casarse con un laird escocés que no conoce y durante el viaje son atacados por error por un grupo de encapuchados de la secta que iban a por Scott y su sobrino. Finalmente son ellos quienes la salvan y le permiten continuar el viaje hacia las tierras del Laird.

Mientras la investigación y los ataques de la secta llevan a Scott y Quentin a Edimburgo, Mary languidece en el castillo del Laird donde él y su pérfida madre intentan obligar a Mary a que se case con el Laird y que aprenda su lugar como noble en la sociedad despreciando a los sucios escoceses. Mary encuentra por casualidad un manuscrito escrito por una antepasada del Laird que parece tener relación con los sueños que tiene ésta y con una antigua sociedad de las runas luminosa que intenta evitar el resurgimiento del mal.

Scott va profundizando en el misterio descubriendo que las runas tienen que ver con la espada que el famoso Braveheart llevó en batalla y que luego perteneció a Robert Bruce el rey escocés.
La búsqueda de la espada comienza a centrar a los héroes para evitar un acontecimiento que debe tener lugar en un eclipse de luna y que puede tener repercusiones para todo el mundo, con la ayuda de la antigua orden de monjes guerreros de la abadía.

El final, es bastante previsible, además de breve, da la impresión de que el autor tuviese prisa por terminar la novela. La descripción de lugares y personajes a lo largo del libro es demasiado extensa para lo que se puede esperar de esta clase de novelas, haciendo que la lectura se te haga algo más pesada de lo debido. La historia en sí también deja que desear puesto que al poco tiempo ya tienes clarísimo quién desempeña cada papel, quitando esa parte de intriga típica de estas novelas.

Ruinas del castillo de Ruthven, en las tierras altas escocesas


Como cualquier espectador avezado habrá podido notar, la obra es una de las cientas de respuestas que surgieron a raíz del fenómeno “El código Da Vinci”, pero sin la tensión y sorpresa que conllevaba ésta. A pesar de un inicio prometedor y un trasfondo más que interesante (realmente el novelista fue un aventurero que, entre otras, participó en la en la recuperación de las famosas Joyas de la Corona; los “Honores de Escocia” robadas por Cromwell, que actualmente se pueden ver en el Castillo de Edimburgo) el libro se vuelve aburrido y tedioso en su gran parte, aparte de convencional y muy predecible, carece de giros de guión y sorpresas, el final se ve desde la décima página.

Los personajes están desdibujados, son simples títeres sin matices para esta historia tan simple, y que sin embargo, se extiende durante seiscientas páginas. Con la mitad hubiese bastado, y probablemente se hubiese hecho mucho más liviana. Los buenos son muy buenos, los malos, muy malos, y personalmente, me molesta la malvada imagen de la cultura Celta y de sus druidas, que se presentan aquí como los malvados sectarios de turno.

Algo más de interés suscitan las desventuras de la pobre Mary en su nuevo hogar y los sueños que la vinculan a una escocesa de los tiempos de Wallace, y las referencias históricas (a pesar de algún fallo imperdonable; se menta que en la Masacre de Glencoe los MacDonald masacraron a sus enemigos, ¡cuando fueron ellos las víctimas. Su único pecado fue robar el ganado del clan rival, al que, según el libro, exterminaron. Sólo por ese fallo de documentación la novela merece un suspenso.

ACTUALMENTE LEYENDO:  EL DEDO DE DIOS  (Mario Escobar)

lunes, 1 de julio de 2013

LIBROS QUE HE LEIDO: EL SEGUNDO HIJO DEL MERCADER DE SEDAS (Felipe Romero)



EL AUTOR

FELIPE ROMERO OLMEDO. Abogado y escritor (1930-1998)

Prestigioso abogado laboralista y narrador histórico. Nació en Granada en 1930. Casado con la pintora Maripi Morales, y padre de cinco hijos, era un hombre muy apreciado en el ámbito sindical granadino, al que defendió en numerosas ocasiones en la época franquista y en los años de la transición desde su puesto como funcionario del Centro de Mediación, Arbitraje y Conciliación.



En 1995 escribió El segundo hijo del mercader de sedas, novela cargada de lirismo y efectividad narrativa, ambientada en la decadencia de Granada, y considerada la mejor obra del género escrita desde Granada. Póstumamente apareció El mar de bronce, segunda parte de una trilogía que ya no podrá ser. Murió en agosto de 1998. Sus mucho amigos le rindieron un homenaje el 24 de noviembre del mismo año.

EL LIBRO

"El Segundo Hijo del Mercader de Sedas" es una crónica apasionante, cargada de poesía, drama, amor, violencia y misticismo, en torno a los años en que comienza a formarse el reino cristiano de Granada, que en poco más de noventa años pasó de ser el último bastión islámico en Europa a ser la punta de lanza del proyecto integrador de España liderado por los Reyes Católicos.
Su protagonista,  Alonso de Granada Lomellino, interioriza la tragedia de los cambios sociales de la ciudad, viviendo con intenso fervor ese declive, las maniobras de algunos moriscos iluminados, liderados por el inteligente  Alonso del Castillo, -apasionante personaje éste-, en torno a los célebres "Libros Plúmbeos" del Sacromonte, la subsiguiente represión que propició el tribunal de la Inquisición y el cambio irreparable de la que fuese la más próspera taifa de Al-Andalus para integrarse en la Europa moderna del siglo XVI, acabando por refugiarse en el misticismo humanista de la poesía de San Juan de la Cruz.



A diferencia de otras novelas que han tratado la historia de Granada desde una perspectiva exotista llamativa, "El segundo hijo del mercader de sedas", -aparte de su exquisita validez como texto literario-, goza de una ventaja incuestionable:  su radical autenticidad, la perfecta y a menudo deslumbrante ósmosis tendida a lo largo de los siglos entre el autor y una realidad magníficamente descrita y magistralmente interpretada.

IMPRESION PERSONAL

Es un libro delicioso, sobre todo si a uno le gusta la historia y conoce la ciudad de Granada y sus alrededores. A pesar de que he encontrado algunos defectos gramaticales menores (parece que faltó la mano de un buen corrector) y cierto abuso de la adjetivación, es asombrosa la capacidad de Felipe Romero para ambientar la acción en una ciudad que hace cuatrocientos años estaba infestada de clérigos, mercaderes y moriscos, con una aportación abrumadora de datos sobre oficios, costumbres, plantas, ropajes o comidas de la época. La trama consigue mantener la tensión hasta el final, aunque durante algunas páginas (pocas) resulta algo tediosa la descripción de la vida clerical. Esta novela nos permite el lujo de sumergirnos en una época fascinante y bastante desconocida de la historia de España.

Cada ciudad debería tener una novela característica.  Madrid tendría “La colmena” y  en Barcelona transcurre la grandiosa “La plaza del diamante”,pero ¿y Granada?

Sin duda hay grandes novelas ambientadas en la ciudad de Granada (tanto actual como antigua). Podríamos nombrar: Los amantes de Granada, El perfume de Bergamota y A la sombra del granado (que reseñamos hace poquito tiempo) Pero si hiciéramos una votación entre nuestros lectores, no sería sorprendente que la ganadora de nuestro sufragio (o como mínimo quedaría entre los primeros puestos) fuera “El segundo hijo del mercader de sedas”.
 
Alonso de Granada Lomellino, nuestro protagonista, se verá obligado por su rica familia a vestir los hábitos para así evitar la pérdida de lustre del apellido familiar. Pero la plácida y contemplativa vida que al joven Alonso se verá radicalmente alterada cuando conozca a su maestro, Alonso del Castillo, un morisco que en secreto compone los legendarios libros plúmbeos del Sacromonte. La cruel represión a la que se someterá a los descendientes del reino nazarí, el despertar al amor de nuestro joven protagonista, la hipocresía de una sociedad decadente y las bellas descripciones de Granada (y los pueblos de su vega) nos acompañarán durante la lectura de esta exquisita novela.
 
Calle Lepanto, en Granada, donde se nos ubica la casa familiar de los Lomellino
 
 
A través de sus páginas podemos volver a un tiempo que fue clave para la historia de nuestro país y de nuestra cultura: me refiero aquellas décadas de finales del siglo XVI y comienzos del XVII, dorados siglos entre los cuales tiene lugar la vida de un personaje apasionante: la del monje carmelita Fray Alonso del Amor de Dios. Nos desvela éste, al desgranar los episodios de su propia biografía, la encrucijada de una España inflamada por la fe, que acabará negándose a sí misma al expulsar a los últimos musulmanes de todas sus tierras. Tiempo mágico y difícil también, en el que van extinguiéndose los optimismos renacentistas y abriéndose paso los sentimientos de pesimismo, en un Imperio que inicia su declive y al que sólo va quedándole la excusa de defender la ortodoxia del catolicismo, para encubrir sus muchas otras carencias.
 
Granada, la cuna de su nacimiento, comparte protagonismo con el carmelita Alonso Lomellino, segundo hijo del mercader Esteban Lomellino, quien se asentó en la misma, procedente de Venecia, en el verano de 1576. En ella no sólo consiguió una enorme fortuna, sino que casaría al poco tiempo de su llegada nada menos que con María de Granada, descendiente de la princesa Cetimeriem y del moro Yahya al Nayyar, cuando acababa de cumplir los catorce años y el caballero italiano sobrepasaba en dos los cuarenta.

            La novela, por consiguiente, se supone transcripción de las memorias del monje que, hacia el final de sus días y desde el retiro de su celda en el convento de los Mártires, hace repaso de su vida, mientras aguarda ya “esa muerte tan esperada” que coronará una existencia azarosa coincidente en tantos hechos con la circunstancia de aquellos hombres que fueron sus contemporáneos. De tal manera el escritor recurre a la técnica del manuscrito encontrado y se supone que los viejos papeles que componen la historia son el pago con que una anciana mujer corresponde al autor por unos trabajos “que como abogado le había realizado. Esta mujer era biznieta de un albañil que en 1892 encontró los manuscritos entre los muros del Convento de los Mártires, de los carmelitas descalzos, al derruirlo”. De este truco literario se nos da la noticia en la nota de la contraportada.

            Lo que no esconde artificio y comprueba el lector desde las primeras páginas es la capacidad narrativa de Felipe Romero, que nos presenta los sucesos que nutren su novela con un estilo sobrio, fluido, y con una sencillez y naturalidad tales que una vez comenzada es imposible de abandonar. No apuesta el autor por las graves fórmulas expresivas, por los juegos lingüísticos rebuscados, por el lujo verbal… Ni siquiera tiende a la imitación arcaizante que pudiera imprimir un mayor verismo a su relato: es el suyo un estilo próximo a la confidencia cálida y a aquella norma de noble llaneza que reclamaba el propio Fray Luis como ideal para sus escritos. Detrás de este mecanismo expresivo se esconde, eso sí, una profunda documentación y un conocimiento pormenorizado de la época, de las costumbres, de los oficios y ritos de la cotidianeidad, en suma, que conforman aquel tiempo de crisis en el que se desenvuelve la vida del protagonista.
 
Calle de Maria la Miel, en el Albaicín (Granada), donde el autor ubica la casa del morisco Alonso del Castillo
 

Cuando creemos que un libro no puede sorprendernos porque, aparentemente, ya hemos leído mucho sobre esa temática, nos encontramos con una obra como ésta. Este libro es diferente a cualquier clase de novela histórica que se nos pueda venir a la mente. Aparte de la fuerza de la trama que es incuestionable, sobresale el lenguaje tan significativo que nos presenta. A diferencia de la mayoría de libros actuales está escrita en primera persona y creo que ese el mayor acierto que Felipe Romero, su autor, tuvo al contarnos su historia. Este escritor granadino logra una situación que no se logra dar en todas las obras que se publican y es la capacidad de hacernos creíble al protagonista. Para lograr esa función, como ya se ha dicho, la principal arma que aplica su autor es el lenguaje.

El lenguaje es bello, con un ritmo y una exquisitez muy difíciles de conseguir, las palabras están cuidadosamente elegidas y son el resultado de un hombre que ha dedicado mucho tiempo a la creación de esta “aparente autobiografía”. Ahí es donde Felipe Romero nos muestra su mejor versión como escritor. Poniendo el relato en manos de un protagonista ya en la recta final de su vida nos retrotrae  una vida llena de melancolía y de decisiones frustradas. Todas las expresiones que nuestro anciano héroe nos ofrece son el resultado de la gran y cuidadosa labor literaria que llevó a cabo Romero.

Otro aspecto clave, que dará más cohesión a la historia, son las bellas descripciones de Granada y alrededores. Los hechos y acontecimientos que se narran se nos presentan con la suficiente rigurosidad para que la historia nos atrape y nos deje soñar con otra época  mientras aspiramos el olor del azahar en los patios de esa Granada mágica.
 
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